Camila, parte 2

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-         Me debes una jarra de cerveza todavía
Era viernes, a la tarde, y habíanpasado cinco días en los que no hablamos de lo que pasó el fin de semana. Nohabía tensión, ni nos evitábamos, simplemente no tocábamos el tema. Hasta quele mandé ese mensaje.
-         Te lo compensé con creces creo – Me contestó alos diez minutos.
-         No no no no, son cosas distintas. Además mal nola pasaste.
-         No, no la pasé mal
Sonreí con ese mensaje, y se mefue un peso de encima.
-         Bueno si me invitas a salir te pago la jarra.Pero venís vos para acá.
-         Hoy?
-         Si
Inmediatamente me bañé y mevestí. Me puse un jean, una remera, y por las dudas agarré una mochila y puseropa interior, un short y una musculosa. Eran las cinco de la tarde, tanteé aver si mi papá me daba el auto. Milagrosamente la respuesta fue afirmativa, asíque pasé a buscarlo. Manejé por la autopista lo más rápido que la ley mepermitía, y por momento más rápido aún. Seis y media estaba en la dirección queCamila me había pasado.
-         Puerta – le escribí por whatsapp
Salió, tenía una pollera larga,una musculosa
-         No entiendo por qué viniste tan temprano, tanansioso estás?
-         Sí, estoy ansioso, pero no es por eso – le dijesin bajar del auto – querías que venga acá a La Plata por comodidad o por algoen especial?
-         Comodidad mi amor – me dijo en tono sarcástico
-         Entonces tráete un cambio de ropa, yo te esperoacá
Me miró sin entender, pero comoacostumbrada a mis sorpresas, no dijo nada y entró a su casa. A los 15 minutosestaba afuera de nuevo, con un bolso. 
-         Vamos a Mar del Plata – dije
-         No es tarde?
-         Son menos de las siete, a las once a más tardarestamos allá. Para salir está más que bien.
Arranqué y conduje hasta la ruta2. Fuimos hablando, animados. Paramos en Atalaya a cenar, aunque era mediotemprano. Comimos una pizza, y seguimos sin perder tiempo. Once y mediaestábamos entrando en Mar del Plata.
-         Teniendo en cuenta que paramos para comervinimos rápido – dije
-         Adónde vamos, a un hotel o qué? – preguntó Cami
-         Jajaja te acordaste tarde de preocuparte
-         Es que confío en vos – me dijo acariciándome elbrazo. Lo tomé con sarcasmo también.
Manejé por la Avenida Colón, casillegando a la costa.
-         Casi todos los años que vine alquilábamos undepartamento acá, aunque no me acuerdo exactamente cuál – le conté
-         Sí, yo también vengo por acá
-         Siempre quise ir a ese hotel
Ese hotel se llamaba Dos Reyes,estaba sobre Colón, al lado de la plaza del mismo nombre, que en diagonal da alCasino y al Hotel Provincial. Había un lugar libre para estacionar en lapuerta, lo aproveché y bajamos con nuestros respectivos bolsos. Pedí unahabitación por dos noches, eran más de tres mil pesos, me dolió pero no habíamarcha atrás. Pagué la primera noche, nos dieron la tarjeta y nos llevaron anuestro cuarto. La ventana daba a la avenida, obviamente había una camamatrimonial, una mesita con dos sillas, el televisor, teléfono, armario concaja fuerte, y el baño con ducha y bañera. Era una linda habitación. Camila sesentó en la cama, después de tirar su bolso al piso.
-         Bueno, qué hacemos? No me digas que me trajisteacá para quedarnos en la habitación
-         Mal no la pasaríamos… pero no. Tampoco te “trajeacá”. Vinimos. Podemos hacer lo que vos quieras también.
-         Bueno, ahora quiero bañarme
Agarró su mochila y se metió enel baño. Dudé en acompañarla o no. Pero preferí darle una sorpresa. Me desnudéy me tiré en la cama. Ya desde que la pasé a buscar mi pija estaba gomosa, solotuve que acariciarla un poco para que se me ponga bien dura. Y así esperé quesalga. Salió envuelta en una toalla, y con otra toalla en el pelo.
-         Wow, cómo estás – dijo mirando mi entrepierna
-         Vos me ponés así – me la acariciaba muy despacio
-         Mmmm a ver qué puedo hacer
Se subió a la cama, yo estababoca arriba, ella gateó hasta mi cara. Me besó por primera vez en el día. Melamió el cuello, chupó mis pezones, fue besándome hasta bajar a mi verga.Cuando llegó, se levantó y quedó arrodillada en la cama. Se sacó la toalla dela cabeza y agitó su pelo todavía algo mojado, salpicándome. Con el toallóncubriéndole el cuerpo, se volvió a agachar. Agarró mi pija con una mano y leempezó a dar besos, mirándome. Bajó a mis huevos, los lamió. Y después pasó lalengua por mi pija, desde abajo hacia arriba. Finalmente se la metió en laboca; como ya había comprobado antes, podía comerla toda. Fue acelerando elritmo de a poco, hasta pajearme con la boca, sin usar las manos. Paró desuccionar, juntó saliva con los labios y la dejó caer, mojándola bien. Justo enese momento me retorcí un poco y la saliva bajó por mis huevos y mi anotambién. Cami fue hasta esa zona, y pasó su lengua, lamiendo toda su propiababa. Volvió a petear fuerte, ya para hacerme acabar. Después de unos minutoslo consiguió. Nunca vi mi semen, fue directo primero a su garganta, y después asu estómago.
-         Bueno, mientras te vestís me baño yo – dije despuésde recobrar el aliento un poco
 
Me bañé y vestí, Cami ya estabalista, y salimos. Ambos con jean y camisa. Agarramos el auto y fuimos paraAlem, a buscar un bar o algo. Todavía no era la una de la mañana, así que nohabía un gran movimiento de gente. Entramos al Roxy, que yo ya había ido enviajes anteriores y me parecía agradable.
Nos pusimos en la barra, pedimoscervezas primero. Fuimos hablando de cosas banales hasta que salió el tema delfin de semana anterior.
-         Que parte te gustó más? – le pregunté, curioso
-         Mmmmm creo que cuando me agarraste fuertedespués que se las chupé a los pileteros
-         Sí, eso estuvo bueno. Igual lo mejor para mí fuehacerte la cola
-         Y si, es obvio que ibas a elegir eso, mira loque es esto – dijo palmeándose ella misma
-         A ver – ahora la toqué yo – si… es tan lindacomo me acordaba
Nos reímos un poco, y ya pedimosla segunda ronda. Seguimos recordando nuestros días juntos e íbamos subiendo latemperatura. Hablábamos muy de cerca, pero por alguna razón, después de todaslas cosas que habíamos hecho, no me animaba a besarla. Pero por suerte no tuveque sufrir tanto porque ella si se atrevió después de un rato. Nos besamosfuerte unos minutos, mientras el lugar se iba poblando.
-         Querés bailar? – dije yo
-         Jajaja bailas vos Seba?
-         Parezco que tengo problemas motrices cuandobailo, pero podemos intentar… es más una excusa para manosearte un poco
-         Ya creo que no necesitas excusa para eso, peroahora quiero verte bailar – me dijo riéndose
Fuimos por las escaleras haciaarriba donde se podía bailar un poco mejor. La agarré de la mano y nos pusimosa bailar, o lo más parecido a bailar que yo podía hacer. La hacía girar y laapoyaba un poco, y cada tanto nos metíamos otro beso. Danzamos unos quinceminutos, hasta que paré y le dije que me espere que iba al baño. Tuve queesperar que salieran tres tipos, así que tardé un poco. Cuando volví, Camiestaba hablando con un pibe, algo más grande que nosotros. Me acerqué, ella ledijo algo y se reunió conmigo.
-         Te estabas chamuyando uno – le dije, sin sonarceloso ni mucho menos
-         Jajaj se acercó pero le dije que estaba conalguien, no pasa nada – me contestó poniendo sus manos en mi pecho, como señalde que estaba conmigo
-         No es una escena de celos ni mucho menos. Esmás, hagamos un trato
-         Mmmmm, te vas a poner medio pervertido me parece
-         Me conoces… Bueno, el trato es el siguiente. Site gusta alguno, te autorizo que te lo comas. Pero tenés que chupársela,mínimo, y filmarlo.
-         Jajaj te gusta ser cornudo Seba o qué onda?
-         No somos novios. Si lo fuéramos no te diríaesto. Si lo fuéramos de hecho le hubiese pegado a ese con el que hablabas.
-         Pará Superman, vos pegándole a alguien? Esa síque no me la creo.
-         Puede ser… el punto es si aceptas o no.
-         Y si esta vez lo haces vos?.
-         Que me coma a un tipo? – dije haciéndome elgracioso
-         No boludo… que te comas una mina y la filmes.Siempre yo tengo que ser la putita?
-         No es lo mismo… vos agarras a cualquier flaco deacá y lo haces, yo gracias si consigo que alguna me de un beso.
-         Problema tuyo… Pensá en la recompensa que vas atener en el hotel si me das el gusto…
-         Ufff… Bueno, dale.  Pero va a ser difícil.
La agarré y volvimos a bailar.Nos besábamos más intensamente, estábamos calientes. Mis manos apretaban sucola, me gustaba hacer eso. Cami ponía sus brazos atrás de mi cuello. En unmomento, así medio abrazados, ella mira por sobre mi hombro.
-         Te encontré una candidata perfecta.
Miré para atrás. Había un grupode tres mujeres. Una bien flaquita, rubia, bonita, sin tetas ni mucho culo,solo ganaba por su cara. La segunda tenía más carne. Pechos generosos, cola másgrande, cara normal. La tercera parecía de otro grupo. Tenía el pelo teñido deceleste, varios tatuajes y ropa más rockera. Realmente no entendí qué hacía conlas otras dos, pero así era. Supuse que Camila se refería a ella, o a la tetonaen todo caso.
-         Cuál decís?
-         La rubiecita
-         Jajaj estás loca, ni en pedo me da bola – dijesorprendido
-         Haceme caso. Te digo más. Si te la encaras y note la comes, se la chupo al que vos me digas del boliche y lo filmo sin que voshagas nada con ninguna.
-         Wow, tenés mucha confianza. Bueno, deséamesuerte
-         Suerte – me dijo dándome una palmada en la cola
Fui para donde estaban ellastres. Agarré a la chica y la aparté. Le empecé a hablar boludeces, de dondeera, supe que se llamaba Guillermina, que era de Rosario, bla bla bla. A loscinco minutos estábamos en la barra, ya estaba medio borrachita cuando arranquéa hablarle, y encima quiso tequila. Ni se dio cuenta que pedí solo para ella,se lo bajó sin limón ni sal. Ahí le tiré la boca y respondió. Enseguida ellamisma me tocó el bulto. No podía creer que Cami tuviera razón y esta piba eratan fácil. Pero no me iba a quejar, y metí mano también. Por su cola, que notenía mucha, y por sus tetas, que tenía aún menos. Le pregunté si quería ir ami auto a estar más tranquilos. Me dijo algo que no entendí pero terminosonriendo así que lo tomé como un sí y la llevé. Por suerte no había que pagarentrada en el bar así que no había problema en salir y volver a entrar. Fuimosa la vuelta donde estaba estacionado, era oscuro, nos metimos. Sin perdertiempo la agarré de la cabeza, la besé fuerte. Y después la empujé sutilmentehacia abajo para que me la chupe. No se asustó, me desabrochó el jean y sacó mipija. En ese momento me acordé que había que grabar. Saqué el teléfono, prendíla luz del auto y empecé a filmar. La piba miró pero no le importó y siguióchupando. No lo hacía muy bien, como si no tuviera experiencia. La tenía duraigual por todo el juego previo con Cami; la mina chupaba como podía, pajeándomeal mismo tiempo, solo se metía la cabeza en la boca. Le agarré las manos paraque no las use. Y la desafié a que se metiera más pija adentro. Lo hizo, y supete mejoró. No quería demorarlo mucho así que no retrasé el orgasmo. Comocaballero le avisé que venía. Dejó la boca mientras salía la leche, perodespués escupió en un pañuelo de papel que tenía. Le dije que teníamos quevolver, bajamos del auto, tiró el pañuelo en un tacho de basura y entramos denuevo al Roxy.
Busqué a Camila, vi que estabahaciendo la fila para ir al baño. Le hice señas que había vuelto, que laesperaba y me apoyé en una pared. A los diez minutos Cami estaba al lado mío.
-         Y? Qué onda?
-         Mira vos misma – le mostré el video
-         Te dije gato…
-         Como sabías?
-         Jajajaja cuando fuiste al baño estaban atrás míoy las escuché hablar; la acaba de dejar el novio de hace años, y dijo quepensaba garcharse al primero que se la encare. Que creíste, que soy adivina?
-         Jajaj que hija de puta. Eso es trampa.
-         Claro, seguro pensabas eso mientras esarubiecita te peteaba no? – Me abrazó de nuevo, como si le calentara la situación
-         En realidad pensaba que prefería que me estéspeteando vos
-         Jajaj que mentiroso, pero te ganaste esto – dijoy me besó con mucha lengua, mientras se pegaba a mí para sentir mi bulto
-         Quiero volver al hotel – le dije
-         Vamos
Me sacó de la mano, fuimos hastael auto. Mientras manejaba, Cami me masajeaba la pija, sin sacarla, y me besabael cuello y la oreja.
 
Llegamos al hotel. Subimos a lahabitación casi corriendo. Cerramos la puerta y ya nos estábamos desabrochandola camisa uno al otro. Yo terminé primero, se la abrí bien y se la saqué,seguido del corpiño. La empujé a la cama y me incliné a chuparle las tetas. Atodo esto, Cami ya había conseguido sacarme la camisa también. Lamí lospezones, los rodeé, los dejé bien mojados y duros. Bajé besándole la pansa,hasta que llegué a la entrepierna. Le saqué el jean y después la tanga. Ella seretorcía un poco, sabiendo lo que venía. Besé las partes interiores de suspiernas, y lentamente las abrí. Pasé la punta de la lengua, después de llenarlade saliva, por sus labios vaginales, abriéndolos un poco. Cada vez fui metiendomás la lengua dentro suyo, dejándola bien mojada, de mi saliva y de sus jugosque ya empezaban a salir con más intensidad. Subí a su clítoris finalmente, ymi lengua puso toda la atención en él. La movía en círculos, después de arribaabajo, en cruces, primero lento, luego rápido, cambiaba y a Cami parecíagustarle por que se agarraba al acolchado. Uno de mis dedos entraba y salía desu concha ayudando a mi lengua en la tarea. Junte saliva con la boca y la dejecaer por todo su sexo. Llegó hasta su cola, y aproveché para meter el dedoíndice de cada mano en cada uno de sus agujeros. Eso fue demasiado para Camila,que se retorció y soltó un gemido ruidoso.
-         Me hiciste acabar hijo de puta – me dijo despuésde recobrar el aliento
-         Para eso te la chupo…
Yo me paré, en el piso, al bordede la cama. Cami giró, y se puso boca arriba, con la cabeza colgando fuera delcolchón, y se metió mi pija en la boca. La chupó un poco, paró y me miró.
-         No te la quiero chupar. Quiero que me cojas laboca violentamente. Haceme ahogar.
No me lo tuvo que pedir dosveces. Me saqué el pantalón y el bóxer a la velocidad de la luz. Puse mi vergaen su boca, así dada vuelta como estaba. Arranqué a meterla y sacarla, violentocomo me pidió Camila. A veces se la dejaba toda adentro para que se ahogue unpoco y después la sacaba llena de baba. Estuvimos así un buen rato, hasta queCami estuvo roja de ahogarse, y el piso lleno de su saliva. Le pasé mi pija porla cara, desparramando su propia baba.
Se puso en cuatro, invitándome.No resistí la tentación de volver a besarle la concha y la cola. Después deeso, me subí arrodillado a la cama y guie mi pija hacia su concha. La empecé acoger despacio pero profundo, sintiendo como su interior me apretaba, mequemaba y mojaba. La agarré de la cintura.
-         Dame más fuerte, no me hagas desear Seba
-         Mmmm querés más pija
-         Siii, dale
Le hice caso y aceleré el ritmo,sin dejar de meterla hasta el fondo. Una de mis manos siguió en su cintura, laotra se apoyó en la espalda. Camila apoyaba la cabeza en la cama, y levantabala cola. Su ano quedó aún más a mi disposición; lo aproveché pasando la yema deuno de mis pulgares, lubricados apropiadamente con los fluidos de Cami.
-         Mmmm me vas a hacer la colita también? Me vas acoger toda?
-         A vos que te parece?
Metí el dedo, sin dejar decogerle la concha. Ella lanzó un gemido. Con mi mano libre agarré su pelo, y latiré un poco hacia mi. Cami lo disfrutaba evidentemente, porque empezó a gemirmás seguido y fuerte. Yo como ya había acabado dos veces en la noche, podíaaguantar un poco más, así que cuando vi que su cola estaba lista para mi pija,la metí. Fui entrando despacio, y ahora ella misma se masturbaba, para no dejaragujero sin atención. Le solté el pelo y otra vez hundió la cabeza en la cama. Eramuy apretado, mi pija estaba bien dura, y la sensación era increíble. Camiladirectamente se metía dos dedos en la concha, y yo le cogía la cola. Con mismanos ahora abría sus nalgas, para ver en primerísimo plano como mi vergaentraba y salía. Tenía aguante pero no tanto, entre la boca, la concha y lacola ya no podía retrasar más. Esta vez quería llenarle el culo de leche.
-         Mmmm voy a acabar – le avisé
-         Llename de leche Seba, dale…
Su pedido fue demasiado, y misemen comenzó a inundarla. Dejé mi pija bien adentro de su cola hasta quetermine de darle lechita. Saqué mi pene, su ano quedó abierto, y empezó achorrear la leche que le había dejado. Cami pasaba los dedos por ahí, metióalgo de semen en su concha, y en una segunda pasada se los metió en la boca,para probar la mezcla de fluidos.
-         Mmmm estuvo muy lindo, me voy a limpiar – dijoCami metiéndose en el baño
Yo la seguí, nos dimos una ducharápida, juntos, besándonos y tocándonos un poco, pero yo ya no estaba paraseguir. Salimos y nos dormimos desnudos.
 
Me despertó el ruido de la ducha;miré mi teléfono, revisé los mensajes, era casi el mediodía. Camila salió delbaño en malla.
-         Vamos un rato a la playa antes de irnos – dijoen tono imperativo
-         Dale, vamos
Me puse el short y la musculosa.Bajamos a aprovechar el desayuno gratis que nos correspondía en el hotel, yfuimos al auto, para ir para las playas del sur, más tranquilas. Había algo detráfico y tardamos más o menos media hora en llegar, pero encontramos un lugarcon poca gente y nos quedamos ahí. No teníamos nada para la playa, así quequedamos bajo el sol simplemente sentados en la arena. Nos reíamos de boludeces,mirando a la poca gente que pasaba, criticando a algunos; noté que a lo lejoshabía dos chicas haciendo topless.
-         Te animás? – le pregunté señalando a esasmujeres
-         Mmmm no se, vos decís?
No le respondí, simplemente ledesaté la parte de arriba del traje de baño.
-         Jajaja sos terrible eh – me dijo, sosteniéndosecon una mano la malla, no terminaba de animarse, pero tampoco se la volvía aabrochar.
-         Dale, no pasa nada
Esperó unos minutos que pasara lagente que había, como para que no miren tanto, y se la sacó. Yo me saqué lamusculosa y nos acostamos en la arena. Verifiqué que nadie me veía y me agachéa chuparle los pezones, un poco, sólo para endurecerlos
-         Así paraditos se ven más lindos
-         Jajaja pará, nos van a ver
Se reía como si le hacíacosquillas, pero logré mi cometido y me volví a acostar. Seguimos hablando,después nos dimos vuelta para no quemarnos tanto de frente. Estuvimos más omenos una hora en la playa, hasta la una y media, pero teníamos que volver. Sepuso el corpiño y volvimos al auto. Pasamos y comimos rápido una hamburguesa enel auto, y volvimos a la habitación. No teníamos tiempo más que para bañarnos eirnos.
Nos metimos en la ducha juntosotra vez. Nos mojamos para sacarnos el calor del sol; Cami se arrodilló, yempezó a chuparme la pija, que estaba gomosa. La paró bien, sin usar las manos,que estaban apoyadas en mis muslos. Movía la lengua en mi glande, después se lametió hasta la garganta, generándose arcadas que terminaban en una explosión desaliva. Las manos pasaron a mis nalgas. Adiviné su intención, pero la dejé.Cuando Camila vio que no me oponía, las abrió un poco, y con uno de sus dedosíndices tocó mi ano. Seguí dejándola; puse una mano en la pared, y la otra ensu cabeza como para marcar el ritmo de su pete, que era alto. Me la chupabahasta el fondo, masturbándome con los labios, y su dedo en mi cola se empezabaa abrir paso. Metió la primer falange, era una linda sensación. Mi pija seponía más y más dura al hacer su dedo contacto con mi próstata. Sacó el dedo demi culo, lo pasó por mi pija, para que se lubrique bien con toda la saliva quetenía de su garganta profunda. Y lo volvió a meter, esta vez más adentro. Lomovió para estimularme, y mis huevos se llenaron de leche; mi verga empezó atener espasmos, no pude evitar tener un orgasmo. Le di todo el semen en laboca; Cami no paraba de mover su índice en mi ano, y dejó que la leche le salgadirecto en la garganta, aunque la hacía ahogar un poco. Terminé de acabar,valga la redundancia, y Camila tosió, escupiendo un poco en mi pija leche ysaliva. Lamió todo eso, me la dejó bien limpia.
-         Bueno ahora si vamos que ya es tarde – me dijodándome un beso en la boca.
Salimos, nos vestimos, pagué loque faltaba en el checkout y nos fuimos.
 
Volvimos en la ruta, como siempreriéndonos de otras cosas. Llegamos a La Plata, paramos en la puerta de la casa.La miré.
-         Creo que me estoy acostumbrando a estos fines desemana – le dije
-         Yo también – me contestó Camila
Me dio un beso con mucha lengua,salió del auto y se metió en su casa.
 
 

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