En su fiesta de trabajo… (I)




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Compendio II


Creo que esta es una de las pocas veces que me he sentido súper arrepentida de no haberle creído.
Es que ¿Cómo responderían ustedes si su marido les dice que lo acosan sexualmente en el trabajo?
😅
Bueno, de partida, tengo que describir a mi marido.
XD
Él es alto (algo así como 1.80 y tengo que creerle, porque no soy muy buena con los números y medidas XD), de pelito negro bien cortito y bien cuidado, delgadito y muy, pero muy buen mozo.
Lo que más me gustan (¡¡Obvio!!) son sus ojitos café… pero creo que ya he hablado mucho de ellos.
😆
Sus labios son suavecitos, gruesos y muy cariñosos.
Son de esos labios que cuando te besan, se sienten que te abrazan para siempre y no te quieren dejar jamás…
😍
Tiene una nariz chiquitita, súper tierna, que me encanta apretársela cuando está rojita por el frio.
Y bueno… es cejón.
😅
O sea, yo digo, cejón, cejón…
Así, tipo Red, del “Angry Birds”…
😂
Pero no es enojón y lo rico es que hace que su carita sea muchísimo más expresiva todavía.
Aunque eso no es todo.
También tiene unos hombros enormes, que me da a mí y a mis chiquititas unos de esos abrazos envolventes y geniales, que te llenan de calorcito…
Y bueno, está también su traserito…
😛 😛
O sea, no se nota tanto, tanto en el pantalón…
Pero es algo que una agarra así, como de casualidad y ¡Paff! Que te sorprende lo durito y redondito que es…
Y bueno, lo otro que tiene (y obviamente, la segunda cosa que más me engancha a él, aparte de su cariñito y también, a las otras chiquillas que les ha tocado la suerte de probarlo) es su lindísimo pene.
😆
Y sí, yo sé que a él (y como también, debe pasarle a muchos chicos) les debe dar vergüenza que su polola/esposa/amante hable de su pene.
Pero ¿Qué quieren que les diga?
¡Lo encuentro magistral!
😛 😛 😛
Pienso que es enorme.
Porque son pocas las zanahorias grandes y gorditas las que le hacen el porte.
Y a lo mejor, si las bananas fueran derechitas, a lo mejor se acercan al tamaño.
Pero ya pueden imaginarse por qué soy una esposa tan contenta, ¿No?
😈
Pero en fin, me costaba mucho creerle que él estuviera siendo acosado sexualmente en el trabajo.
Porque él venía de trabajar en una mina, con cientos de hombres y yo le decía que a lo mejor, era por la falta de costumbre.
😒
Pero no.
Para él, era algo súper serio y bien molesto.
Y como les digo, yo no lo abordé de la mejor manera posible…
😕
Al principio, llegaba así, medio calladito, pero igual bien cariñoso.
Y una, que lo conoce archi súper bien, sabía que algo le pasaba.
Y bueno, me decía que sus compañeras lo miraban mucho…
😂
Y yo, claro que más que contenta, porque hasta la mamá de Bastían me decía que eran recontra guapas.
Pero después, empezaron a hacer como “bromas de doble sentido”, que igual él llevaba bien y todo, porque se había acostumbrado a eso en la mina.
Y ahí le decía yo que aprovechara de mirar más, ahora hay más chicas lindas y que en el fondo, lo disfrutara.
😍
Pero él no es así y de verdad, que yo sé que “Me quiere ser fiel” y se está portando bien…
Pero entonces, empezó a llegar como más y más tristón y me decía que las chiquillas le tomaban por el brazo a cada rato.
😰
Y ahí fue donde las embarré, porque entre tontorrona y chistosita, le tomé el brazo y me puse cariñosa.
“Entonces, ¿No te gusta que te haga así?” le pregunté, muerta de la risa.
Y él me miró así, como igual súper serio y me dio una sonrisita bien triste.
“No, ruiseñor. A ti te lo acepto, porque te amo y te conozco. Pero no a ellas, porque ellas ya saben que estoy casado contigo, les he dicho que te amo y también, hay normas en el reglamento.”
😭
Y les prometo que igual me dio mucha pena, porque me miró de una forma así como que si no pudiera pedir más ayuda (porque hasta la de Recursos Humanos le tira los calzones).
Pero así y todo, no podía creerle todo lo del acoso…
Porque obvio, él es un chico…
Hasta que salió esa fiesta por el día del trabajador en su empresa.
😆
Fue para el último fin de semana de Abril y nosotros andábamos bien recontra calientes, porque el 1º de mayo nos íbamos a poner en campaña para que me embarazara, así que los últimos días de abril le dábamos y le dábamos sin parar, como si estuviéramos los 2 en celo…
XD
Pero era algo así como una gala importante que mi marido tenía que asistir y hasta habían invitado a la mamá de Bastían (el otro hijo que tiene mi marido).
😊
Esa noche, me puse un traje de gasa blanquito, que hacía bastante tiempo mi marido me compró…
(¡¡¡Y lo más genial de todo, fue que lo hizo pensando en si alguna vez, me tocaría acompañarle a una cena elegante!!!)
Y el asunto es que, aunque no estoy gordita, gordita, gordita, tengo un poquito más de kilitos encima, así que el vestido me queda un poquito apretado…
😅
O sea, no me veía mal.
Pero mi trasero se veía enorme y bien parado…
Y bueno, mis súper pechugas nada tenían que envidiar a las que se ponen silicona…
Pero aun así, me veía bien decente y bien escultural, porque el vestido es largo y elegante.
Y bueno, él estaba para babear…
😛
Pantaloncito negro, zapatos lustrados, chaqueta y él, rabiando por tener que usar corbata…
😂
O sea, imagínense alguien así como un James Bond o un tipo con estilo, de esos que te hacen pensar “Sí, este tipo debe tener plata…”
El asunto fue que esa noche, estaba bien “gruñoncito” (algo que me encanta mucho de él, porque se ve más tierno todavía) porque tenía que ir de traje y de corbata y yo ahí, tentada de saltar a comerle a besos.
😈
Entonces, llegó la vecinita del lado (una lolita de unos 17 años, rubiecita, bien moldeadita y con carita de coqueta) para cuidar a nuestras pequeñitas y se quedó con las palabras en la boca al ver a mi lindo esposito…
Obvio que él, con lo distraído que es, ni se dio cuenta y le dijo a la chiquilla que podía comer lo que quisiera y hasta podía traer a su pololo al departamento, siempre y cuando que no ocuparan nuestro dormitorio para hacer sus cochinadas y que estuviera con el monitor en todo momento.
Nos despedimos de las peques en su dormitorio (porque a las 9, ya están con ojitos chinos de sueño) y mi marido les explicó que saldríamos un ratito, pero que luego volveríamos.
Y bueno, nos fuimos conversando en el auto, bien tranquilos, aunque yo me iba pasando rollos de las cositas ricas que quería hacerle y que él me hiciera, apenas volviéramos para la casa…
😈
La fiesta era en la azotea del edificio donde trabaja mi esposo.
Subimos al ascensor y debía haber fácilmente, unas 60 personas entre invitados y mozos.
Era gente refinada, elegante: gorditos de unos 50 o 60 años, con unas señoras preciosas, de unos 40, que tomaban tranquilos y comían canapés y todo eso.
😒
Otros, más jóvenes, como de 20 o 30, que tenían miradas más avariciosas y que de verdad, me ponían los nervios de punta cuando me miraban, porque podía sentirles sacándome la ropa y con parejas que me daban la impresión que andaban más pendientes o de la plata que tenían los otros o los paquetes que podían guardar los hombres en los pantalones.
Así que no puedo decir que estaba de lo más contenta en esa fiesta.
Pero entonces, nos encontró la mamá de Bastían…
😳 😳 😳
¡Sexy era poco, comparado con ella!
Tenía un vestido dorado, con lentejuelas, que le quedaba bastante lindo, con tiras cruzadas a la altura de los hombros.
Se le marcaban de una manera excelente la cintura y ese trasero y si se volteaba para un lado, sus tremendos pechos de mamá que lacta se destacaban demasiado.
Y aparte de todo, se había arreglado el pelo negrito, haciéndose como un peinado tipo bouffant, pero con rulos, tirando para arriba, que le ayudaban más a destacar su cuerpo y su linda carita, con unos labios bastante coquetos y que hasta le quitaban años de encima.
😲
¡Les prometo que casi me da un patatús!, pero ella me saludó a mí primero y después, a mi marido.
Y entonces, me dijo algo que me derritió por dentro…
“¡Ay, Mari! De verdad, que no quiero llevarme a tu marido, pero tengo que presentarlo a unos gerentes que necesitan conocerlo. ¿Me lo prestas un poquito, por favor?”
😍 😍 😍
Y les prometo que hasta sentía mi vientre palpitar, porque sé que ella todavía le tiene ganas a mi marido y que al igual que a mí, le encantaría que la poseyera y le diese un hermanito a Bastían, así como a mí me dan unas ganas tremendas para que le dé un hermanito a mis pequeñas.
Pero así y todo, se las aguanta y me lo pedía con permiso por un ratito.
Obvio que se lo entregué y los 2 (mi marido y ella) me miraron súper aliviados.
“¡Descuida, Ruiseñor! ¡Trataré de desocuparme lo más rápido posible!”
Y claro… lo que no contaba yo era que aparecerían tantos calentones.
😅 😅 😅
No pasaban ni 2 minutos que se fuera mi marido y ya tenía a un cuarentón metiéndome conversa, un veinteañero queriendo traerme tragos y un gordito de unos 60, que no paraba de mirarme el trasero cuando pensaba que no lo veía.
Que “De dónde era”, o “Con quién trabajaba”…
O líneas más pencas, como “Nunca te había visto en este lugar…”
Y claro, ahí pensaba yo que eso sí era acoso, porque no me dejaban en paz.
😕
Y fue peor cuando les dije que estaba casada y que mi marido era Gerente de Oficina de Adquisiciones…
(O como lo dicen ellos, Acquisition Office Manager. ¡Qué lata que una como esposa se aprenda los cargos del marido y él no! ¿Eh? 😉 )
Porque el gordito dijo que él era Gerente de no sé qué otro departamento y el cuarentón trabajaba en algo así como con divisas, que no me acuerdo.
El asunto fue que me quedé con el veinteañero de los tragos, que fue el único que se quedó más callado y no me echaba el cuerpo encima.
😊
Igual era rubiecito, con ojitos grises, de cuerpito atlético y era un poco más bajito que yo.
¿Para qué me voy con cosas?
Me trajo un mojito, que lo encontré súper rico y me empezó a meter conversa bien interesante, preguntándome en qué trabajaba y si acaso me acostumbraba a la vida en la ciudad.
Lo único malo es que él andaba bien pendiente de mi bebida, si me la había tomado toda o no y ya tenía otro mojito en sus manos, así como preparándomelo para mí, porque él no probaba nada.
😕
Eso me dio como desconfianza y muy elegante, le dije que me estaba dando como un calorcito y que iría al baño para refrescarme.
Él casi como que se alteró y le dio y le dio con que me tomara otro y así, se me pasaba…
😒
Seré joven, pero no tonta y le dije que me disculpara por un rato.
Fui al baño y me senté a esperar en un casillero a que me volvieran los colores.
En eso, siento que se abre bien fuerte la puerta del baño, que casi me hizo saltar…
😲
“¡Ya no aguanto más!” gritó una mujer, abriendo la llave del lavamanos y echándose agua.
“¡Cálmate, Maddie!” le dijo la otra.
Y yo me puse a mirar por la ranura de la puerta.
Era una rubia de unos 30 años, con cabellos rizados bien largos la que se mojaba bien la cara. La otra era más joven, de unos 25, con pelito negro bien cortito y bien peinado.
😮
Eran guapísimas…
Así, tipo Yayita, de “Condorito”…
O sea, cintura de avispa, pechugas imponentes y una colita chiquitita, pero súper bien parada.
😠
“¿Cómo pides que me calme? ¿Lo viste?”
“Sí… pero exageras… además, está también Albert.”
“¡Al diablo con Albert! ¡Me lo cogería delante de él!” dijo bien enojada la rubia.
😳
Yo quedé plop…
(Y lo sé… leí mucho Condorito cuando chica… XD)
Porque son chicas lindísimas, como modelitos, que uno las ve y parecen no romper ni un huevo.
(A lo mejor, vacían los huevos de los hombres. ¿Quién sabe?)
Pero no me esperaba que hablaran así, tan grosero…
“¿Cómo dices eso? Estás delirando…” le decía su amiga, tratando de calmarla.
“¡Por supuesto que no! ¿Supiste de la apuesta?” preguntó la rubia, enceguecida por el enojo.
“Sí… algo supe.” Respondió la otra, más calmada, mirándose al espejo.
😡
“He perdido 3 veces ya... y aun no se coge a ninguna.”
“¿Y qué hay de Gloria? ¿Crees que se está metiendo con ella?” le dijo la amiga, retocándose el pelo…
😳 😳 😳
Y les prometo que yo casi escuchaba esa trompeta, con el “Tun, Tun, Tuuuuun”, que ponían en las comedias de la tele…
¡¡¡Porque ese es el nombre de la secretaria de mi marido!!!
😲
“¡Por supuesto que no! ¿Crees que andaría así de amargada?”
“No lo sé… no es de mi departamento.” Respondió la amiga, echándose labial.
Entonces, la rubia, bien impulsiva, le tomó la mano.
“Pero ¿Supiste lo que pasó en su oficina?”
“Esos son rumores…” dijo la morenita, riéndose.
“¡Nooo! La zorra esa vino a la fiesta. ¿Viste a esa puta, vestida de blanco?”
😅
¡Y no les miento! ¡No les miento!
¡Yo ya estaba bien mojadita cuando dijeron eso!
Porque, ¿De qué color era mi vestidito de gasa?
XD
“¿Esa niñita?” preguntó la morenita, mirándome a huevo.
“¡Siii! ¡Esa niñita! ¡Estuve ahí, con reloj en la mano, escuchando cómo se la cogía y cogía, sin parar, por más de una hora!
😳
La amiga le miraba toda nerviosa…
Pero la rubia estaba exagerando.
Fueron a lo más, unos 45 minutos, porque estábamos bien apurados y él me había dicho que nos juntásemos para comprarme un auto (que es genial y a él, le vuelve loquito verme manejar…).
“¡Vamos, estás exagerando!”
“¡Noo! ¡Todas escuchábamos cómo la puta no paraba de gritar y de gritar! ¿Viste cómo sonreía tan alegre? ¡Se la coge todos los días!”
😤 😤 😤
Y yo, con orgullo de leona…
Porque hasta en la escuela me preguntan qué hago para no tener tanto estrés…
😏
Pero de verdad, verdad, no quiero cortarla aquí, porque ya veo mi regalito anticipado del día de las madres…
😛 😈
Trataré de escribir las partes más calentonas que siguen prontito.
¡Bye!
😉


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1 comentario - En su fiesta de trabajo… (I)

Gerard2006
que bellza que ganas de que mi mujer coja así