La jefa

Relato 100% real no fake

Agosto es un mes agitado para la ONG que trabajo, se llevan a cabo muchos eventos y actividades que definen, según el desempeño de cada representante local, la continuidad del grupo. Yo estaba en periodo de prueba y debía dar lo mejor de mi para conservar mi puesto.
No soy bueno captando indirectas, me dicen que soy un poco “dormido” a veces pero el ultimo mes noté que mi jefa era un poco (demasiado) permisiva conmigo cuando tenia fama de ser una persona muy poco flexible y severa. 

-Quiere que la garches mi amigo- dijo un compañero del laburo

Me fascinan las mujeres pero nunca me pasó por la cabeza tener algo con ella, estaba muy concentrado en el trabajo y cuando se me planteó la duda de si lo que mi compañero decía era verdad me sentí en una situación complicada. No quería poner en juego mí puesto.

Ella tenía poco menos de 30 años, tez blanca, pelo ondulado, estatura mediana, un culo redondo y grande que dejaba a todos en la oficina al palo, también un par de tetas increíbles.

Estábamos a una semana del evento principal y los días previos fueron destinados a los preparativos. Nos quedábamos (todo el grupo, unas 10 personas) hasta altas horas de la madrugada planificando todo en el departamento de la jefa, a veces tirábamos un colchón o dormíamos en el sofá para arrancar temprano al otro día. Una tarde había llevado ropa limpia para darme una ducha porque nos íbamos a quedar toda la noche.

-Usa el baño tranquilo, hay toallas limpias en el armario- me dijo

La verdad no necesitaba ducharme, lo había hecho temprano en mí casa, pero quería liberar la poronga que la tenía dura de ver su culo toda la tarde paseando por el departamento. Entré al cuarto de baño y me saque rápido la ropa, tenia la pija hinchada y me cosquilleaba la cabeza.
Abrí la ducha y para mí sorpresa había una tanga negra muy fina, que en su culo debe haberse visto diminuta, la agarré y la olí, tenía un perfume a conchita que me puso la verga muy tensa, me recosté en la bañera y me hice una paja con su trapito envolviéndome la poronga, un chorro denso de leche me calmo un poco pero haber visto esa tanguita me dejó maquinando. 

Pasaron los días hasta que una noche quedamos solos, era muy tarde y me dijo que podía quedar a dormir si quería, la calefacción no funcionaba en el Living por lo cual deberíamos compartir la habitación.

-No tengo ganas de armar el colchón, puedes dormir en mi cama, si no es problema- me dijo

-No claro que no- respondí

Se fue al baño a ponerse ropa de cama, salió con un bóxer diminuto y una musculosa que le marcaban más las tetas. Por mí cabeza pasaban mil cosas 

Yo había llevado un short deportivo de básquetbol para dormir, no tenía ropa interior abajo y cuando salí del baño de cambiarme la vi como me miraba la verga que se dejaba notar por la fina tela.

Nos acostamos nos dimos las buenas noches y apagó la luz. 
Yo estaba nervioso, tenía la poronga demasiado hinchada y me latía la cabeza, estaba boca arriba, sentía su perfume, tenía tan cerca su tremendo culo, recordaba lo que me había dicho mí amigo -quiere garcharte- ese era el momento? Si perdía el trabajo? Si estaba equivocado? Sentía mucho calor

En medio de mis dudas sentí su mano yendo directo a mí verga, la encontró y comenzó a acariciarla con firmeza

-que pedazo hijo de puta- con una voz de puta que nunca me hubiera imaginado

-te gusta?- pregunté

-la quiero probar- me susurró

Saque la frazada y la agarré del pelo, nos dimos unos besos bien húmedos y la guíe hasta abajo, me saque el short y mí pija saltó a su cara inmediato. La agarró con firmeza, sentía su aliento jadeante en mí verga, que estaba más dura y venosa que nunca.
Empezó despacio a darle lamidas hasta que la agarré de los rulos metiéndosela en la boca, empujando más y más hasta la garganta. La puse de cuatro mientras me chupaba la poronga, le baje saque su bombacha y empecé a jugar con el terrible ano que tenía, le amasaba el culo, le daba parchazos.
No me aguanté más y me acomodé atrás de ella, le chupé el culo un buen rato mientras gemía de placer.

-Métemela por favor papi- jadeaba

Agarré la verga y empecé a introducir la cabeza en su conchita perfectamente depilada y muy apretada

-Si!!! Si!!- gemía

Despacio pero cada vez más la penetraba hasta que casi toda mí verga estaba adentro. Comencé a darle más duro y fuerte. Mis huevos pesados y grandes golpeaban el clítoris mientras la hacía gozar. 

-Dame pija, si que rico!!! – gritaba mientras le masajeaba la argolla con los dedos

Veía su espalda transpirada de placer y sentía sus piernas temblar.

-Dame dame voy a acabar- chillaba 

Sentí su flujo caliente en mí verga, pero no la dejé descansar, la subí para que montara. Sus hermosas tetas quedaron en frente de mí cara, las agarré con las dos manos y comencé a chuparlas mientras le metía la verga de nuevo.

-Mirá de putita que habías sido- se me escapó al mismo tiempo que la penetraba hasta los huevos

La puse en misionero y la garché hasta que no aguanté más, saque la verga y varios chorros de leche bañaron sus tetas, algunos llegaron a su cara y boca que estaba abierta.

Fue a limpiarse, nos dimos las buenas noches de verdad y seguimos el trabajo normalmente al día siguiente.
La jefa

2 comentarios - La jefa

equi_m +1
Muy buen relato, dejo puntos
RogerWa +1
Muchas gracias
-Fabri +1
Excelente +10
RogerWa +1
Me alegro que te guste, saludos