M. y la caída del tabú.

Hace ya una buena cantidad de años, un amigo comenzó la carrera de Medicina, por mandato familiar. No duró un año y tuvo bastante sexo con varias futuras doctoras, pero esa es otra historia. Lo cierto es que me dejó un dato duro, científico, que hasta ese momento yo desconocía: en una clase, un profesor aseguró sin ánimo de hacer ningún chiste, que el culo del hombre (el ano, la próstata, etc) es su zona erógena más potente.

Si hoy en día es tabú, imaginate hace 20 años. Ante semejante afirmación, a nadie se le ocurría asentir, sólo reir y ya.


El tiempo pasó, y yo tuve una buena cantidad de experiencias sexuales, ninguna muy por fuera de "los carrilles normales" (doble o triple encomillado).


Una noche, a mis 28 años, conocí a M. M tenía 48, y era amiga de una prima con la que yo me veía bastante seguido en esa época. Estábamos con un grupo de gente en una fiesta, tomando unos tragos y fumando un poco. En un momento noté que M. me miraba, luego sentí que festejaba todos mis chistes, luego nos estábamos besando desenfrenadamente en el baño de damas, luego estábamos en mi piso de soltero practicando  un sexo salvaje como yo nunca había tenido hasta ese momento.


Durante varios meses nos vimos. Nos encontrábamos en mi casa de Palermo o en la de ella en Olivos. Cocinábamos, nos reíamos, fumábamos, nos reíamos, tomábamos vino, y nos reíamos. Luego cogíamos y veíamos las estrellas cada vez.


Yo vivía una experiencia reveladora. Hasta ese momento no concebía que pudiese sentirme atraído físicamente por otra mujer que no fuese de mi rango etario, joven y de carnes firmes. M. era una mujer de casi 50, con todo lo que eso implica, y eso jamás fue un impedimento para mí. 


Pero había más. Una de esas noches, al poco tiempo de empezar a vernos, M. comenzó a juguetear con sus dedos en mi culo. Al principio mi primera reacción fue evitarla; M., bien conocedora de casi todo lo relacionado con el sexo, no insistió.


Al poco tiempo, en casa,  M. me chupaba la pija y yo volaba, boca arriba. Estaba arqueado de placer, gimiendo. En un momento M. se detuvo, se limpió la saliva que le caía de la boca, me miró a los ojos y me dijo:


-Date vuelta.


Lo hice sin pensarlo dos veces. Me puse en cuatro, sintiendo la necesidad urgente de apretarme el culo y abrirlo bien con mis manos. M. empezó a humedecerlo con la lengua, y a chuparlo con suavidad. Yo no podía creer lo que estaba sintiendo. Quería que me meta la lengua más y más. Sentí como la puso dura y me empezó a coger el culo con la lengua, a un ritmo sostenido. Luego, sin detenerse, me empezó a hacer la paja con una de sus manos.


-¿Te gusta?- preguntó.
-Mucho- dije, con un hilo de voz.


Los encuentros posteriores fueron espectaculares, y si bien no me lo hacía siempre, cada vez que yo sentía que lo quería nos entendíamos al instante. No hacía falta decir nada. M. sabía todo lo que había que hacer, y lo mejor de todo es que le encantaba. Yo gozaba.


La nuestra es una sociedad de mierda, y el miedo del hombre heterosexual frente estas experiencias es la homosexualidad latente. No era mi caso (de hecho jamás podría reprimir un deseo sexual de ningún tipo). Sin embargo el mandato social, aunque sea de manera inconsciente, puede aparecer. Lo cierto es que yo me relajé 100 % y me dejé llevar por M. Ella además gozaba cada vez más, porque mis erecciones eran cada vez más fuertes y duraderas.


En resumidas cuentas, terminamos yendo de compras, y trajimos juguetes para ambos. Fueron épocas gloriosas, de sexo grandioso y orgasmos inolvidables.


Así que a ustedes les digo, compañeros, dejen que los tabúes se caigan y gocen como lo sientan. La vida es una sola y es corta como para andar haciéndose preguntas cuyas respuestas ya conocemos...

6 comentarios - M. y la caída del tabú.

juan226
Muy bueno el post,pasa data de tu amiga capo
horrotika +3
muy buena la experiencia!! muchas veces el hombre, creyendo que corre peligro "su macho", se pierde una fuente de placer desconocida. M, una verdadera fenomena...las mujeres que ya pasamos los 30 con amplitud, tenemos que encargarnos(cuando algun joven cae en nuestras manos o sabanas)de instruir y enseñar para lograr hombres menos machistas, y mas aptos para el goce. Las que tenemos la suerte de compartir la vida con verdaderos hombres, como me pasa a mi con Ignacio, necesitamos dejar sentadas las bases de una sexualidad plena. En todos los sentidos, y en todos los niveles. Muy bien por vos que has sido adoctrinado en los placeres ocultos...eso te abre puertas siempre, literalmente. Besos y te mando un indice ensalivado haciendo circulitos en la puertita...
Zaratustra99 +2
Coincido. Derribar ese tabú (que no nos atrevimos por varios años) llevó a que la vida sexual con mi esposa se ampliara de una forma maravillosa.
horrotika
muy bien!!
franciss10
¡Así se habla Zaratustra!
gonzagomezp32
Nada mejor que una falange adentro de la cola, me pongo como loco y se me pone muy dura la pija
zarcelo977
👅👅👅👅😈😈😈😈
Pervberto +1
Excelente relato que muestra cuán diversos son los caminos al placer.