Nunca digas nunca 2

Aquella primera experiencia muy erótica que tuve frente a mi marido y Luís me tenía muy perturbada, ya que me sonrojaba cada vez que acordaba de lo ocurrido y me sentía mal, porque sentía que había actuado pésima e irresponsablemente, me incomodaba saber que mi vecino había visto más de lo que debía y sobre todo de lo que pensaría de mí.

Sin embargo también contribuyó para que mi vida sexual mejorara sustancialmente, si antes era buena ahora era maravillosa, porque lo ocurrido me motivaba a muchas fantasías que cuando llegaba mi marido la esperaba muy caliente y empezábamos a hacer diferentes juegos eróticos y fantasiosos, mi marido se dio cuenta de mi cambio y la verdad que también empezó a ser imaginativo y participe, hacíamos el amor casi todos los días, nos inventábamos juegos, como por ejemplo hacer encuentros en hoteles con él suponiendo que era mi amante, otras veces me pedía que lo busque en algún bar o discoteca y yo iba vestida muy sexi sin llegar al escándalo, pero la mayoría de las veces sin ropa interior o micro tangas que en realidad no tapaban nada, otras veces lo esperaba en la cama vestida como adolescente, como prostituta, etc. En fin miles de fantasías que nos hacía sentir bien.

Un secreto que yo gustaba muy bien es en muchas de mis fantasías participaba Luis, cuando evocaba lo que había ocurrido me aturdía y sentía mal, pero luego daba rienda a mis fantasías, me imaginaba mostrándome sugestivamente, que me veía desnuda, que me mostraba su pene erecto, y cuando estaba con mi marido en algunas ocasiones sentía que era Luis el que me hacía el amor, y en esas ocasiones llegaba muy rápido a varios orgasmos que lo disfrutaba al máximo. Luego me venía el remordimiento, pero ya no era una cosa trágica, lo justificaba pensando que solo era un juego.

No era muy frecuente ver a mis vecinos, porque luego de haber acorado hacer el trabajo juntos, puede excusarme diciendo que tenía mucho trabajo y además que estaba un poco delicada de salud, por ello es que Ramón habló con Luis (a mi solicitud porque yo quería verle la cara por vergüenza), y le presentó a un amigo que es también diseñador y se solucionó el problema.

Había transcurrido un poco más de 6 meses de mi exhibición, y ya casi estaba superado el hecho, cuando una tarde que iba a mi casa se pinchó un neumático de mi camioneta, lo que me obligó a solicitar ayuda a una agencia. Estaba esperando el auxilio con impaciencia porque se demoraban mucho, cuando un taxi se para al lado de mi camioneta y desde allí me pasa la voz Luis y me pregunta si requiero ayuda, para mí fue un alivio y le dije que si, por lo que se bajo del taxi y me dijo

¿Qué sucede?

Se pinchó un neumático y estoy esperando el auxilio que se demora mucho, podrías decirle al taxista que lo cambie y le pago como si fuera un adicional, si no estás apurado.

Me voy para mi casa, y yo podría ayudarte, no hace falta el taxista, luego me jalas, ¿te parece?

Me da pena que te maltrates la mano y la ropa, pero si lo puedes hacer serás bien recompensado, le dije en broma

Se dispuso a cambiar el neumático, sacando lo necesario de la camioneta, en eso llegó el auxilio, por lo que dejamos que ellos terminen esa labor, mientras tanto conversaba con él de cosas sin importancia.

Como te va en el trabajo, le dije

Muy bien, bastante trabajo y cosas interesantes. ¿de dónde viene tan guapa? Me replicó.

De hacer unas vistas a los trabajos que hago, he tenido que ir a varias obras, pero ya regreso a casa muy cansada, le dije

Más bien yo diría que vienes de una conferencia o fiesta, porque llevas una ropa muy elegante y te ves de maravilla, me dijo. Tus trabajadores deben estar felices de tenerte como jefe, porque les enseñas también la elegancia y sensualidad de una mujer.

Normalmente iba a las obras en Jean y zapatillas, pero en esta ocasión había ido muy temprano a una reunión de trabajo y al colegio de mis hijos, por ello había optado por ponerme un conjunto de saco y falda, y una blusa de encaje un poco transparente, pero que el saco no dejaba mostrar nada, la falda era un poco entallada un poco más arriba de las rodillas pero un una ligera abertura en el lado derecho.

Yo sabía que ese conjunto me quedaba muy bien y era algo que le gustaba a mi marido, además me puse una tanga pequeña que solo tapaba la parte delantera y en la parte posterior era un hilo que se metía ente mis nalgas, ello para que no se transparentara con la falda que me quedaba entallada a altura de la cadera.

Cuando Luis me hizo ese comentario me sonroje un poco, pero me sentí alagada, sin embargo percibí que mi vecino estaba un poco más agresivo y "mandado", que en ese momento recordé lo que había ocurrido en mi casa, por lo que me dio mucha vergüenza y me sonrojé mucho y me empecé a sentir muy incómoda, ya que empecé a tratar de adivinar que es lo que Luis estaría pensando de mí, y que es lo que podría buscar si es muy atrevido.

Empecé a ser esquiva a sus conversaciones sin contestarle muchas cosas, ya que él seguía haciendo bromas y halagándome, aunque no parecía que buscara algo especial, ya que es muy bromista, pero yo igual me sentía muy perturbada.

Empecé a observar a los señores del auxilio y a decirles si podía apurarse porque los había esperado mucho tiempo, felizmente el cambio de neumáticos era rápido concluyeron el trabajo en algo de 5 minutos por lo que no hubo mucho que conversar con Luis.

Cuando ya nos teníamos que ir, me percaté que estaba con una falda un poco alta y que al manejar esta se iba a subir más arriba del muslo, por lo que me sentí más incómoda aun, en realidad no quería mostrarme y menos dar pie a que Luís pensara que soy una desvergonzada, pero no había forma de evitarlo, ya que le había ofrecido llevarlo.

Subimos a la camioneta, yo manejaba y el al lado derecho, él iba muy animado conversando y haciendo bromas y yo muy intranquila y perturbada, sentía que él me observaba (no si esa percepción era producto de mi imaginación por la vergüenza que tenía). Yo escuchaba lo que hablaba y comentaba, pero yo no decía mucho, me reía de sus bromas, pero igual no daba pie a entablar una conversación, más estaba muy distraída con mis pensamientos.

Cuando lo miré de reojo. Observé que me miraba las piernas, allí me di cuenta que esta se había subido algo más de lo normal y la abertura que tenía al lado derecho mostraba casi toda mi pierna desnuda. Ello me incomodó más aun, pero sentir su mirada es como que me gustaba y empecé a evocar las fantasías que había tenido con su figura que me empecé a excitar y sentir que mi vagina se humedecía, el trafico estaba un poco pesado por lo que se hacía muy largo el camino, y mi excitación era cada vez mayor, lo veía de reojo y él seguía muy animado sus miradas eran cada vez más frecuentes y hasta más descardas. Mi excitación hizo que no me cubriera nada y hasta en algunos casos permitía que mi falda se suba más de lo debido, sentía una gran necesidad de de ser observada, de que Luis viera todo lo que sea posible.

Estando cerca a mi casa sonó mi móvil, que me sacó de toda la fantasía y distrajo mi excitación, era mi marido que me decía que estaba en la casa, que estaba preocupado por mi demora. Yo le explique muy rápido lo que había pasado y le dije estaba cerca de la casa y que Luis me acompañaba. Me dijo que lo invitara a la casa compartir algún piqueo y agradecerle por la ayuda. Se lo comenté a Luis y me dijo que no había problema, el tema es que yo seguía muy excitada y sentía que mi vagina estaba muy mojada, vi que mi falda estaba muy arriba que casi se veía mi tanga, pero yo no hice nada por evitarlo, lo dejé porque tenía un fuerte impulso de mostrarme, es algo que no podía controlarlo.

Llegamos a el barrio estacioné la camioneta en la puerta de mi casa y Luis se bajó primero y mientras yo buscaba mi cartera y unos documentos él se acercó al vehículo por la puerta que yo descendía y se ofreció ayudarme con las carpetas que llevaba, abriéndome la puerta, no sé si lo hizo con la voluntad de ayudarme realmente, lo necesitaba, o si lo hizo para tener una mejor visión de mis piernas y entrepiernas. Eso me excitó más todavía que yo impulsivamente (a modo de descuido) le mostré mis piernas, mi tanga y todo lo que estaba debajo mi falda, porque giré hacia la puerta con las piernas un poco abiertas mientras le daba las carpetas y me disponía a bajar, él se quedó mirando, pero luego disimuló y se volteo como quien se va a la puerta de la casa, con ello me sentía más mojada aun, sentía que hasta la falda se había humedecido.

Tenía una excitación bárbara, sentía cosquilleos en mi conchita, sentía que no paraba de humedecerme, y se me vino a la mente todos las fantasías eróticas que había tenido con la imagen de Luis, estaba perdiendo el control de mi misma, sentía la necesidad de de ser penetrada, estaba como dicen en mi país muy arrecha. Sentía la necesidad de cachar, de que sea Luis el que me meta su pinga, de que mi marido viera como me penetra otra persona. Pero en realidad eso no iba a ser posible, sabía que solo era fantasía y deseos, sabía que estaba mal y no quería dañar a mi familia y a mi marido, por ello es que reaccionando un poco, traté de alejar las imágenes de mis fantasías y controlar la excitación, por ello es que al entrar a mi casa saludé a mi esposo con un beso en la boca, me acerque a mis niños que estaban viendo tv y me quedé con ellos un rato para alejar esos pensamientos y deseos.

Mientras tanto Ramón invitó a Luis a la sala y le invitó unas cervezas, era finales de verano y hacía mucho calor todavía, me ofreció una cerveza, pero le dije que solo quería jugo, no quería una gota de alcohol, para no seguir desinhibiéndome, me dio mucho miedo.

Mientras ellos conversaban, me disculpe y me fui con mis hijos al segundo piso, pues quería cambiarme y limpiarme la humedad que tenía entre las piernas, aproveché que la nana de mis hijos los llevaba para bañarlos y llevarlos a dormir.

Ya en mi habitación, me quité la ropa que llevaba y me metía al baño para asearme y quitarme la calentura, pero al tocar mi vagina sentí que estaba empapado por mi jugos que cuando puse mis dedos estas se deslizaron con facilidad hacia mis labios vaginales que al tocar mi clítoris se reactivó mi excitación abruptamente, en ese instante empecé a masturbarme frenéticamente, pensando que era Luis el que me acariciaba y se disponía a cacharme, evoque todas las fantasías que tuve con su imagen que llegué a dos orgasmos violentos y muy profundos, cuando terminé me sentía muy cansada, pero bastante aliviada. Y para ser realista me quedé satisfecha y algo contenta de saber que la imagen de Luis me había permitido ese tremendo placer, sentí nuevamente remordimiento y pena por mi esposo e hijos, pero no era tan angustiante, sino más bien de satisfacción y placer por mí, estaba descubriendo cosas nuevas en mi comportamiento sexual, no sentía arrepentimiento.

Me bañe y me puse algo más cómodo para regresar con mi esposo y Luis, me puse un vestido de tiras suelto de algodón porque era bastante fresco, un brasier de encaje sencillo, no quería que transparentaba mis tetas e instintivamente busque una tanga pequeña, quizás la más chica que tengo con la finalidad de que no se notar o se trasluciera por el vestido, aunque inconscientemente creo que quería mostrárselo a Luis. Creo que mi excitación seguía, no tan intensa pero sentía que mi vagina estaba húmeda y seguía con algo de cosquilleo, sin embargo antes de bajar, consideré que era algo que podía controlar y disimular, después haría el amor con mi marido y desquitaría toda la necesidad de tener un macho a mi lado.

Cuando llegue a la sala estaban sentados hablando de trabajo y proyectos, así como de cosas que ocurren en el barrio, consideramos la posibilidad de reunirnos con los vecinos porque últimamente estábamos muy alejados.

Yo me había sentado al lado de mi esposo, y al frente estaba Luis y como siempre me senté con cuidado para no mostrar nada, sin embargo esta vez sentía que Luis me miraba con más insistencia que me ruborizaba, pero trataba de disimular con la conversación que se hizo amena, porque como le conté Luis es muy gracioso y mi marido no se queda muy atrás.

Sentía que sus miradas eran penetrantes que me gustaba, sentía nuevamente que estaba excitada, pero no quería dar mi brazo a torcer, esta vez me propuse controlar la situación y no provocar nada para evitar consecuencia.

La empleada se apareció y me dijo que los niños ya se habían dormido y se despidió

Seguimos conversando de varias cosas, pero mi calentura seguía en aumento, realmente estaba muy arrecha, me perdía en mis pensamientos y fantasías y algún momento me sentí como una puta muy caliente, como una perra en celo que invita a los perros que se la tiren. Lo disimulaba, pero no podía evitar darle miradas a Luis y ver su entrepierna porque se le había marcado el bulto, percibía que tenía una erección y el solo imaginarme cual podría ser el tamaño de su pinga me calentaba más aun.

Luis anunció que se retiraba y nos agradecía por la invitación, eso me tranquilizó y le di las gracias por la ayuda, sentía que su retiraba no me haría cometer deslices o insinuaciones, por ello reaccioné rápido y acepté su retiro como invitándolo a que se fuera, a pesar que me apenaba porque quería seguir disfrutando de esa excitación, deseaba llegar a un orgasmo como la primera vez.

Sin embargo mi marido dijo que se podía esperar, que él haría unos pedidos de piqueos la rosticería, que quería invitarle mientras se tomaban unas cervezas más, Luís dudo mucho pero mi esposo fue insistente que lo llegó a convencer porque al otro día era sábado y por lo general no se trabaja. Mi marido llamó al delivery, pero le dijeron que tenían mucha demanda y que demoraría como una hora el pedido, por ello es que él optó por ir el mismo a comprar con la camioneta, y ello no le demoraría más de 20 ó 30 minutos,

Luis se ofreció acompañarlo, porque también quería comprar un Pisco para hacer un pisco sauver (trago típico de mi país) que él lo quería preparar ya que le habían dado la receta perfecta, sin embargo mi marido le dijo que nosotros teníamos pisco y los ingredientes, que más bien mientras él salía a comprar, no demoraría mucho, que se avocara a preparar el trago, que yo le facilitaría lo que el necesitaba, al final mi marido se fue u mi vecino se quedó con la misión de preparar los piscos sauver

Yo estaba intranquila por la arrechura que tenía, la sola idea de que unieses una insinuación hacía que mi concha se inundara de mis jugos, de solo pensarlo ya me venía un orgasmo, me estaba perdiendo en mis pensamientos que mi marido me hizo volver a la realidad cuando me preguntó si me sentía mal porque había palidecido.

Muy avergonzada le dije que no, que no se preocupara, que me había dado un pequeño bochorno, pero era por el calor y el trajín del día, en ese momento retomé el control de mis pensamientos y actitudes y me propuse ser muy severa conmigo misma.

Ramón se fue, Luis me dijo que si tenía los ingredientes, así que le señale el bar y yo me fui a la cocina donde me demoré unos 10 minutos sacando el sumo de la fruta, trataba de hacer tiempo para no estar al lado de Luis sola porque sentía una necesidad de sexo, de exhibirme, de ser penetrada, recordé que tenía una mini tanga y la sola posibilidad que Luis lo vea me calentaba más, volaba con mis pensamientos.

El bar es un pequeño ambiente donde tenemos un estante con licores, copas, etc., una barra delante del estante más o menos a 50 centímetros de distancia, parecía una pequeña cantina donde uno podía tomar tragos en la barra. Además tenemos tres butacas alrededor de una pequeña mesa (como en las discotecas) por si queríamos estar más cerca o éramos pocas personas.

Luis tenía los licores en la barra como si fuera un barman y se dispuso a preparar los tragos, hasta ese momento casi no habíamos hablado nada, ni había habido gestos ni insinuaciones de que pasara algo, yo seguía muy excitada en la cocina, pero podía controlar la situación, no había cercanía, eso me daba cierta tranquilidad ya que mi marido ya no tardaría en regresar, ya había pasado como 15 minutos y estaba atenta a su llegada.

Tienes el limón me dijo en voz alta, eso me sacó de mis pensamientos abruptamente

Ya termino y te los llevo, le contesté desde la cocina, pero tenía una confusión de pensamientos, no quería acercarme por lo menos hasta que llegue Ramón

No tenemos hielo tampoco me dijo

Está en el frio bar de la derecha – le dije señalando

Esta con llave, me contestó,

Ahhh, si, es que mi marido lo pone para evitar que la mis hijos y la empleada cojan los refrescos y hielos del bar, le dije. – pero está allí la llave por la fila de vasos

No o encuentro, ¿podrías buscarlo tú? Me dijo

Allí voy, le dije, y fui llevando el sumo de limón y los huevos

Al ver que estaba en la barra y que allí no había espacio para dos le dije - dame permiso que no cabemos dos en ese espacio

Me acerque al espacio y mientras esperaba que Luis saliera me pare en la entrada que cuando salió nuestros amigo tuvo que pegarse a mí para que pudiéramos cruzarnos, y eso fue electrizante, porque Luis rozó mi cuerpo y sentí con mucha claridad que su pinga erecta dentro de su pantalón rozaba mi culo, sus pechos mi espalda, que aunque fue muy rápido me quedé hipnotizada y me surgió una excitación incontrolable, mi concha se contraía violentamente y casi perdí el control de mi misma que Luis se dio cuenta.

Tienes un cuerpo hermoso – me dijo , lo acabo de sentir

No le contesté, y perturbada busque la llave y lo encontré

Aquí está le dije, ya puedes sacar el hielo

Necesitamos una cubeta - me dijo, puedes alcanzarme

Me agache para sacar la cubeta y en eso vi que él se acercó a mí por la espalda y sentí nuevamente que su cuerpo estaba pegado al mío, sentí su calor y paquete pegado a mi trasero que me quedé paralizada y no dije nada ni hice nada, no tuve reacción, solo sentía su cuerpo y su calor corporal que me vino una excitación descomunal, me sentía una adolescente que es tocada por primera vez por su novio, mi chucha se contraía violenta y continuamente, y soltaba jugos que ya sentía que mis muslos se mojaban, y así estuvimos unos dos o tres minutos, muy pegados sintiendo nuestros cuerpo por encima de la ropa.

En un intento de reacción racional me paré y le dije

Permiso que voy a pasar, allí está el hielo, lo dije de una manera algo seria y me salió la voz con firmeza

Disculpa, no me pude controlar, estas tan hermosa y sensual que verte así me emociona, hace mucho que me controlo para no abrazarte y besarte

Soy casada y quiero y respeto mucho a mi marido, no confundamos las cosas, le dije enérgicamente, pero en realidad ya no era tan convincente, mi voz se había debilitado.

Yo tenía la impresión que tu también lo buscabas, hace mucho que te veo muy intranquila cuando me miras – acotó

Estas confundido le dije, voy a pasar, dame permiso le volvía decir

El solo se hizo a un costado sin decir nada, como para que yo pasara pegado a él, era un espacio muy reducido para pasar con comodidad, pero intenté salir, esta vez mirándole a la cara para evitar sentir su verga en mi culo, pero cuando pasaba sentí su aliento, su cuerpo rosando mis pechos y su pinga abultada rosaba mi vulva, y allí me quede mirándole y le dije

No cabemos los dos, tienen que salir, le dije mirándole a los ojos con expresión de mujer arrecha. Yo seguía pegada a él, disfrutando de su cuerpo y sintiendo que necesitaba ser acariciada y penetrada

El retrocedió lentamente para darme paso y yo caminaba lentamente como para no alejarme de Luis.

Cuando por fin hubo espacio, salí hacia donde están las butacas dándole la espalda, y en eso sentí que el agarro de la cintura abrazándome y pegándome a su cuerpo.

Me quedé inmóvil, no dije nada, no sabía como actuar, si alejarme o continuar con esta situación que de hecho me llevaría a cosas mayores, en ese momento sentía que quería placer, ser acariciada, ser violada o lo que sea, porque mi concha palpitaba con mucha vehemencia, sentía que salían líquidos como si me fuera a orinar, pero también se me vino a la mente mi marido, mis hijos, mi dignidad, que esto estaba mal.

Quise alejarme, pero él me abrazaba con fuerza y me empezó a bezar y soplar la oreja y el cuello, algo que terminó por descontrolarme, porque no hice mucho para desprenderme de él, lo intentaba pero muy débilmente porque mi cuerpo empezó a disfrutar de esa situación.

Yo estaba detrás de uno de las butacas, Luis atrás mío acariciándome el cuello con la lengua, y en lo único que atiné es a tener más visibilidad por la ventana que da a la calle, para ver si Ramón llegaba.

Luis empezó a sobarme los pechos por encima de la ropa, yo no decía nada él tampoco, de pronto sentí que bajaba sus manos y me agarro la vulva por encima del vestido y empezó a sobarme la concha muy suavemente, era tanto mi excitación y humedad que sentí que sus dedos por encima de la tela del vestido, frotaba la entada de mi concha, miré hacia abajo y mi falta estaba mojada, se notaba con mucha claridad. La verdad es que disfrutaba, me gustaba tanto que abrí las piernas un poco para facilitare el trabajo, tenía una gran necesidad de explotar, de llegar a uno o varios orgasmos. Es así que me empecé a mover al ritmo de su mano, pero sin quitar la vista a la calle, quería que esto siguiese, que mi marido se demore todo el tiempo que pueda para yo seguir disfrutando.

De pronto corrió sus manos hacia mi culo me los sobó por encima del vestido por unos minutos y luego subió la falda lentamente acariciando mis piernas hasta que me puso la falda en la parte posterior por encima de la cintura, había un espejo casi al frente mío que me permitió verme y ver la reacción de Luis, como disfrutaba de sus caricias, y más aun cuando hizo un gesto de sorpresa por lo que estaba viendo y parece que le gustaba

Observaba mi culo con la diminuta tanga roja que casi no se veía porque estaba perdida entre mi raja y mi concha, estaba prácticamente con el culo al aire, sentir que me observaba me encantó más y mi excitación llegó a un límite que casi, casi me corrí por primera vez. Después de observarme un momento empezó a acariciar mis nalgas, muy bien conservadas, y me los apretaba como para que yo sintiera las fuerzas de sus manos, como disfrutaba de esas caricias, pero no decía nada, no hacía ruido, en silencio disfrutaba sus caricias.

Que hermoso culo tienes, es perfecto con esa tanga me dijo suavemente con voz de excitación

Me lo voy a comer, que delicia de concha tienes, está depilada como a mí me gusta volvió a decir

Yo no decía nada, solo disfrutaba, cada vez era más la necesidad de que hiciera conmigo lo que quiera, hubiera soportado cualquier cosa, me sentía una puta poseída por necesidad de sexo.

Bajo sus manos y metió sus dedos dentro de la tanga y de inmediato, debido a la abundante humedad, dos de sus dedos se metieron a mi concha con facilidad, que placer, sentir esos dedos adentro hizo que mi vinera en un primer orgasmo, era tan intenso y quería disfrutarlo más, por ello crucé las piernas para sentir el rose de sus dedos con mi clítoris y las paredes de mi vagina, y empecé a moverme para sentir el frote de sus dedos en toda mi concha y clítoris

Uffffffff, solté un gemido de placer,

Luego mi respiración se hizo fuerte y bastante acelerado hasta que hubo un descarga orgásmica profunda y yo empecé a eyacular porque me salía un montón de flujo viscoso y blanquecino que mojó la mano de Luís. ¡Qué placer!, un orgasmo de maravilla, creo que hasta ese momento el mejor de mi vida sexual.

Pensé que allí terminaba y me agaché recostándome en el respaldar de una de las butacas para recuperar aire, no decía nada ni miraba de frente a Luis, pero le seguía mostrando mi culo casi desnudo ya que no me lo había bajado la falda de mi vestido, estaba con la mente en blanco y seguía mirando afuera para ver si mi marido llegaba.

Luis seguía acariciando mis nalgas, sobaba mi concha mojada metiendo la tanga en los labios vaginales, pero el tremendo orgasmo me había dejado sin ánimos y muy agotada como para reaccionar, no le decía nada y lo dejaba hacer hasta que sentí que se alejó.

No lo miraba, ni le decía nada solo me relajaba y cuando me estaba reincorporando para bajar mi falda pensando en que me daba espacio para arreglarme porque no tardaría en llegar Ramón, me empujó suavemente no dejándome reincorporarme y sin hablara o decir algo

Yo seguía en silencio y seguí parada con el culo desnudo hacia atrás y recostada en el respaldar de la butaca, pero igual sin mirar de frente a Luis, no dije nada, pero vi por el espejo que tenía al frente que Luis se aflojaba el pantalón para sacar su pinga y cerré los ojos como, esperado algo. En eso sentí que Luis me bajaba la tanga, lo cual facilité cerrando las piernas, sentí que esta quedó a medio muslo.

En eso sentí que su pinga me frotaba el culo y la entrada de mi concha que estaba recontra mojada, abrí más las piernas para facilitar la caricia y me agaché un poco más para ofrecerle mi trasero y que haga con ello lo que tenía que hacer, se lo estaba ofreciendo en bandeja.

Nuevamente la excitación y el descontrol se apoderó de mi, deseaba ser penetrada, deseaba ser cachada, ya todos mis prejuicios y normas habían quedado atrás, ya no podía retroceder, solo quería sexo, era una perra en celo, una puta con ganas de recibir pinga, nada más importaba. Me acomodé esperando la invasión de mi chucha y puse una mirada fija hacia la ventana, como queriendo retrasar más la llegada de mi marido.

Sentí que su pinga frotaba la entrada de mi concha eso me humedecía tanto, que el se dio cuenta de mi gran excitación que de un solo golpe me metió toda su verga, hasta que sentí sus testículos en mi culo desnudo, esta entró con relativa facilidad y sentí mi concha llena, sentía que era una pinga diferente a la que siempre había tenido

Uffffff dije nuevamente, ,

Que rico, que joya tienen entre la piernas dijo Luis

Uffff, ufffff gemía lentamente y no decía nada

Solo sentía que esa pinga me rosaba toda la chucha, sentía que hacía ver estrellas, luces, y no sé que más, que placer, realmente no se como describir lo que sentí en ese momento, sentía que era una puta disfrutando de lo que más le gusta hacer a las putas, cachar, tirar, follar, y todos los sinónimos juntos.

Me agarro de las caderas y empezó el mete y saca, lo hacía lento, rápido, fuerte, despacio, estaba jugando conmigo, hacía lo que quería y yo disfrutaba, lo vi por el espejo como se movía y esa posición me excitaba más todavía, estuvo así unos 5 minutos y ya me arrancaba el primer orgasmo con su pinga, mi chucha empezó a contraerse y ajustaba su pinga, la sensación de penetración era más profunda cuando se contraía mi vagina, más intensa y por ello sentí que era un orgasmo de maravilla, una corrida más profunda e intensa que cuando me metió los dedos, que delicia y quería más todavía, no quería que parase, quería que me destroce la concha, que me la deje abierta a más no poder.

El aceleraba más la penetración, lo hacía más rápido y más violentamente que me estaba destrozando, pero me encantaba, lo estaba disfrutando tanto que me vino un segundo orgasmo, lo disfrutaba en silencio y sin hacer mucho escándalo, yo me movía al ritmo de sus embestidas como queriendo hacer más violento y más rápido la penetración, en cada penetración mi vagina se contraía y ajusta más la pinga de mi ocasional cachero, que entiendo le gustaba porque al acelerar sus embestidas me dijo

Sigue ajustando, no pares, esta delicioso, me succionas la pinga con tu chucha, me decía al oído sin parar de moverse.

Me estás destrozando, le dije suavemente y con voz de excitación extrema

El seguía bombeando más violentamente y sentía que su pinga se había adaptado de tal manera a mi concha que parecía ser una sola, que su carne era exactamente para mi concha y que era exactamente hecha para sacarme orgasmos continuos, seguía disfrutando, no quería que pare.

Un tercer orgasmo violento se me venía y parecía que él también estaba por terminar, estábamos en lo nuestro completamente entregados, cuando el ruido y las luces de la camioneta anunciaban que mi marido llegaba, me incorporé como queriendo separarme, pero él me agarro de la cintura y siguió bombeándome, como si no le importara la llegad de mi marido, yo me quede quieta con los ojos fijos en la ventana y ese solo hecho de que mi marido estaba por entrar me hizo llegar al tercer orgasmo con mucha profundidad y al mismo tiempo sentí que Luis me llena la concha con su leche, ¡que placer dios mío!, este fue el orgasmos más profundo y más hermoso que haya sentido en mi vida, realmente lo disfruté y gocé tanto que me quedé parada con la mirada hacia la puerta pensando que mi marido nos sorprendería así, pero sentí tanto placer que casi no me interesaba en ese momento.

Cuando sonó la puerta de la camioneta Luis reacción y se metió a la barra arreglándose el pantalón, y yo me reincorpore dejando caer mi vertido en el mismo lugar que estaba y en ese momento Ramón abría la puerta, me quedé estática mirándolo y pensando que me diría algo, pero él no notó nada porque me dijo

Ya está el trago?, que aquí está la comida

Te has tardado mucho le dije algo confundida, - había tardado uno 30 minutos pero los suficientes para haber pasado lo que pasó.

Me he demorado porque había un tráfico horrible que esta comida debe estar fría , acotó poniendo los paquetes en la mesita de tocador que temeos en la entrada, luego dijo – voy a meter la camioneta a la cochera y a traer las cervezas acoto y salió nuevamente

Yo quise caminar rápida hacia él para ayudarle, pero no lo podía hacer porque no había tenido tiempo de levantarme la tanga que estaba a medio muslo, y me sentía muy aturdida por lo ocurrido, sin embargo caminé lentamente sintiendo que mis piernas se mojaban con la leche de Luis y con miedo a que mi tanga se cayese, logre llegar a la puerta y recoger la comida. Cuando sentí que arrancaba la camioneta, me quité la tanga e instintivamente me limpie las piernas y chucha delante de Luis, ya no había nada que ocultarle, éste me miraba, esbozó una sonrisa se acercó a ayudarme con la comida y lo llevamos al microondas del bar, yo seguía en silencio y el tampoco dijo nada. Pusimos la comida al lado del microondas y en ese momento me agarro el culo fuerte, me dio una nalgada y se fue a preparar los tragos, no dije nada solo miré como se alejaba hacia la barra.

La tanga lo boté en el tacho de basura del bar, pero aun sentía que seguía descendiendo la leche de Luis y mis jugos naturales, pero no tenía tiempo para más porque mi marido no demoraría más de un minuto en entrar.

El bar estaba cargado de humor y sexo que antes que entre mi marido encendí un barrita de incienso perfumado para disimular el ambiente.

Había disfrutado tremendamente de esta sesión sexual no pensada, pero ahora me venía la ambivalencia, uno la satisfacción plena en lo sexual, pero el remordimiento emocional y sentimiento de culpa al mismo tiempo.

Luis actuaba como si nada hubiese pasado, y yo sentí que debía actuar igual, aunque me sentía sucia y puta, la sensación desnuda de mi concha mantenía vigente el placer sentido, sentía que andaba desnuda al no llevar tanga y saber que Luis lo sabía y eso me hacía sentir una exhibicionista descarada, pero tenía que seguir y disimular para no delatarme, y por ello trate de actuar normalmente.

No soy muy buena para ocultar mis sentimientos y sensaciones, por ello actuaba torpemente y no seguía la conversación de la reunión, luego de cenar tomarnos unos tragos, me disculpe y me fui a mi dormitorio, quería estar sola para meditar y medir las consecuencias de lo ocurrido, realmente no sabía como actuaría cuando esté sola con mi marido, ni como será mañana cuando esté sola o encentre a mi vecino….

Esta invitación fue fatal, porque allí se quebró toda la fidelidad a mi marido, porque allí empezó mi doble vida y una aventura sexual que ni yo misma me imaginaba podría suceder, nunca pensé en ser infiel, pero sucedió sin quererlo ni planificarlo…

Eso solo fue el comienzo de algo que duró mucho tiempo, les contaremos algunos encuentros muy excitantes si lo desean ustedes con sus comentarios…., no todo porque sería un libro, pero hubieron cosas muy interesantes y muy excitantes.

4 comentarios - Nunca digas nunca 2

robby13
¡¡De lo mejor!!
elquebuca
Me dejaste la tranca al palo. Contá TODO ! Subi fotos. Van puntos
kramalo
muy buen relato...!! exquisito. voy a seguir la trama....saludos. gracias por compartir..
PAJAESVIDA
🙃Me desatornille la verga de una paja!!! excelente! van 10 puntos!