Con desconocida en el banio

Despues de hacerla gotear de calentura mientras sus piernas temblaban y yo sentia mi miembro frotarse con su colita, y todos a nuestro alrededor se dieran cuenta, salimos de la estacion como dos animales listos a medirse sexualmente, aunque sin afan en el caminar permitiendo asi sostener la mirada para decidir por donde atacar primero. Yo tenia el aroma del calor de esta ni;a en mis dedos, por lo que hice que me los limpiara antes de entrar a la universidad para satisfacer el deseo y la necesidad. Mi plan era simple, irnos al edificio mas lejano de la universidad y meternos en el banio para hacerla mia; en este momento no sabiamos nuestros nombres, asi que esta ninia que conoci ese dia esperando el bus, resulto ser una perrita en celo necesitada de rigor, con un cuerpo delicioso, tierno y delicado, sim embargo, habia accedido a dejarse dar cuando se lo pedi cerca a su oreja mientras con mi lengua le acariaba el lobulo subiendo por el perfil, para terminar mordiendo su cuello.

Temprano en la maniana el ambiente es perfecto para marcar culitos, el sol hace que sus pezones se vean entre su camisa blanca casi transparente, dejando a la imaginacion pasar el glande por sus aureolas color rosado inocente y entre sus tetas grandes, suaves y enviciantes. Antes de entrar al banio, me baja el pantalon en medio del pasillo donde abundan los salones, ya en hora de clase asi que vacios, y se la mete toda en su boquita, se atraganta 30 segundos para ponerse de pie y decirme, en la oreja, que no le cabe en la boquita porque es muy grueso. En ese momento la firmeza de la verga alcanza su maximo esplendor y ella me pide que se la meta hasta el fondo, que haga lo que quiera con ella, no puede dejar de mojarse mientras se imagina sentirse penetrada por alguien que conoce hace dos horas, que tiene la verga palpitando de ganas y ansiando abrirla toda completa.

El cielo delataba a los pajaros jugando en el aire a la persecucion continua y la gente, abriendo los sonidos constantes del diario. Entramos al banio de mujeres porque el de hombres estaba en mantenimiento, y sin esperar mas tiempo le quite la falda bajando la cremallera que recorria una de sus piernas, permitiendome agarrarla con firmeza y jugar con sus nalgas duras y grandes. Su conchita expedia un aroma que hace el instinto predominante a la razon, y la tire sobre los lavamanos aprovechando que son amplios, subi su pierna para dejarla en cuatro a la altura de mi cadera, que solo esperaba el instante ideal para saborear su temperatura y sus jugos. Cuando me miro con sus ojos miel y me pidio que queria ser una perrita de verdad, no pude contenerme mas y se la meti toda de una embestida que la boto contra el lavamanos, asi que la amarre sus brazos por detras con mi mano y se la meti y se la saque cada vez mas duro y cada vez mas descontrolado, entrando sin direccion y con vicio, aprovechando para porbarle la colita con nalgadas, y jugando con su boca mientras enterraba todo mi pene en su cuquita depilada, chiquita, apretada. Apenas estaba cogiendo ritmo cuando se quito la chaquta y la camisa, se metio la camisa en la boca y empezo a venirse, gritando en silencio por lo que antes sujetaba sus tetas que ahora colgaban balanceandose a cada penetracion, mientras sus labios vaginales temblaban y su orto pedia que lo llenaran todo.

Cuando le saque la verga, note que sus ojos no estaban llenos de placer y su vagina rosadita, totalmente empapada y apretada. La agarre de las ubres de tetas que tenia y me aferre a sus pezones cuando se la meti por la colita, ya lubricada ardiendo de sometimiento. Se la meti muy duro y muy rapido por ese huequito chiquito mientras ella ondulaba su cuerpo y sus contracciones se hacian evidentes, sus nalgas rebotaban sobre mi ereccion y las embestidas con empenio y ganas de sentir la verga en sus interior hicieron que me viniera dentro de su colita marcando asi una nueva putita. Estaba tan excitado que no perdi el vigor de la verga dura y se la volvi a meter por la cuca mientras su colita derramaba la marca de su nevo duenio. Cogi mi cinturon y se lo puse en la boca sujetandola y montandola como la putica sucia y rica que era. Despues de reventarsela y dejarsela abierta, chorreando y temblando, la tome del pelo y se la meti hasta la garganta, para derramarla toda en su vientre mientras sus ojos inocentes se rendian ante mi virilidad y deseo sexual. Al no saber su nombre, escribi mi telefono en sus tetas y le dije que si queria mas pipi, ya sabia. La deje ahi, desnuda sobre el lavamanos, escurriendo leche y con los ojos idos. Sali para darme cuenta que dos nenas estaban afuera, esperando por pena afuera al verme usarla, pero con curiosidad suficiente para quedarse.

Pense que todo estaba perdido, ya que una de ellas me ofrecio un trato que en ese momento no sabia lo bueno que era. Tenia que acceder a culiarmelas a ellas, mas duro porque no son putas de la calle, al menos 1 vez a la semana, pero no podia estar con otras mujeres, ya que una de ellas, la segunda del menu, tenia mucho dinero, y si, escoltas. Estaba vigilado. Si no, el video que tenian mio haciendo gemir a una zorra en celo llegaba a las directivas.

La primera del menu es pelinegra de tez blanca, alta y con una colita mas rica que cualquiera donde hayan estado mis huevas, y unas tetas redonditas, firmes, y con una voz de inocente pero con alma de puta. La otra es mas rellena, mas tetona, es rubia con gafas y con una cola bastante decepcionante. Despues de acceder a culiarme a una modelo casi y a un bagresito, pude irme a clase contento, con las bolas secas. Pero pensando en tener que culiarme a una ninia que no me lo para por obligacion rondaba mi cabeza.

Despues de un largo dia de clases, antes de entrar a mi casa, llame a la seniora que me dejo su tarjeta en la parada del bus, porque me dejo caliente y con ganas de saborerar y manosear sus tetas. Me contesta una voz sensual, delicada pero imponente, y despues de indicarle quien era, me colgo. Quede devastado. Cinco minutos despues llega una foto a mi telefono de su cuca ofreciendose, con un mensaje diciendo que fuera a verla a cierto hotel en la ciudad, si queria un banio caliente entre sus tetas color canela, de pezones grandes y con una aureola capaz de mantener mi sed de perras en celo en pie, ansiendo y con empenio de marcar culitos.

Cogi un taxi y sali al hotel.

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