La Clínica de mis Sueños - Capítulo 2: Preparación

Apenas entramos a la sala de operaciones me quedé fascinado. La iluminación general del lugar estaba atenuada, pero había luces intensas sobre la camilla y la Dra. Annette que estaba de pié al lado de una especie de carro que llevaba una máquina de anestesia. Mi corazón se aceleró, de nuevo. La primera impresión me la dio la camilla, que parecía más esos sillones nuevos que usan los dentistas. De hecho parecía un sillón de dentista, pero con algunas significativas diferencias. Estaba totalmente cubierto por una especie de látex o goma blanca, y lo descubrí excesivamente acolchado y suave, excepcionalmente confortable.
La Dra. Annette vestía idéntico que las Dras. Helga y Brigitte. Era delicada y claramente tenía más de 40 años. Pero tenía los atributos más eróticos. La sola visión de la camilla y la Dra. Annette me provocaron una tremenda erección, y respiré profundo un par de veces para evitar eyacular en un orgasmo. Las dos doctoras se dieron cuenta de la situación y la Dra. Annette avanzó para saludarme cálida y sensualmente.
- Yo soy la Dra. Annette y quiero agregar mi bienvenida a las de las Dras. Brigitte y Helga. Siéntese en la mesa de operaciones.
Las luces sobre la camilla fueron atenuadas y la luz general aumentó permitiéndome apreciar la escena. Había unas diez mesas móviles de acero inoxidable con instrumental médico y de otro tipo. La sala de operaciones tenía azulejos blancos de piso a techo. Era sorprendente!
La silla tenía la posición de cualquier silla común y corriente así que pude sentarme simple y confortablemente. Después me dí cuenta que el descanso para los pies estaba dividido en dos para sostener cada pierna por separado, pudiendo dejar espacio entre ellas. Esta apertura se extendía por toda la silla hasta llegar a mis nalgas.
- Recuéstese mientras lo ponemos en posición para su tratamiento. Va a permanecer en la mesa de operaciones pon unas horas - dijo la Dra. Annette.
La silla era realmente confortable y mullida, y el tapizado de goma le daba un aroma placentero y sensual. La Dra. Annette empezó a reclinar la silla y simultáneamente las piernas empezaron a elevarse y separarse. En este estado la Dra. Annette me ató las piernas y los tobillos a la camilla. Las piernas siguieron subiendo dejándome las nalgas en posición vertical y las piernas debajo de las rodillas en posición horizontal, y tan separadas como era posible. Otras secciones de la silla se movieron para dejarme en situación de ver entre medio de mis piernas. Mi ano estaba completamente expuesto. No es necesario aclarar que mi escroto y pene también habían quedado totalmete expuestos. Yo estaba confortablemente acostado. Me dí cuenta que había cuatro lámparas móviles sobre la camilla. No pude evitar un suspiro de satisfacción. Las doctoras sonrieron sabiendo que esta parte del proceso había sido satisfactoria.
- Mi tarea durante el tratamiento son monitorear sus funciones corporales y respuesta al tratamiento - me explicó la Dra. Annette - y administrar ciertas sustancias para ayudar a las Dras. Helga y Brigitte a lograr sus objetivos. Le voy a administrar gases a través de una máscara, voy a inyectarlo por vía endovenosa e intramuscular, no se preocupe. Fuí anestesista. No lo voy a anestesiar pero puede ser que de vez en cuando sienta algún mareo agradable. Va a estar consciente durante todos los procedimientos. Normalmente no voy a necesitar cubrirle la boca, excepto a lo mejor durante una parte del tratamiento, y va a poder comunicarse con nostras todo el tiempo. Le voy a suministrar suero para asegurarme que no se deshidrate y glucosa para nutrirlo. Me comprendió?
Asentí con la cabeza y apenas murmuré.
- Sí, doctora.
- Ahora voy a empezar a prepararlo antes de recibir las instrucciones de la Dra. Helga. Primero, déjeme colocarle el casco.
La Dra. Annette levantó una especie de casco de goma negra y lo pasó por mi cabeza. Era muy ajustado y me cubría toda la cabeza y cuello, dejando sólo mi cara descubierta.
- El casco tiene electrodos que me permiten monitorear su actividad cerebral.
Acercó un carro con el equipo de monitoreo, me adhirió cuatro electrodos al pecho y conectó los electrodos del casco.
- Los electrodos del pecho son para monitorear el corazón. Ahora relajate. En unos minutos volvemos para empezar.
Me cubrió con una especie de manta de goma y salió con la Dra. Brigitte.
Me quedé tranquilo y con una relajación imposible de describir. Había estado en la clínica por una hora, había llegado casi al punto del orgasmo varias veces, me habían atendido 3 de las más eróticas doctoras que yo haya visto y el tratamiento todavía no había empezado! Esta era realmente la clínica de mis sueños.

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