Batalla de relatos anonima

Ese día estaba sentado en lacantina en la que suelo tomar, escuchando una canción de los Guns y mientrasveía a mi prima servir los tragos pensaba en que posiblemente mi vidaterminaría siendo como la de Andy Sitzer en virgen a los 40. Seguí bebiendo, lamúsica empezó a volverse más al estilo de Azulado Swing&Blues, ya un pocosubido de copas esperaba que mi prima terminara su turno para irnos juntos a lacasa como solía hacerlo todas las noches. Todos los días yo asisto a miuniversidad, paso al gimnasio y acompaño a mi prima en el bar, no solo porquenuestra familia me lo haya pedido; ponen buena música y me ayuda paradesestresarme. Mi prima, Sarah es una chica un poco arrabalera, bastanteinteligente, baja, de tez clara y su melena roja y lisa; estoy seguro de quepodría ser una “suicide girl” llena de tatuajes… La verdad hace juego con elbar, como de ese estilo rockero ochentero pero traído al siglo veintiuno.
Yo a punto de terminar mi carreraen ingeniería mecánica, en una universidad prestigiosa, ella tratando de pagarmúsica, sin embargo, empezó estudiando derecho, a petición de sus padres yaunque le iba muy bien, pues la inteligencia es una cualidad de ella, su pasiónsiempre fue la música. Hemos crecido juntos toda la vida, pero después decambiar de carrera vive con mi familia.
-Ya está algo pasado de copas no Andrés?- me dice el jefe de Sarah mientras la observa con deseo, pero autoridad,avisando que ya estoy muy ebrio y debemos partir. Así que pago la cuenta y conayuda del jefe salgo a fumar un cigarro mientras Sarah se arregla.
-Tienes una prima muy bella,desearía que algún día ella se fijara en mí de otra forma, no como un jefe, alparecer solo tiene ojos para ti- Siempre ha habido algo entre nosotros dos,pero nunca le hemos prestado atención nos limitamos a sentir ganas el uno porel otro, pero no ha pasado nada con ella de ese estilo, ninguno ha querido.
La veo salir con su cola decaballo y solo puedo pensar que esta noche volveré a intentar terminar misituación con ella. Salimos del bar, el jefe nos llamó un taxi que, porsupuesto yo iba a pagar, pero siempre he dejado que le gasten a mi prima cuandome conviene. Al llegar a la casa, me ayudó a llegar a mi cama pues yo no teníamucho equilibrio con la cantidad de tragos que había bebido, está noche meexcedí demasiado, tal vez el despecho de Paula, mi ex, me afecta aún.


-Si no fueras buena paga, clientefrecuente y mi primo, mi jefe seguro ya te hubiera prohibido la entrada. - medice mientras me desviste para dejarme en bóxers, mi pijama de todas lasnoches.
-Eso y que el jefe quierefollarte. No tanto como yo seguramente, no tanto como tú a mí-ella estalla acarcajadas- no te rías sabes que es cierto, soy el primo más guapo que tienes.
-El más guapo si, pero el másvirgen también.
-Siempre podemos arreglarlo, túpuedes arreglarlo cuando desees- ella observa mi abdomen marcado por las horasde gimnasio en la universidad, pasa saliva y continúa bajándome los pantalonespara dormir.
Respiro, cierro los ojos y en unimpulso la agarro y me pongo a horcajadas de ella; mi mano en su boca y ella memira con esos ojos que me enloquecen, están abiertos como si esperara que yo lepusiera gotas, sus ojos son grandes pero su mirada esta vez era de sorpresa; lasuelto, me bajo de ella y me vuelvo a acostar.
-No voy a hacer nada que noquieras Sarah, lo sabes. - escucho su agitada respiración, ella se para… la veoalejarse. Me volteo en mi cama, al parecer hoy tampoco lo logré con ella… estoycansado, cierro los ojos.
Escucho la puerta cerrarse, peroinmediatamente reconozco ese sonido, esa voz… es Azulado…. Abro los ojos y mesiento, ella está ahí mirándome, de manera tierna la verdad.
-Yo también quiero Andrés- medice mirando mis bóxers, paso saliva, parpadeo y la miro fijamente- eres miprimo, sabes mis gustos…. No me considero la propia para desvirgar…-La agarro,le tapo la boca, la pongo en la cama… ummmm se ve también bien callada, me danganas de hacerle de todo, sé que a ella también le gusta; el sado es su fuerte,la sumisión también.
-Eso lo decido yo- le digo confuerza, salto de la cama, abro las puertas de mi armario, en un cajón sacó unacaja.
La volteo a ver ella tiene losojos fijos en la caja que tengo en mis manos, la pongo en la cama y al sonidode “amores perros” la veo y decido empezar a desvestirla, le desabotono laleñadora veo su esqueleto de Megadeth, vaya que esta mujer usa mucha ropa!...veo sus 34C, preciosos pechos los de esta mujer. Me acerco a ella, sin darmecuenta ella me roba un pico, no puedo evitar sonreír. Bajo, le muerdo la oreja,tiernamente, bajo hasta su cuello…. mmmmm -Que bien hueles Sarah- en efectotenía ese perfume sex and the city que le regalé de mi último viaje a New York.Sigo bajando a sus pechos, siento su respiración acelerándose, no puedo evitar agarrarsus senos y probarlos… tenía ganas de hacerlo desde hace tiempo.
-AAAH! - grita, escucho a mispapás afuera, le cubro la boca, le señalo que silencio y veo que claramente nova a poder aguantar. Abro mi caja, sacó una mordaza para evitar sus sonidos, que,aunque deliciosos también son algo ruidosos.
Sujeto sus manos y bajo a supecho deslizando mi lengua desde sus bellos senos hasta su ombligo sin dejar dever su cara de placer y al llegar a la pretina de su falda, muerdo su piel yveo como se retuerce sin poder si quiera musitar una palabra.
Suelto sus manos y mientras bajoveo como intenta zafarse la mordaza, la volteo la nalgueo y decido sacar unascuerdas que había comprado por ella, sujeto sus manos al cabezal de mi cama yla halo un poco hacia abajo, la escucho gemir… mmmm no puedo evitar sonreír… yverla indefensa frente a mí, con sus mayas y su falda de cuero pegada, susbotas militares un poco arriba de los tobillos. Esta mujer me lograrevolucionar y hoy me daré gusto.
Después de deshacerme de susbotas empiezo a bajar aquella falda, lentamente dando besos esporádicos desdelas nalgas hasta llegar a sus delicados pies talla 35. La conozco tan bien quepuedo sentir como cierra los ojos para no desbordar de placer, agarro suesqueleto de Megadeth y decido que le voy a comprar ropa nueva, porque ésta laestoy destrozando y se la pongo en los ojos, me alejo y la observo, mía, todamía, sumisa y a la expectativa. Desgarro esas mayas un poco, no puedo quitarlesdiversión a mis manos, no hice pesas para usar tijeras. su tanga negra, siemprehe pensado que el negro es su color.
Halo esos hilos hacia arriba ydoy una nalgada, la veo gemir del placer y retorcerse dolor al mismo tiempo. Nocreo soportar más… acerco mi cara y mmmm huele tan rico y – Estas muy húmeda...– veo como se intenta mover un poco – Cuando te quedas quieta te ves más linda– Digo en tono recriminatorio. Puedo ver como baja la cabeza y se quedainmóvil, este juego empieza a gustarme…
Decido probar un poco de susabor, aunque siento que mis bóxers van a estallar. Como lo sospechaba, tieneun sabor peculiar, en parte debe ser por el trago que bebí, pero no sabe tanmal. Ella se retuerce, gime en silencio y cuando veo que está en su punto mealejo; la veo moverse como diciendo que no es justo. – Quieres venirte? - Preguntocon ironía, mientras ella intenta soltarse su camisa para poder ver. – Debessuplicarle a tu amo – se queda quieta y veo como se eriza con esa palabra,A-M-O, me eriza a mí también… no sé cómo, pero sube las rodillas poniéndose enuna especie de 4 pero subiendo más la cola. Decido que es hora de un segundoround para ella ingreso mis dedos y la veo sufrir un rato más de placer, suspiernas temblando y sus manos intentado soltarse, su cabeza arqueándose ymientras agarro su cola de caballo y menciono las palabras claves – Sarah,ahora – y observó como todo su cuerpo se tensiona e intenta gritar, pero nopuede y menos mal que se lo impedí.
Espero que se recompongarepartiendo unos cuantos besos, suelto sus manos que caen como sin alma, lavolteo, suelto su camisa y la mordaza.
-No te diste amor tu- y antes determinar su frase cae todo lo mío sobre ella, cae un poco en la boca y solopuedo pedir que se lo trague para darme gusto, lo hace la observo… siempre tanperfecta.
- si riegas algo te castigo- se ríeun poco, esta regado por todo en su pecho- saco condones de la caja y mepreparo para el segundo round….
En esta ocasión, ella me pide quela amordacé, por supuesto luego de limpiar su cuerpo de mi semen, ella me poneel condón sin quitarme los ojos de encima y esta vez ella se pone sobre mí, nopude evitar fijarme en su cara llena de placer que me revoluciona y me obliga amandar las embestidas; la pongo debajo y siento como nos unimos al compás de lamúsica, dejándonos llevar por la calentura, entregando nuestros cuerpos, siendouna sola unidad…
-Eres tal cual te imagine –terminamos durmiendo los dos como siempre lo habíamos hecho, arrunchados y conmis manos en su pecho….
Era claro que todo, ahora, iba aser diferente.




Anónima

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