Con algo de suerte

Fabián - mi mejor amigo- tenía una hermana un par de años mayor que nosotros que asistía a la universidad. Nosotros, con 17 años, estábamos terminando el secundario, y como vivíamos en el mismo barrio estábamos prácticamente todo el día juntos.
Alejandra - ese era el nombre de la hermana-  se podría decir que era mi sueño prohibido: alta, rubia de tez bronceada, jugadora de voley, algo de tetas pero de unas piernas y culo sencillamente de colección.
Obviamente me daba muy poca bola, en definitiva yo era el vecino y amigo de su hermano mas chico, pero esa "confianza" de conocerme desde niño hacía que en algunas oportunidades la pudiera ver caminado en ropa interior por su casa o con remera deportiva sin corpiño que le marcaban los pezones: Demás está decir que era la receptora de gran parte de mis pajas.
Alejandra tenía una amiga íntima de nombre Mariela, quien también jugaba voley: morocha, no tan alta como Ale pero también dueña de unas piernas marcadas producto del deporte.
Hacía unos meses Fabián había descubierto un ventiluz en la terraza desde el que se podía observar parte del baño de la casa, principalmente la ducha, y se nos ocurrió espiar a su hermana cuando se bañara. Subimos a la pequeña terraza a la espera de que Alejandra regresara de su practica de voley, y pasados unos minutos escuchamos que llegaba en auto y descendía.
Luego de un rato que nos pareció eterno, Ale ingresó al baño a darse una ducha.
Tuve ante mis ojos el momento soñado: dejó caer la toalla con la que se cubría y fue hermoso ver ese cuerpo casi perfecto ingresar a la ducha: todo sucedía en cámara lenta, la lluvia cayendo sobre su cara, sus manos jabonándose los pechos ... automáticamente Fabian y yo comenzamos a pajearnos de una manera frenética y acabamos en menos de 1 minuto creo, manchando la pared con nuestra leche.
 Esperamos que saliera del baño y bajamos a la habitación: desde ese día y durante varias semanas, esperábamos a que volviera a su casa de hacer deporte y nos subíamos a la terraza a vaciar la carga de nuestros huevos.

Llegaba el fin de semana y Fabian me invita a ir a la quinta de sus padres a pasar un par de días ya que no quería ir solo con su hermana y Mariela, diciéndome además que sus padres irían al otro día.
La mañana de ese viernes nos fuimos los cuatro en el auto de Alejandra. Con la música a full y riéndonos de cualquier estupidez llegamos al lugar luego de casi una hora de viaje.
Bajamos nuestras pertenencias y Mariela salió de la habitación enfundada en una bikini blanca, lo que hizo que nuestros ratones volaran... pero cuando apareció Alejandra nos quedamos con la boca abierta: bikini celeste que contrastaba con el bronceado de su piel y que no sólo tenía dos triángulos diminutos que apenas tapaban sus pezones sino que la parte de abajo era como un hilo dental que se ensartaba en el increíble culo y que hizo que nuestras pijas cobraran vida.
Luego de zambullirse en la pileta, salieron y se acomodaron boca abajo a un costado de la misma a tomar sol. Nosotros estábamos a escasos metros de ellas pero en uno de los vértices de la pileta y - sin que lo notaran, al menos eso creíamos- comenzamos a pajearnos hasta acabar y derramar la leche en el agua.

A la noche comenzamos a beber cerveza y daiquiris y a preparar unas hamburguesas para los cuatro, y  mientras charlábamos de "la vida",  Mariela, que había tomado bastante, nos dice: "qué paja se hicieron mirándonos el culo, eh ??" ... nos quedamos sin palabras, con vergüenza, no teníamos nada para argumentar que nos hiciera zafar del momento, pero la misma Mariela, haciéndola parar sobre una silla a Alejandra nos gritó: "... a ver si esto los calienta más..." y comenzó a bailar alrededor de la hermana de mi amigo acariciándola y lamiendo su estómago, y en segundos mas tarde, subió el corpiño de Ale y comenzó a lamerle los pechos.
Luego de ese "adelanto" hizo bajar a Alejandra de la silla, se besaron en la boca dejándonos ver como entrelazaban sus lenguas y, caminando hacia nosotros, nos hizo apoyar nuestras espaldas contra la pared.
Ale se acercó y bajó nuestros pantalones dejando en evidencia la terrible dureza de nuestras vergas, me acarició los huevos mientras su amiga hacía lo mismo con Fabián, y después de un rato de masturbarnos Alejandra se apartó diciéndole a su amiga: "ahí los tenés !! ... vos que tanto querías comerte un pendejo..."
 y se alejó del lugar.
Mariela nos comió la pija con la boca haciéndonos acabar en menos de lo que canta un gallo ... saboreó con su lengua la leche que depositamos en sus labios, no dejando desperdiciar ni una gota...
Esa noche dormimos los tres juntos (Ale se encerró en la otra habitación sin participar) ... cogimos por todos los agujeros disponibles, nos sacó litros de semen, prometió otra partuza en su casa para mas adelante y nos hizo inmensamente felices...
Mi asignación pendiente fue con la hermana de mi mejor amigo, a la que nunca pude coger...

2 comentarios - Con algo de suerte

luismiguelito78
Que buena fiestita montaron... una pena no haber concretado con Ale!!!Con algo de suerte
pacificlupus
Excelente relato, te quema la cabeza mal. Quien no tuvo un amigo con hermana y pajas mutuas? Delicioso, +10