Con mi prima (1)

Su mamá es cubana, se casó con mi tío en un viaje para adquirir la nacionalidad, se divorciaron 17 años después, cuando Marta tenía 15 años. La fiesta (de los 15 años) fue un desmadre, mi tío combinó todos los alcoholes posibles con marihuana y diazepam, mi papá y mi hermano lo llevaban casi cargando al carro, yo me senté en el asiento trasero, al lado de él y lo mantenía despierto mientras mi papá nos llevaba a la cruz roja. Mi mamá dijo después que la fiesta siguió normal, mi tío Tomás y sus hijos llevaron a los abuelos a la casa y los parientes políticos de mi tío terminaron bebiendo y bailando y, mientras la tía Cara no los viera, burlándose de él.


Mi mamá iba a agarrar un taxi para irse de la fiesta, pero, me dijo, que se quedó porque vio a Julia muy triste, sola, y, debido al cariño que le tenía (mis papás sólo tuvieron dos hijos y, como Julia vivió un tiempo en la casa de los abuelos, la llegó a querer como a una hija) la quiso acompañar.


No es que mi tío Pedro haya sido un cabrón, borracho, mujeriego; ni que mi tía Cara sea una cazafortunas que sólo quería la nacionalidad y la oportunidad de triunfar en el mundo de la moda (ella en cuba trabajaba en una fábrica de vestidos), sino que mi tío era un loco, trotamundos, vago, hippie, que se ganaba la vida como corrector de estilo, y mi tía se cansó.


Ella lo amaba, él siempre la amó. Siempre me platicaba cómo la vio por primera vez, con el cabello colocho recogido con una cola de caballo, una camiseta blanca y una camisa desabotonada con el logo de la fábrica (cuando tomaba me lo decía con todo y detalles)
-Sus senos eran impresionantes, recuerdo haberla visto un par de veces saliendo de la fábrica, la iba a recoger en mi Ford 68 que había rentado, se desabotonaba la camisa como siempre lo hacía y me quitaba los lentes para ponérselos a ella. Me volvía loco.


Unos años después del divorcio mi tío murió, se fue acabando con el tiempo, se encerraba en su cuarto y, al final de su vida, sólo lo veíamos para comer.


Yo viví un tiempo en la casa de mis abuelos, conviví mucho con mi tío, éramos una pareja de depresivos solitarios amantes de las drogas. Julia lo visitaba de vez en cuando, en el año y medio que viví con ellos llegó cinco veces, se quedaba en el cuarto de su papá y me contaba su vida en la capital, cómo le iba a su madre en la tienda de ropa y los viajes que hacía al extranjero gracias a esto. Cuando llegaba se la pasaba en la alberca (la casa de los abuelos tiene una gran alberca con una palapa, la cuál, por costumbre, yo casi no uso), se ponía los diferentes trajes de baños que traía y los usaba uno por uno como en una pasarela, que, en mis fantasías, era para mi.


Su cuerpo es, cómo decirlo, de una cubana. Morena, ojos verdes, grandes senos  y una cadera hermosa; piernas bien torneadas por el gym. Tiene una leve pancita que se oculta bajo sus tetas y un pircing en el ombligo. Me volvía loco, cuando se metía a la alberca yo cerraba mi cortina (mi ventana da directamente al patio de la alberca) y me la jalaba espíandola; a veces me metía para acompañarla y me contenía de rozarle mi verga bajo el agua. Siempre fui muy respetuoso con ella.


Cuando mi tío murió, después de unos días, mis abuelos me dijeron que me podía quedar con su cuarto, ya que en donde yo dormía era el cuarto de mi papá que lo usábamos los cuatro cuando llegabamos de visita. Yo, entrado en una gran depresión, decidí dejar la escuela y quedarme un tiempo viviendo con mis abuelos para acompañarlos, en mi nuevo cuarto, disfrutando el calor y la alberca.


Fue en verano, cuatro meses después de la muerte de mi tío, cuando ella llegó a quedarse una temporada con los abuelos; tras el velorio sólo estuvo tres días en la ciudad, se hospedó con mi tía en un hotel y sólo las vi un rato para darle los pésames.


Yo le ofrecí que se quedara en el cuarto de su padre, yo podía dormir con mis papás o en la sala; pero ella se negó, ya que el abuelo me había asignado el cuarto a mi; me dijo que ella podía quedarse en la sala, o, si no me importaba (claro que no me importaba) podía poner el colchón inflable en el cuarto, como le hacía cuando venía a visitar a mi tío. Claro que accedí, guardándome las ganas y los pensamientos para después (solo en el baño).


Se iba a quedar todas las vacaciones, había traído dos maletas llenas de ropa para casi tres meses, mucha ropa suelta y liviana para los calores de C... y una cantidad de trajes de baño de diferentes tamaños y modelos. Los primeros días me costaron para adaptarme a la nueva intrusa, ya me había acostumbrado a dormir solo, a fumar un cigarro o un porro antes de ir a dormir, de poner música o una peli para quedarme dormido en la pacheca o, simplemente, acostarme en el piso hasta tener consciencia del día siguiente.


Ella tenía cara de inocencia, me daba pena quemar cuando ella estaba en la casa, me daba pena que el cuarto apestara a cigarro en la noche, así que, pendejamente, me ponía mi pijama en el patio antes de acostarme. En la noche me costaba dormir, pero fingía hacerlo y en la oscuridad veía cómo Julia se levantaba con su pequeño short y su camiseta, que le hacía lucir sus tetotas aún en la oscuridad. Al levantarme, cuando me levantaba primero que ella, la miraba, se veía tan hermosa, su cara es bellísima, pequeña, sentía una serie de sentimientos, desde calentura hasta algo parecido al enamoramiento; bajaba la mirada y muchas veces sus senos se dejaban ver a los bordes de su camiseta, y otras le trasparentaba su pezón.


El resto del día me la pasaba drogado, salía a caminar y me echaba unos toques, regresaba y ella, normalmente, estaba en la alberca. Yo, penosamente, me metía al cuarto y leía o fumaba hasta la tarde, ella regresaba al cuarto, se metía por el ventanal que daba al cuarto trasero y la veía en sus hermosos trajes de baño, media cubierta son su toalla y mojada; su trasero se movía muy bonito cuando pasaba delante de mí para entrar al baño.


Así, una mañana me fumé un porro en el patio, mientras mi prima se bañaba en la alberca, algo me hizo pasar por la orilla, quizá el aturdimiento de la hierba.


-Primito, ¿hoy sí te vas a meter a la alberca?


Las ideas brotaron de mi cabeza, y yo tan sólo pode decir sí.


-Sí -dije, quitándome la playera y el pantalón, quedándome con mi boxer de los Avengers.


Salté a la alberca antes de pensar en cualquier cosa y nadé por debajo del agua. Salí, frente a ella, yo, totalmeente drogado, y ella, aturdida con mi repentino cambio de actitud, solamente se rió.


-Primo,¿por qué hoy estás tan feliz?


-No sé, prima, creo que verte así me puso de buenas -dije, sin importarme el bulto que se asomaba por debajo del agua.


Ella sabía qué pasaba, no era una niña pequeña, lo veía, mis ojos rojos se notaban desde hace varios días y nadie lo podía disimular.


Nadamos y jugamos, nos rozamos y nos reímos. Ella hacía bromas de mi estado y yo hacía bromas de su cuerpo.


-Deberías estar así más seguido, primo, eres más divertido… y alegre. -Dijo refiriéndose a la erección en mis boxers.


Al rato nos salimos de la alberca y entramos al cuarto juntos, como yo no llevé toalla ella insistió en que compartiéramos la de ella, yo no puse resistencia a la idea. Juntitos, pegaditos, entramos a mi cuarto; puse sentir su cuerpo, sus tetas se pegaban a mí, mis manos jugaban en ella. La abrazaba disimulando frío, me acercaba a ella disimulando juegos o caricias. Entramos al baño y vi cómo, tras bajarse la toalla, se quitaba el traje de baño, tan provocativa frente a mi, se desabrochó la parte superior y  después se agachó para quitarse la inferior; vi su redondo trasero y su ano apuntando a mí mientras se metía a la regadera y cerraba la cortina.


-Ya te puedes salir, primito, te aviso cuando termine.


Mi verga estaba a mil, quería entrar a la regadera y agarrarla por detrás y descargar toda mi pasión sobre ella, atravezarla en el baño, cogerla de todas las maneras posibles…
Pero mi calentura se calmó por la razón. Era mi prima y estaba pasando por un difícil duelo, lo último que necesita es violentarla de esa manera, pensé yo.


Ver parte 2: http://www.poringa.net/posts/relatos/3192576/Con-mi-prima-2.html

2 comentarios - Con mi prima (1)

Elsenorx17
Que buen relato amigo, tuviste una oportunidad después?