Reencuentro de promo (2da parte)

Para los que se perdieron la primera parte, aquí dejo el link: http://www.poringa.net/posts/relatos/2855858/Reencuentro-de-promo.html

Ahora sí vamos con la segunda parte y final:

Fuimos a una disco y comenzamos a tomar unos tragos, a la vez que conversábamos de la actualidad de nuestras vidas y claro del pasado. Le dije que seguía estando tan linda como antes, ella devolvió el halago y me dijo que no hablemos del pasado porque ahora tenía pareja. Por un momento pensé que se me iba la oportunidad como hace años en el colegio...Me mira y me dice, vamos a bailar. El ritmo de la música ayuda mucho para que nuestros cuerpos se pegaran, sentía su rabazo cerca ami pinga otra vez, pero aprovechando que estaba volteada no perdí la oportunidad para sobar esas tetas blancas. Ella seguía bailando hasta que voltea y me da un beso...luego de unos segundo corto el beso y le digo para ir a otro lado y estar mas solos, ella accedió sin pensarlo mucho.

Llegamos al hotel, abrimos la puerta del cuarto y apenas la cerramos, dejamos que la calentura nos guié. Fui metiendo mis manos por debajo de su vestido para tocar su delicioso cuerpo y a la vez ir sacándoselo de a pocos, y como lo pensé, solo un hilo adornaba ese culazo blanco, y un brasier negro escondía aún esas tetas blancas. Ella aprovechaba para ir sacando mi correa y desabrochar mi pantalón. Nos echamos en la cama y continuamos desnudándonos. Se puso encima mio, me sacó el polo y luego por fin me permitió ver unas tetas blanquitas con unos pezones rosados bien erectos, que me invitaban a chuparlos, así que fui hacía ellos y les pasaba locamente mi lengua y los succionaba duro, lo que la hacía gemir. Luego de unos minutos de probar esas pequeñas pero deliciosas tetas, se puso hacía la parte de los pies de la cama y bajó mi boxer. Contempló un rato mi pinga y para sorpresa mía subió nuevamente a la cama, se puso encima mio pero con su cabeza apuntando hacia mis pies y dejando su culo blanco cerca a mi cara, mientras empezaba a chupar mi pinga con muchas ganas, le pasaba su lengua y dejaba su rastro de baba, yo miraba un asterisco algo negrito y una conchita mojada aún tapados por un hilo blanquito.

No esperé más y se lo fui sacando, lo que me permitió ver ese lindo ano negrito y una conchita con una leve rayita de pelos, que no pude ver años atrás. Acerqué mi cabeza y le lamía su chuchita húmeda, mientras ella gemía, y con uno de mis dedos le perforaba ese culito sabroso, se lo metía suavemente y fui acelerando de a pocos el movimiento. Como preparando el espacio para lo que me moría de ganas por hacer luego. Después de acabar con el 69. La puse abajo mio y empecé a romperle la concha, estaba ya muy excitada y no paraba de decir "dame así, sigue, que entre todo". Luego de unos minutos me pide que baje a su concha y le saque el jugo, bajé obedientemente y volví a saborear ese néctar que salía de esa papita blanca y rosada. Le metía toda mi lengua lo más profundo que podía, luego salía y chupaba su clítoris y sus pequeños labios. Volví hacía ella y la puse encima mio, y le dije que quería que cabalgue con todo. Empezó a moverse como una serpiente, como para sentir toda mi pinga en cada espacio de su concha, luego comenzó a moverse arriba y abajo, ese tremendo culo daba un salto tras otro mientras su concha se comía toda mi pinga. Luego le dije que se ponga en cuatro, no quería terminar sin lograr mi sueño, comerme ese monumento de culo que tenía. Pero antes de eso, le chupaba ese anazo negro y le dejaba todo mi saliva de recuerdo, pero no era lo único que quería dejarle. Nuevamente empecé a penetrar su culo con mi dedo, pero esta vez aumente a dos, como para que se vaya dilatando un poco más.

Ella ya sabía lo que se venía, y estoy seguro que ese rabo ya había comido pingas, así que no se negó nunca a lo que hacía y pensaba hacer. Cuando vi que estaba gimiendo como loca, puse mi pinga en ese huequito mojado y metí la cabeza, le pregunté si seguía y me dijo "mételo todo", eso me dio más confianza y lo metí con todo, cuando se escuchó un "ahhh", eso me excitó y empecé a darle duro por ese culo, y mientras lo hacía se veía como esos cachetes blancos temblaban con cada embestida mía. Penetrar ese culo me excitó a mil y me vine dentro, era todo un espectáculo ver chorrear mi leche por ese ano y sus cachetes algo rojos de las nalgadas que previamente le había dado...Me hizo jurar que lo que pasó no salía de los dos, pero aquí me tienen, dejando este relato de un rico reencuentro.

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