Por fin un trio (Karen 04)

Dicen que recordar es vivir.

Esa noche Roberto pasaría por nosotros a casa de Karen, lo habíamos invitado al cumpleaños de una Vero, una amiga de Karen. Eran cerca de las 7 pm, yo estaba con ella en su habitación.

-Amor, no te va a dar tiempo, ya métete a bañar. -Le decía a Karen, mientras me levantaba de su cama.

-Ok, ok… ya voy. -Me respondió intentando levantarse.
Sonó mi teléfono, era Roberto, estaba llegando.

-Métete a bañar ya, yo le abro a Roberto y te esperamos en la sala. –Le dije en tono serio, ella hizo una cara de regañada y se metió al baño.

Roberto llegó, lo invité a pasar. Abrí un par de cervezas, puse algo de música y nos sentamos en la sala. No habían pasado ni 10 minutos cuando vimos a Karen llegar, traía una toalla que cubría su pecho, le llegaba justo debajo de sus nalgas y de su vagina.

-Hola Roberto -Le dijo ella y se acercó a saludarlo, le dio un beso en la mejilla y un abrazo.

Como él es más alto, ella se puso de puntitas para abrazarlo, le vi la mitad de sus redondas nalgas.
Se quedó platicando sentada en el brazo del sofá donde estaba yo, tomaba de mi cerveza. Sus piernas estaban prácticamente descubiertas, y se podía ver su depilada vagina, al menos Roberto podía verla.

-Ya amor, vete a bañar, se nos va a hacer tarde. –Diciendo esto, le dio un gran sorbo a la cerveza y se fue a la habitación nuevamente.

Claramente noté como Roberto se ponía nervioso con la presencia de Karen, si bien ya habían tenido sexo, para él seguía siendo mi novia.

Cuando estuvo lista, Karen salió de la recamara, llevaba un vestido rojo, corto, y unas medias caladas, llevaba un antifaz (pue la fiesta tenía una temática de magia), parecía una sexy ayudante de mago.

Cuando salimos de la casa, me dijo que se había puesto un ligero, y me lo mostró, alzando su corto vestido. Vi su ligero y su calzón diminuto, de encaje negro. Entonces supe que sería una noche interesante.

En general, fue una buena fiesta, bebimos, bailamos, bromeamos. Yo intenté no beber mucho, quería estar suficientemente sobrio para disfrutar lo que viniera después. Roberto y mi novia, por el contrario, bebieron mucho.

Después de un rato, fui al baño, los dejé charlando. Había mucha gente, por lo que me tardé en regresar. Cuando caminaba de regreso, los vi bailando, Karen le bailaba sensualmente, estaban muy juntos pues había mucha gente. Karen estaba alegre, subía las manos al cuello de Roberto, él la agarraba por la cintura, luego ella se volteaba y movía las caderas frente a mi amigo, muy cerca (cuando me baila a mí, siento cómo sus nalgas juegan con mi pene, solo lo hace cuando ya está peda. Supongo que en ese momento así le bailaba a él).

Cuando por fin llegue a su lado (atravesando el mar de gente), Karen me agarro de las manos, me puso frente a ella y comenzó a bailarme; atrás de ella quedó Roberto, pegado a sus nalgas, “bailando”.

Así bailamos los tres, con mi novia en medio. Después de un momento, Karen se volteó y ahora me restregaba sus caderas a mí, mientras bailaba con Roberto.
Ella se veía muy feliz, divertida, traviesa. Estaba bailando muy sensual con ambos, algunas personas nos comenzaban a ver (a ella para ser exactos); Karen hacía movimientos con las manos, se acercaba peligrosamente a Roberto, como queriéndolo besar al ritmo de la música, pero solo jugaba.

En una de esas, ella tenía una mano en el aire y con la otra rodeaba el cuello de Roberto (mientras me movía la cadera deliciosamente), la empuje con la mano, ella me miró de reojo, sonrió e inmediatamente después besó a Roberto. Fue breve, sumamente sensual, conocía esos besos, chupaba los labios, luego se alejaba y daba un pequeño beso, luego otro, y finalmente chupaba el labio inferior. La conocía demasiado bien.

Después volteo y me besó a mí. Terminando el beso seguimos bailando un poco, sabía que la gente veía como nos había besado a los dos. Me gustaba saber que mi chica era deseada, y me jactaba de presumir lo liberales que éramos. Sin tabús. Y ya sabía que, a Karen, le encantaba ser el centro de atención, excitar a las personas, saber que era ella quien tenía el control.
Roberto se disculpó y se fue al baño, me quedé con Karen, la besaba y le acariciaba su delicioso cuerpo.

- ¿Te cuento? – Me dijo sonriendo. Por su cara sospeché que había hecho una de sus travesuras.

- Dime – Le respondí.

- Cuando te fuiste al baño, le dije a Roberto que traía tu ligero favorito – Me dijo divertida. – Luego subí mi vestido y se lo mostré.

Terminando de decir esto, se mordió el labio inferior y sonrió. Había hecho lo mismo que conmigo al salir de su casa. Roberto había visto la tanga y el ligero de Karen.

-Eres una cabrona -le dije y la volví a besar – Lo vas a calentar y a ver qué haces después.

Sonreímos los dos.

Después de eso la noche se fue rápido, se notaba una tensión sexual entre los tres. Por lo que decidimos irnos de ahí.

Después de despedirnos, salimos de la fiesta, ellos estaban más tomados que yo. Le dije a mi amigo que yo conduciría, él acepto sin decir nada, me dio las llaves y subió al asiento de atrás. Karen se subió de copiloto y emprendimos el camino a casa de Roberto.

Seguíamos riendo, mi novia iba sentada de lado, platicando con Roberto, chupaba una paleta tootsie pop (clásicas en México).

-Gracias, los quiero un chingo –decía Roberto, tocándome el hombro y sujetando la mano de Karen.

-Nosotros también – dijimos Karen y yo al unísono.

En un momento, Karen me toco la pierna, la voltee a ver y me miro coqueta, me hizo un gesto señalando la parte de atrás del auto; señal de que quería pasarse con Roberto. Sonreí y asentí.

Entonces, así con el vehículo en movimiento, y de una manera sumamente torpe, se pasó con él. Pude ver por un momento su gran culo cuando se pasaba al asiento de atrás.

No podía ver, solo oía sus risas.

-¿Quieres paleta? Escuché decir a Karen, luego risas, y jugueteos.
Yo me había puesto al 100, estaba muy excitado, me sudaban las manos, temblaba de nervios. No tenía idea de lo que hacían. Temí en un momento distraerme tanto y chocar el auto. Intenté relajarme y poner atención al camino. Fueron unos 20 minutos. Después me contó Karen que ella intentaba jugar y calentar a Roberto, ella lo besaba y le tocaba el pene sobre el pantalón; él jugaba a resistirse.

En el jugueteo el vestido de Karen se subió completamente a su cintura y las manos de Roberto la tocaban toda mientras “jugaba” con ella.

Ya en su casa, nos sentamos los tres en la sala, en el sillón grande, Roberto y yo bebíamos cerveza. Por supuesto Karen estaba en medio, con su vestido muy arriba, dejando ver su ligero y el inicio de su ropa interior.

-Voy al sanitario –dijo ella

Nos quedamos por 5 minutos Roberto y yo, hablando cualquier cosa. Cuando Karen volvió, se sentó en medio nuevamente. Seguimos platicando de nada.

Después de un minuto o dos, Karen subió una pierna sobre las mías, y puso una mano sobre la pierna de Roberto, lo miraba, poniendo atención a lo que él decía, poniendo a mi amigo sumamente nervioso (o cachondo, o ambas). Mientras fingía poner atención, Karen acariciaba la pierna de él, subiendo y pasando su mano por sobre su bulto.

Luego me volteó a ver y con su mirada y un gesto me dijo todo, ella estaba esperando a que comenzáramos un trio. Cuando supe esto, le comencé a acariciar la pierna, noté que no traía el ligero ni la tanga, únicamente se había dejado las medias. Le bese su cabeza, su nuca, todo muy lento, ella acariciaba el bulto de Roberto, mirándolo, él seguía hablando, muy nervioso. Yo seguí besando a Karen y acariciaba sus muslos. Roberto por fin dejo de hablar, pero no hacía nada. Ella me miró disimuladamente como diciendo “qué pedo con tu amigo, no reacciona”.

Pensé en que él estaría algo nervioso por mi presencia, al fin, era la primera vez que estábamos los tres de esa manera. Decidí levantarme y dejarlos solos un momento.

-Voy a la cocina por un trago ¿Quieren algo? - Dije mientras caminada a la cocina

Obviamente no contestaron. Aproveché para tomar agua, entrar al baño, hojear alguna revista, quitarme el pantalón... Estaba dándoles tiempo. Cuando regresé, vi a Karen sentada con las piernas abiertas, su vestido lo tenía enrollado en la cintura, tenía los pechos de fuera. Arrodillado frente a ella estaba Roberto, haciéndole sexo oral. Mi novia me miró, con sus ojitos entrecerrados, me llamó con su mano a su lado. Me senté junto a ella, la besé, le acaricié y chupé sus senos.

Era una situación muy caliente, ver a mi amigo con su cara en la vagina de mi novia, lamiéndola, chupándola, besándola… y ella con las blancas y carnosas piernas abiertas, en alto, era un cuadro magnifico, era hermoso.

Seguimos así un momento más, después Roberto se detuvo, se levantó y se sacó el pantalón y los boxers. Vi su pene y confirmé lo que me había dicho Karen, era un poco más grueso y grande que el mío, moreno con las venas marcadas y su cabeza escondida bajo piel no circuncidada.

Karen lo llamó con la mano, Roberto se acercó y ella comenzó a chuparle el pene. Escuchaba la boca chupando, la saliva, la succión. Luego arcadas. Veía la boca de Karen abrirse a mas no poder, para poder darle alojo a semejante animal. Por un momento los ojos de Karen se posaron en mí, sin dejar de chupar me miró un segundo. El segundo más caliente que haya vivido. Roberto se acomodó sobre el sillón, una pierna a cada lado de Karen. Me dispuse a chuparle la vagina a mi novia. Lamía sus labios rosas, metía mi lengua, besaba los alrededores. Era un manjar.

Luego Roberto dijo que si queríamos ir a su habitación para estar más cómodos; aceptamos, nos encaminamos a la habitación. Ya adentró, Roberto y yo comenzamos a quitarnos la ropa. Karen se acostó con las piernas abiertas, se masturbaba mientras nos veía desnudarnos. Una vez desnudo, con su verga como un mástil, Roberto se acostó junto a Karen y comenzó a besarla y a quitarle el vestido. La dejó únicamente con las medias. Se besaban y tocaban, yo me quede de pie mirándolos.
Karen, que besaba el cuerpo de Roberto, fue bajan poco a poco, se enfilaba hacia el pene de mi amigo. Una vez ahí comenzó a chuparlo nuevamente. Se acomodó apuntando su redondo culo hacia mí, me pasó sus nalgas; vi su vagina mojada y abierta, palpitante, tibia. Acomodé la cabeza de mi pene, acaricié un rato su vagina sin meterlo. Ella seguía chupando la verga de mi amigo.

Luego, puse mi pene en la entrada de la vagina y lo metí un poco, no me costó trabajo, empujé lentamente y vi como mi cabeza desaparecía (yo tengo mi pene con una gran cabeza de hongo, Karen dice que esta forma le gusta pues estimulo sus paredes cuando entra). Cuando llevaba la mitad adentro, mi novia empujó sus caderas hacia atrás, metiendola toda de un solo movimiento. Empujamos juntos, fue una penetración profunda. Nos quedamos quietos unos segundos.
Luego comencé a bombear, primero lentamente, luego agarré ritmo y aceleré, le daba nalgadas, unas suaves y luego fuertes. La tomé del cabello, empujando y jalando, llevando el ritmo de la mamada que le hacía a Roberto; se metía el pene hasta el fondo, se oían sus arcadas,

Así cogimos unos minutos. Luego tomaba la cadera de Karen, la jalaba y empujaba, es grandioso sentir como su vagina se va ensanchando y calentándose. Para ese momento su vagina estaba empapada. Roberto se levantó y fue al baño, yo seguí bombeando a mi chica que respiraba agitada.

Cuando Roberto regresó, se quedó junto a la cama mirándonos, jalándose la verga. Cuando me volteó a ver, le hice un gesto para que se acercara a mi lado. Una vez junto a mí, tenía la visión del culo parado de Karen con mi verga adentro. Entonces me salí de ella, y le dije con un gesto que era su turno. Él se acercó y puso su verga en la vagina de Karen, ella levantó más la cola y al sentirla dejó escapar un gemido de sorpresa. Luego vi como el gran pene de mi amigo se iba abriendo paso dentro de la vagina de Karen, poco a poco iba desapareciendo. Karen gemía, “mmmhhh, sí, mételo por favor, ay…” balbuceaba mi novia.

Mirar como la sagrada vagina de tu novia, es invadida por una verga extraña, más grande que la tuya, es una experiencia única. Cuando Roberto terminó de meterla, estaba su pelvis pegada a las nalgas de Karen. Ella respiraba agitada, con una mano comenzó a masturbarse. Roberto sacó y volvió a meter su miembro en mi novia, una y otra vez. Su vagina se veía completamente llena de verga.

Roberto comenzó a gemir, en un momento sacó su duro pene de la vagina de Karen.

-No por favor, no te salgas, vente adentro… - le pedía Karen a mi amigo.

Demasiado tarde. Roberto ya había terminado, sacó su pene y le dejó las nalgas llenas de leche.

Acabando, Roberto fue nuevamente al baño. Yo me acosté junto a Karen que se dejó caer exhausta.

-Cógeme tú mi amor – me pedía con su voz cansada.

Así cómo estaba, me subí arriba de ella, puso mi pene entre sus nalgas, las abrí y comencé a bombear.
Karen empujaba sus nalgas y mordía mi pene con su caliente vagina. Para ese momento, mi nivel de calentura me hizo terminar en dos minutos. Claro que acabé adentro (una de las partes favoritas de
Karen, que el hombre se venga adentro de ella, ese es su trofeo).

Cuando llegó Roberto se acostó junto a nosotros.

Karen puso una mano en el pecho de mi amigo, sin cambiar de posición, con sus nalgas paradas apuntando al techo. Yo le acariciaba las nalgas, empapadas.

-Qué rico – Dijo Karen un poco más relajada. – Qué pinche vergota tienes. Estás cabrón.

-Gracias, tú coges muy rico – Le dijo Roberto a Karen.

Yo les dije que me era muy excitante verlos, que cogían como profesionales. Ambos se rieron.

Por la mañana, como tres buenos amigos, nos quedamos platicando desnudos en la cama, luego fuimos a desayunar, y más tarde me fui con Karen.

¿Qué les parece? me gustaría leer sus comentarios.

5 comentarios - Por fin un trio (Karen 04)

Santi-18 +1
Buenísimo!!!? No sabes cómo estaba esperando que siguiera la historia
Dukee7
Buenisimoooo, esperaría saber si tuvieron alguna aventura en secreto robert y tu novia, fijo se la metió mientras te metas a bañar, cuando se despertaron o nose jajaj se ve que es lo quita
Pipiolo878
Con razón termino con psiquiatra... 😐