Lo cortés no quita lo caliente… (II)




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Compendio II


¡Y es la pura y santa verdad!
Pero antes, quiero pedirles disculpas.
😅
¡Sé que les voy a cortar la inspiración de la primera parte, pero esto, para mí, también es importante anotar, porque se me había olvidado!
Fue algo que me preguntó Liz, cuando él andaba en faena.
La verdad que conversamos bastante de él, porque lo extrañamos un montón y es un chico muy romántico y ella me preguntó cómo le convencí para que fuésemos pololos, si yo le robé mi primer beso.
Porque él, con lo estricto y cortés que es, no lo creía capaz de besarse conmigo, si yo era tan jovencita.
Resumiendo cortísimo nuestra historia, fui amiga de mi esposo (que es 12 años mayor que yo y en esa época, él tenía 28 años y me hacía clases para entrar a la universidad) por un año y 2 meses (¡Que se me hicieron eternos!) y un poquito más de un año como su polola, para ser ahora su esposa y madre de sus hijitas.
Pero fuimos amigos por tanto, tanto tiempo, porque él nunca se dio cuenta de lo mucho que me gustaba, hasta que yo misma lo tuve que besar.
😂
El asunto fue que la semana siguiente a mi primer beso, mi “mejor amigo” volvió a hacerme clases y como los 2 éramos tímidos, no hablamos del tema.
Tratamos de hacer las clases normales, pero la mente (¡Igual que ahora XP!) se me iba volando, pensando en ese maravilloso besito.
Pero lo más lindo fue que él, por primera vez, me tomó de la mano para calmarme…
😍
¡Y créanme, que yo ya no quería volver a ser solamente su amiga!
Así que cuando terminamos la clase, le pregunté que le había parecido ese beso…
“¡La verdad, que no he parado de pensar en él toda la semana!” me contestó con una sonrisa muy alegre.
😍
“¿Y… no piensas que fue… raro? ¿Porque lo encontraste con sabor a limón?” le pregunté, con todo el temor del mundo en mi corazón.
😓
“No, porque tuvo un sabor muy rico… y eras tú…”
😊 😬 💓 💓
¡Mi corazón latía tan fuerte, porque me miraba al fin, con otros ojitos!
Y por eso mismo le pregunté.
“¿Te gustaría… probar otra vez? Porque… a lo mejor, la otra vez comí ensalada… y por eso me encontraste un sabor extraño.”
😍
Sonrió un poquito más y me respondió…
“¡Me encantaría!”
Para después besarme una y otra y otra vez…
<3<3<3<3<3<3<3<3
😤
Pero ya, para no darles más lata con mis recuerdos, les contaré más de lo que pasó esa noche.
No pasaron más de 5 minutos cuando empezó a puntearme.
Me agarraba de los pechos suavemente y se meneaba bien suavecito por mi trasero.
“Ruiseñor, si quieres… podemos hacer algo juntitos…” me dijo, mientras la apretaba en mi colita…
🤤
Se sentía enorme, ardiente y más gordita que nunca y me hacía resoplar de caliente, porque no había estado con él por una semana.
De haber seguido así, mucho rato, igual le habría dicho que sí…
Pero en vez de eso, le dije…
“¡No! ¡No! ¡Tú dijiste que como estabas enfermo, no querías hacer nada!” con una voz muy enfadada.
😠
Y ahí, sí que admito que hice un puchero.
Porque lo quería a él.
😕
Y sé que les sonará latero y rutinario, pero es el único chico que me ha entendido cuando digo “¡No!”.
Por suerte, los amigos que tenía mi papá solamente nos daban agarrones, pellizcos y toqueteos a mi mamá, mi hermana y a mí.
Pero hasta que conocí al chico que hoy es mi esposo, les tenía un pavor tremendo a los hombres.
Liz también me cuenta que le ha pasado algo parecido, porque sus antiguos novios también le hacían hacer cosas cuando ella no quería y es por eso que le encanta estar tanto con mi marido, porque él sí se asegura que la pase fenomenal.
😅
En fin, saliendo de las ramas…
“Pero Marisol, te he extrañado…” me dijo con una voz llena de compasión.
“¿Y yo qué? ¿Crees que yo no?”
“Pero Marisol… no quiero enfermarte.” Me respondió otra vez.
😠
“¡Qué tonto eres! ¿Piensas que eso me importa? ¡No he estado contigo por una semana!” Le pregunté hasta con lágrimas en los ojos.
Y me miró con penita.
“Ruiseñor… eres lo más lindo en mi vida… y no quiero que te enfermes por mí.” me dijo, haciéndome cariñito.
😍
¡Me sentía una gatita!
“Entonces, dame un beso…”
“¿Un beso?” me preguntó, más confundido todavía.
“¡Sí, amor! ¡Estás resfriado y si me tengo que resfriar, con tal que me des un beso, yo lo haré!” le respondí.
¡Puso una carita más linda que el sol y me besó!
😘
Fue un besito tierno, como los primeros, que de poquito a poquito, empezó a subir de temperatura…
😅
¡Les prometo que ni yo me di cuenta cuando tenía su cosita en mi mano!
Y la verdad, que no soy muy fanática de masturbarle, porque me gusta más chupar su juguito.
Pero estaba tan contenta que por fin me diera besitos, que empecé a meneársela con mucho ritmo.
Que yo diga “su cosita” es por cariño, pero es tan gordita que apenas me alcanza a cerrar la mano.
😩 😲 😩 😲
“¡Ay, amor! ...¡Ay, amor!” me pedía él, pero yo estaba muy contenta.
¡Latía con tanta vida, estaba jugosita y tan caliente!
Y de verdad que me costaba cerrar la mano, porque como que se desborda de ella.
Pero lo que más me alegraba era que yo le estaba haciendo feliz.
“¿Te gusta, mi amor? ¿Te gusta cómo te cuido?” le preguntaba, con la muñeca que me quemaba del movimiento, pero feliz como una lombriz.
“¡Sí, Marisol!... ¡Eres toda una experta!... ¡Ruiseñor, pon tu boca! ¡Pon tu boca!” me pidió.
Y yo, muy obediente, la puse.
Cerré mi boquita sobre su cabecita olorosa y la fui metiendo despacitos, sintiendo cómo se abría el espacio sobre mi lengua jugosa y sintiendo la manera que mis mejillas se hinchaban, junto con ese delicioso sabor a carne, para que luego él se descargara.
💦 💦 💦 💦
¡Su juguito tiene un sabor tan rico y cuando me los trago, me siento tan feliz!
¡Porque él es muy generoso y siempre me da tanto para tragar!
¡Bien calientitos y con mucho olorcito a él!
Por eso me encanta desayunarlos por las mañanas que él está conmigo, porque me rellenan de energía.
😫 😲 😫 😲
“¿Viste que era mejor que me besaras?” le pregunté, mientras le lamía la puntita con tanta alegría y se la dejaba impecable y reluciente otra vez.
“¡Sí, Marisol! En eso… eres la mejor…” respondía, con una sonrisita tan tranquila.
😆
Pero yo sé atender a mi esposo, en especial cuando está enfermito.
Así que mientras le lamía la cabecita como si fuera el mejor de los helados de chocolate, me iba liberando los pechos del camisón.
“¡Ay, Ruiseñor!” me decía él, al sentir que se la envolvía entre mis rebosantes pechos y la seguía chupeteando con cariño.
😆
¡Estoy tan contenta con mis pechitos tan grandes, porque eso encontraba él que me faltaba para ser su mujer perfecta y ahora que me volví mamá, mis pechos se pusieron enormes!
🤤
Y creo que me he acostumbrado tanto a verla y que me de tanta lechecita, que con solo sentirla en mi boquita, me da hambre.
Pero a él le gusta que se las masajee con mis pechos y a mí también me gusta, porque se nota lo mucho que se relaja al abrir las piernas y admito que me excita ver cómo se endurece, se pone más caliente entre mis pechos y como que crece más todavía, con esas tremendas venas que parecen enredaderas.
“¡Ruiseñor, ven! ¡Ven!” me dijo de repente, cuando ya estaba tentada de volver a probar otro bocado.
¡Y me dio otro besito!
😘 😍
Yo, a esas alturas, estaba tan mojada como si me hubiese hecho pipí y él me besaba tan rico y me dijo una cosita tan linda, que me voló la mente.
“¡Marisol, eres una torta tan rica!” me dijo, mientras me dejaba plop con sus besos.
😅
“¿Una torta?” le pregunté, medio knock out.
“¡Sí!... porque pruebo estos labios y tienen sabor a limón y como estas frutilitas y vienen con sabor a leche…”
😩 😲 😩 😲
¡Y waaah, que me come los pechos!
Yo no puedo describirlo mejor, pero la sensación que me daba era como si lo cabalgara con mis pechos.
Porque ha sido rico amamantar a las pequeñas, pero definitivamente es soberbio darle de comer mis pechos a mi marido.
😅
¿Qué les puedo decir?
¡Me los come con mucho gusto!: me mordisquea despacito, me pellizca el pezón, me los chupetea con su lenguita larga, caliente y jugosa y hasta se da el lujo de jugar con mi pezón y la punta de su lengua, la que trata de succionar para amamantarla, pero justo se le arranca, dándome una inundación tremenda por las piernas.
Y lo mejor es que las atiende a las 2 juntas y como que trata de ahogarse en el espacio entre ellos y le pasa la lengua y me da unos chupones que me dejan catatónica.
😲 😲 😲
¡Pero aun así, lo mejor son sus enormes dedos en mi rajita!
😦 😮 😩 😫
Porque es curioso y cortés, también cuando lo hace.
No me fuerza, pero me va estirando de a poquito y lo más rico es que como hacemos el amor tan seguido, me conoce perfectamente el ritmo para ir metiéndolos y sacándolos, haciendo que mi corazoncito me retumbe desbocado.
😍
Pero yo sigo pensando que para mí, lo más rico sigue siendo que me mire con otros ojitos y vea al chico que por tanto tiempo amé en secreto, besándome tan recontra rico (porque por eso, cuando estoy con Lara, sus besos son como de algodón, pero los de mi marido vienen rellenitos con puro espíritu de vida 😤 ) y más encima, acariciándome los cachetes del trasero mientras me dedea a morir…
😅
Y bueno… que yo no sé cómo o cuándo le vuelvo a agarrar su tremendo y ardiente garrote que cuesta que baje y lo empiezo a zamarrear, esperando que definitivamente me lo meta una vez más.
😉


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2 comentarios - Lo cortés no quita lo caliente… (II)

pepeluchelopez
Como dice el monstruo come galletas, rico rico dongui dungui! A propósito que ríco seria leer que vuelve a estar con lara y leer de ti y lara algo, saludos
metalchono +1
😆 Bueno, él dice que a lo mejor, el próximo turno se arma un tiempo para verla, pero hemos estado bien juntitas. 😤 Le he enseñado algunas cosas, con juguetes sexuales, más que nada (incluso, tenemos el mismo huevito vaginal), pero le he hecho el quite a los collares anales... por lo que me pasó cuando vino mi hermana 😅 Saludos y que estés bien.
CA20
que lindo, debe ser tan dulce hacerlo con tanto amor, tanta delicadeza... tanta magia! Disfrútalo y gracias por compartir.
metalchono
😆 ¡Gracias por tus palabras! Lo hemos disfrutado lo más que podemos, porque igual trabaja por una semana fuera, aunque su amor por mí no ha menguado para nada y sé que soy la mujer que más él quiere.