Terapia sexual en la escuela: IV

Qué tal gente de poringa! Realmente lamentohaber tardado tanto tiempo para la cuarta parte del relato, pero tuve bastantesocupaciones durante este tiempo y hasta ahora por fin soy libre y puedo volvera escribir. Espero no se hayan desesperado tanto, jaja. Si es la primera vezque entras a un post mío, te invito a que leas las 3 primeras partes del relato.Espero de verdad que les guste y prometo que escribiré y publicaré relatos másseguido durante los siguientes meses.
Saludos y una disculpa de nuevo.
 
 
- A N T E R I O R M EN T E -


Nos quedamos inmóviles por un segundo, tan solopara voltear y mirar un rostro conocido a final del pasillo. Diana estabaparada allí, ella iba pasando por el pasillo justo cuando nosotros nosestábamos yendo: nos había visto juntos saliendo de la caseta abandonada, yahora quería saber que estábamos haciendo allí dentro
Ambos nos quedamos paralizados mirándola,mientras ella volvía a preguntar:

¿Por qué han pasado tanto tiempo juntosúltimamente? Respóndanme, ¿Qué hacían allí adentro?...
 
TERAPIA SEXUAL EN LA ESCUELA
CAPÍTULO IV: SE HA ROTO EL LÍMITE
 
Sara fue la primera en reaccionar. Miró alos ojos a Diana y soltó una risa nerviosa, supe que la había fingido. Despuésprocedió a explicar:
 
-Je je… No se lo digas a nadie pero,estábamos escondiéndonos.
 
-¿Eh? -Dijo Diana, sin entender nada igual que yo.
 
-Mira, un amigo suyo (refiriéndose a mi)nos consiguió un poco de… ya sabes… jajajaja. -Dijo Sara mientras hacía con la mano una seña de traer un cigarro.
 
-¿Fumaron marihuana?
 
-Exacto… jajaja
 
-Jajaja -únicamente me quedó reír y fingir que era cierto.
 
-Jajaja qué cabrones los dos. ¿Y para esose habían juntado tanto este tiempo? ¿Para fumar?
 
-Ehh.. No, solo hoy. Otros días lo hacíamospara negociar sobre eso jaja.
 
-Jajajaja, pues supongo que pensé mal… aúnasí, no se si deba sentirme aliviada sabiendo que estaban haciendo eso, pero enfin, ya es cosa suya jaja.  -Añadió Dianaya convencida de la falsa excusa de Sara.
 
Diana únicamente se rió y se alejó en ladirección a la que se dirigía antes de encontrarnos. Me había sorprendido larapidez y naturalidad con la que Sara reaccionó a la situación; si yo hubieratenido que solucionarlo, creo que solo lo habría empeorado más. Aún así laexcusa funcionó: por si no quedó claro, la marihuana siempre ha sido ilegal enmi país, así que era completamente creíble el hecho de que usáramos la antiguay abandonada cabina como escondite.
Igualmente pensaba en lo raro que era, nosparecía más normal y aceptable el hecho de estar consumiendo una droga ilegal,que admitir que estábamos teniendo sexo, o bueno, algo así.
Sara y yo no dijimos ni palabra hasta quellegamos al punto donde debemos tomar caminos separados para ir a nuestrascasas.
 
-Qué… intenso, jajaja.  -Rompí el silencio.
 
-Si, no creí que semejante cosa fuera apasar, es decir, siempre está el riesgo de que pasen por ahí una o dospersonas, pero justamente fue Diana y cuando estábamos saliendo jajaja.
 
En ese momento mi mente procesó una ideabastante curiosa, pues al pensar en que Diana estuvo a punto de descubrirnos, mehizo recordar aquellos videos porno donde la amiga o hermanastra o novia o loque sea, descubre a dos personas cogiendo y en vez de molestarse, se une yarman un trío tremendo. Claramente eso no pasaría nunca, pero me ponía recaliente pensar en ello, pues Diana estaba bastante buena y no me molestaríanada que ella pudiera unirse a la terapia.
 
-¿Qué hacía ella ahí?  -Pregunté, intentando distraer mi mente.
 
-¿Yo qué voy a saber?
 
-Pues es de tu grupo de amigas, supuse quealgo sabrías jajaja.
 
-Pues no lo se, tal vez vaya a ver a sunuevo novio, lleva con el una semana jajaja.
 
Yo seguía caliente por pensar en Diana, yel pensar en lo que me estaba diciendo Sara me metía aún más cosas a la cabeza,me excitaba demasiado pensar en que ella tenía un nuevo novio, que seguramentetenían sexo y alguien ya estaba disfrutando del tremendo cuerpo que Dianatenía.
Sara no estaba mal pero, realmente no eratan atractiva, su único atractivo eran sus tetas, de hecho no me daban nisiquiera tantas ganas de cogérmela, solamente usar sus tetas. Con Diana eradistinto, ella me ponía la pija re dura y me daban tremendas ganas de romperleese hermoso culito que tenía.
 
-Ah…. -Fue lo único que respondí. Ahí terminó la conversación y Sara y yo nosseparamos.
 
Ya ni siquiera había que hablarlo, creo quetanto Sara como yo, habíamos ya entendido que el día siguiente habría terapia,en el mismo lugar a la misma hora.
 
En cuanto llegué a casa, no pude evitarpensar de nuevo en Diana, en lo que hubiera sido tener sexo con ella si tansolo fuera posible. A pesar de que intentaba contenerme para las terapias, estavez decidí dedicarle una paja, pensando en ella, en como le llenaría de lechela carita, las tetas, el culo, incluso hasta me vendría dentro de ella, meexcitaba muchísimo.
La paja fue rápida y concisa, pues cerrélos ojos e imaginé todo lo anterior, también me imaginaba con ella en lacaseta, sacándome la pija y chupándomela hasta sacarme toda la leche. Tardépocos minutos en venirme, la venida fue bastante cargada y placentera, peroesta vez no le envié foto ni video a Sara, sentí que sería como una pequeña“traición”, pues la paja no había sido en honor a ella.
 
Honestamente, el resto del día fue bastanteaburrido y con poco que contar, esa noche dormí relativamente temprano,preparado para una nueva jornada de tetas, pajas y quién sabe cuantas sorpresasmás…
 
Viernes de nuevo, la re puta madre. Despuésde esto será aguantar otro fin de semana sin las terapias, y esta vez no creoque pueda hacer nada para ocupar el tiempo y distraer mi mente.
Espero al menos que este día haya unavance, uno grande, algo que me deje suficientemente satisfecho como para no extrañarlas terapias durante esos días. Al llegar a la escuela Sara se comportóligeramente distinto, pues al llegar me miró de arriba abajo, me guiñó el ojo yse mordió suavemente el labio, como queriendo provocarme. Únicamente respondícon un saludo como siempre y fui hasta mi asiento. Olvidé aquella extrañaconducta durante el resto de las clases.
 
Una vez sonó el timbre de salida, Sarasalió disparada hacia la puerta y rápidamente desapareció de los pasillos,estaba ansiosa por llegar a nuestro nuevo sitio. Yo seguí más relajado detrásde ella, hasta encontrarla esta vez ya dentro de la caseta, lista paracomenzar.
 
-Hola, ¿Có….
 
Sara interrumpió mis palabras besándome enlos labios, poco más y mete toda su lengua en mi boca. Por un segundo pensé ensepararla de mi de un empujón, pero después reflexioné en que tal vez esto estambién parte del sexo ¿o no? Supuse que así era y dejé que ella se quitara porsi misma.
 
-Jajajaja, ¿empezamos o qué?  -Dijo Sara ya quitándose la ropa.
 
-Parece que hoy vienes… -Dije, para serinterrumpido de nuevo:
 
-¿Caliente? ¿Excitada? Sí lo estoy, estosdías he estado que no lo aguanto y ya quiero dejarme de mierdas, me ponen comoloca estas sesiones sexuales jajaja.
 
Yo no entendía nada, únicamente podía verque Sara ya tenía las tetas fuera y comenzaba a sacarme la pija del pantalón,sin quitármelo. Por instinto reaccioné y ayudé, bajando mi pantalón y mi boxerhasta los muslos, dejando la pija afuera. Sara se arrodilló y me tomó la pijadesde la base, recorrió la piel hasta abajo, de modo que la cabecita del penequedara bien descubierta. La tenía hinchada y brillosa, seguramente por laexcitación.
 
-Mmmm, ya la tienes muy dura, jajaja  -Decía Sara mientras comenzaba a pasar mipene por sus pezones.
 
Todo estaba escalando sumamente rápido, noentendía que estaba pasando, pues llevaba una velocidad increíble, Sara siemprese había reservado e intentaba llevar todo con tiempo, ahora, de la nada,actuaba como si simplemente estuviéramos teniendo sexo normal.
 
-Aaaah….. -Gemía yo como loco, al sentir tremenda excitación.
 
-¿Te gusta? Se que te gusta, jajaja.
 
-Ahhhh… me encanta, es increíble… jaja
 
-Jajajaja te encantó acabarme en las tetasla vez pasada. ¿Quieres que repitamos? ¿Quieres llenármelas de leche?
 
-Ahhhhhh Sa…Sara… ¿me dejarías?
 
-Por algo te lo estoy diciendo jajaja, sólopídemelo.
 
-Uffff…. Déjame acabarte las tetas…
 
-Suplícame, haz que yo sepa que en realidadlo deseas.
 
-Ah Sara… por favor, te lo ruego… meencantan tus tetas, quiero venirme sobre ellas, por favor, te recompensaré comoquieras pero déjame hacerlo… por favor… por…. Favor….
 
-Jajajaja así me gusta. Avísame cuandoestés listo.
 
Al parecer yo estuve en lo correcto duranteeste tiempo, a Sara la ponía como loca que yo le suplicara, le rogara por cualquieracto sexual posible. Esta vez había logrado romperla, ni ella misma se podíacontener, estábamos rompiendo el límite.
 
Sara continuaba pajeándome con las tetas,yo únicamente observaba como, de vez en cuando, la cabeza de mi pija salíalevemente por la parte superior de sus enormes pechos, tan solo para volverse aesconder. Mi pene comenzaba a derramar un poco de líquido transparente, señalde que el orgasmo estaba cerca, muy cerca.
 
-Ya… ya viene… ya viene…
 
-Mmmmm dale, dame la leche en las tetas,dámela hijo de puta.
 
-Aaaaaaahhhhh!!!!
 
Estaba a punto de acabar, Sara lo notó ycomenzó a ordeñarme. Puso únicamente dos dedos en la base del glande, en launión entre este y el tronco de la pija. Suavemente masturbaba la parteinferior de la punta de la pija, de vez en cuando pasando un dedo por miuretra. Mi prepucio subía un poco y bajaba otro poco también. Era una sacudidamuy leve pero muy placentera, que, cuando aumentó en velocidad, me hizo acabarcomo loco.
Comencé a correrme como un burro, Sarapegaba la punta de mi pija lo más posible a sus tetas, para evitar quesalpicara el resto de su ropa o la cara. Mientras ella continuaba estimulandomi el glande, mis huevos continuaban descargando enormes chorros espesos desemen caliente, que iban directamente a bañar las tetas de Sara. El final delorgasmo se acercaba, y ella bajaba poco a poco la velocidad, poniendo máspresión en las sacudidas para lograr exprimir hasta la última gota de esperma. Enlos disparos y gotas finales, Sara usaba su otra mano para acariciar suavementemis huevos, cosa que me ponía loco.
Terminé la tremenda venida sobre las tetasde Sara, a lo que ella únicamente, sin soltar mi pija, examinaba a detalle conla mirada cada disparo de semen que había recibido. Yo respiraba profundointentando que mi ritmo cardíaco se estabilizara, pues estaba demasiadoexaltado.
 
-Qué…. Qué rico… ja ja ja   -Dije yo, recuperándome del éxtasis.
 
-Sí jajaja, mira como me dejaste las tetas,siento como si me hubieran vaciado un galón de leche tibia encima jajajaja.
 
-Jajaja… pues así es como suele pasar…supongo… jaja.  -Respondí
 
Sara limpió todo el semen de sus tetas conpapel higiénico, los botó en una esquina en el suelo y se comenzó a acomodar laropa; otra maravillosa tarde de terapia sexual había llegado lamentablemente asu fin.
Salimos, esta vez con más cuidado , pues noqueríamos que se repitiera el incidente con Diana del otro día. Nos despedimos normaly fuimos a nuestras respectivas casas.
 
El resto de la tarde no tuve oportunidad dehacerme una paja, ni siquiera de hablar con Sara, pues el resto del día, mispadres me obligaron a ayudar con las tareas de la casa, y mover algunos mueblesde lugar. Fue hasta tarde en la noche que terminé y por fin pude disfrutar deun rato libre.
Estuve tan ocupado que no noté que Sara mehabía enviado un mensaje aproximadamente a las 7:30 de la noche, ya eran casilas 11 en punto y yo no había tenido oportunidad de responder.
Respondí su “hola” en cuanto pude y leexpliqué brevemente el porqué de mi tardanza. Ella lo entendió y continuó comosi nada con la conversación:
 
-¿Te gustó?
 
-¿Qué? Jajaja  -Respondí, fingiendo no saber a que serefería.
 
-La “terapia” de hoy, jajaja, estuvo muyintenso.
 
-Oh! Jajaja me encantó, me dejaste seco contremenda paja.
 
-Lo noté, jajaja. Igual creo que me quedécon ganas de más… jaja
 
-Bah, yo igual, y es una mierda que debamosesperar al lunes de nuevo.
 
-Pues sí, jajaja, a menos que…
 
-¿Qué? -Dije yo, mientras comenzaba a ponerme nervioso.
 
-Que exista otra opción… jajaja
 
-¿Cómo cual? Jaja
 
-Hmmmm bueno no, olvídalo, estoy locajajaja.
 
Sara realmente me tenía intrigado, ¿quéopción quería ofrecerme para saciar nuestra sed sexual?
 
-En serio, dime, si ambos queremos lo mismopues está bien jajaja.
 
-Creo que es un poco tarde, mejor deberíamosdormir, o, ¿Realmente quieres intentarlo?
 
-Hmmm pero intentar qué!? Jajajaja
 
-Pues pensaba que podríamos hacer unavideollamada o algo similar, jajaja
 
-En ese momento tuve una sensación extraña,entre emoción y decepción al mismo tiempo, pues, ya se imaginaran, yo imaginabaque Sara me plantearía vernos el sábado para seguir con la terapia en persona,y en respuesta obtuve una propuesta de cibersexo. “No es lo que esperaba, peroestoy satisfecho” dije en mi mente y me reí.
 
-Ohhh… pues, dale… Yo no tengo problemajajaja, pero ¿cómo hacemos?
 
-Mmmmm pues… a ver…
 
Sara no respondió nada más y en unossegundos envió la solicitud de videollamada. No se por qué, pero antes deaceptarla verifiqué que luciera bien, mi peinado y otras cosas. Realmente no esque me interesara lo que pensara ella sobre eso, pero igual lo hice porcostumbre supongo.
Finalmente respondí la videollamada y lacara de Sara saltó a mi pantalla, verla a través del teléfono la hacía verligeramente más “linda”.
 
-¿Entonces, cómo hacemos?  -Dije yo, en voz baja, temiendo que alguiende mi familia esuchara.
 
-Hablamás fuerte, casi no escucho jajaja. -Respondió ella mientras apoyaba su teléfono en una superficie paradejar la cámara estable.
 
-¿Qué hacemos? Jajaja  -Repetí, esta vez hablando más claramente.
-Oh, pues… jajaja. Tu puedes hacer lo quesabes, y yo hago lo que sé.
 
-Ammmm… -No entendí lo que Sara quería decir.
 
-Pues como si fuera una terapia, solo que…sin la interacción, jajajaja.
 
-Ah… quieres que…  -Dije mientras apuntaba hacia abajo, apuntabahacia mi pantalon.
 
-Sí, jajaja.
 
-Oh… ehm… está bien jajaja.
 
Metí la mano por debajo de mi pantalón yropa interior y comencé a frotar mi pene, aún estaba flácido por lo que pedíayuda a Sara antes de sacármelo.
 
-Aún no está del todo… ¿Podrías…? Jajaja.
 
-Ok, a eso iba, jajaja.
 
Sara se separó un poco de la cámara ycomenzó a sacarse la ropa lentamente, poco a poco dejando ver su tremendo parde tetas, con los pezones bien duritos por la excitación que ya tenía.
En unos minutos mi pene ya estaba erecto yya podía mostrárselo a Sara.
Me puse de pie y bajé lentamente mi ropa,estaba de costado, de manera que dejé salir mi pija como si fuera resorte,rebotó ligeramente al salir, para después quedarse casi inmóvil de lo dura quela tenía, de vez en cuando daba pequeñas pulsaciones de excitación.
 
-Jajajaja wow, la tienes re dura yajajajaja.
 
-Te dije que también me había quedado conganas de más, jaja.
 
-Muéstramela bien, jajajaja.
 
Yo tomé mi pija por la base y bajé elprepucio hasta dejar descubierta la cabeza, dejé salir los huevos también y meacerqué a la cámara para conseguir un buen ángulo. Mi pija apuntaba casi haciael techo. Tomé dos dedos y comencé a masturbar a velocidad media la parte deabajo del glande, mientras con la otra mano jugaba con mis huevos.
 
-Jajaja qué bien se te ve, eh.Jajajaja  -Decía Sara mientras comenzabaa jugar cada vez más con sus pezones.
 
Estuvimos un rato jugando con nuestroscuerpos, Sara mostraba sus tetas y yo me masturbaba lentamente, realmentedisfrutaba esta nueva experiencia.
 
-Oye, ya es bastante tarde, debo dormirjajaja. ¿te parece si terminamos?
 
-Ah, ehm… sí claro, no hay problema.  -Dije yo mientras me acercaba al teléfonopara colgar la videollamada.
 
-No no no! Me refiero a terminar… bienjajaja.
 
-Ah!! Quieres que?...  -Dije mientras señalaba mi pene con una manomientras me masturbaba con la otra.
 
-Sí, que acabes jajaja, quiero verloobviamente.
 
-Ah, claro jajaja.
 
Me puse de frente esta vez a la cámara,dejando mi glande apuntando a la lente. Con mi mano derecha me pajeaba comoloco para acabar, y con la mano izquierda me estimulaba los huevos.
 
-Enséñame, muéstrame la leche, saca todaesa leche!  -Decía Sara casi gimiendo.
 
-Ahhh, aquí… viene… ya viene tu leche…ahhhhhh…..
 
Llegó el orgasmo y mi pene comenzó adisparar chorros de semen caliente con bastante potencia, el primero fue a dara la pared y el segundo y los siguientes saltaron arriba en el aire paraterminar cayendo en el suelo de mi habitación.
 
Ahhhh…. Uffff…. Qué buena acabada…jajajaja. Gracias por esta nueva idea!! -Dije a Sara mientras me recuperaba de mi orgasmo.
 
-Jajaja sí, fue una buena deslechada,jajajajaja. Triste que no pude ordeñarla yo, ¿No? Jajajaja.
 
-Sí, jajaja. Pero el lunes podrás hacer conella lo que quieras. Jajaja
 
-Me parece bien jajajajaja. Nos vemos.
 
Sara terminó la videollamada después dedecir eso y supongo que se fue a dormir.
 
Pasé el resto de la noche antes de dormirpensando en lo buena que había sido esa idea. No era la misma esencia de lasterapias, pero al menos calmaba el ansia de no poder llevarlas a cabo. Despuésde unas horas me terminé quedando dormido y pasé al día siguiente.
 
 
Es un nuevo día, sábado, sin escuela y sinterapias, pero al menos habíamos descubierto una nueva forma de divertirnos.Pasé el día pensando en si se iba a repetir o no lo de la videollamada, queharíamos, o si le pediría a Sara que me mostrara más de su cuerpo. En esemomento me sentía con posibilidades infinitas, pero, como siempre, Sara seadelanta y supera mis expectativas.
Ese día en la tarde, estaba terminando micomida cuando Sara envió un mensaje diciéndome que la llamara porque tenía algoimportante que decirme. Por un momento, (y vaya que eso es bastante raro) olvidétodo el tema sexual con Sara y realmente creí que se trataba de algo serio,alguna emergencia, accidente o algo similar.
En cuanto tuve oportunidad, la llamé unosminutos después.
 
-Sara, hola, ¿Qué pasa? ¿Qué tienes? ¿Quépasó?  -Dije yo, preocupado por lo quemencioné anteriormente.
 
-Jajaja tranquilo, estoy bien. Sabía que teiba a alarmar mi mensaje pero ya no pude cambiarlo jajaja.
 
-Ah… bueno, pero ¿Qué pasa?
 
-Bueno… pueeeees….
 
-Pues… ¿Qué? Jajaja.
 
--¿ Y si te dijera que hay oportunidad decontinuar la terapia hoy mismo?
 
Me quedé pasmado, era como si Sara quisierapremiarme, como si me debiera algo o no sé, pero parecía que siempre mejorabamis días con sus noticias.
 
-Pe.. pero por q… cómo? Jaja  -Dije yo, ansioso por saber.
 
-Pues mis padres salieron por unaemergencia familiar y me dejaron sola cuidando la casa durante el resto de latarde jajaja.
 
-Eso significa que podemos hacerlo en tucasa? Jajaja, qué bien.
 
-No! En mi casa nunca jajaja. Lo que digoes que puedo escaparme sin que ellos se enteren y podemos vernos en la caseta…jajaja
 
-¿Por qué no en tu casa?
 
-Si mis padres regresaran antes de tiempo yte encuentran aquí, estaremos muertos los dos.
 
-¿Y si regresan antes de tiempo y descubrenque no estás en casa? Jajaja
 
-Es distinto, pendejo jajaja. Puedoexplicar y ellos pueden tolerar que me escape de la casa, pero nunca meperdonarían el encontrarme con un chico en mi casa teniendo una “terapiasexual” jajajaja.
 
-Bueno, creo que tienes razón jajaja. Pero,¿Cómo lo hacemos? ¿A qué hora llegamos?
 
-Pues… no lo sé. ¿Crees poder estar ahí enuna hora, hora y media?
 
-Sí, claro, solo tengo que inventarcualquier buena excusa para salir y listo, jajaja.
 
-Bueno, entonces nos vemos ahí, jajajaja.
 
-De acuerdo, jaja.  -Dije finalmente y colgué.
 
No recuerdo cual fue mi excusa para saliraquella tarde pero lo logré y en una hora y unos cuantos minutos ya meencontraba llegando a la caseta, listo para la terapia. Pasé esperando unosminutos hasta que Sara se apareció a unos metros, desde lejos logré ver quetraía una blusa con escote, sus tetas lucían exquisitas en esa prenda.
 
Sara llegó, sonrió y pasó directamentedentro de la caseta sin siquiera saludarme o hacer contacto físico conmigo.
 
-¿Vienes? Jajajaja
 
Yo asentí y la seguí hacia adentro.
Una vez ahí, Sara se arrodilló frente a mi,y comenzó a quitarme el cinturón y bajar mi pantalon. Tenía la pija aun flácidafuera, ante esto Sara reaccionó ante el hecho de que había olvidado porcompleto quitarse la blusa que tenía. Se levantó, se quitó la blusa, el bra ysus tetas saltaron fuera. Volvió a arrodillarse para seguir estimulando mipene.
 
Sara comenzó a tocar mi pija para que sepusiera completamente dura, acariciaba suavemente mi glande y mis huevos,cuando mi pija se puso erecta como flecha, comenzó a pajearme muy lentamente.
Me estaba volviendo loco de excitación enmi mente, yo tenía que convencer a Sara de llegar más lejos, despues de todo loanterior, esta era la oportunidad.
 
-Sara…
 
-Eh? Dijo ella sin despegar la mirada de mipene.
 
-¿Te gusta mi pija?
 
-Jajajaja sí, está linda.
 
-Se ve buena, ¿no?
 
-Jajajaja ¿por qué lo preguntas así?
 
-Por qué se que te gusta, jajaja. ¿No tegustaría chuparla?
 
-Jajaja pero….
 
-Vamos jaja, chúpamela. Por favor. Sólo estavez.
 
-Jajaja debo admitir que me gana el morbopero…
 
-Anda, sería lo mejor… jajajaja.
 
-Jajajaja qué hijo de puta. Está bien, perosólo esta vez ¿ok?
 
-Sí, gracias, te adoro jajajaja.
 
-Jajaja, cállate. Pero te advierto que notengo mucha experiencia haciendo esto. Jajajajaja
 
-Dale…
 
Sara bajó completamente mi prepucio dejandodescubierto el glande, sacó la lengua y lamió suavemente la puntita de mi pija.Esa sensación casi me provoca un infarto.
 
-Ohhhhhhhhh…..  -Solté un gemido enorme.
 
-Jajaja ¿y eso?
 
-Pues… es la primera vez que me chupan lapija jajajaja.
 
-Es verdad jaja, olvidé que eres virgenaún, jajajaja.
 
Sara sonrió y se metió toda la cabeza delpene dentro de la boca. Hacía movimientos un poco torpes pero la mamada aún asíse sentía increíble.
 
-Chúpala toda….
 
Asombrosamente Sara obedeció y metió cuantopudo de pija en su boca, dejándomela brillosa llena de babita. Era la primermamada que me daban en mi vida y me estaba volviendo loco.
Se sacó mi pene de la boca y lo masturbóligeramente, aprovechando que la saliva lubricaba bastante bien. Escupió lapunta de mi verga y se la volvió a meter toda a la boca. Mi pene no eraprecisamente muy grande, por lo que no tenía problema en chupármela toda.
En unos momentos ya sentía inminente lavenida. Comencé a jadear y Sara lo notó inmediatamente:
 
-No me acabes la boca, jajaja.
 
-Por qué no? Jajaja, me encantaríarellenártela de leche…
 
-Porque no me voy a tragar tu semen; estásloco jajajaja.
 
-Pues no lo tragues, sólo me vengo y loescupes… jajaja
 
-No, tampoco, jajaja. Acábame las tetasmejor jajajaja.
 
-Bueno está bien, no te acabo dentro de laboca pero al menos en la cara.
 
-Ya dije, en las tetas, tómalo o déjalo,jajajaja.
 
-Ahh… está bien, jajaja, te acabo lastetas.
 
-Dale, jajajaja.
 
Esta vez no fue Sara la que me pajeó, ellacomenzó a hacer rebotar sus tetas mientras esperaba la leche, yo me masturbabarápidamente pues toda la saliva lubricaba excelente para la paja.
 
-Ahhh… ya….
 
Ella se acercó dejando la cabeza de mi peneapuntando justo entre ambas tetas. Di las últimas sacudidas y le vacié unacantidad enorme de leche caliente sobre el pecho, las tetas y parte del abdomen.Cada chorro de semen que salía se estrellaba contra su piel y daba pequeñassalpicaditas en otras partes de su cuerpo. Mi venida estaba siendo unespectáculo.
Terminéde venirme y dejé que Sara exprimiera las últimas gotas de esperma quechorreaban de mi glande. Le había bañado las tetas en leche.

 
-Jajajaja, cada vez mejor y parece que cadavez más leche! Jajaja  -Dijo ellamientras frotaba sus tetas una con la otra
 
-Sí, cada vez es mejor!! Aunque me hubieraencantado acabarte la boca jaja.
 
-Cállate, jajajaja eso no va a pasar.
 
-Jaa… está bien… jajajaja
 
Nos quedamos mirando nuestros cuerpossemidesnudos unos segundos hasta que Sara dijo:
 
-¿Y luego?
 
-¿Qué?
 
-¿Todavía te quedará algo de leche en loshuevos no? Jajajaja. ¿La ordeñamos o qué?
 
-¿Otra ronda? Jajajaja.
 
-Sí, dale, por qué no, jajaja.
 
-Ok -Dije felizmente.
 
Había terminado de correrme y la erecciónde mi pija ya estaba a tope de nuevo, podía volver a exprimirme la leche unavez más. Le puse la pija en los labios a Sara, a lo que ella se hizo haciaatrás y dijo:
 
-No! Qué haces?
 
-Creí que dijiste que…
 
-Sí pero no te la voy a chupar jajaja  -Interrumpió ella.
 
-¿Por qué? -Dije un poco desanimado
 
-Te dije que solo sería una vez y no quieroarriesgarme a que esta vez me termines en la boca de sorpresa, además, todavíatienes restos de semen jajajajaja.
 
Únicamente hice un gesto de decepción ydejé que Sara decidiera.
 
-Mejor me puedes pasar la pija entre lastetas, así la leche lubrica, jajaja.
 
No dije una palabra y pasé directamente ahacerlo, era una de las cosas que más excitación me podía producir, que mepajearan con las tetas, así que lo hicimos. Mi pene resbalaba fácilmente puestodo el semen que había disparado anteriormente seguía fresco, y servía comoexcelente lubricante. El olor a esperma y a sexo se hacía cada vez más intenso.Esta vez el orgasmo fue más rápido por la tremenda excitación que tenía.
 
-Acabo…
 
Dije yo mientras repetíamos exactamente elproceso anterior, Sara jugaba con sus tetas y yo preparaba la descarga de leche.Esta vez apunté ligeramente hacia arriba y unas cuantas gotas de espermacayeron sobre la cara de Sara a la altura de la mejilla.
 
-Oye!! -Dijo ella, sin moverse aún, para evitar que sucediera de nuevo.
 
-Perdón….. ya te limpio….  -Dije yo mientras continuaba viniéndome sobresus tetas.
 
La cantidad de leche que tenía sobre lastetas era bestial, era una corrida enorme sobre otra, había esperma fluyendopor todos lados, por sus pezones caían pequeñas gotas de leche que sederramaban hasta el piso. En cuanto terminé de disparar semen, busquéinmediatamente un trozo de papel higiénico y se lo di a Sara para que limpiaralas gotas en su cara.
 
-Lo siento, en serio, jajajaja. No fue miintención…
 
-Sí, supongo, solo no vuelvas a hacer esojajaja, no me gusta el semen en mi cara jajaja.
 
-Está bien… jajaja.
 
El proceso normal se repitió: limpiarnos,vestirnos, salir, despedirnos e irnos. Esta vez nos ibamos tremendamentesatisfechos ambos, Sara me había chupado la pija y ella se había llevado unaenlechada impresionante en las tetas. La primer terapia sabatina había sidoexcelente.
Al llegar a casa, mis padres preguntaronque tal me había ido, yo ya no recordaba que había dicho como excusa en unprincipio pero contesté que “normal, como siempre” y ellos lo tomaron bien.
Ese día había quedado tan satisfecho, tancomplacido, que no tuve ni ganas de pajearme durante el resto de la tarde ynoche, Sara me había sacado toda la leche y toda el ansia sexual posible almismo tiempo.
Para no hacer muy largo lo que sucedió enesa noche, lo resumiré: Sí, como tal vez se imaginaron, Sara y yo acordamosrepetir la terapia el día domingo, el día siguiente a la misma hora.
La cosa extraña fue que me dijo que cuandollegara, entrara a la caseta, que no la esperara afuera porque tenía algoespecial para la ocasión. Sinceramente pensé que llevaría algún juguete sexualo alguna tontería. Pero como siempre, Sara me sorprendió y lo que sucedió no melo hubiera esperado ni en un millón de años…
 
Ya era domingo y yo ya estaba listo parasalir de casa e ir a mi encuentro sexual con Sara y su “sorpresa”. Me puse encamino y, como siempre, llegué antes que ella. Por unos momentos me quedéfuera, hasta que recordé en lo que había dicho el día anterior, que no laesperara afuera y me metiera a la caseta. Por un momento pensé “por qué deberíaobedecer?”. Pero después pensé en que Sara había aceptado mi petición dehacerme una mamada así que sentí como que yo debía de hacer lo que ella medijera para estar a mano.
 
Me senté un par de minutos en el suelo,dentro de la caseta, esperando a que Sara llegara. Realmente no me puse apensar demasiado en que sería aquella cosa especial que tendría para laocasión, no le di mucha importancia y pensé en que podría hacer para hacerpasar el tiempo más rápido, así que comencé a masturbar mi pene lentamente porencima de la ropa, para que cuando Sara llegara, yo ya estuviera listo con lapija bien dura.
 
Pasaban los minutos hasta que por finescuché como se abría la puerta, en un movimiento muy rápido bajé mi pantalon ydejé mi pija al aire, con el propósito de que Sara la notara justo al entrar.
 
-Hol…. Jajajajajaja! Ya te estabaspreparando eh!
 
-Así es, jajaja, quería ponerle un poco desabor desde antes.
 
-Me parece bien… jajaja…
 
Sara me miró como esperando a que yopreguntara lo obvio, así que lo hice.
 
-¿Y? ¿Qué es eso súper especial que ibas atraer?
 
-Pues….
 
-¿Sí?
 
-Espero que no me odies por esto,jaja…  -Dijo ella sin la característicasonrisa en su rostro.
 
-¿Pero qué? ¿Odiar qué? ¿Odiarte porqué?  -Estaba comenzando a desesperarme.
 
Sara estaba parada en la puerta, bloqueandola entrada. Se hizo a un lado lentamente, mientras agachaba la mirada. Dossegundos después otra persona entró a la caseta. Al ver su cara, casi me da uninfarto.
 
-….D… ¡¿Diana?!  -Dije yo, casi en shock...
 
Todos nos quedamos en silencio, yo pasabala mirada de Sara a Diana y ellas dos miraban al suelo sin decir palabra.Después de unos segundos (o minutos) Sara rompió el silencio:
 
-Le conté sobre esto a ella… creo quepodemos ayudarla… jajaja.
 
-¿Ayudarla? -Dije yo, sin entender aún
 
-Verás, le había contado a Sara que hetenido algunos problemas con mi novio y ella me dijo que podría ayudarme, sóloque no me asustara por lo que me iba a confesar, jaja  -Dijo Diana
 
-¿Por qué seríamos de ayuda? Jaja  -Dije nervioso
 
-Esta terapia comenzó para ayudarte a tenermayor experiencia sexual, ¿recuerdas? Así que cuando Diana me contó de susproblemas, creí que podría ayudar… jajajaja -Replicó Sara
 
-Sí, jajaja. Ehm… mi novio y yo hemostenido sexo un par de veces pero difícilmente logro que se sienta como tal, noparece disfrutar cuando se la chupo o cuando me coge, últimamente ha evadido unpoco el sexo y no me gustaría pensar que vaya a buscar alguien más solo porquesoy mala cogiendo… jajaja.
 
-Entonces…. -Dije yo, aún sin creer lo que estaba pasando
 
-Sí, aprenderemos juntos los 3,jajajajaja.  -Dijo Sara emocionada, comosi fuera cualquier cosa. Continuó:
 
-Y bien, ¿empezamos o qué? Jajaja.
 
Yo permanecí inmóvil, Sara esta vez no seestaba desnudando, más bien esperaba a que Diana estuviera lista para comenzarcon la terapia. Ella cerró la puerta, y se sentó en el suelo junto a Sara.
 
-Ponte de rodillas, jaja  -Me ordenó Sara y obedecí.
 
Mi pene se encontraba flácido, la sorpresahabía quitado la excitación que tenía, pero eso ayudó a Sara a comenzar con sulección desde el principio. Estaba hincado con la pija al aire, mientras Sara yDiana estaban sentadas frente a mi. Sara dio inicio a la sesión y dijo a Diana:
 
-Muy bien, lo primero que harás seráexcitarlo, ¿ves que tiene la pija dormida? Pues quiero que la tomes y laacaricies hasta que se la pongas lo más dura posible. No lo pajees aún,únicamente juega un poco con ella, jajaja.
 
Diana se veía sumamente avergonzada ynerviosa, ella y yo no teníamos tanta cercanía o confianza para que de repente,un día cualquiera, yo fuera un sujeto de pruebas para que ella aprendiera comoexcitar a un hombre. Nos quedábamos en silencio mientras Diana se decidía.Finalmente agarró valor:
 
-E..Está bien… voy a…  -Dijo, señalando que iba a tocarme el pene
 
-Ehh, claro, dale… jaja.  -Dije yo, más nervioso y ansioso que nunca.
 
Esto se estaba convirtiendo en un sueño, meconformaba con Sara y sus tetas pero ahora Diana había entrado al juego, yestaba a punto de tocarme la pija!!
 
C O N T I N U A R Á

6 comentarios - Terapia sexual en la escuela: IV

mdzterracota
Que buena sorpresa. Que venga la continuación pronto. Está muy bueno
dhaka20
Hasta que por fin, espero que valga la pena leerlo y que salga pronto la proxima parte
dhaka20
Hasta que por fin, espero que valga la pena leerlo y que salga pronto la proxima parte