Sumision de una madre devota


Estaba en la sala de mi casa, viendo el celular, nada importante, solo buscando pasar el tiempo, cuando escucho que tocan el timbre.


Una ligera sonrisa se dibujó en mi rostro, solo visible para otra persona si esta prestara mucha atención a mis cambios faciales pero claro en ese momento me encontraba solo, mirando desde mi ventana a la persona parada fuera de mi casa.


Era una mujer mayor, no era una mujer muy hermosa y no era tan mayor como para culpar por eso al paso del tiempo. Conocía a esa mujer así que le abrí la puerta y la invité a pasar.


Sentados en mi sala, se disculpó por irrumpir en mi casa sin antes avisar, pero fue debido a que necesitaba hablar conmigo y no podía arriesgarse a que le niegue una visita. Todo el tiempo tenía su mirada baja, solo me miro para saludarme y no fue por ser tímida, sino que le avergonzaba el motivo de su visita.


-Como están las cosas en su casa?


Pregunté a modo de romper la tensión que se sentía en el aire, pero sabía a qué había ido a verme y sabía que era una buena manera de encarar el tema.


-Siryn no deja de llorar, está muy mal desde que terminaron y ya no sé qué más puedo hacer para que se sienta mejor, dejó de comer y tampoco quiere ir al colegio.


Sus ojos se pusieron brillosos, las lágrimas estaban a punto de empezar a caer, el tema de verdad le preocupaba.


-Y espera que yo haga algo? -Le dije con un tono despreocupado- No es muy diferente de cuando la conocí.


-Estar contigo le cambió la vida. Antes de que llegaras a su vida no tenía razones para ser feliz, sufrió mucho en toda su vida, y todo por mi culpa por no ser una buena madre y no haber podido darle un padre.


Una lagrima cayó, pero la secó rápidamente con la manga de su camisa. Si no se quebró en llanto fué porque ya estaba cansada de llorar y sabía que no lograría nada con eso.


-La pasé bien con su hija, pero lo nuestro simplemente no puede ser. Fue un error haber estado tanto tiempo con ella y no pienso vivir con ese error. Sus problemas no son los míos y no tengo porqué hacerme cargo de ellos. Lo siento pero así son las cosas.


-Por favor, no soporto verla de esa manera. Haré lo que sea contal de que regreses con ella. Te lo pido por favor, no dejes que caiga en la depresión de nuevo.


No levantó la voz en ningún momento, pero sonaba muy desesperada. Me levanté y me puse delante de ella. Hice que me viera a los ojos levantándole el rostro con mis dedos en su mentón, la miré fijamente a los ojos y dije.


-Qué tanto está dispuesta a hacer por la felicidad de su hija.


Su mirada fue firme y dijo.


-Lo que sea.


Con la mano que tenía libre saqué el celular de mi bolsillo y dije.


-Con solo mandarle un mensaje a su hija la puedo hacerla feliz pero ¿Qué obtengo yo a cambio?


Volvió a bajar la mirada, se sentía avergonzada por tener que pedirme eso de esa manera.


-No tengo mucho dinero para ofrecerte, pero haré lo que sea que me pida.


-No es dinero lo que busco.


Dije con una sonrisa en mi rostro, esta vez más visible. Le acomode el cabello por detrás de las orejas, me bajé el cierre del pantalón y saqué mi pene de manera que quede delante de su rostro.


Ella inmediatamente levantó la mirada hacia mi. Estaba asustada y confundida, no sabía como reaccionar ni qué decir. Nunca se imaginó en una situación como esta.


-Chupala -dije- Su hija no está interesada en el sexo, pero si ustéd me satisface… supongo que podría seguir saliendo con su hija.


Su rostro seguía con la misma expresión, bajo la mirada y se quedo mirando mi pene que estaba duro delante de su cara.


-¿No dijo estar dispuesta a hacer lo que sea por la felicidad de su hija?


-Nunca hice esto, no sé como se hace. Cuando estaba con mi marido nunca hicimos algo como esto. Nunca me había animado a hacer algo tan...


Estaba muy nerviosa, miraba mi rostro y mi pene constantemente, como esperando que todo fuese solo una broma de muy mal gusto o un sueño horrible.


-Solo tienes que abrir la boca y meterlo en tu boca.


Con una mano le sujeté la cabeza y con la otra le bajé la mandíbula para que abriera la boca. No la forcé para nada, solo necesitaba un ayuda inicial para empezar. Al parecer sus palabras eran ciertas y de verdad no le importaba tener que hacer algo como esto contal de terminar con tristeza de su hija.


Le metí mi pene lentamente por la boca, no le entraba toda, solo la mitad y empecé a moverme lentamente. En un momento me miró y le dije que lo estaba haciendo bien, que solo debía evitar tocarme con los dientes.


Se sentía como si estuviese haciendo lo posible en hacerlo bien, su boca se sentía muy bien y cada vez lograba meter mi pene más adentro. Quité mi mano de su mandíbula, y empecé a marcar el ritmo moviendo suavemente su cabeza con mi mano en su nuca. Poco a poco empezaba a seguir mis movimientos por su propia cuenta hasta el punto que ya no hacía ninguna fuerza en su nuca.


Cuando sentí que estaba por acabar, le levanté la mirada para que me mire a los ojos mientras seguía chupando mi pene y le dije.


-Estoy por acabar y quiero que lo recibas toda en tu boca, no lo tragues y ni se te ocurra escupirlo. Simplemente mantenlo en tu boca.


Dicho esto aumente el ritmo y sentía que estaba llegando al orgasmo, la situación me excitaba y la mirada de sumisión que tenía en ese momento me hizo sentir un orgasmo increíble, sentía cómo un gran chorro de semen salía de mi pene directo dentro de su boca.


Cerró los ojos con fuerza intentando contenerlo todo. Sentí cuatro largos chorros de semen en total y empecé con movimientos mas suaves para poder terminar completamente y asegurarme de que todo mi semen quede dentro de su boca . Saqué mi pene con cuidado y le dije que no dejara caer nada. Un poco de semen quedó en la punta de mi pene y pedí que lo chupara. Lentamente acercó su boca a mi pene y, como si estuviera dándole un beso, chupó lo que quedaba.


Volví a levantarle la mirada y le pedí que abra la boca y para mostrarme todo el semen que tenía dentro. Tenía la boca llena, casi ni se le veía la lengua, la cual se acomodaba con movimientos  ligeros para evitar tragar. Era tanto que un poco le caía por los labios. Entonces le pedí que lo tragara todo.


Cerró la boca, agachó la cabeza y con un gesto de fuerza pude ver cómo le bajaba el semen por la garganta. Una vez que terminó de tragar todo, volví a meterle mi pene en su boca y le pedí que lo limpiara. En un momento usé mi pene para limpiarle el poco semen que le caía del labio y se lo volví a meter en la boca para que siga limpiando y tragando todo.


Al terminar, guardé mi pene y sin decir nada fui a traerle un vaso con agua, se tomó todo el agua y tras un corto silencio dijo.


-Me prometes que ahora vas a estár con siryn?


-No se confunda, esto fue para mandarle un msj a su hija y tal vez para juntarme con ella. Pero nunca prometí nada más por esto. Pero no se preocupe, haré feliz a su hija siempre y cuando usted me haga feliz a mi.


Volteó para verme, ya no con los ojos de antes, no eran nervios ni miedo a lo que podría hacerle. Sino que estaba dándose cuenta del tipo de persona que era. El tipo de persona que estaba dejando estar con su hija.


Pero eso no importaba realmente, no me interesa su hija, solo me interesa el nuevo juguete que tenía delante mío, y las cosas que tenía planeado para divertirme con ella.


6 comentarios - Sumision de una madre devota

Mariano-Moreno +1
Esta bueno te dejo puntoz! Un poco extenso pero interesante
illuminator566 +1
Me.gustó el relato ,quiero saber de cuando le rompiste el culo
vaan28 +1
Plan perfecto. Muy bueno.
turin8741 +1
Me gustó, dejo puntos, continuarlo 😉