con mi sobrino

Así me siento después de lo que pasó hace días con el primo menor de mi esposo Juan Octavio o  Juano como le decimos, un adorable muchacho de 23 años, corpulento, muy alto de grandes bíceps , enorme espalda y adorables piernas.
Juano no es de nuestra ciudad y vino a pasar el fin de semana de las fiestas de fin de año a casa de mis suegros donde se quedó a pernoctar durante algunos días más.
A mi me gustaba como persona y me sacudía como hembra, al verlo en slip de baño en la piscina con su cuerpo tan bien trabajado y ese bulto enorme que se le marcaba, me humedecía .Al mismo tiempo me decía para mi adentro, con él no,  es primo de Ernesto, mi esposo, aquí tampoco en la casa de mis suegros .Hacía esfuerzos de dispersión mental, tratando de buscar cosas, diálogos que me enfriaran , que me hicieran olvidar el objeto de mi deseo .Las cosas transcurrían como cada día, como siempre…por eso había decidido hacer algo que revirtiera esta situación …que me saque a Juano como objeto sexual que me hacía ponerme toda húmeda.
 
Fue el martes siguiente al año nuevo , al atardecer fui a casa de mis suegros, mis hijos estaban ahí en la piscina y no quisieron regresar a casa  y cuando iba hacia el auto sola, me lo encontré, sin saber bien como había llegado hasta allí…estaba ahí  parado al lado de mi auto, con su sonrisa y su porte varonil, eso  me excitaba  y el parecía adivinarlo o saberlo.
Su mirada era profunda, electrizante y se detenía en mis pechos y mis piernas... No se cuanto tiempo me quedé mirando como me miraba pero si sé que un cosquilleo se apoderó de mí y comencé a sentir que mi entrepierna se ponía inquieta , húmeda.
Sólo me dijo me llevas , no me dijo más, ni le pregunté más , parecía que ambos sin decir más sabíamos de que se trata
En la calle había poca gente, pero en los suburbios de la gran ciudad suele ser suficiente como para que una pequeña y no inocente trampa, fuera descubierta…
Lo miré detenidamente; me pareció tan atractivo como me había  parecido estos días…seguimos la marcha y nos retirábamos del barrio de mis suegros  sin un destino aparente …
Aunque sin duda, sí había en  ambos un fin determinado …preciso y contundente, tácito aín…
Charlamos trivialidades; busqué por los suburbios  sin éxito un hotel y terminé y a la salida camino al aeropuerto deteniendo el auto en un bosque , bajo unos árboles en una sitio apartado y desolado
Él se acercó, tomó mi mano y buscó mi boca…luego se apartó, miró detenidamente mi rostro y sonrió; intempestivamente, reclinó el asiento …
Se acercó más aún, levantó mi  remera y deslizó el corpiño por encima de mis pechos; los tocó y los apretó, deslizando su pulgar sobre ambos pezones.
Sentí que el placer me invadía, mi cuerpo reaccionaba en tiempo y forma…nos complementábamos en la búsqueda del placer …
 
Mi espalda no podía dejar de arquearse y elevarse hacia él, mi pelvis seguían soldada a la suya y su erección me quemaba, no veía el momento de poder quedar libre de toda esa ropa y poder sentir de una vez por todas todo el esplendor de su cuerpo contra el mío y ofrecerle la pasión que me estaba matando.
Mientras él seguía dedicado a mis pechos, comencé a quitarle la camisa y mis manos así vagaban por su espalda, sintiendo la suavidad de su piel, esa piel que me fascinaba, sintiendo sus músculos tensos, duros, listos para dejar que su cuerpo se amoldara perfectamente al mío.
Desabrochó el corpiño y con mi ayuda, quitó el resto de la ropa…aunque aún quedaban prendas, que de a poco irían desapareciendo…
Quedé frente a él con el torso desnudo y los pechos rígidos, él estaba pleno y su miembro tieso evidenciaba sus necesidades más primitivas…
Se recostó sobre mi, desplazó su mano por mi cintura, y recorrió por sobre la ropa toda la extensión de mi entrepierna y volvió al principio una y otra vez
Y regresó, para abrir el cierre e introducir su mano en mi vagina….recorrió la misma con sus dedos e introdujo los mismos en una cavidad húmeda y expectante…
Una cavidad que ya no daba más…un espacio que requería urgentemente ser ocupado…
Y él, sin embargo, seguía al unísono de sus manos descubriendo paulatinamente, otros recónditos recovecos donde jugar …dónde entrar y permanecer …
Lo sentí gemir…respirar profunda y aletargadamente…yo por mi parte, suspiraba y gemía; pedía, exigía y gozaba…
Se incorporo y me pidió que arqueara las caderas para bajar y quitar mi pantalón y mi ropa interior…lo hizo bruscamente…la excitación ya era incontenible …
Le pedí que fuera a su asiento y se recostara, le dije que era yo quien ahora quería darle placer…tomé su pene erecto entre mi pulgar y mi índice…
Lo mire profundamente, humedecí mis labios y recorrí su boca con la punta de la lengua, alejándome cada vez que el intentaba besarme
Él se estremecía con este juego y suplicaba pidiendo que lo deje morder mi boca…me rogaba que no sea mala con él….
A mi me excitaba más el verlo tan entregado, tan sumiso, tan dispuesto a jugar bajo mis reglas, sin importar las consecuencias …
Él estaba cada vez mas ansioso, tomé sus manos y las llevé hacia arriba, obligándolo a permanecer quieto; en esa posición lo dejé a la espera de mi accionar …
Acerqué mi boca a su pene, recorrí el mismo con la lengua de extremo a extremo; lo introduje en mi boca por completo y lo succioné…
Lo lamí y lo degusté hasta que mi cuerpo pidió oxígeno, hasta ya casi no poder respirar … mientras él a ésta altura, pedía clemencia…y una piedad que yo no pensaba conceder de inmediato …hice pausas .
Pasé mi lengua en círculos sobre el hongo perfecto que parecía estallar, en la punta de su miembro, juguetée como gata, me lo froté en el cuello, las orejas, la boca, la nariz, las tetas, y volví la lamerlo de p a pa , para ser clara desde el honguito alas bolas y lamí sus bolas y también volví a lamer el tronco ida y vuelta. Haciendo pausas , lamiendo en círculos su cabeza y mirándolos con mis ojos de gata entregada y en celo, abrí mi boca y lo engullí , deje que él me tomase la nuca y me acercara y alejaba la boca con su miembro en extensión al ritmo que ellos quieren.
Lo solté después de haber devorado su masculinidad, limpié mi boca relamiéndome; él con un movimiento certero, me volvió a colocar debajo suyo…
Me estaba enloqueciendo y eso parecía darle más placer a él, más del que me estaba dando a mí, estaba dispuesto a que ese momento fuera completamente inolvidable para mí y lo estaba logrando. Yo sentía como me penetraba con su lengua, como la dejaba entrar y salir despacio, prolongando mi delirio, dejando que su aliento me cubriera y podía sentir como su respiración caliente me inundaba y yo respondía mojándome más y más, desde mi lugar podía sentir mi propio aroma de mujer escapándose y llenando la cabina del auto , ese mismo aroma que me excitaba tanto a mí como a él.
Su lengua me enloquecía, la acompañaba con sus dedos, era fascinante sentir que había un verdadero hombre entre mis piernas, que esa primera vez nunca en mi vida iba a poder olvidármela, que hacer el amor era mucho más que una simple penetración, que había miles de formas de alcanzar el delirio y la boca y los dedos del sobrino de mi esposo me estaban arrastrando al borde del éxtasis.
Abrió mis piernas delicadamente con sus manos y las elevó tanto como para poder facilitar la penetración; colocó la punta de su  miembro sobre los labios de mi vagina, acarició la zona con el y de una sola vez, dejó que se deslizara dentro, de un solo y seco empujón se metió en mí, abriéndose camino, desvirgándome, dejándome su sello para siempre.
El empujón me arrancó un pequeño quejido de dolor, pero rápidamente dejó paso a la sensación de querer retenerlo dentro, de no querer que me abandonara, dejé que mi instinto me guiara una vez más y comencé a moverme, a seguir el ritmo de sus impulsos y embestidas.
Escuchaba su voz gutural suspirando y moviéndose dentro de mí. Sentir su pija  friccionando las paredes de mi vagina ante cada entrada y salida me enloquecía, el ruido de mi flujo absorbiendo su miembro era delicioso, sentía que dentro de mi vagina había zonas que su pene rozaba que me estaba enloqueciendo.
Juano con sus manos separaba más y más mis piernas, haciendo que mis piernas pasen sobre los hombros de él,  elevaba mis caderas hacia él y me penetraba más y más... Instintivamente coloqué mis piernas alrededor de su cintura y ese movimiento me dio más placer. Contraje naturalmente los músculos internos de mi vagina y encerré dentro de mi su miembro  y eso lo transportó, porque escuché que me decía que eso le fascinaba, que no lo dejara salir, que lo apretara más y así hice, encerré su pene cada vez más, dificultando así las salidas y las entradas, para que el roce fuera más intenso. Cada vez que el sacaba su vara para acariciar mi clítoris con su punta, sentía que miles de rayos me atravesaban el cuerpo y le pedía que volviera a meterlo, que me llenara cada rincón.
En un momento lo sacó y sentía que lo ubicaba en la entrada de mi culo... Me asustó la idea de que me penetrara por ahí, jamás creí que fuera a hacerlo, pero no me atreví a detenerlo porque lo sentía excitadísimo y tenía miedo de que me abandonara al sentirse rechazado así que lo dejé hacer, con la promesa interna de que si me dolía mucho se lo haría saber.
Que placer mezclado con dolor fue sentirlo dentro de mi culo!!!! hizo lo mismo que antes, excitó la zona con su punta y cuando me quise dar cuenta, estaba dentro, bombeando, cogiéndome sin piedad, entrando y saliendo por ese agujero estrecho, pero casi tanto o más placentero que el tradicional. Iba de un lado al otro sin miramientos, solo perseguía más y más placer .El calor de nuestros cuerpos hacía que ambos estuviéramos transpiradísimos y era una delicia sentir la piel de Juano mojada de calor y placer, sentir como ambos cuerpos resbalaban al contacto, como el esfuerzo nos excitaba y nuestros gemidos nos llevaban más allá del éxtasis. Su boca dedicaba los besos y los mordiscos más tiernos a mis pechos, sus manos separaban mis piernas y las mías masajeaban su espalda, palpando la tensión de cada músculo.
Yo sentía que oleadas de calor subían y bajaban desde mi frente hasta mi vagina, como sí estuviera en medio de una marejada, como sí flotara en agua caliente, me dejaba llevar por sus movimientos y los golpes de su pelvis contra la mía. Penetró en mi infinidad de veces, más suave por momentos, más violento por otros…sentía que ambos no dábamos más…
Sin embargo, él siguió poseyéndome, pese a que yo ya le pedía por favor que acabase…besó mi boca…lamió mi pecho y ya casi terminaba cuando …cuando el estallido era inevitable, Juano sacó su miembro de mi culo, lo introdujo en mi vagina, bombeó y volvió a sacarlo  y así, sin más ni más, coloqué nuevamente su pija  dentro de mi boca y solamente acariciando su punta con mi lengua, logré que su semen se esparciera por mi paladar y bebí  en mi boca su esencia mas intima …el contacto de su leche con mi lengua me llevó a un orgasmo increíble, al mismo que llego él, al mismo que compartimos los dos mirándonos a los ojos profundamente. Nos quedamos acostados, abrazados en el auto .Me sentí plena, completa…totalmente satisfecha …
Él se recostó a mi lado …; seguía siendo un perfecto amante aunque fuera el primo menor de mi marido, … no me dio la mano, ni me dijo que me amaba…no juró amor incondicional ni nada por el estilo …
Lo único que atino a hacer, fue besarme, sonreír y decirme que lo había pasado muy bien; que podíamos repetirlo…


autor: desconocido

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