La chica de los pechos pequeños-2º-Cuestión de química

Después de nuestra primera experiencia, ambos estábamos super impacientes por continuar lo que había sucedido la tarde anterior. Solo había que encontrar el momento. Llega el sábado a la noche y habíamos quedado en ir al boliche que solíamos salir. Así que la paso a buscar por su casa en el auto. Cuando la veo, se había puesto un vestido negro corto, muy ajustado… muy ajustado!. Subimos al coche y salimos. Cuando veo sus piernas en el asiento, se las empiezo a acariciar muy suavemente. Después de un tiempo disfrutando sus piernas, llego a un semáforo, la miro y ella me abre más las piernas. Así que muy lentamente, voy subiendo mi mano hasta que llego a su entrepierna y siento su ropa interior. Ella abre aún más las piernas y comienza a acariciarme la nuca. Sigo acariciándola suavemente sobre su ropa interior. Empiezo a sentir su respiración entrecortada y pequeños gemidos, y ya a esta altura evidentemente su nivel de excitación era muy alto. Y seguimos así hasta que no aguanta más y se agarra la tanga y se la corre para un costado, para que le pueda tocar bien su conchita… totalmente mojada. Ya sus gemidos eran muy fuertes y cuando nos quisimos dar cuenta, ya estábamos estacionados en la puerta del boliche. No sé cómo llegamos hasta ahí, ni cómo hice para poder manejar, pero ya estábamos ahí. Ella me agarra la mano y me señala a un grupo de amigas suyas que estaban ahí cerca. Me dice bajemos porque ya nos vieron. Así que... no quedó otra que salir del auto. El problema es que yo no sabía cómo bajar porque estaba muy excitado y no podía acomodármela para que no se note tanto. Nos acercamos al grupo de amigas, las saludamos y entramos. A caminar sacando culo y con las manos en los bolsillos. Más obvio imposible. Una vez adentro, nos alejamos de sus amigas y nos vamos a bailar. El vestido negro que tenía le marcaba todos los pechos y encima no se había puesto corpiño, con lo cual no podía dejar de mirar sus hermosas tetas. A esa altura estaba con la pija re dura de nuevo y se me notaba, pero ya no me importaba nada. La cosa no daba para más, así que me dice: mejor vayamos a algún lado que podamos estar solo. Por supuesto que ni lo pensé y nos fuimos en el auto al telo.
Llegamos al hotel y entramos a la habitación, pido champagne, ponemos música y seguimos bailando en un costado de la habitación. Abro la botella y nos servimos. Ella se da vueltas y empieza a menearse de manera muy sensual. Yo me quedo un rato quieto, solo observándola. Apreciando el mejor culo que haya visto, moviéndose y contorneándose solo para mí. Después de un rato, me acerco un poco... ella continúa de espalda moviéndose sensualmente y me acerco hasta sentir su culo sobre mí. La abrazo por la cintura y empiezo a besar su cuello por detrás, a lo que responde acariciando mi nuca y arqueando más aún su espalda, exponiendo aún más su cola para sentir mi pija cada vez más dura. Y así se queda... frotando su colita, para los costados... arriba y abajo y yo con una nivel de excitación que no sabía si iba a poder seguir manteniéndome así, sin acabar. Se da vuelta y nos fundimos en unos besos muy apasionados y mojados, comiéndonos la boca mutuamente. Empiezo a sacarle su vestido y se queda solo con su tanga. Ella hace lo mismo sacándome la remera el pantalón. Y seguimos bailando los dos... en ropa interior, besándonos y mimándonos. Ya los dos sin prácticamente ropa, nos vamos acariciando y sintiendo como nuestra piel va deseando más y más. Pongo mis dos manos en su cola, y la acaricio y disfruto plenamente. Se da vuelta nuevamente, para que pueda apreciar su culito ya solo con una diminuta tanga... yo ya estaba en el paraíso. Ella hace para atrás, para volver apoyarse sobre mi pija, esta vez los dos solo con ropa interior... y puedo sentir sus muslos, subiendo y bajado, yendo de un lado a otro una y otra vez. La agarro fuerte del vientre, para presionar aún más su cola sobre mi cuerpo, mientras la voy besando en el cuello y voy subiendo mis manos hasta sus pechos y los empiezo a agarrar y acariciar con mis dos manos, sintiendo que mi nivel de excitación va a estallar. Se da vuelta y la llevo hasta una mesita que hay cerca, la siento sobre ella. Me acerco lentamente para empezar a mojar sus pezones muy suavemente con mi lengua, y empiezo a sentir en mi boca como se empiezan a poner duritos, mientras no dejo de mirar las expresiones de placer en su rostro. Tomo un poco de la champagna que todavía está fría, y con mi lengua fría, acaricio nuevamente tus pezones, poniéndose muy duros, y sigo chupándolos hasta que mi lengua se pone tan caliente como su cuerpo, que no hace más que disfrutar!. Bajo hasta su vagina, le corro su tanguita, y veo su conchita, toda depiladita, hermosa, y me quedo mirándola, disfrutando del momento. Lentamente voy acercando mi lengüita a su clítoris y lo empiezo a lamer primero muy suave y muy despacio. Después recorro toda tu conchita si dejar ninguna parte sin recorrer. Le saco la tanguita y vuelvo a arrodillarme quedándome con mi vista a la altura de su conchita y con mis brazos apoyados sobre sus piernas. Podía sentir a través de mis brazos como latía su corazón. Acerco mi lengüita nuevamente a su clítoris y lo empiezo a chupar. Miró para arriba y veo su cara de placer y va soltado unos gemidos cada vez más fuerte hasta tener un orgasmo! Guauuu en menos de 10 segundos de chupárselo, terminó!. La verdad es que con las mujeres que había estado antes (e incluso con las que he estado después) nunca había conocido a nadie que llegara tan rápido a los orgasmos. Hubo veces que llegó al climax frotándose contra mí, con el pantalón puesto. Nunca supe, si eso le pasaba solo conmigo, o en general ella era así, Porque nunca se lo pregunté, y la verdad es que me gustaría saberlo... pero bueno, ya no estoy en contacto con ella. Me gusta pensar, que era solo conmigo, por una cuestión de química, que creo que realmente había! Yo sentía que cada vez que nos encontrábamos íntimamente, como si nuestros cuerpos, hormonas y células se ponían en sintonía y todo fluía de una forma muy especial. Si bien, esto es lo que generalmente pasa cuando uno está enamorado, nunca me había sucedido a ese nivel. Ni antes de ella... ni después. Con ella era todo 100% pasional, cero racional (de hecho por eso no duró mucho nuestra relación, ya que no teníamos absolutamente nada en común aparte de lo sexual). Todas mis anteriores y posteriores relaciones fueron un equilibrio (entre lo pasional y lo racional). Ahora lo llamaría un maldito equilibrio! Pero bueno, me imagino que es lo que le pasa a muchos. En fin, corté la historia! Mejor seguimos con el relato... Después de sus últimas contracciones por su orgasmo, y aún poco repuesta, se levanta de la mesita y me sienta a mí sobre la mesa. Me besa y comienza a bajar dándome besos por mi cuerpo, chupándome los pezones mientras va acariciando suavemente la verga que ya está muy dura, queriendo salir cuanto antes. Cuando llega a la altura de mi pija, me saca lo único que me queda, y se queda viendo y acariciándola muy suave. La observa, disfrutando ese momento, tan esperado, de tener mi verga muy dura a punto de explotar, frente a ella. Saca la lengua y la va acercando a mi miembro, y para mí, sus pausas me parecen una eternidad y me desespero de sentir su húmeda boca sobre ella. Tomo aire, para no dejar que nada interrumpa el momento en que su lengua se pose sobre mi cabeza. Cuando siento su lengüita sobre mi pija, que empieza a pasar muy suave, me voy muriendo de a poco. La recorre toda con su lengua, sin dejar ninguna parte sin pasar. Después comienza a metérselo en su boca, y a chuparla y succionar, disfrutando sentir como mi pija dura va llenando toda tu boca. Y se la va metiendo cada vez más hasta llegar a la base, teniendo todo mi miembro adentro. La saca y me dice, terminá tranquilo bebé, no hay problema. Y me continúa succionando con fuerza y yo le empiezo a llenar la boca con mi lechita y ella se lo traga todo... pasándome la lengüita para no dejar ninguna gotita dando vueltas... un sueño… continuará…

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