Y apagamos la luz… (1era parte)




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Compendio II


😖 😖 😖
Los días que siguieron, estuve muuuy tensa.
Era lo que me temía: la final, con Argentina.
😔 😔 😔
Yo tenía mi portátil encendido, viendo los canales 13 y el 7 de Chile por la señal satelital.
El viernes por la noche dieron algo en las noticias, sobre las colonias argentinas y chilenas y cómo se estaban preparando para la final en Adelaide.
Pero para el sábado, ya estaba histérica.
Me enojaba verlo a él tan tranquilo y lo único que quería era llorar, porque no parecía estarme entendiendo.
Así que por la tarde le pidió a Liz si podía quedarse cuidando a las pequeñas.
☺️ ☺️ ☺️
Ella encuentra estupendo que le preste a mi marido como “Fuck- buddy” (o “Amigo con ventaja”, como le dicen en Chile), porque también necesita de “buen sexo” y como está soltera y no sale, él le ayuda bastante bien con su problema.
😕 😕 😕
Pero ella también se ha dado cuenta que eso es una mentira. Yo nunca tuve un “amigo con ventaja” (bueno, solamente a él XD), pero me imagino que debe ser más frio de cómo él nos trata.
Él es mucho de cariños, abrazos, masajear los hombros, de darnos ánimos y de decirnos “¡Tú puedes!”, cuando estamos cansadas y queremos tirar la toalla, mientras que un “amigo con ventaja” se acordará de una cuando está aburrido.
Y aunque ella vive con nosotros y se agarre a escondidas a besos y cositas con mi marido, él le sigue pagando por quedarse cuidando a las pequeñas y a mí e igual le respeta el fin de semana (que son sus días libres), para que salga a comprar o pasear.
😊 😊 😊
Pero lo que más le ha gustado es su calidez de corazón y por eso aceptó, porque estuve esos días bien enojona y como él me conoce bien, sabe cómo calmarme.
Así que fuimos caminando de la mano por el camino costero.
Vimos pájaros y el mar, que estaba un poquito agitado y cómo se mecían los botes del club de yates y caminamos y caminamos, sin hablar demasiado, hasta que llegamos a la playa de piedras.
“¿Por qué no estás nervioso?” le pregunté, ya llorando abiertamente.
😭 😭 😭
“¿Quién dice que no lo estoy?”
“¡Porque te he visto! ¡Estás muy tranquilo!”
Y él hizo ese juego de miradas que me vuelve loca. Pone una mirada tan profunda, que pareciera verme hasta el alma.
“Tú no te has dado cuenta, pero me preocupas más tú que la selección Argentina y Messi, porque me casé contigo.”
😳 😳 😳
Y me dio uno de esos besos de película romántica: con el ventarrón llevándome el pelo, un abrazo bien fuerte en la cintura y sus labios que me derriten entera.
“¡Te conozco, Marisol y eres capaz de armar un tremendo lio si me ves nervioso también! Así que por eso, ando más preocupado de calmarte.”
😂 😂 😂
Y empezamos a hablar de puro futbol, de lo que él había visto por internet y lo que yo había visto por los noticiarios chilenos y pude ver que también estaba muy preocupado por el partido.
“Yo creo que se va a definir con un solo gol o en los penales, porque los 2 son demasiado fuertes.” Me dijo él, tirando piedras al mar.
“¿Y cómo lo vamos a hacer? Porque empieza más temprano…” le pregunté, pensando en otra cosa...
😈 😈 😈
Él se río, entendiendo.
“Cualquier cosa rara que quieras, tendrás que hacerla más temprano…” me respondió.
😡 😡 😡
“¿YO QUIERO HACER COSAS RARAS?” le pregunté, ofendida.
Y él se volvió a reír.
“Por mí, dormiría solamente contigo…”
😊 😊 😊
¡Y me bajó un achaque!
Porque era verdad.
😅 😅 😅
Es que lo encuentro muy entretenido. Con él, no es como que tuviéramos sexo, sexo y ya.
Es como si los 3 fuéramos niños y jugáramos a la pinta.
Así que otra vez, acostamos a las chiquititas en la pieza de al lado y nosotras llegamos en ropa interior.
“Liz también quiere ver el partido con nosotros…” le dije, aunque los 3 sabíamos que era una gran mentira.
“Y para que no se pase de frio, va a dormir aquí, ¿Cierto?”
“¡Eres muy inteligente!” le respondió ella, con su sonrisa coqueta.
😊 😊 😊
Las 2 nos habíamos puesto de acuerdo.
Como a él le gustan las colas de caballo y no queríamos vernos tan parecidas, le sugerí que se tomara el pelo con 2 moños, como la porrista del juego de los zombies y realmente, se veía bien guapa.
Usaba un sostén y un calzón de seda rojo, que le levantaban más los pechos y que le delineaba su perfecta colita sin problemas, además de una sonrisita traviesa y pecosa, con ojitos negros deseosos de portarse mal.
Hasta venía perfumada.
XD
En cambio yo fui más tradicional y me puse lencería negra de encaje y la colita de caballo bien humilde.
😊 😊 😊
Me dio vergüenza que me viera así, porque se me ocurre que mis pechos no le van a gustar y aparte que es el look que casi siempre llevo cuando estoy con él, pero me sigue queriendo igual.
Y nos acostamos cada una a su lado, bajo un brazo y nos tapamos, como si fuéramos a dormir de verdad.
Y apagamos la luz.
😈 😈 😈
A él le gusta verme cuando tenemos relaciones, por lo que casi nunca lo hacemos a oscuritas. Pero fue más entretenido hacerlo así.
De partida, las manos de Liz y las mías se fueron derechito a su cosita, que ya estaba algo hinchada y sus bolitas estaban rellenas y ardiendo.
Entonces, se escuchaban los besos de Liz mientras le sacaba la camisa del pijama. Yo le besaba su pechito, como suplicando su cariño y él también me buscaba, besando mis labios como él sabe.
😆 😆 😆
Lo más gracioso fue que ella me ganó su pene y se escuchaba como gemía de gusto al probar ese gordito manjar. Pero él, siempre considerado, me tomaba de la cintura y me metía los dedos bien profundo en la rajita, haciéndome sentir excelente.
“Es que yo también quiero probar…” le pedí haciendo pucheros, para que me dejara de besar.
“¡Uy, Marisol! ¡Cualquier día de estos me vas a terminar matando!” me respondió, resignado.
Y me metí bajo las sabanas.
Fue como una operación minera, donde no veíamos nada. Solamente se escuchaba la boca de Liz.
“¡Yo quiero probar también!” le dije y me dejó probar la cabecita.
Tenía un saborcito raro, con la saliva de Liz, pero no dejaba de estar rico. Liz le daba unas lamidas más largas y le daba chupetones a sus ardientes bolitas, mientras que yo me la enterraba hasta la punta de la garganta.
Un par de veces, nuestras lenguas se encontraron en la cabecita y él se sacudía enterito. El aire se empezaba a poner pesado y las 2 empezamos a sacar las frazadas, para poder respirar mejor.
Entonces, me solté el sostén.
“¡Envuélvesela con los pechos! ¡Eso le encanta!” le dije.
Y se la sobaba. Subiendo y bajando despacio y dándole besitos tiernos a la puntita.
“¡No! ¡No!” se quejaba él, porque le costaba contenerse.
A Liz le costó más soltarse el suyo, pero salieron de repente y se las envolvió con su enorme par de pechos.
Nos teníamos que casi batir a duelo por probar su puntita, pero a él le gustaba y de repente, el pobrecito no aguanto más y nos dio toda su carga.
💦 💦 💦
No veíamos mucho, pero su olorcito era bien fuerte y varonil y casi todo me quedó en el pecho o en la cara.
Mientras que yo me limpiaba con los dedos su delicioso bocado, Liz ni tonta ni perezosa seguía estrujando su bastoncito de carne con su boca.
Yo lamía los muslos de mi marido, buscando gotitas olvidadas, mientras que Liz se relamía su cuerpo limpiándose.
Para variar, su cosa estaba pujante y dura como el acero y yo se la besuqueaba, porque seguía pegajosa.
Pero entonces Liz volvió con él y su cintura me empezó a correr.
😡 😡 😡
¡La muy patuda quería ir primero!
Y yo subí también, indignada, pero me detuve muerta de la risa, cuando le escuché.
“¡Vamous chilieno!” le decía, en su pobrísimo español.
“¡Vamous chilieno! ¡Vamous chilieno!” le arengaba, enterrándose la cosita de mi marido.
☺️ ☺️ ☺️
A mí, no me quedó otra cosa más que esperar, así que saqué mi huevito del velador.
“¡Uhm! ¡Sí! ¡Ricou chilieno! ¡Ricou chilieno!” le decía, mientras ella se sacudía encima de él.
Y empezó a sonar el huevito.
Bzzzzzzzzzzzzzzzzz
😩 😩 😩
Lo encontré excitante, porque era la primera vez que lo usaba con él al lado en mucho tiempo.
“¡Ou! ¡Ou! ¡Good Chilieno! ¡Ou! ¡Good!” le decía ella y yo me rozaba los labios de abajo y me apretaba el pecho, imaginando lo que ella sentía.
“¡Yes, chilieno! ¡Yes, chilieno! ¡Más deeper! ¡Más deeper!”
😛 😛 😛
¡Yo también chorreaba, imaginando esos momentos que él me desborda!
Empezamos a gemir las 2 en coro. Es que le conozco y sé muy bien sus ritmos.
Ella se erguía, mientras que él se afirmaba a su cintura y la cama se sacudía, en un atmosfera de ensueño caliente y lujuriosa.
“¡Yes chilieno! ¡Yes chilieno! ¡Right there! ¡Right there! ¡Fill me! ¡Fill me!”
😂 😂 😂
Yo también estaba excitada, sabiendo que le iba a rellenar. Y de repente, ese suspiro ahogado, cuando tocas las estrellitas de colores y sientes esa sensación eléctrica que recorre todo tu cuerpo y que te hace sentir completamente viva y plena.
“¡Ahhhhh!”
😍 😍 😍
Para mí, es como cuando los astronautas llegan a la luna. No creo que se sienta algo mejor.
Y ella colapsó sobre él, abrazándolo y apoyándose en su pecho, como lo hago yo.
Me siento tan feliz cuando escucho su corazoncito agitado por mí.
Y pasó un ratito, una sombra se deslizó sobre mis ojos y me dijo
“¡Hola!” con un hermosísimo par de ojazos.
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2 comentarios - Y apagamos la luz… (1era parte)

pepeluchelopez
Vamous chileno jaja enseñala a que diga. Dame tu chile (en México decimos chile al pene también) saludos