Mis primas de la capital 5

Mis primeros días de clase fueron un poco traumáticos, lógicamente mi carrera anterior no tenía nada que ver con todo el programa que me había propuesto, por supuesto continuaría con ella hasta terminar.
Al ser el novato, mis nuevos compañeros tuvieron diferentes reacciones respecto a mí, desde la curiosidad a la indiferencia o a la desconfianza, comprendí que un chico que quiere estudiar con interés es un poco diferente, pero poco a poco fui ganándome su confianza, por supuesto habían de todos los caracteres, desde huraños a empalagosos, graciosos o líderes convencidos y chicas desde tímidas a exuberantes leonas.
Cuando volvía a mi casa me encerraba en mi habitación, me dedicaba a organizarme, siempre tuve la facilidad para estudiar de una forma pautada, por lo que con menos esfuerzo sacaba mejores notas, mis primas me visitaban de vez en cuando, también tenían curiosidad de cómo afrontaba la nueva situación, por supuesto estaban al tanto de las intenciones de sus padres respecto al futuro de los negocios, ellas estaban mejor viviendo al margen de todo, pero sin problemas monetarios.
Cuando recobre la rutina en mi vida, recordé muchas cosas olvidadas por la excitación, me sorprendió no haber pensado en todos estos días en mis primas o en mi vecina Emi, de momento todo volvió a mi cabeza, sentí curiosidad o quizá remordimiento por ello.
Mis primas seguían con sus vidas, tenían sus amigos, sus clases, etc. Yo estaba también en sus vidas, pero de otra forma.
Respecto a Emi, no podía olvidar el día que empecé las gestiones en la universidad, habíamos follado de una forma salvaje, diría yo, una hembra maravillosa y desesperada por ser amada, me interesaba su vida, estaba convencido de que se merecía lo mejor.
Cuando tuve una tarde libre me acerque a una tienda de electrónica, me había informado por internet de cómo instalar una cámara para grabar largo rato.
Con cierto remordimiento la instalé enfocando a la casa de mi vecina Emi, en parte por si la podía ayudar en un futuro respecto a su marido, pero también sentía la necesidad de verla cuando salía a su terraza solárium.
Desde mi ventana se veía bastante bien y lo iba grabando todo, muchos días pasaba grabándome en un archivo en mi ordenador a mi vecina, salía a tomar el sol regularmente si el tiempo lo permitía, su cuerpo me excitaba mucho, pero más la manera de moverlo, me di cuenta que me afectaba más de lo aconsejable, por lo que empecé a borrar archivos,
En una de las ocasiones que iba a borrar lo que la cámara había recogido me paré en un momento que me extrañó mucho, mi vecina estaba como siempre tomando el sol, desnuda y tumbada en la hamaca que ya conocía, era un domingo, me relajé y me dispuse a verlo todo, al rato de estar en el sol, llamaron a la puerta, se levantó y volvió acompañada por mi tía, salté en mi silla, mi tía allí con toda confianza…
Emi se había cubierto con una bata para salir a abrir, pero nada más llegar a la terraza se quitó la ropa y se quedó desnuda otra vez, mi tía sin inmutarse se subió la blusa, se soltó la falda y se quedó en ropa interior, como no podía ser menos llevaba un conjunto precioso, sus tetas estaban recogidas por un sujetador negro, mínimo, de encaje, los pezones se le marcaban con toda claridad, las bragas eran del tipo bikini altas de cintura y con una sisa que le hacían unas piernas muy largas, tuve que reconocer que no me esperaba a mi tía con este tipazo, pero cuando se quitó las dos prendas y las dejó sobre una silla me quedé pasmado, tenía unas tetas de infarto, altas, redondas, duras con un pezón que casi le cubría la mitad de la teta, las caderas anchas que nacían de una cintura estrecha para su edad y después de parir a dos niñas. Además se cuidaba mucho, pues tenía un pubis perfectamente depilado, hacía la forma de un triangulo de vello cortito, lo suficientemente pequeño para indicar que solo unos centímetros bajo había un coño espectacular.
Se tumbó en una hamaca que Emi le acercó, la puso a su lado, su piel también estaba morena, sin marcas de la ropa, cuando el sol le hizo sudar y su piel brillaba, mi polla estaba tan dura que me tuve que hacer una paja, con toda la tranquilidad, a la salud de estos dos monumentos, estaban a mi vista completamente desnudas, apenas hablaban, a Emi la veía completa, excepto los pies, tenía las piernas semi abiertas y los labios del coño le brillaban, mi tía estaba en una posición en la que solo le veía hasta le cintura pero me imaginaba lo demás.
Cuando subí a mi habitación después de cenar estaba muy caliente, mi tía hacía una rutina como todos los días, me fijé y no se adivinaba el cuerpo que tenía, no quería pensarlo pero me la habría follado allí mismo, pero el respeto hacia ella y sobre todo a mi tío me hizo borrar toda tentación.
Cuando llevaba un rato acostado, me levanté, no podía resistir más, bajé a la habitación de María, antes de llamar escuché en su puerta, se oía la respiración tranquila de mi prima, me colé sin hacer ruido, con la leve luz que entraba por la ventana me deslicé bajo las sabanas después de quitarme los bóxer, era una sensación que hacía tiempo que no sentía, el cuerpo de mi prima suave, joven, tibio y desnudo estaba a mi lado boca abajo, me gustó pasar la mano desde la nuca hasta la cintura, solo noté un leve estremecimiento cuando pasé por su espalda, luego pasé mi mano sobre las nalgas, redondas, aterciopeladas, su redondez se perdía entre sus muslos, aunque entre ellos no había casi espacio no se cerraban por completo, tenían una separación lo suficiente para que mis dedos siguieran hasta notar el final de sus labios cerrados, fue un respiro para mí, su suavidad me recordó a un lugar acogedor, cogí sus piernas por las rodillas, se las separé con mucho cuidado, no pretendía despertarla, solo disfrutar de su tibiez, cuando sus piernas estuvieron lo suficientemente abiertas para ver sus labios cerrados al final de sus muslos, entre sus nalgas, miré más allá después de sus nalgas, su cintura, su espalda y su nuca, aquella nuca tan sensible que tan solo rozarla se erizaban sus cabellos y hasta sus pezones, mi boca fue besando desde las corvas de sus rodillas por sus muslos, subiendo con cuidado, con infinidad de besos suaves, sin intención de despertarla, cuando mis labios besaron las dos nalgas a la vez, el aroma a sexo que emanaba de su coño casi me hizo perder la cabeza, pero seguí besando su cadera, la espalda por la hendidura de la columna hasta llegar al cuello, allí fue mi perdición, se juntaron varios factores, el menos esperado fue el aroma del perfume que siempre acompañaba a María, el otro el que desde que iba subiendo mi boca por la espalda mi polla se paseaba entre sus muslos y la última que cuando se unieron las dos tenía el capullo entre los labios del coño de mi prima y dejándome caer sobre ella su calor corporal hizo que con solo presionar un poco mi glande separó los labios y entro varios centímetros dentro.
María entre sueños, abrió las piernas un poco, tenía el coño todavía poco lubricado por lo que se encogió al notar mi cabeza caliente, escupí en mi mano y unte la polla para humedecerla, solo necesité una leve presión para que el glande desapareciera en su vagina, un suspiro me indicó que si no se había despertado por lo menos no le parecía mal el calor dentro de su cuerpo, por lo que me animó a seguir metiendo carne, le besé en la nuca y ella ladeó la cabeza, solo le susurré al oído…
--- María, quiero follarte.
Sus piernas se abrieron como unas tijeras, sus nalgas dejaron espacio para mi polla con mis huevos detrás, mis manos pasaron bajo su pecho sacando las tetas por sus lados, los pezones aunque forzados asomaban lo suficiente para que los pellizcara suavemente, ella levantó las nalgas para recibir con más profundidad mi polla dura como un paraguas, cuando empezaba a acelerar mis metidas y ella suspiraba sin cesar, oímos unos ruidos de fuera de la habitación.
Me quedé helado, lo que menos quería era que mis tíos me pillaran follándome a su hija, aunque mi tía lo “sabia” pero eso sería otra cosa diferente.
María se quedó como planchada sobre las sabanas, no respirábamos ninguno de los dos, escuchamos y parecía que los ruidos venían del pasillo, nos levantamos con sigilo, mi polla cayó como un globo desinflado, María se pegó detrás de mí, entreabrí la puerta, el ruido era en realidad un rumor, pero salía de la habitación de sus padres, por bajo de la puerta se veía una luz tenue.
Como se oía un murmullo constante apoyamos el oído a la madera de la puerta, nos tranquilizó adivinar que sus padres estaban follando también, ya nos volvíamos a la cama cuando se oyó a mi tía gritar casi…
--- Métemelo todo cabrón, os quiero por los dos agujeros a la vez.
Nos miramos con los ojos como platos, no esperábamos ni el grito, ni la expresión un tanto vulgar para mi tía, ni la opción de los “dos a la vez”.
Dudamos entre seguir a la cama o husmear a ver qué pasaba, a la vez volvimos sobre nuestros pasos y nos apoyamos en la puerta en el momento en que mi tía gritaba otra vez…
--- Mete el tuyo por el culo y a Carlitos por el coño, vamos.
Fue una suerte que gritara pues la puerta cedió lo suficiente para poder mirar por la abertura, yo me quedé de pié y María agachada entre mis piernas.
La visión que se nos presentó nos impactó a los dos,
Mi tío estaba tumbado sobre la cama, mi tía sentada de espaldas a él sobre su polla metida por el culo, apenas se le veían más que los huevos y con una mano mi tío le metía un consolador enorme en el coño, el aparato a pilas giraba a la vez que vibraba y atacaba al clítoris y a la vagina la vez.
Mi tía se movía sin parar gozando de las penetraciones a que era sometida, las tetas que yo ya había admirado eran estrujadas por la otra mano de mi tío, al estar de frente a nosotros y bien iluminados la escena era perfecta, supongo que sería por el morbo de la situación que mi polla empezó a crecer, en principio tocaba la espalda de María, ella no lo notaba de lo emocionada que estaba, pero cuando se apoyo sobre su hombro dura como un garrote se volvió lo suficiente para metérsela en la boca, casi me caigo sobre la puerta, pero mi tía me tenía ensimismado, se movía enloquecida sobre sus dos pollas metidas, le decía palabrotas a mi tío que aguantaba estoico y cada vez le pedía más, imaginé recordando la tarde con Emi que habrían estado hablando de follar y se había calentado tanto que ahora se estaba desfogando, cuando mi tío anunció que se iba a correr, mi tía se levantó y se puso debajo, solo le dijo imperiosamente…
--- No te corras dentro, lo quiero en la cara.
Le cogió los huevos y lo atrajo sobre su cara, mi tío se meneaba la polla, una polla de un tamaño enorme, tan gruesa como la mía pero más larga, parecía que no iba a terminar de sacarla del culo, cuando con dos movimientos rápidos, lanzó varios chorros de leche, los primeros en el rostro de mi tía, le cruzaron por las mejillas hasta el ojo, los siguientes fueron a parar sobre sus tetas, varias ráfagas llenaron sus pezones y el canalillo, en ese momento mi tía cogió el consolador y se lo hincó hasta dentro de su culo, apenas asomaba el mando de las pilas cuando le dio toda la velocidad, el efecto fue fulminante, un orgasmo le inundó el cuerpo dando unos latigazos que derribaron a mi tío que todavía estaba escurriendo su polla sobre ella.
Sus gritos se oían en el silencio de la noche, pero acallaron mis gruñidos cuando mi prima me provocó una eyaculación arrodillada en la puerta de la habitación de sus padres mientras los veíamos follar como locos.
Se tuvo que tragar toda la leche que le deposité en la boca para evitar cualquier mancha en el suelo.
Cuando me hubo relamido la polla, me dijo…
--- Bueno, creo que ya hemos tenido bastante para hoy, vamos a dormir.
Y eso hicimos, cada uno en su habitación.
Entré sin hacer ruido y me metí en la cama, al taparme noté que las sabanas estaban tibias, alargué la mano y noté la piel suave de una mujer, no pregunté y cuando estuve cubierto solo tuve que acercar la mano donde suponía que estaban las tetas para confirmar que era mi prima Maite la dueña de ese par de pezones duros.
Mi prima se echo a reír nada más notar mi mano presionando sus puntas, me estaba esperando desde no se cuanto rato, sin pensárselo dos veces me cogió la polla, como es natural no la tenía ni dura ni gorda, acababa de ser mamada por su hermana y mis huevos vaciados, se pegó a mi cuerpo pasando su pierna sobre las mías pero sin soltar la polla, le pregunté…
--- Maite, qué haces aquí a estas horas?
--- Te estaba esperando, quería que me contaras de primera mano que hacíais mi hermana y tú espiando a mis padres, os he visto.
--- Bueno… resulta que hemos oído un ruido extraño que salía de la habitación y sin querer hemos visto lo que pasaba por la puerta semi abierta.
--- Ah! Y que habéis visto? Cuéntame…
--- Pues los ruidos no eran nada alarmante, solamente que tu padre y tu madre estaban follando como posesos, nada más.
--- Ya! Y vosotros de fríos espectadores solamente, verdad? Entonces porqué mi hermana te estaba mamando la polla hasta hacerte correr en su boca? También lo he visto, jajaja.
--- Eso ha sido la consecuencia del espectáculo, y tú dónde estabas?
--- También me he despertado por los ruidos, he salido al pasillo y he oído de donde venían y me lo he imaginado, también os he visto a los dos mirando atentamente y como María te calmaba esto que tengo en la mano y que está tan cansado.
Dicho esto me apretó la polla con una mano y con la otra los huevos.
--- Y que te ha parecido lo que has visto? Mi padre la tiene grande, eh?
--- Puuues si, la verdad, tiene una polla enorme, no lo hubiese imaginado en él, pero… y tú como lo sabes?
--- Yo se la he visto muchas veces y desde pequeña, nunca se han escondido de nosotras, siempre hemos visto la desnudez como cosa natural, aunque la primera vez que se la vi con una erección me impactó mucho, entré sin llamar en su habitación, mi padre estaba de espaldas a mí, mi madre de rodillas frente a él, no le di importancia hasta que me fijé en el espejo de cuerpo entero que tenían al lado, los vi de perfil, era por la mañana y había mucha luz, por el espejo vi como mi madre tenía casi toda la polla dentro de la boca, le había retirado la piel y sus labios llegaban hasta la mitad del tronco, con una mano le cogía los huevos y con la otra le sacudía le polla hasta que le hizo correrse dentro de la boca, aunque solo un chorro, el resto lo recibió en la cara, le cubrió los ojos y el pelo de semen, cuando acabo de salirle la leche, mi madre se separó de él y se la lamió hasta dejarla limpia del todo, entonces fue cuando la vi entera, tú la tienes muy buena, gorda y dura pero la de mi padre te supera.
--- Si, es verdad, no sé cómo le cabe a tu madre todo ese trozo de carne en el coño.
--- Pues parece que sí, y por el culo también, los he visto otras veces.
--- Vale, veo que estás informada, pero ya es tarde, mañana tenemos clase, vamos a dormir.
--- Me iré cuando me comas el coño un poco, solo para meterme en mi cama mojada.
La verdad es que no era ningún sacrificio hacerlo y menos cuando ya se había subido sobre mí cara a horcajadas y tenía sus labios sobre mi boca, se portó bien, cuando tenía el coño empapado de sus jugos y mi saliva, se bajó y salió de mi habitación.
Por la mañana fui a la universidad como siempre, ya no me acordé de la visión del domingo, estuve intentando conocer a mis compañeros, sobre todo a las del sexo femenino, había una chica que era una verdadera modelo, alta, delgada, guapísima y con una elegancia especial, lo malo es que estaba siempre custodiada por un enjambre de chicos babeando detrás de ella.
En cambio en el polo opuesto estaba Asun, era una chica de lo más normal, delgada, ni guapa ni fea, pelo castaño lacio y con unas medidas imprecisas, llevaba gafas de pasta y siempre iba cargada de libros y apuntes, casi siempre vestía parecido, pantalones y una camiseta estampada con una chaquetilla vaquera.
En clase se sentaba siempre en primera fila y al poco tiempo de fijarme en ella me di cuenta que era la mejor estudiante de la clase, me prometí relacionarme con ella.
Cuando volví a casa vi la puerta del chalet de Emi abierta, me fijé por si había llegado entonces, pero solo vi al jardinero salir con una gran bolsa llena de césped cortado, cuando iba a cerrar la puerta tras de sí, vi a mi vecina agachada frente a un macizo con plantas llenas de flores, se volvió y al verme se acercó a la cancela de la calle, llevaba las manos con unos gruesos guantes y unos pantalones cortos con una camisa anudada a la cintura, en el pelo un pañuelo recogía los mechones que se desprendían.
--- Hola Juan, cuánto tiempo sin verte, aunque ya sé que estás muy ocupado últimamente, te apetece un café?
--- Hola Emi, me alegro de verte, la verdad es que estoy agobiado con la universidad, y sí, me apetece un café.
La seguí dentro de la casa, bajo el pantalón sus nalgas se movían alternativamente marcando un ritmo perfecto, me indicó que me sentara mientras se cambiaba de ropa, mientras volvía estuve curioseando el salón, estaba decorado con gusto pero sin ostentación, cuando volvió junto a mí llevaba un pantalón fino, largo y acampanado con unas zapatillas destalonadas y con una camiseta de licra, se sentó a mi lado, traía una bandeja con dos tazas y una cafetera llena de café, se lo sirvió sin azúcar, yo con dos terrones, cuando dimos el primer sorbo, Emi se sentó a mi lado, poniendo la mano sobre mi muslo me dijo…
--- Y bien, pues ya puedes contarme si quieres como van tus progresos, me ha dicho un pajarito que estás lanzado.
--- Parece que las noticias vuelan, pues las buenas noticias son que me han admitido en un curso de empresariales, además especializado en el tipo de conocimientos que me interesan, me estoy dedicando en cuerpo y alma para conseguirlo lo antes posible.
--- Si, ya lo sé, tu tía me lo ha contado, parece que está muy ilusionada contigo, bueno tu tío también aunque yo diría que de otra manera.
Me lo dijo con una mirada un poco pícara, yo no me di por enterado y seguí contándole cosas de las clases sin importancia.
--- Me da la impresión que mi tía y tú sois muy amigas…
--- No me digas que aún no te habías dado cuenta, somos grandes amigas, no tenemos secretos entre nosotras, nos gustan las mismas cosas y estamos muy unidas.
--- Vaya, pues no lo hubiera adivinado, le dije dejando caer la mirada…
--- No te creo, y menos cuando nos viste desde tu ventana tomando el sol juntas, desnudas y charlando amigablemente.
--- Que golpe, como me viste? Apenas me asomaba a la ventana…
--- Jajaja, instinto de mujer, y tu tía también te vio, y el día que follamos también nos vio desde tu ventana, parece que es un buen observatorio.
--- Jodeeer, vaya metedura de pata, a saber que habrá pensado de su sobrino.
--- Tranquilo, no te preocupes por nada, tu tía te aprecia muchísimo y sabe lo que vales, el único problema que yo veo es que le gustan demasiado las pollas y en concreto la tuya, nada más saber que estabas viéndola, se puso muy caliente y quiso calentarte a ti también, empezó porque la vieras desnuda, se expuso delante de ti con toda la sensualidad que era capaz y se propuso calentarte lo más posible a la menor oportunidad que tuviera, me dijo que esa noche procuraría que la vieras follar, lo haría con tu tío, pero iba dedicado a ti, supongo que tu tío también se lo imaginaba y te dieron todo un espectáculo, verdad? O eso me contó al menos, con el gemelo de tu tío, Carlos, lo hacían al principio, tu tío se la follaba mientras Carlos se mantenía la polla preparada y cuando tu tía se corría, Carlos sustituía a tu tío y se la clavaba hasta correrse dentro de ella con la intención de preñarla, pero luego, para que hubiera más posibilidad, y porque Carlos tenía una polla aún más grande que la de su marido, Ana se dedicó a follar solo con Carlos y tu tío se marchaba de viaje mientras.
--- Entonces, Cartitos?...
--- Ah! Jajaja, has visto a Carlitos? me alegro, ese consolador se lo regalé yo, lo encargué en Japón a una azafata amiga mía, le dije que fuera lo mejor, y la verdad es que lo es, yo misma le enseñé a usarlo, y cuando se lo enseño a su marido y lo probaron, acordaron bautizarlo con el nombre de su hermano.
Yo estaba anonadado, superado por la historia que me contaba Emi, nunca habría pensado que mis tíos estaban así de compenetrados, y la verdad me gustó y prueba de ello es que tuve que estirar mi pierna para dejar paso a mi polla que bajaba por ella una vez salida del bóxer, se encontró con la mano que Emi tenía sobre mi muslo y solo levantó los dedos para rodearla y presionar sobre ella.
Me pareció que para ella tampoco fue indiferente la conversación pues bajo la camiseta de licra aparecieron dos pezones hinchados, que se adelantaban a las tetas apenas contenidas por un minúsculo sujetador, mis ojos se clavaron en ellos y mi polla todavía alcanzó mayor grosor.
Emi se levantó y delante de mi cara se fue subiendo la camiseta, cuando sus brazos estaban sobre su cabeza, bajo el sujetador que asomaba apenas se escapaban unas porciones de tetas morenas, mis manos se posaron sobre ellas y metiendo los dedos bajo el sujetador lo levantaron, dejando caer sobre mis palmas los dos globos hinchados con sus pezones endurecidos, cuando la camiseta cayó en el sofá se desabrocho el sujetador que la oprimía y se liberaron completamente las dos tetas cubriendo toda su delantera.
Mis manos soltaron el cordón que ataba la cintura del pantalón, lo fui bajando lentamente, aunque sabía lo que me iba a encontrar, quería saborear el momento, al llegar a su pubis, un reguero mínimo de vello anunciaba el comienzo de la separación de sus labios, una línea perfecta, solo interrumpida por una breve rugosidad que todavía no había alcanzado el grado de excitación que lo hacía parecer una avellana pelada, cuando mis manos se posaron en sus nalgas y la atraje hacia mí, esos labios hasta entonces cerrados se fueron abriendo hasta ofrecerme el bulto rugoso que mis labios atraparon y mi lengua rodeó hasta hacerlo crecer varias veces su tamaño, Emi presionaba mi cabeza contra su sexo, a la vez que subía una pierna sobre el sofá y me permitía llegar a lo largo de todos sus labios, un intenso olor a hembra caliente me guió hasta la entrada de su vagina que rezumaba un jugo delicioso, cuando me recosté en el sofá sus piernas rodearon mi cara, se acoplo lo suficiente para dejarme respirar lo mínimo mientras lamía su coño, sus suspiros, llenaban el salón, solo los estremecimientos de su coño dejaron agotada a la chica, cuando dejaron de sacudirla se quedó desmadejada sobre mí, terminé de quitarle los pantalones por los pies, estaba desnuda sobre el sofá, su pecho palpitaba sofocado, cuando me quité la ropa y me tumbé sobre ella, esperé a que se repusiera para presionar con mi polla la entrada de su vagina, Emi solo entreabrió los ojos cuando separó las piernas y levantó las caderas para que se la metiera lo más profundamente que pudiera, mis codos hincados en el asiento del sofá me permitían poder cogerle las tetas a la vez, según iba sintiendo más y más placer, Emi se cogió las piernas por debajo de las rodillas y las levantó sobre su pecho, a mi vista quedaron sus nalgas redondas, perfectas y que delimitaban unos labios abiertos y mojados ya por sus flujos, mi polla se enterró hasta dentro, llenaba por completo su cuerpo, pero aún así habría cabido mayor tamaño de carne, cuando empezaba a notar mi futura eyaculación Emi levantó aún más sus nalgas, me sonrió dulcemente y separó con las manos las masas carnosas, un reguero de flujos llegaba desde su vagina hasta su rosado agujero, fue suficiente para lubricar mi glande que al menor empuje desapareció dentro de su intestino, seguido de todo el tronco que lo engulló sin ninguna interrupción, cuando iba por la mitad del recorrido una serie de espasmos me indicaron que otro orgasmo estaba elevándola al cielo, mi polla no pudo resistir tales contracciones por lo que le regué con varios chorros de leche en varios empujones hasta dentro.
Dejó caer sus piernas a mi lado y quedé sobre ella, mientras recuperaba las palpitaciones normales, estuve pensando hasta donde podía llevarme esta relación y la trama que estaba preparando mi tía o mejor sería decir mis tíos?
Continuará.
Agradecería sus comentarios

4 comentarios - Mis primas de la capital 5

Pitujaro
Vaya que sos todo un macho con esas mujeres tenes tu harem privado
KAUSYA
Q mas paso estoy interesado en la continuación
sevas2
Muy buen relato muy caliente 10+