Sala de espera.

Entro en la sala de espera del consultorio médico. Una señora, cuarentona y bonita hojea una revista Hola bastante ajada por años de manoseos. Me siento en frente de ella y finjo leer una Viva vaya uno a saber de qué año.
No estamos sin compañía: a mi lado está sentada mi imaginación, que, rápidamente pone manos a la obra.

Pienso:
¡Qué pedazo de mujer!!
¡Qué ojazos y que pestañas! ¿Qué labios carnosos! ¡Qué tetas fenomenales! Para que no afecten su columna vertebral, la naturaleza, la debe haber dotado con un culito redondo y respingón, para equilibrar pesos.
¡Y que piernas! Raro ver piernas hoy en día. Las mujeres andan todas con pantalones.
Soy, desde siempre, hombre de piernas. Para más datos: de piernas con medias de seda o nylon.
Ya sé, soy antiguo. Pero ellas cruzaban las piernas y hacían un barullito: “suishh-suishh”. Yo me volvía loco por un “suishh-suishh.”.

Realidad, lo que ocurre verdaderamente:
Me doy cuenta que tengo la revista “cabeza para abajo” y que ella lo advirtió. Se le dibujó una sonrisa burlona en la boca y tiene un brillo ídem en sus ojos.

Imagino que ella piensa:
¡Qué tipo divertido! ¡Leyendo la revista “pata para arriba”!
Él está mirando mis piernas, por debajo de la revista.
Voy descruzar las piernas e cruzarlas de nuevo. ¡Para que él aprenda!
Imagino que yo pienso:
¡Ella descruzó y volvió cruzarlas! ¡Mi Dios! Fue para matarme, para verduguearme. Sabe que yo se las estoy mirando.
Imagino que ella piensa:
Me cae simpático. ¡Pobreee, canoso, serio pero se está calentado! ¿Tendrá resto?
Imagino que yo le digo:
Te arranco la ropa, te dejo encuero y te beso toda comenzando por el dedo meñique de tu pie derecho!!
Imagino que yo pienso:
Que escena si la asistente abre la puerta e nos encuentra desnudos sobre la alfombra, con mi cabeza hundida en su vello púbico.
La asistente: ¿Qué es esooooo?
Yo: No es lo que usted está pensando. Entró una basurita en el ojo de la señora y yo estoy tratando de sacársela.
La asistente: ¡No me diga! ¿No cree usted que el ojo está bien lejos de ahí?
Yo: Es lo que recomienda el Instituto de Ojos Santa Lucia, para no dañar la pupila: soplar allí, no directamente.





Realidad:
Pienso: ¿Cómo salgo de este berenjenal? Tengo que hacer alguna referencia a la revista invertida. No soy un pendejo adolescente.

Imagino que yo pienso:
Ya sé: Finjo que examino la revista desde más cerca y comento en voz alta: “Pensé que era rusa”
Ahí ella se ríe y yo digo: “¿Y esa su revista Hola? Creo que es tan antigua que está impresa en pergamino en lugar de papel.”
Ahí reímos los dos, civilizadamente, como dos personas normales. Luego conversaremos cordialmente. En cuanto se distrae un instante, le salto encima y le arranco la ropa exterior y la interior y no le dejo un centímetro de su piel sin lamer.
Imagino que ella piensa:
Se me hace que es del tipo tímido. Distinguido, Respetuoso. Debe ser del tipo que pregunta: ¿Señora o Señorita? Hoy en día la mayoría entra con “los tapones de punta…. “ Sí, Este es diferente.
Imagino que yo pienso:
¿Qué le digo? Hay algo que se cae de maduro: el médico.

Variante1:
Imagino que yo le digo: ¿Es su primera consulta?
Ella: No, el doctor me trata desde años. ¿Y usted, viene por su check-up anual?
Yo: No, tengo un problema de garganta.
Variante 1-A. Imagino que yo digo: ¿Quiere ver? Es aquí bien atrás. Pero con esta luz, no creo que usted pueda …..Tengo una idea: vamos para mi casa. Queda a menos de 200 metros. La luz es mucho mejor y … mi preferida es la pose misionero pero me adecuo a cualquier otra que usted elija. ¡Ahhh! Le aseguro que no me molesta si usted, después, cuelga su bombachita en la canilla de la ducha.
Variante 1-B. Imagino que ella dice: ¡Pobrecito, cómo debe estar sufriendo! Venga le doy un besito y apoya su cabecita en mi pecho y se le pasa.
Imagino que yo replico: Apoyar la cabeza en ese par de “limones” que tiene, no cabe duda que debe ser muyyyyy confortable, pero un besito por fuera no creo que sea suficiente. Tal vez si su lengua …… “¡Qué calor! Claro es verano y la ropa incomoda. Vamos para mi casa. Podemos ponernos cómodos, beber refrescos, y ….. hacer lo que usted está pensando.

Variante2:
Imagino que yo pienso: Ella está llegando al final de su revista. Me dio una mirada. Tiene que ser ahora o nunca.
Variante2-A. Yo: ¿Usted está aquí para …. una limpieza de piernas? ¿O para algo más?
Ella: Le voy a confiar algo personal, estoy necesitando de alguien en mi vida, alguien canoso, serio y distinguido.
Yo: Ha dado con la persona indicada. Te arranco la ropa, te dejo encuero y te beso toda comenzando por el dedo meñique de tu pie derecho!!
Variante2-B. Yo: ¡Mejor no digo nada! ¡Qué pedazo de mujer! ¿Quién soy yo? Esas dos piernas son más de lo que puedo manejar. ¡Si fuese una sola, pero las dos!! Olvidate de esas dos “gambas”, pensá en tu salud, que es mejor. Claro que ….. tal vez decirle alguito no dañe. Ella parece del tipo del si a flor de labios. Le digo algo como “¿usted siempre viene aquí? “ “¿Le gustan los Beattles?” “¿Qué opina del cometa Haley?”

Realidad, lo que ocurre verdaderamente:
Pienso: ¡Mi Dios, ella va a hablar!!
-Señor, podría ….-
-¡Nooo! …¡Quiero decir si!-
-¿ … alcanzarme, por favor, otra revista?-
-¡Ufffff! … ¿Gente o Semana?-
-Gente, muchas gracias. –
-No hay de que. -

Breve tiempo después la asistente abre la puerta de la sala de espera:
-Próximo, por favor-

Nunca más volví a verla.

4 comentarios - Sala de espera.

mdqpablo
cuánta imaginación, lindo aporte
Ciughe
Original, bien redactado.
Me gustó mucho
Pervberto
¡Ojalá la señora lea ese cuento y nos de su versión! ¿Es imposible?
Lady_GodivaII
Cuántas cosas pasan por la cabeza en ciertas ocasiones