Escaleras al cielo de Amy

Escaleras al cielo de Amy
Culo
Hola mi nombre es Gustavo, tengo 33 años y soy de buenos Aires, Argentina. La historia que les quiero contar sucedió hace unos quince días, y aun actualmente sigo disfrutando.
Yo soy alto, mido 185, morocho, soltero normal. Estudio en un Conservatorio y doy clases de musica, de guitarra en particular. Cuando empezó la cuarentena obligatoria, se suspendieron la mayoría de mis actividades. Pasaba los dias mirando netflix y tocando la guitarra en el jardin de casa. Asi fueron pasando los dias y al estar solo y sin ninguna amiga con derechos cerca, me empecé a deprimir.
Una mañana después de estar toda la noche desvelado por el insomnio me puse a tocar la guitarra en el jardín, el sol me pegaba en la cara y a mitad del tema, estaba tocando stair way to heven, escuche una voz de mujer. En un principio tarareando y luego nítidamente cantando el tema que yo estaba tocando. Era una voz hermosa, un poco áspera, pero muy afinada. Desde ese momento no me la pude sacar de la cabeza. Imaginaba una señora de unos cincuenta y pico cantando, y no podia imaginar quien de mis vecinas sería.
Al día siguiente, desperté casi al medio día. Esta vez estaba nublado, y salí al almacén de la vuelta a comprar pan y algunos víveres. Cuando estaba haciendo la fila, y tenia.algunas personas delante, veo salir del almacen a la chica mas hermosa que había visto en semanas... era morocha, bajita se le notaba una cinturita chiquita, tenia un pantalon de jean un poco desgastado, que le aunque fuese suelto, en la cola le quedaba bien ajustado. Me quedé enbobado mirandola mientras se apollaba en la pared y encendía un cigarrillo. Parecia que el tiempo se había detenido, y veia como el pelo negro dejaba ver su cuello, una piel tersa y blanca.
Cuando de repente la señora que estaba detrás mio me pidió que avance por que ya era mi turno, y volvi a la realidad, estamos en cuarentena, no podia acercarme a hablarle, en este contexto de pandemia quiern querria hablar con un desconocido? Me limite a mirarla por un segundo al pasar, sus ojos negros me siguieron unos metros y luego me volví.
Al llegar a casa todo seguía igual, sin ganas de nada. Mire una series y me acosté.
Al otro día mientras desayunaba a las tres de la tarde, si mis horarios estaban totalmente desordenados por el aislamiento, escuche esa voz otra vez. Esta vez cantaba valery, de amy. Y pensé que seria bueno tocar juntos, cuarentena de por medio al menos la música me conectaba con alguien... asi que agarre mi guitarra y subi a la terraza para tocar y ver si podia reconocer a la dueña de esa voz. Esperaba una ama de casa con ruleros tipo doña florinda tendiendo la ropa, pero al subir para mi sorpresa la vi. Otra vez ella, la chica de ojos negros, cantando recostada en la terraza del almacén, con unos cuantos cajones de cerveza que usaba como divan para tomar sol. Era perfecta, tenia una remera ajustada negra, y se notaba que no usaba corpiño. Otra vez el jean gastado y descalza. Como esperando que algo la saque de ese lugar. La salude con un hola, como si fuésemos amigos de toda la vida,
Amy—hola,(me miro guiñando un ojo por que el sol le daba en la cara con un media sonrisa que no supe si era de sorpresa o de gusto)
Yo—asi que eras vos, la de la vos áspera, me sorprediste.
Amy—por? Esperabas a alguien más?
Le expliqué que tenía muy linda vos y se rió con mi teoria de doña florinda, me convido un cigarrillo y desde abajo se escuchó la vos de su madre llamandola.
Me dio el que estaba fumando ella se fue con una sonrisa. Ese cigarrillo fue la primera bocanada de aire, sentia un gusto dulce de sus labios en él. Y me que de pensando en que queria probar ese sabor.
Esa semana la vi al pasar alguna vez más en el almacén. Pero había gente y no sabia como encararla. El domigo por la tarde otra ves sali a la terraza, al empezar los primeros acordes la veo subir las escaleras, venía fumando otra vez y como cada vez que la veia el mundo dejaba de girar, parecia una estrella de rock subiendo al esenario, el humo, el pelo, sus pechos tenian un suave vaivén al caminar pero se notaban firmes, cuando se sentó al lado empezó a cantar, de la nada sin un hola, un saludo. Y yo tocaba la guitarra y pensaba en que quería comerle la boca, correr su pelo y morderle el cuello en hacer que el mundo pare ahí mismo. Pero no me animé. Cuando terminó el tema, hablamos de todo todo un poco, que se llamaba julieta, pero que odiaba a el amor de Shakespeare y que sus amigas le decían Amy. Que tenia 20 y estudiaba medicina en la capital, y que por esto.de la cuarentena había venido a lo de su mama para ayudarla ya que su padrastro era un hombre mayor y no podia atender el negocio. Me conto que estaba cansada de estar ahí, que extrañaba su vida de antes.y asi se hizo de noche y me preguntó por mi, y por un segundo pensé en contarle mis penas, pero solo me acerque y la bese,
Ella se hizo hacia atrás y me.miró sorprendida y yo le pedí disculpas y me fui. Cuando estaba por bajar las escaleras sentí sus manos que abrazaban mi cintura, y me abrazo desde atras y apoyo su cabeza en mi espalda. Y me abrazo fuerte.
Me di vuelta y nos besamos. La besaba como si quisiese comerle cafa centímetro de su piel, de su cuello, ella tiraba la cabeza hacia atras como rendida y con sus manos frias me desabrocho el pantalón y comenso a acariciame, mi verga en menos de un segundo estaba enorme, y gorda. Latia entre sus manos que al tocarla se calentaron. Para ese momento besaba sus pechos, firmes y con unos pesones pequeños y parados, los mordia y los chupaba y sentia que con cada mordida Amy temblaba y se estremecia. Mis brazos la rodeaban y apretaba su culo, lo amasaba y la empujaba contra mi cuerpo, desabroche su pantalón torpemente, no podia esperar más para penetrarla, pero lo ajustado del pantalón solo me dejo bajarlo un poco, pero lo suficiente para meter mis manos y sentir su piel caliente, acariciaba su culo y deslizaba mis dedos por el medio pasando por su ano hasta llegar a esa conchita humeda. Meti mi dedo y ella suspiro. Respiraba cada vez mas agitada y rasguñaba mi espalda como atrayendome.
En ese momento escuchamos la voz de su madre, llamandola desde su casa. Ella se detubo, un jadeante me beso y se dio vuelta como para volver a su casa.
Pero no podía quedarme así... no la podía dejar así. Al verla subir las escaleras uno o dos escalones me abalanze sobre ella tomando por la cintura. Ella solo alcanzó a decirme espera...
Y yo tome su pantalón y lo baje hasta sus rodillas de un solo tirón, ella quedo acostada sobre la escalera con su culito parado y su conchita a la altura de mi cara. Me sumergi en sus culo sentía su olor y chupaba los labios y metia mi lengua lo más profundo de su conchita. Tirita y temblaba todo su cuerpo y en solo unos minutos acababa y se tensaba todo su cuerpo. Tiraba su cabeza hacia atrás mirando el cielo y llevo sus manos a la boca para apagar un gritó. Acabo de una forma brutal... como si un monstruo la hubiese descuartizado y vuelto a armar en un segundo. Miró mi rostro que brillaba por sus acabada. Y solo sonreí. Mi verga jamás estuvo tan dura. Pero la ayudé a ponerse de pié y a vestirse, y solo me dijo con esa vos aspera... voy a volver. Te lo debo...

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