La prima de Anto

Antonela era morocha de piel nacarada, tal vez no bella de cara pero con un cuerpo muy escultural. Sus pechos eran pequeños y bien formados muy Redondos y firmes.
Sus caderas tenían la curva exacta para acariciar. Antonela era una mujer para ser disfrutada, la conocí por casualidad en el arcaico Internet de 2003. Comenzamos a chatear por mensajes de texto y pronto se nos dio la oportunidad de vernos por primera vez en su Posadas natal un 14 de febrero.
Llegamos y tomamos y charlamos como si fingieramos estar allí para otra cosa. Lo cierto es que confirmamos nuestra química desde el momento en que nuestros cuerpos desnudos se rozaron.
Así un par de meses cuando yo estaba en misiones ella se había convertido en mi novia fija. Vivíamos prácticamente juntos esos días ya que se instalaba conmigo y pasabamos la noche teniendo sexo. Mi pija se convirtió en su juguete favorito y su chupete, podía felarme horas enteras mientras yo simplemente me tiraba en la cama disfrutando de cigarrillos y cerveza.
Así se animó a llevarme a su casa que tenía dos habitaciones y pasaba allí las noches después del trabajo.
En una de esas semanas llegué un martes y me dice venite a casa directo. Ya tarde a la noche luego de coger le digo voy al baño. Entonces veo la luz de la otra pieza encendida. Me extraño pero lo deje pasar ya que la encontré dormida al volver.
Al otro día la llegar del trabajo mientras cenabamos escucho un sonido salir de la habitación cuya luz continuaba encendida.
-Anto, que tenes adentro de esa pieza-. Le pregunte intrigado.
-Es mi prima lucia, mi tía me pidió que la traiga y le busque trabajo… -. Dijo mientras movía la cabeza en señal de negación.
-Si no querías podrías haber dicho que no-.
-Es que mi tía insistió un montón. Bueno intentare ayudarla en lo que pueda-.
-Ok, comió esa nena?-.
-Si claro no sale por que dice que no nos quiere molestar-.
-Pero en qué nos puede molestar, decile que si quiere que venga a mirar tele, a mi no me jode, a vos?-.
-No para nada, además con lo de anoche no tiene de qué avergonzarse aún más-. Dijo y recordé los nuestros gemidos de la noche anterior, y de cómo la obligaba a Anto a describirme lo que sentía cuando se la metia de espaldas.
Fue a la pieza entre abrió la puerta y dijo:
-Lucia queres mirar tele en la sala. Nosotros en un rato nos vamos a la pieza-.
Lucía salió de la pieza, era una polaca pecosa y labios finos, sus cabellos algo enmarañados pues se notaba acostada en la cama, sus labios eran finos y sus ojos grandes y azules. tenía un metro sesenta como Anto pero su cuerpo era mucho más voluptuoso a diferencia de Anto con su figura estilizada de músculos marcados y piel morena, a Lucía le sobraba todo y sobre todo cola.
-Solo los voy a saludar por que ya estaba acostada-. Dijo Lucía mirándome con ojos casi pícaros.
Me beso en la mejilla y volvió a la pieza yo no pude más que imaginar su cola desnuda, bamboleándose dentro de su vestido mientras caminaba hacia la habitación.
Esa noche mientras cogíamos con Anto no dije una palabra, estaba detrás de ella y cuando sentí su orgasmo, le tape la boca con la mano hasta el punto de asfixiarla. 
-Que no quieres que nos escuche?-. Me pregunto.
-Y… si-. Le conteste
-Ya nos escuchó ayer y ya hablamos ella es grande ya entiende todo-.
-Que te dijo?-.
Me miró pícara y dijo:
-Nada-.
-Dale no seas así que dijo-.
Me contó que habían hablado porque Lucía le dijo que no pudo dormir recordando nuestros sonidos en la pieza del al lado. Al parecer se insinuó que se masturbo un par de veces imaginandonos. Anto primero le pidió disculpas, avergonzada pero Lucía le dijo que no había problema que eran cosas naturales.
-Parece que te gusta que te hable de ella-. Dijo Anto tomando mi pija que estaba re dura. No espero mi respuesta y se inclinó para chuparmela subiendo y bajando muy lento.
Se sentó introduciendola bien a fondo. Iniciando su cabalgata, no podía hacer otra cosa que imaginar que era Lucía la que me cogía.
Decidí de que si Lucia estaba al otro lado de la pared, masturbandose, Anto y yo le íbamos a dar un buen espectáculo, tome a Anto de su pequeña cintura y comencé a empujarla ella reaccionó como es debido elevando más y más sus gemidos.
Tuvo un orgasmo, su vagina se contraia frenéticamente, entonces comencé a subirla hasta que mi glande rozaba sus labios a la dejaba caer empujando mi pija lo más adentro posible, Anto comenzó a gritar y a contorcionarse estaba teniendo un orgasmos sobre otro. Luego cayó sobre mi pecho respirando entrecortadamente.
Nos dormimos profundamente y ese día fui a trabajar temprano y solo pensaba en Anto y Lucia.
Esa noche del jueves todo fue tranqui, Anto me hizo un suave masaje de cuerpo entero y me chupo la pija hasta casi quedarse dormida, así desnudos en la cama ella durmió entre mis piernas mientras yo me dormí viendo una película.
Desperté y fui al baño, me puse el pantalón y salí me detuve un momento mirando la luz por debajo de la pieza de Lucia y me dirigí al baño. Al abrir la puerta vi a Lucia sentada en el inodoro con una teta en su mano.
-Perdón no me di cuenta, disculpame-.
-Ya salgo-. Dijo Lucia.
Obviamente me puse al palo la imagen de sus pechos no se me borraba de la cabeza. Entonces Lucia abrió la puerta. Me miró a los ojos y se acercó a mi.
Apoyo su cabeza en mi pecho y con la palma de la mano acarició mi abdomen y bajo primero al pubis y luego hasta mi entrepierna, mi pene estaba duro pero por el pantalón hacia abajo haciendo una prominente carpa, ella le pasó la mano de arriba abajo mirándome y mordiéndose el labio superior.
-Disculpame, no puedo así… pero si Anto me llama voy a estar-. Me dijo mientras se apartaba de mí y se metía en la pieza.
Volví a la pieza, libere mi pene de su prisión, y me acosté desnudo al lado de Anto. Tuve la tentación de entrar en esa pieza, pero no me levante. Sentía el calor de Anto y no pude más, y la penetre de nuevo. 
Al otro día decidimos con Anto comprar unas pistas y cerveza. En el camino Anto me dijo:
-Te parece si lucia cena con nosotros?-.
-Claro le dije-.
Comimos y charlamos todo normal, miramos una peli y le dijimos a Lucia que nos íbamos a dormir.
-Voy a tener que poner la tele más fuerte-. 
Yo entre a la habitación y mientras Anto cerraba la puerta le dijo a Lucia.
-Si te aburris vamos a estar aca no mas-.
Quede con los ojos muy abiertos realmente sorprendido. Anto me sonrió y de inmediato se sacó la remera de un solo movimiento, dejando ver sus pequeños pero dulces senos. Me beso apasionadamente y dijo:
-Ya hice mi parte-.
La tome de la cabeza y la empuje hacia abajo, desabrocho mi pantalón y bajo mi cierre mientras acariciaba mi mástil que luchaba por pararse. Saco mi pene y le paso la lengua muy despacio recorriendo su extensión como si fuera un dulce. Luego comenzó a pajearme, apoyando sus labios en la punta.
Nos acostamos, Anto como siempre se posicionó entre mis piernas y me regaló su excelente chupada habitual, ponía la cabeza de mi pija dentro de su boca y me pajeaba despacio para luego introducirla profundamente hasta que sus labios llegaban al final de mi pene y mi glande alcanzaba su garganta. Luego el juego comenzaba de nuevo, una y otra vez.
Entonces sucedió lo que tanto esperaba, la puerta se movió y Lucia entró cerrando la puerta tras de si. Anto le dio una fugaz mirada sin sacar mi pija de su boca, Lucia y yo nos mirábamos intensamente, comenzó a sacarse la ropa dejando ver su piel blanca, sus pechos enormes con grandes pezones rosados. Al quitarse su bombachita de color negro pude ver su pubis apenas tapado por unos rubios pelitos que contrastaba con el blanco de su piel.
Se acostó al lado de Anto y espero un momento, como esperando la tan ansiada autorización.
Anto  saco mi pene de su boca, lo tomo del tronco y lo inclinó hacia su cara diciendo:
-Chupa putita, comete a mi macho, chupa mi amor-.
Lucia apoyó su boca sobre la.punta de mi pija y no tardó en tener la cabeza adentro, entonces Anto le posó la mano en la cabeza y mi pija se incrustó en su boca, comenzaron a subir y bajar por toda mi envergadura peneana, era inevitable que sus labios se tocaran en algún momento.
Y así ocurrió lo que para mi es el regalo mas lindo que dos hembras le pueden dar a un hombre.
Llegaron juntas a la punta de mi pene y sin dejar de chuparme sus labios se empezaron a comer uno a otro hasta que se fundieron en un beso.
Se basaban y recorrian mi pija hasta que en la punta se volvían a besar.
Me senté en la cama y llegue a sus bocas que no se despegaban, así nos fundimos en un largo beso de a tres, con mis manos fui recorriendo los pechos de cada uno y baje para llegar a sus conchitas. Las empecé a acariciar pasando mi dedo por sus respectivos clítoris, para luego hundir primero un dedo y luego otro en esas vaginas que pronto recorrerla con la pija.
-Te morís por cogerla, no?-. Me dijo Anto. Y yo asenti.
La moví de las caderas desparramando todo su cuerpo sobre la cama, nos fundimos en un beso y comencé a bajar saboreando cada centímetro de su piel. Mientras yo bajaba Anto subía por una de sus piernas, todo el cuerpo de Lucia vibraba de placer.
Nos encontramos en su su vagina, la que pudimos chupar entre los dos mientras nuestros labios y lenguas de encontraban. Lucia tenia un orgasmo y de pronto nuestra saliva se mezclaba con su flujo blanquecino que se escurría por la comisura de nuestros labios.
Lucia con las piernas muy abiertas gemía sin parar, decidí aprovechar su posición y me apoye sobre ella, la punta de mi pija se mojo con los flujos que bañaban sus labios. Hice presión y a pesar de una pequeña resistencia inicial, una vez que la cabeza de mi pija ingreso por completo en su vagina me deslice sin dificultad hasta que nuestros cuerpos hicieron tope entre sí.
Gimio intensamente bajo mi cuerpo, pero allí ya estaba Anto que acariciaba su cabeza mientras su otra mano no soltaba unos de sus redondos pechos.
Salí casi por completo y volví a entrar presionando cada vez más fuerte una y otra vez, con cada estocada la boca de Lucia se abría muy grande y pronunciaba un ohhh!!!! Anto decidió callarlo y comenzó a comerle los labios con furia.
Seguí mi movimiento una vez otra otra. Pero ya no podía más sentía que mi semen se acercaba, decidí salir de Lucia, pero de inmediato mi cuerpo fue reemplazado por el de Anto. Su cuerpo se rozaba completamente por el de Lucia y comenzó a bajar primero a sus pechos, lamiendo sus pezones y mordiendolos suavemente, pero no se detuvo alli, siguió bajando hasta que sus labios estuvieron comiendo la vulva de Lucia.
Me senté en la punta de la cama, miraba como Anto chupaba cancha sin parar, mientras Lucia no hacia mas que moverse. Encendí un cigarrillo y me quedé allí obserbandolas, escuchaba los gemidos de Lucia, y tenía un primer plano de la cola y la cancha de Anto y sus nalguitas. En un momento Anto comenzó a bambolear sus caderas, sabia lo que quería, así que apague el cigarrillo y me ubique tras ella.
Su conchita estaba muy mojadita lo que me permitió entrarle de un solo golpe, lanzo un gritito ahogado pero siguió con su tarea, con cada metida sentía el tope de su conchita.
-Ummm!!! Ummm!!-. Lanzaba Anto mientras sin parar la castigaba lo más adentro que podía en su pequeña vagina mucho más pequeña que la de Lucia, que parecía no tener fin.
De pronto Lucia pego un grito, Anto al parecer le estaba mordiendo la cancha. Y su espalda donde yo tenía mis manos se llenaban de sudor. Sabía que estaba teniendo un orgasmo, y le di mas fuerte, caímos sobre el cuerpo de Lucia. Las dos se mezclaron en un beso mientras yo seguía dentro de Anto metiéndosela lo más adentro posible.
Nos quedamos inmóviles un rato, ellas se besaban como si fueran dos novios tiernos, yo acariciaba el costado de Anto, recorriendo su cadera con mi mano y tensando de pene dentro de ella de a ratos, lo que le hacía soltar un suspiro.
-Voy a traer cerveza-. Dijo Anto que se levantó dejándonos solos un momento.
-Que rica hembra sos-. Le dije a Lucia mientras mi mano se apoderaba de su teta amasandola.
Reaccionó empujandome poniéndome de espaldas, se sentó sobre mi, y se fue deslizando metiendo mi pene a fondo. Empezó un movimiento frenético de adelante a atrás, tenía el instinto de sentir el final de esa concha, pero era enorme y no llegaba, de todas formas se hacia sentir, ya que Lucia gemía cada vez más fuerte. 
Note a Anto a nuestro lado y pronto se prendió de los pezones de Lucia chupandolos con furia y marcandolos con sus dientes.
Se hubico poniendo su conchita en mi cara. La chupe toda, clitoris, concha, cola. Mi lengua no dejaba de entrar y salir. Pero cuando los dedos de Anto comenzaron a acariciar el clítoris de Lucia, exploró.
-Ahhhh!!!-. Fue su grito profundo.
Vibraba apretando fuerte mi pija en su vagina. Cayó hacia atrás y mi pija saltó de su conchita completamente parada. Anto de tiro sobre ella y comenzó una pajeada con succión que me dejo al borde de la eyaculación.
-Hija de puta, toma todas mis leches amor. Toma, toma lo que te doy!!-.
Le grité descontrolado. Puso la mitad de mi pija en su boca y aspiro con furia. Mi semen empezó a salir a raudales y ella lo guardó todo en su boca.
Fue hacia la boca de Lucia y esta la tomo de la cara y se fundieron en un beso que contenía mi leche. El semen escapaba de sus labios y se regaba por sus caras y ambas se limpiaron a lenguetazos.
Cogimos toda la noche, al otro día me reporte enfermo y todo el fin de semana la pasamos desnudos en esa cama.
Luego de 15 días volví a estar una semana con ellas, ya vivían desnudas en la casa. Anto o yo al llegar del trabajo solo cerrábamos la puerta y nos poníamos en bolas, sabíamos que estaba Lucia allí desnuda esperando ser cogida, por ella por mi o por ambos.
A los dos meses me informaron que ya no me querían en la casa. A pesar que Anto seguía frecuentandome en mi alquiler donde venía a hacerse coger, me confesó que se amaban y que haría lo posible tratar de no venir más.
Sus visitas se hicieron cada vez más esporádicas y los mensajes fueron terminando.

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