Mis abuelos los padres de nuestra madre (con imágenes)

El principio, el origen de todo el descalabro familiar, su inicio, tiene que ver con esta pareja, estos ancianos, fueron y lo continúan siendo hasta hoy en día, ambos, los responsables psíquicos, emocionales y físicos, de los infortunios, los contratiempos y daños que produjeron en la realidad cotidiana de todos sus descendientes.
Los cuales perviven y permanecen con aquellos antiguos ritos, los que aprendieron y repiten de la misma manera, como una ceremonia de afectación, en el trato, como un cortejo, el de una fase inicial del apareamiento endogámico.
En la que todos ellos, individuos socializados en forma primaria, hacen una serie de movimientos rituales antes de la cópula con personas de ascendencia común..

Mis abuelos los padres de nuestra madre (con imágenes)
No puedo discriminar quien de los dos es el más perverso, la mayoría cree que es él, a mi me quedan dudas, ella, mi abuela, no se queda atrás.
Le gusta considerarse como una víctima de las circunstancias, que producto de una sucesión de hechos accidentales, situaciones y condiciones que la rodearon, y la afectaron al igual o como a todos ellos.
Para mi, todo fue planificado por ambos, premeditado antes de llevarlo a cabo. Circunstancia, que considero agravante, de la responsabilidad criminal de ellos, ambos delincuentes, por preparar con antelación la realización de lo que se considera un delito sociocultural.

sexo
Ella, mi abuela, jugaba intencionalmente, a mostrarse contrariada, disgustada por los acontecimientos que afectaban a una o varias personas de su entorno, para luego, con disimulo minimizarlos como si no hubiera pasado nada, poniendo puntos de sutura a esa herida abierta, en definitiva adhiriendo a la causa.
A pesar de su relato discursivo, los ojos no mienten, y la actitud corporal habla por si misma, las imágenes dejan clara evidencia de ello.
Su mirada pérfida, de mujer traicionera, desleal, aún con su cómplice, su pareja, el abuelo.

orgia
Juramenta falsamente que él, su marido, nuestro abuelo, comenzó con narcóticos y violencia psíquica y física, a obligarla para que se exhiba públicamente, exponiéndose de manera descarada, con pocas ropas y en posiciones corporales arriesgadas para su placer, vulgarizándola como un objeto.

Poco a poco, su resistencia se fue desmoronando y aquellas acciones trajeron como resultado el quitarse la ropa para exhibir su cuerpo desnudo, especialmente frente a la familia de su cónyuge, primero frente a sus cuñados y luego delante el resto de la parentela.

Pero todo se profundizó, y ya no sólo se trataba de poca ropa, o dejar ver parte de su cuerpo desnudo, sino que, se hizo más sexual, se transformó en una atracción que excitaba genitalmente, y esa excitación generalizada y muy intensas que se sienten ante ciertas cosas, hacían que el abuelo genere ganancias económicas, el dinero para él, la fama para ella y el poder dentro de aquél grupo primario, su clan familiar.

Paso a paso, todo aquello se transformó en un modo de vida, donde los espectáculos que ella brindaba la representaba como el ideal del atractivo erótico y sexual.
Era la musa del deseo sexual, la que lo provocaba o todo lo relativo a él gusto o placer de los sentidos, ella era la cosa que los incitaba o satisfacía a todos ellos la persona más aficionada a él.

desnudo
Ella se volvió su odalisca, su geisha, la esclava al servicio del harén familiar, instruida y educada para servir y agradar.
Una persona que, por estar bajo el dominio de otra, carecía de libertad, completamente sometida a su deber, a su pasión, a su afecto, transformado en un vicio obligatorio, del que ella era incapaz de independizarse.

abuelo
Por supuesto, todo se profundizó, y eso la llevó a otras experiencias más degradantes, un envilecimiento o corrupción, sobre todos los aspectos de su vida, causados por los malos ejemplos o las malas enseñanzas de su mentor. Hasta convertirse en una masoquista, disfrutando al considerarse maltratada, disminuida, en cualquier momento o actividad que él proponía y ella sentía placer en aquella perversión sexual.
abuela
Según ella, su marido, nuestro abuelo, sentía placer al obligarla a cometer aquellas aberraciones, disfrutaba con su crueldad, generalmente sucedía producto de su impotencia sexual, por la cual debía ser excitado de manera extrema para obtener una erección, pero después fue por interés, como una actividad en la que él admitía los contactos sexuales de ella a cambio de dinero. Terminó convirtiéndose en su chulo, en el proxeneta de toda su familia y de sus descendientes.
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