Cené con Nelly y la empomé duro

Buenas gente hermosa, hola mismujeres hermosas. Les voy a contar hoy todo lo que trabajé el fin de semanaextralargo acá en Argentina. Y eso que era por el Día del Ttrabajo, pero es quelas mujeres de mi vida me dan mucho laburo. Por suerte, tuve bastante ocupadoel tiempo.
 
El sábado pasado, ni bien terminéde escribir lo de Sandrita y me iba a dar duro acá en el depto, pensando que noiba a salir, me llamó Nelly, mi compañera de piano que me volteé con la camperade cuero puesta. Me invitó a su casa a cenar, yo para colmo en bata, bañado ytodo, ya había cenado, suerte livianito. Para colmo allá a Núñez, en Capital. Leexpliqué el tema, ella dijo que fuera igual que así charlábamos más que el otrodía que me la bajé en el baño del café. OK, dije, me perfumé fuerte, saconegro, camisa, pantalón, zapatos y a lo de Nellyen remise, si no no llegaba.Tipo 11 y media de la noche llegué y me recibió la rubia madurita, muy linda deblazer, pollera, tacos, maquillada y con un perfume exquisito. La dulce meabrazó fuerte, acarició bien, me besó suave la cara. Y me convidó consandwiches de fiambre, que disfrutamos en su lindo living comedor de su ampliacasa. Charlamos más que el otro día, hablamos de comidas, del fiambre, y de apoco me acordé de lo del otro día y le pregunté de su cuero, si usa, qué tiene,esto, lo otro. Y terminada la exquisita cena, Nelly me llevó a su pieza."Vení amor, te voy a mostrar mi placard", dijo mimosa.
 
Apenas entramos y abrió, el ricoaroma de su placard, todo lustradito, me excitó. Y qué cuando la mujer memostró su campera de cuero del otro día, y al lado otra con piel más abrigada,negra, y al lado, en una percha, una fina pollera de cuero del mismo color.Aparte otras ropas finas, faldas, blusas. "Ahh Nelly, qué bárbara, sos refina,qué buena ropa", le comenté excitado. Y nomás le pedí que me mostrarasu ropa interior. La tipa re gaucha abrió nomás su cajón de ropita y me mostrósus finísimas bombachas y corpiños de finos diseños, medias negras, portaligas.
 
No resistí, nada de jueguito nisugerencias como el otro día, que sos dulce, esto, lo otro. Apenas Nelly cerróel cajón la sujeté, la aplasté contra el placard, luego contra la pared, lamanoseé toda, enloquecido la besé y toqueteé mientras la tenía fuerte y lesacaba todo. Le bajé su pollera, le vi su bombacha, se la bajé loco, y trasbajarme mi pantalón y calzón saqué y le metí mi pene supercrecido y grueso ensu cola aplastándola contra la pared. Nelly pegó alarido de placer y pidió quele diera y la llenara. Así hice, loco, caliente de más, estimulado por la cenay nuestros perfumes, y tras traca traca eyaculé montonazo de mi semen en lacola de Nelly. Pero no fue todo: yo la quería desnuda. Y se lo pedí. "Cómono amiguito, amor, ahí me voy sacando, dame con todo", decía mimosa. Nellyse quitó lo que quedó de la primera cogida, volvió a sacarse la pollera y luegose quitó suave su bombacha, la agarré, la tiré enfurecido sobre su cama, y conel pene aún duro de la anterior se la di con todo por su vagina por primeravez. Enloquecí al sentir su piel fina, cuerpo delgado, esa vagina ancha y queyo imaginaba ya habían llenado otros. Cuero, ffiambre, mimos, besos, Nellyagitada pedía que yo acabara, yo la tenía y tenía, hasta que acabé explotandoen interminable semen en su vagina. Luego le di semen en la boca, Nelly tragó,lamió, se me paró de nuevo y la cogí por cola, otro por vagina, de nuevo poradelante porque su vagi me volvió loco y otra vez en su boca, hasta que terminécansado. Nelly me felicitó, agradeció, me preguntó por el lápiz de labios queme regaló y le conté que no llegué a usarlo, porque ella me llamó. Besote,despedida y ahora sí, a casa pero no a paja, sino a dormir. El semen me losaqué con una mujer. Y qué mujer.

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