Encuentro con una poringuera

En un boliche común, una noche como las demás en la que ellos tomaban sin parar y ellas movían los culos como una danza de apareamiento, la reconoció entre toda la gente por sus sexys movimientos y sus ojos marrones grandes, cabello negro, nariz respingada y labios delgados pero carnosos entonces asumío que era ella o él estaba demasiado ebrio. Se acercó a ella con un poco de temor, pero al tenerla cerca su excitación opaco el temor; se acerca por su espalda y le susurra al oído: 《Hola, nunca pensé verte en persona; me la pones re dura con tus fotos en Poringa. Te sigo desde hace mucho 》. No sabía si así la llamaban sus amistades, solo queria causar algo en ella, y vaya que lo hizo. Ella volteo rápidamente y al ver que uno de sus miles de seguidores la reconoció hizo desaparecer a la chica correcta, bien portada, astuta que estaba con sus amigos desapareció y su álter ego apareció como si otra persona poseyera , la diosa de la excitacion, amante del sexo, adicta al semen y a las buenas pijas se habia apoderado de ese cuerpito de ensueño.

Con cualquier excusa boluda se alejó de su grupo y fueron a bailar un poco al otro lado del boliche, sus movimientos eran sumamente sexuales su bien torneado culo rosaba con su pija, sus manos de él buscaban sus firmes tetas; mientras besaba su cuello y ella tocaba su trasero. Sin decir palabras ambos desabrocharon su pantalón y ella busco su pija dura y venosa, la saco y con una sonrisa lujuriosa se dio vuelta entregandole su gran culo con unas calzas negras; el comenzó a frotar su pija contra ella, lo colocaba entre sus piernas sintiendo el gran calor que salía de su vagina. Ella tomaba su polla con una mano y disimuladamente tiraba del prepucio descubriendo el glande y presionandolo y frotandolo contra ella, la gente coreaba y bailaba a su al rededor sin darse cuenta, mientras que ellos aprovechaban para seguir; él tocó su ombligo y comenzó a descender coló su mano por debajo de la calza y su braguita, el calor se hacía más fuerte con cada centímetro que bajaba hasta que tocó lo que muchas veces vio en una foto en una página de Internet. Estaba inundada y los dedos de él se mojaron casi al instante, ella no soltaba su pija, él frotó la entre pierna de ella y a ella se le escapó un gemido inmediatamente supieron que eso no iba a quedar ahí.

Se dirigieron hacia una de las puerta que decían "Sólo persona"; entraron y siguieron hasta que encontraron una oficina, no sabían como llegaron ni de quien era o si estaba allí...pero tampoco importaba. La puerta se cerró y él por poco le arranca el top blanco que ella tenía, su calentura creció más cuando vio que no traía sujetador por eso se abalanzó hacia sus pequeños pezones duros para llenarlos de saliva y chuparlos como pequeñas golosinas, ella gemia levemente con cada vez que sus dientes tomaban sus pezones mientras que le quitaba los pantalones, ahora era su turno; ella lo empujó al pequeño diván de la oficina y se acostó a su lado, tomó con ambas manos su premio de la noche y después de una mirada hipnótica comenzó con lo suyo. Su lengua acariciaba su glande, una de sus manos sujetaba firmemente la base mientras que la otra jugaba lo pajeaba con fuerza, él soltaba pequeño gemidos pero ella quería más; de su boca cayó una gota de saliva que humedecio todo para luego separar sus labio y bajar toda la pija de golpe, su lengua jugueteaba por ahí y él estaba alucinado, pero recién comenzaba. Después de dos o tres segundos con toda la pija en su boca la sacó para retomar desde el glande jugando con el frenillo, la fuerza de sus succión parecía querer sacar hasta la última gota de semen de él.


Él tuvo que hacer algo antes que lo haga eyacular, así que se levantó tomandola en brazos para llevarla al escritorio, le quitó a tirones las calzas y el hilo que ella llevaba; beso sus labios bajó por su cuello llegó a sus firmes tetas mordió uno de sus pezones y se deslizó por su vientre y llegó al paraíso, pero quien diría que el paraíso estaba tan mojado, los flujos estaban escurriendo por sus lindas piernas así que decidió secar la zona con su lengua; El primer contacto con su vagina la hizo estremecer, los siguientes la hacían gemir despacio su clítoris hinchado se alzaba y sobresalía de su escondite y él le daba pequeño golpes con su lengua, mientras que sus dedos recorrían el resto del paraíso; su lengua invadía cada centímetro de su vagina mientras que dos dedos hurgaban dentro de ella. Con su boca aún pegada al sexo de ella comenzó a abrir el condón que tenía en su pantalón, ella se volteó apoyada contra el escritorio entregando y suplicando que entre en ella, él al ver eso tiro el forro y de inmediato entro en ella con un sólo movimiento y de una sola embestida, la oficina se llenó del sonido de los dos chocando entre si; él la embestia como un animal mientras que el calor le quemaba la pija, ella gemia desesperada mientras que su cuerpito trataba de soportar la fuerza, alzó su pie y lo puso sobre el escritorio dejando ver como le entraba y salía lleno de líquido que lo hacían brillar. Ella lo empujó fuera de su cuerpo y lo llevo a la silla, donde se sentaba el dueño de la oficina, lo sentó le pegó una lamida larga por su pija, el junto las piernas y ella se sentó encima con la piernas bien abiertas y los pies puestos sobre sus piernas de él, ella subió hasta que sintió que la pija se le iba a escapar y dejo caer de golpe su cuerpo, los gemidos se intensificaban, los sentones cada vez fueron mas violentos, ella manteniendo la pija dentro se movía como una verdadera licuadora batiendo las caderas en círculos mientras él peñiscaba sus pezones. Ella subió las caderas un poco y se mantuvo ahí, el se hizo un poco para adelate su empezó a embestirla hacia arriba haciendo que las piernas de ella pierdan fuerzas de la excitación. Luego fueron al diván él se sentó y de inmediato ella lo empezó a cabalgar, se notaba que era su posición favorita con la velocidad, fuerza y destreza con la que lo hacía batiendo las caderas, subiendo y bajando, yendo hacia atrás y adelante. Pasaron al clásico perrito pero la perrita enterró la cabeza entregando la cola, él la penetró de golpe con mucha violencia le golpeaba el culito con la mano abierta, la tomo con las dos manos por la cadera y aumento la fuerza, ella gemia desesperada casi llorando la estaban partiendo en dos, su cuerpo se contrajo y por primera vez en la noche pronunciaron palabras, ella dijo con voz entre cortada 《acabe》 pero el siguio ipnotizado por su bello anito cerrado, el que venía lubricando con sus propios líquidos poco a poco desde hace rato; él no resistió más y metido dos dedos de golpe entraron con dificultad pero ayudados de los  resbalaron dentro, ella gritó más fuerte que la música  le acababan de romper el orto tan cerradito, los dedos de él moviéndose en su otro sumado al movimiento de su pija hicieron que de su vagina salgan chorros disparando contra todo mientras su cuerpo se sacudia como si estuviera poseída. Exhausta de placer se acomodó y terminó de chupar la pija de él hasta que le saco toda la leche que le lleno la cara. Estuvieron en silencio un rato acostados juntos luego se levantaron cada uno se vistió y salieron al boliche de nuevo. No dijeron ni una palabra, sólo una sonrisa cómplice y se marcharon cada uno por su lado; ella volvió a bailar con las piernas temblorosas y él a tomar exhausto por coger de forma tan intensa al término de la noche cada uno tomo su rumbo y se fueron sabiendo que tal vez nunca más se volverían a ver.

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