Habian pasado un par de meses desde mi ultimo encuentro con ella. En ese tiempo habia seguido mi vida normal. Sexualmente mantenia mi ritmo habitual con mi novia, aunque cada vez que estabamos juntos sentia como que algo me faltaba. No era que no lo disfrutara, de hecho la pasaba muy bien, pero al fina siempre sentia un vacio. Por otro lado, todo el replanteo de mi sexualidad que habia surgido en ese tiempo me tenia bastante confundido, y aun no me animaba a hablarlo con nadie. Habia pensado tomarme un tiempo mayor para volver a verla, pero la verdad es que apenas aguante unas semanas. Un dia cualquiera estaba tocando timbre en su puerta.
Me atendio ella, simpatica como siempre. Me dio un terrible beso y me hizo pasar. Estaba sola, me dijo, y me llevo a la cocina que ya tan bien conocia. Ella tenia puesto un vestiditoo corto tipo babydoll y unas sandalias, ya no era verano pero seguia haciendo calor.
Hablamos un rato tranquis, como buenos amigos. Ella estaba con su celu, algo distraida. Me dijo que Romi habia salido con un cliente y que problablemente no volviera, que teniamos la casa para nosotros, asi que podiamos improvisar algo. Acto seguido me pidio que me saque la ropa.
Ella se sento en un silloncito, siempre con el celu en la mano, y se bajo la tanga. El babydoll apenas le cubria el sexo, por lo que ni bien se le puso duro emergio orgulloso abriendose camino por la seda del vestidito. Mientras, yo todo desnudo, estaba parado frente a ella, con mi pene pequeño y timido, como solia ocurrirme cuando estaba con ella.
- Toma bebe, ponemelo. - Me dijo, y me dio un forro, mientras seguia a full con el celular. - Perdona, pero mi novio esta re cargoso, y como no sabe lo que hacemos aca, me tengo que cuidar. Es re celoso y si no le contesto se pone como loco.
Yo me arrodille frente a ella, mientras se recostaba un poco hacia atras. Su pene estaba al maximo. Le puse el preservativo -primera vez que se lo ponia a otra persona- sintiendo el calor y la textura de su sexo en mis manos.
- Sentate. Hacemos una cogida aca y dsp vemos como seguimos, queres? - me pregunto, mientras lubricaba su pene, como si mi opinion fuera a cambiar las cosas. Me puse sobre ella, de espaldas, y me apoye en la punta de su pene. Poco a poco fue entrando en mi cuerpo. cuando senti que estaba toda adentro, me levante y la saque completamente, para volver a sentarme. Segui asi, mientras ella seguia ocupada en su celular. En un momento sono, y ella se puso a hablar con su novio como si yo no estuviera alli, mientras yo seguia con mis movimientos, llenandome con su pito enorme y duro.
En un momento la conversacion se puso caliente. Ella le hablaba como una nena y el con voz gruesa que yo alcanzaba a escuchar le decia todo lo que le iba a hacer cuando la viera. Ella me hacia gestos para que no hiciera ruido, por lo que apenas podia gemir en voz baja, mordiendo mis labios. Por lo demas, ella apenas me prestaba atencion, como si me estuviera haciendo un favor dejandome penetrar, jugando yo solo con su pene.
Cuando finalmente corto la comunicacion, escucho abrirse la puerta y entra Romi con un hombre enorme, con uniforme policial. Instintivamente me tape, avergonzado.
- Tranquilo nene, es cliente. Digo, es milico, pero viene como cliente, no pasa nada.
Habian entrado a la cocina y ambos miraban como yo cabalgaba sobre la pija de ella.
- No dejes de moverte bebe. - me ordeno ella. - Sacala toda y mostrales a los chicos como tu culito se la come entera.
Lo hice. Me pare completamente y despacito empece a sentarme, dejando que su pene entre lentamente.
- No sabes lo que es ese culito. - le decia Romi al milico. - Cerradito, te moris. - el milico no dejaba de mirarme, y yo muerto de humillacion y verguenza trataba de mirar para otro lado. - Mirame bebe. - me decia Romi. - No te hagas el timido ahora que te conozco bien a vos. - y se reian ambos.
- Sentate de una bebe, de golpe, que estoy cerca de acabar. - me dijo ella en un momento. Lo hice. Me paraba, la sacaba toda y me sentaba de una, clavandomela hasta el fondo, y cada vez mas rapido. Esto me hacia gemir de placer, aunque ella no me dejaba pajearme y mi pene empezaba a pedir estimulacion a gritos. Finalmente ella acabo. Los otros dos se fueron a la habitacion de Romi y ella me llevo a la suya. Me penetro con el cons pequeño de la vez anterior, el abridor, y me dejo acostado, boca arriba, con las manos esposadas al respaldo de la cama durante un buen rato mientras se daba una ducha.
Cuando termino se volvio a poner el vestidito y se fue. En la cocina los escuchaba hablar a los 3.
- Si, probalo. No te vas a arrepentir. - decia Romi. Entonces aparecio el milico en la habitacion, desnudo, con su enorme pene erecto. comparandolo con el de ella era mas grueso y parecia mas largo tambien. Era una pija masculina, al contrario del hermoso pene femenino de ella.
El tipo subio a la cama, me levanto las piernas como nada y me saco de un tiron el cons. Mi cola se dilato. El tipo se puso en posicion y yo me desespere.
- No, para. - le dije con voz temblorosa. No, no!. - gritaba. No quiero esto.
- Y quien te pregunto si querias. Ella me dio permiso. -dijo el milico como si con eso alcanzara.
Su pene entro hasta el fondo de un solo golpe y aunque el cons habia logrado dilatarme mucho igualmente senti dolor, que me hizo pegar un grito. El milico sin piedad empezo a darme duro, como nunca ellas me habian dado, mientras yo gemia como loco y trataba de llamarlas. Despues de un rato que me parecio una eternidad, ellas entraron a la habitacion. Pero nada cambio. Solo se quedaron mirando, ella con su pene erecto nuevamente y Romi con una sonrisa complice.
Al rato el tipo acabo brutamente como todo lo que habia hecho y se fue, como si yo no existiera. Mientras se iba escuche que le decia a Romi "tenias razon".
Ella se acerco a mi.
- Queres acabar ahora? - te lo ganaste.
- si por favor.
Entonces se puso en posicion, me metio el pene hasta el fondo y con sus manos empezo a masturbarme, hasta que me hizo acabar con su pene adentro.
Me atendio ella, simpatica como siempre. Me dio un terrible beso y me hizo pasar. Estaba sola, me dijo, y me llevo a la cocina que ya tan bien conocia. Ella tenia puesto un vestiditoo corto tipo babydoll y unas sandalias, ya no era verano pero seguia haciendo calor.
Hablamos un rato tranquis, como buenos amigos. Ella estaba con su celu, algo distraida. Me dijo que Romi habia salido con un cliente y que problablemente no volviera, que teniamos la casa para nosotros, asi que podiamos improvisar algo. Acto seguido me pidio que me saque la ropa.
Ella se sento en un silloncito, siempre con el celu en la mano, y se bajo la tanga. El babydoll apenas le cubria el sexo, por lo que ni bien se le puso duro emergio orgulloso abriendose camino por la seda del vestidito. Mientras, yo todo desnudo, estaba parado frente a ella, con mi pene pequeño y timido, como solia ocurrirme cuando estaba con ella.
- Toma bebe, ponemelo. - Me dijo, y me dio un forro, mientras seguia a full con el celular. - Perdona, pero mi novio esta re cargoso, y como no sabe lo que hacemos aca, me tengo que cuidar. Es re celoso y si no le contesto se pone como loco.
Yo me arrodille frente a ella, mientras se recostaba un poco hacia atras. Su pene estaba al maximo. Le puse el preservativo -primera vez que se lo ponia a otra persona- sintiendo el calor y la textura de su sexo en mis manos.
- Sentate. Hacemos una cogida aca y dsp vemos como seguimos, queres? - me pregunto, mientras lubricaba su pene, como si mi opinion fuera a cambiar las cosas. Me puse sobre ella, de espaldas, y me apoye en la punta de su pene. Poco a poco fue entrando en mi cuerpo. cuando senti que estaba toda adentro, me levante y la saque completamente, para volver a sentarme. Segui asi, mientras ella seguia ocupada en su celular. En un momento sono, y ella se puso a hablar con su novio como si yo no estuviera alli, mientras yo seguia con mis movimientos, llenandome con su pito enorme y duro.
En un momento la conversacion se puso caliente. Ella le hablaba como una nena y el con voz gruesa que yo alcanzaba a escuchar le decia todo lo que le iba a hacer cuando la viera. Ella me hacia gestos para que no hiciera ruido, por lo que apenas podia gemir en voz baja, mordiendo mis labios. Por lo demas, ella apenas me prestaba atencion, como si me estuviera haciendo un favor dejandome penetrar, jugando yo solo con su pene.
Cuando finalmente corto la comunicacion, escucho abrirse la puerta y entra Romi con un hombre enorme, con uniforme policial. Instintivamente me tape, avergonzado.
- Tranquilo nene, es cliente. Digo, es milico, pero viene como cliente, no pasa nada.
Habian entrado a la cocina y ambos miraban como yo cabalgaba sobre la pija de ella.
- No dejes de moverte bebe. - me ordeno ella. - Sacala toda y mostrales a los chicos como tu culito se la come entera.
Lo hice. Me pare completamente y despacito empece a sentarme, dejando que su pene entre lentamente.
- No sabes lo que es ese culito. - le decia Romi al milico. - Cerradito, te moris. - el milico no dejaba de mirarme, y yo muerto de humillacion y verguenza trataba de mirar para otro lado. - Mirame bebe. - me decia Romi. - No te hagas el timido ahora que te conozco bien a vos. - y se reian ambos.
- Sentate de una bebe, de golpe, que estoy cerca de acabar. - me dijo ella en un momento. Lo hice. Me paraba, la sacaba toda y me sentaba de una, clavandomela hasta el fondo, y cada vez mas rapido. Esto me hacia gemir de placer, aunque ella no me dejaba pajearme y mi pene empezaba a pedir estimulacion a gritos. Finalmente ella acabo. Los otros dos se fueron a la habitacion de Romi y ella me llevo a la suya. Me penetro con el cons pequeño de la vez anterior, el abridor, y me dejo acostado, boca arriba, con las manos esposadas al respaldo de la cama durante un buen rato mientras se daba una ducha.
Cuando termino se volvio a poner el vestidito y se fue. En la cocina los escuchaba hablar a los 3.
- Si, probalo. No te vas a arrepentir. - decia Romi. Entonces aparecio el milico en la habitacion, desnudo, con su enorme pene erecto. comparandolo con el de ella era mas grueso y parecia mas largo tambien. Era una pija masculina, al contrario del hermoso pene femenino de ella.
El tipo subio a la cama, me levanto las piernas como nada y me saco de un tiron el cons. Mi cola se dilato. El tipo se puso en posicion y yo me desespere.
- No, para. - le dije con voz temblorosa. No, no!. - gritaba. No quiero esto.
- Y quien te pregunto si querias. Ella me dio permiso. -dijo el milico como si con eso alcanzara.
Su pene entro hasta el fondo de un solo golpe y aunque el cons habia logrado dilatarme mucho igualmente senti dolor, que me hizo pegar un grito. El milico sin piedad empezo a darme duro, como nunca ellas me habian dado, mientras yo gemia como loco y trataba de llamarlas. Despues de un rato que me parecio una eternidad, ellas entraron a la habitacion. Pero nada cambio. Solo se quedaron mirando, ella con su pene erecto nuevamente y Romi con una sonrisa complice.
Al rato el tipo acabo brutamente como todo lo que habia hecho y se fue, como si yo no existiera. Mientras se iba escuche que le decia a Romi "tenias razon".
Ella se acerco a mi.
- Queres acabar ahora? - te lo ganaste.
- si por favor.
Entonces se puso en posicion, me metio el pene hasta el fondo y con sus manos empezo a masturbarme, hasta que me hizo acabar con su pene adentro.
3 comentarios - Tarde loca(tv) odie a los milicos
Buen relato, van 8 puntos
Pd, creía que milicos solo se les decía a los militares