Semana santa en familia (2/3)

|A las 10 de la mañana me despertó el fuerte sonido de la música que invadía toda la casa, bajé las escaleras y Yamel estaba en la cocina con mi madre preparando el desayuno, saludé a mi mamá con el acostumbrado beso en la cabeza y mi prima por su parte me sorprendió con un enorme abrazo.


-Hola primo
-Hola Yame, cómo amaneciste?
-Súper bien, hoy amanecí contenta y con ganas de disfrutar del día tan bonito que hace


Era cierto, el sol invadía toda la casa, era la típica mañana veraniega que los productores de cine aprovechan para grabar las escenas de playa y el ambiente en mi casa no era menos festivo, de a poco todos se fueron despertando y llegaban hasta la cocina para ser recibidos con juguito de naranja mientras estaba el desayuno.


Al parecer todos nos dejábamos contagiar de la buena energía que había ya en la casa, haciendo bromas, cantando duro las canciones que sonaban en la radio y lanzando uno que otro chiste; hasta mi hermana se divertía bailandome en frente al ver que yo me ponía incómodo al no saber seguirle los pasos.


-Y dónde está Kim? -preguntó mi tío -es raro que no haya bajado a estas horas y más con el ruido que hay
-Espera yo voy y la busco en la habitación -respondí


Subí las escaleras y me fui hasta el cuarto de invitados, ya me sospechaba que la ausencia de mi prima era extraña y seguramente algo tenía que ver con lo sucedido anoche, ya que normalmente ella es la primera en despertar siempre.


Abrí la puerta y encontré a mi prima en la cama de abajo, con la cabeza apoyada sobre la almohada y mirando hacia el techo; apenas entré vi cómo cerró los ojos y se hizo la dormida. Entendí la vergüenza que debía de tener ya que ni siquiera era capaz de mirarme, me acerqué a la cama, me senté en el borde, la tomé de la mano y dije


-Kim abajo estamos todos esperándote para el desayuno, baja tranqui que no ha pasado nada. Te quier -dije esto, le planté un tierno beso en la mejilla y salí de la habitación


Cinco minutos más tarde apareció Kim en la cocina, saludó a todos y compartimos el desayuno. La alegría seguía siendo protagonista en casa y pasamos un buen rato en familia jugueteando en la mesa. Cuando nos levantamos, me alegró ver que a mi prima menor se le veía más relajada, mis palabras le habían sentado bien y yo hasta ese momento me esforzaba por no mirarla directamente a los ojos.


Fuimos para la sala y pusimos una película de comedia para pasar el rato, era Son Como Niños de Adam Sandler, y si bien todos estaban que se partían de la risa, yo estaba concentrado en algo más, pues me había sentado junto a Kim en el sillón, esperé que pasaran los primeros 45 minutos de película y sin que nadie lo notara, busqué su mano para acariciarla debajo de la manta con la que mi prima se cubría las piernas, se dejó acariciar un rato y después entrelazó mi mano con la suya hasta que terminamos de ver la película cogidos de la mano.


Tal vez parezca un avance insignificante, pero teniendo en cuenta que Kim es chica muy dulce, el hecho de que me haya tomado de la mano durante media película significaba un avance importante con ella, pues reflejaba que me quería y que le gustaba el contacto con mi piel; y si a eso le sumamos todo lo de anoche, parecía ser cuestión de otros dos o tres pequeños avances para lograr cosas importantes en mis deseos por desvirgarla.

Del otro lado del salón, notaba las insistentes miradas de Yamel, quien parecía querer decirme algo, hacía señas extrañas, supongo que invitándome a buscar una excusa para perdernos un rato durante la peli pero no, simplemente me hice el distraído mientras seguía ejecutando el plan que ahora tenía entre mis manos.


La película finalmente terminó y mi madre se había lucído con el almuerzo que nos tenía preparado, hicimos la pausa de rigor para poder disfrutar un rato de la piscina sin sufrir calambres, esta vez sí nos íbamos a bañar todos y antes de lanzarnos, Kim dijo que ya nos alcanzaba porque se haría cargo de limpiar la cocina. Ya saben, la regla de oro, el que cocina no lava.


Todos aceptaron y agradecieron su gesto


-Yo te ayudo a lavar, así terminamos más rápido para que juguemos -dije


A nadie le pareció extraño porque no lo era, habíamos quedado de jugar un partido entre la familia de mi tío y la nuestra. Kim me miró con sorpresa y mientras todos se lanzaban al agua, nosotros nos fuimos para la cocina. Yo quitaba los restos de comida que había en los platos y echaba un poco de agua, se los pasaba medianamente limpios para que pudiera lavarlos más fácilmente con esponja y jabón.


Una vez terminé con mi parte, a mi prima le quedaban algunos platos por enjabonar, me paré detrás de ella, la tomé de la cintura, apoyé la pija contra su culito y lentamente fui subiendo las manos. Kim había dejado de lavar y ahora arqueaba la espalda recostando su cabeza contra mi hombro, no decía nada, simplemente se dejaba hacer y mis manos finalmente llegaron hasta sus tetas; las agarré con fuerza, llené mis manos con ellas y descubrí lo suaves que eran. Hice una pinza con los dedos y de inmediato sentí el tacto de sus pezones endurecidos.


-Esta noche paso otra vez por la habitación para verme con tu hermana, quiero que me esperes desnuda bajo las sábanas y te toques mientras me la cojo. Hazte la dormida desde temprano


Dije esto, le di un pequeño mordisco en la oreja y le pase la lengua por la parte de atrás, Kim estremeció su cuerpo y yo me fui de la cocina.


Todo estaba saliendo de maravilla, tomar a Kim de espaldas había sido una gran estrategia, ella es una chica tímida y lo mejor era no intimidarla, había que actuar de a poco y era precisamente lo que estaba haciendo, permitiéndole hacer parte del show desde la seguridad que otorga el otro lado del telón.


Subí a ponerme la pantaloneta de baño y me lancé al agua, estaban todos en circulo jugando a hacer pases con la pelota sin dejarla caer, me uní al juego y cinco minutos después apareció mi prima en un vestido de baño de dos piezas blanco con azul y me tuve que contener para no mirarla con el descaro que se merecía. Deliciosa que estaba la pendeja.


Semana santa en familia (2/3)



Nos acomodamos mi papá, mi hermana y yo de un lado de la red y mi tío con mis dos primas del otro, mi mamá hacía las veces de árbitro y tuvimos diversión por casi dos horas.
Por cosas de la vida (o de mi prima Yame) habíamos quedado el uno en frente del otro, los primeros puntos, mientras alguien más estaba por sacar, nos mirábamos desafiantemente a los ojos y ya después, con el pasar de los puntos, mi mirada se clavaba cada vez más en sus tetas y la suya pasaba de ser desafiante a provocativa.


Perdimos el partido y yo estaba exhausto, necesitaba una siesta para recuperarme del trasnocho de la noche anterior, el juego en la piscina, el sol, tanto pensar en mis primas y lo tarde que sería también la jornada de hoy. Los viejos habían salido ya a sus habitaciones y yo me dirigía a la mía


-Hablamos ahora chicas, creo que necesito un descanso


-Primo, antes de irte me puedes echar un poquito de crema -respondió Yamel acostada en la toalla


-Claro que sí


Llené mis manos de bloqueador solar y lo esparcí bien por la espalda y las piernas de mi prima, disfrutaba al máximo de poder tocar impunemente a Yame mientras mi hermana y Kim miraban la escena desde sus respectivas toallas


-No seas tontito, en la cola también porque me queda blanca. Dale con confianza que estamos en familia


Ese era el impulso que necesitaba, ahora sí tocaba a mi prima libremente, le agarraba el culo con fuerza, echaba más crema de la necesaria para tener que tocar más para esparcirla. La putita recogió la tela que le tapaba los cachetes del culo y se la metió entre la raya con la excusa de que no quería quedar con marcas sino un bronceado parejo. Dios mío!!


Terminé de tocarla con descaro y miré a Kim


-Quieres que te eche un poquito para que también te agarre el bronceado?


Asintió con la cabeza y yo puse sobre su cuerpo tres veces más crema de la que necesitaba. Yame ya estaba con la cabeza apoyada en el la toalla esperando a que el sol le pegara y mi hermana sí pudo ver como el 95% del tiempo no estuve sino masajeandole el culo, nunca lo había tocado y se sentía delicioso, creo que nadie se lo había tocado de esa manera y yo aprovechaba para hacerme el distraído y pasar uno que otro dedo por donde no era y sentir el bulto que formaba su conchita sobre el bikini. Mi hermana me miraba con cara de hijo de puta y le respondí diciendo con ironía


-Te paso un poco a ti también, hermanita?


Me miró ahora sí con cara de querer matarme, sabía y había visto lo que estaba haciendo con nuestras primas, pero su orgullo no le permitía negarse, no podía ser la única a que le diera penar dejar pasarse un poco de crema.


-Ok, pero un poquito nada más -dijo finalmente


Sonreí para mi mismo, le puse un poquito de crema y solo se la eché en el culo, disfrutaba viendo ese hermoso culito que se mostraba casi desnudo para mi y quería venirme nada más tocarlo, el estar tocándole el culo a mi hermana me ponía a mil y más después de haberlo hecho descaradamente con mis primas que seguían con los suyos a la vista, junté la tela para acomodarla también entre la rayita del culo y que el bronceado fuera parejo.


Ella había visto como lo acomodaba en mis otras primas y sabía cual era mi morboso procedimiento para hacerlo así que decidí sorprenderla. Estiré el elastico de la tela por completo, su piel quedó descubierta y pude ver perfectamente su raja y parte de la conchita de mi hermana . No me podía creer lo pasado que estaba haciendo pero me refugiaba en la presencia de mis primas porque con ellas ahí no protestaría. Volteó la cabeza para mirarme como la mierda por lo que había hecho y yo le respondí dulcemente


-Listo chicas, que les aproveche el sol -y me fui a dormir la siesta

Por segunda vez en el día me despertó la música, esta vez no sonaba tan duro pero se mezclaba con las risas de todos en la sala. Al parecer yo había sido el único que finalmente durmió durante la tarde y ya eran casi las 9pm.

Me uní a la mesa y jugamos dominó, no sé por cuanto tiempo estuvimos jugando pero sí se que perdí unos cuantos pesos. Mi hermana había sido la gran ganadora de la noche y no parábamos de decirle que con el dinero tenía que pedir a domicilio el almuerzo de mañana para despedir al tío y a las primas. Ella se lo tomaba en broma y aceptaba nada más por quitarse la presión de encima.

Los viejos fueron los primeros en irse a dormir, mis padres a su cuarto y mi tío al mío. Kim entendió que el momento había llegado y se despidió de nosotros esperando a que su hermana la siguiera para esperar a que se "durmiera" y escribirme. Efectivamente Yame también se despidió de mi hermana y cuando fue a darme el pico de despedía le susurré suavemente

-Espero tu mensaje -y le di un disimulado beso en el cuello

Me hice en el sillón y puse una película que ni recuerdo, ya había dormido lo suficiente y ahora solo esperaba el mensaje de mi prima. Lastimosamente mi hermana tampoco tenía sueño y se quedó conmigo viendo la peli. Su mirada era extraña, una mezcla de curiosidad y venganza se lograba adivinar en su rostro pero seguía sin haberme hecho el reclamo por lo sucedido en la tarde.

La película era una mierda y estar tanto tiempo con mi hermana y su mirada medio inquisidora ya me tenía nervioso. Media hora después por fin vibró mi teléfono

-Me vas a dar la lechita antes de dormir?



Continuará.....

3 comentarios - Semana santa en familia (2/3)

Nemocabezon +1
Excelente👏👏👏 continua!!!
cromanontonton
Gracias Bro, de verdad me alegra mucho que te guste porque escribo precisamente para eso, para que la comunidad pueda llegar a disfrutar de los relatos que traigo. Un saludo enorme y gracias por la motivación