Hola, este es mi primer relato espero que les guste. Parte de esto es realidad y parte fantasía, esto sucedió hace una semana en la casa de mi tía, todos los personajes son mayor de edad.
Arrancaba el fin de semana y mis padres organizaron un viaje de visita a la casa de mis tíos, allí pasaríamos sábado y domingo. Luego de todos los preparativos emprendimos el viaje, 600km de ruta, escuchando música y disfrutando lo que sería porque no decir, un fin de semana inolvidable.
Una vez arribados a la casa de mi tíos degustamos un gran asado, yo por mi parte no perdía vista de ella, mi tía, una morocha de quizás 1,68m de altura, un poquita rellenita, tetas medianas con pezones grandes color café, y quizás su mejor atributo, su cola, una cola grande y bastante dura para una mujer q no hace más que los quehaceres domésticos.
Luego del almuerzo decidieron ir mis padres con mi tío a pasar la tarde en el río, yo por mi parte me quede, acusando un dolor de panza, con ello mi madre se preocupó y quiso quedarse, pero mi tía se ofreció a quedarse y cuidarme ya que mis padres no venían seguido y les permitiría así conocer el río.
Mi tía luego de hacerme un té de boldo se fue a dormir una siesta en el sillón del living, yo mientras ella se iba, tomaba el té y contemplaba esa cola que tantas fantasías tuve. Después de un tomar el té sólo en la cocina, decidí ir a ver a mi tía, roncaba muy plácidamente boca abajo, con lo que me permitía seguir observando ese culo grande y tentador.
Al tiempo de observarla me empecé a calentar y dejar volar los ratones, así que para bajar la calentura fui al baño a lavarme la cara con un poco de agua fría, ya que no quería q me interrumpiera ella mientras me descargaba. Una vez que ingreso al baño descubro que al lado del inodoro había ropa de ella, por lo que la curiosidad me llevo a hurgar y encontrar un trofeo, su bombacha, una bombacha color negro que tenía sus olores más íntimos, un leve húmeda, quizás por sudor o quizás por excitación.
El instinto me llevo a oler esa bombacha, sintiendo el olor rico y fuerte de esa vagina, y también de esa cola, un olor para nada desagradable, incluso muy excitante. Perdí la noción de tiempo y espacio, encontrándome yo en ese baño con la puerta abierta masturbándome mientras olía ese trofeo, hasta que de repente se escucha:
*Tía: ¿Qué haces pendejo degenerado? - Con cara sorprendida y una leve sonrisa
*Yo: Perdón tía, no debería haber hecho esto
*Tía: ¿Eso que tenes ahí es mi bombacha? Respóndeme
*Yo: Si, perdón. Estoy muy avergonzado – Para ese momento ya había perdido toda erección
*Tía: ¿Por qué haces esto? Yo ya soy una vieja, ¿Cómo te puedo calentar?
*Yo: Tía no digas eso, sos una mujer hermosa, tenes mejores curvas que muchas de las pendejas de ahora.
*Tía: ¿Yo te caliento pendejo pajerito? – Aun con esa sonrisita pícara en su cara
*Yo: Si, me calentas mucho, me encanta tu cola, y tus olores – Sonrojándome y ya al palo de vuelta
*Tía: Veo que es verdad, esa poronga se ve gorda, cabezona y lechera – Sin sacar la vista de mi pija
Eso me dio el píe para comenzar a besarla, correspondiéndome los besos desde el principio, mientras ella me acariciaba la pija y yo le metía la mano por debajo de la remera, para apretar a gusto esas tetas medianas, las cuales ya se sentían esos pezones duros.
Luego de los besos acalorados me termine de sacar los pantalones los cuales tenía por los tobillos, le saque la remera a ella y el sostén, permitiendo observar esas lindas tetas, las cuales me prendí a chupar.
*Tía: Mmmm, dale pendejo, chúpame las tetas, ¿te gustan?
*Yo: Si tía son riquísimas, tal y como imaginaba - Mientras le acariciaba la concha por arriba de la calza, la cual estaba húmeda
Mientras ella gemía por las caricias y los chupones de tetas; me separo y me tiro al piso, dándose vuelta, sacándose la calza y la bombacha que tenía, se abrió los cachetes de esa cola permitiéndome ver esa concha grande y muy jugosa.
*Tía: ¿Así que te gustaban mis olores?, vení y chúpame la concha – mientras seguía abriéndose los cachetes poniéndose en una posición casi en cuatro.
Mientras acercaba mi lengua a esa concha rica, pude apreciar ese olor intenso y muy apetecible de ella, que aun en día me trae recuerdos de esa tarde.
*Tía: Dale pendejo, chupamela toda, sácame todos los jugos
*Tía: Que rico se siente esa lengua en mi concha mmm, vamos a mi habitación, no tenemos todo el día
En la habitación me hizo acostar y se sentó en mi cara, me hizo chuparle un rato más la concha y la cola mientras me pajeaba ella, se restregaba en mi cara alternando sus huecos entre mi nariz y boca.
*Tía: Seguí chupando así que estoy por acabar – mientras se desplomaba acabando un squirt llenándome la cara y el pecho de sus juguitos ricos.
Luego de recomponerse del orgasmo se acomodó para continuar con un 69.
*Tía: Uhh mmm, hace cuanto no tenía un orgasmo así, que rico. Que rica pija que tenes pendejo- Me decía todo eso mientras hacíamos el 69.
*Yo: Tía si seguís asi me vas a hacer acabar en tu boca.
Ella no dijo nada y continuó con más ganas hasta que le llene la boca de leche; ella abrió su boca, me mostro y se tragó todo.
Luego de seguir chupándole un rato más la concha y su cola, ya estaba al palo de nuevo
*Tía: Cogeme por favor pendejo, no aguanto más.
La acomode en cuatro y empecé a bombear despacito, estaba muy mojada fruto de su excitación y de mi saliva, pero aún así se la notaba muy estrecha.
*Tía: Dale pendejo, dame con todo, rómpeme en dos
Aceleré mis embestidas y en menos de 15 minutos volvió a tener otro squirt, luego de su recuperación me acosté y me empezó a cabalgar, lento primero porque le molestaba un poco la pija adentro, y después una rápida cabalgata, la que duró unos 20 minutos debido a la excitación de los dos.
*Yo: Tía estoy por acabar
*Tía: Acaba adentro amor, no puedo quedar embarazada, tengo las trompas ligadas.
Y allí le llené la conchita de leche, rebalsándola, al tiempo que ella tenía orgasmo. Luego de recuperarnos y besarnos, nos fuimos a duchar y acomodar todo, para no levantar sospechas.
Espero que les haya gustado, sepan disculpar errores, y toda crítica servirá para futuros relatos.
Arrancaba el fin de semana y mis padres organizaron un viaje de visita a la casa de mis tíos, allí pasaríamos sábado y domingo. Luego de todos los preparativos emprendimos el viaje, 600km de ruta, escuchando música y disfrutando lo que sería porque no decir, un fin de semana inolvidable.
Una vez arribados a la casa de mi tíos degustamos un gran asado, yo por mi parte no perdía vista de ella, mi tía, una morocha de quizás 1,68m de altura, un poquita rellenita, tetas medianas con pezones grandes color café, y quizás su mejor atributo, su cola, una cola grande y bastante dura para una mujer q no hace más que los quehaceres domésticos.
Luego del almuerzo decidieron ir mis padres con mi tío a pasar la tarde en el río, yo por mi parte me quede, acusando un dolor de panza, con ello mi madre se preocupó y quiso quedarse, pero mi tía se ofreció a quedarse y cuidarme ya que mis padres no venían seguido y les permitiría así conocer el río.
Mi tía luego de hacerme un té de boldo se fue a dormir una siesta en el sillón del living, yo mientras ella se iba, tomaba el té y contemplaba esa cola que tantas fantasías tuve. Después de un tomar el té sólo en la cocina, decidí ir a ver a mi tía, roncaba muy plácidamente boca abajo, con lo que me permitía seguir observando ese culo grande y tentador.
Al tiempo de observarla me empecé a calentar y dejar volar los ratones, así que para bajar la calentura fui al baño a lavarme la cara con un poco de agua fría, ya que no quería q me interrumpiera ella mientras me descargaba. Una vez que ingreso al baño descubro que al lado del inodoro había ropa de ella, por lo que la curiosidad me llevo a hurgar y encontrar un trofeo, su bombacha, una bombacha color negro que tenía sus olores más íntimos, un leve húmeda, quizás por sudor o quizás por excitación.
El instinto me llevo a oler esa bombacha, sintiendo el olor rico y fuerte de esa vagina, y también de esa cola, un olor para nada desagradable, incluso muy excitante. Perdí la noción de tiempo y espacio, encontrándome yo en ese baño con la puerta abierta masturbándome mientras olía ese trofeo, hasta que de repente se escucha:
*Tía: ¿Qué haces pendejo degenerado? - Con cara sorprendida y una leve sonrisa
*Yo: Perdón tía, no debería haber hecho esto
*Tía: ¿Eso que tenes ahí es mi bombacha? Respóndeme
*Yo: Si, perdón. Estoy muy avergonzado – Para ese momento ya había perdido toda erección
*Tía: ¿Por qué haces esto? Yo ya soy una vieja, ¿Cómo te puedo calentar?
*Yo: Tía no digas eso, sos una mujer hermosa, tenes mejores curvas que muchas de las pendejas de ahora.
*Tía: ¿Yo te caliento pendejo pajerito? – Aun con esa sonrisita pícara en su cara
*Yo: Si, me calentas mucho, me encanta tu cola, y tus olores – Sonrojándome y ya al palo de vuelta
*Tía: Veo que es verdad, esa poronga se ve gorda, cabezona y lechera – Sin sacar la vista de mi pija
Eso me dio el píe para comenzar a besarla, correspondiéndome los besos desde el principio, mientras ella me acariciaba la pija y yo le metía la mano por debajo de la remera, para apretar a gusto esas tetas medianas, las cuales ya se sentían esos pezones duros.
Luego de los besos acalorados me termine de sacar los pantalones los cuales tenía por los tobillos, le saque la remera a ella y el sostén, permitiendo observar esas lindas tetas, las cuales me prendí a chupar.
*Tía: Mmmm, dale pendejo, chúpame las tetas, ¿te gustan?
*Yo: Si tía son riquísimas, tal y como imaginaba - Mientras le acariciaba la concha por arriba de la calza, la cual estaba húmeda
Mientras ella gemía por las caricias y los chupones de tetas; me separo y me tiro al piso, dándose vuelta, sacándose la calza y la bombacha que tenía, se abrió los cachetes de esa cola permitiéndome ver esa concha grande y muy jugosa.
*Tía: ¿Así que te gustaban mis olores?, vení y chúpame la concha – mientras seguía abriéndose los cachetes poniéndose en una posición casi en cuatro.
Mientras acercaba mi lengua a esa concha rica, pude apreciar ese olor intenso y muy apetecible de ella, que aun en día me trae recuerdos de esa tarde.
*Tía: Dale pendejo, chupamela toda, sácame todos los jugos
*Tía: Que rico se siente esa lengua en mi concha mmm, vamos a mi habitación, no tenemos todo el día
En la habitación me hizo acostar y se sentó en mi cara, me hizo chuparle un rato más la concha y la cola mientras me pajeaba ella, se restregaba en mi cara alternando sus huecos entre mi nariz y boca.
*Tía: Seguí chupando así que estoy por acabar – mientras se desplomaba acabando un squirt llenándome la cara y el pecho de sus juguitos ricos.
Luego de recomponerse del orgasmo se acomodó para continuar con un 69.
*Tía: Uhh mmm, hace cuanto no tenía un orgasmo así, que rico. Que rica pija que tenes pendejo- Me decía todo eso mientras hacíamos el 69.
*Yo: Tía si seguís asi me vas a hacer acabar en tu boca.
Ella no dijo nada y continuó con más ganas hasta que le llene la boca de leche; ella abrió su boca, me mostro y se tragó todo.
Luego de seguir chupándole un rato más la concha y su cola, ya estaba al palo de nuevo
*Tía: Cogeme por favor pendejo, no aguanto más.
La acomode en cuatro y empecé a bombear despacito, estaba muy mojada fruto de su excitación y de mi saliva, pero aún así se la notaba muy estrecha.
*Tía: Dale pendejo, dame con todo, rómpeme en dos
Aceleré mis embestidas y en menos de 15 minutos volvió a tener otro squirt, luego de su recuperación me acosté y me empezó a cabalgar, lento primero porque le molestaba un poco la pija adentro, y después una rápida cabalgata, la que duró unos 20 minutos debido a la excitación de los dos.
*Yo: Tía estoy por acabar
*Tía: Acaba adentro amor, no puedo quedar embarazada, tengo las trompas ligadas.
Y allí le llené la conchita de leche, rebalsándola, al tiempo que ella tenía orgasmo. Luego de recuperarnos y besarnos, nos fuimos a duchar y acomodar todo, para no levantar sospechas.
Espero que les haya gustado, sepan disculpar errores, y toda crítica servirá para futuros relatos.
13 comentarios - tarde con mi tia