Una de Piratas

El centro de este relato es Silvia. Una rubia mas bien chiquita de muy buen culo y pocas tetas.
Esta piba, estudiante de abogacía, militante política y madre casada, venía muy bien en sus aspiraciones: le faltaba poco para recibirse y en virtud del cupo femenino había sido nominada para ser candidata a Diputada. Con 27 años, las únicas contras eran su marido, un tipo mas grande, divorciado antes, super celoso y su pequeño hijo que, en cierto modo la limitaba.
Pese a todo, estaba dispuesta a conseguir sus metas. Asi la conocía yo.
Lejos estaba de imaginarme que tendría algún protagonismo en sus días; por el contrario, cuando la conocí, apenas me prestó atención casi con "carita de asquito" me saludó. Pero pocos días después necesitó de mis servicios profesionales par la presentación de una documentación necesaria para su candidatura. Arreglé todo, intercambiamos teléfonos, y poco a poco comenzamos a conversar.
Por esos días yo estaba dándole matraca a una amiga suya, también candidata. Muy trola mi amiga, por lo que le dije que estaba muy bien Silvia. Ella me dijo que esta chica le comentó que yo estaba muy bien, lo que me provocó carcajadas, pero claro, en cuento pude le mandé un mensaje preguntándole boludeces; chateamos un poco, yo tratando de poner las cosas un tanto calientes. La piba me agarró al vuelo así que ese mismo día la estaba invitando a salir.
Con el tema del marido y de su bebe, las cosas se complicaron, sin embargo, una tarde conseguí llevarla a un hotel de mala muerte (no había mucho tiempo como para ir a un telo mejor, pero mas lejano en mi ciudad).
Sinceramente, me mató: me la mamó como una verdadera experta mientras yo jugaba con mis dedos en su conchita super mojada, a la vez que con otro dedo le bordeaba el orto lentamente al principio para despues terminar ensartándola y hacer como una doble penetración a pura dedo.
Ella acabó justo cuando me hizo acabar a mi. Mi leche le cayó en la cara. Se tomo todo cuanto pudo.
Mi calentura igual era lo suficientemente grande como para que mi verga se parara al rato, previa pajeada que la piba me estuvo realizando.
Su conchita seguía mojada por sus propios jugos, así que la recosté y la penetré de una. Bombée a toda velocidad a la vez que le besaba las tetitas paradas y mis dedos puerteaban el orto. Ella me rodeo con sus piernas para no dejarme salir y gemía como una perra alzada.
No se cuanto duramos, creo que un rato, lo suficiente como para que volviera a acabar, esta vez con mi verga clavada en su conchita. A duras penas me aguanté, la di vuelta y se la puse por el orto.
Costó al principio, pero era evidente que ya lo tenía bien rotito. Ahí si cabalgue duro hasta acabar toda la leche que me quedaba dentro de su ojete.
Nos bañamos, nos vestimos, ya era entrada la noche. La llevé lo mas cerca posible de su casa.
Un par de días después trato de contactarla y no me atiende. Le pregunto a mi amiga (su amiga) que me cuenta del quilombo que se armó en la casa de Silvia: esta turrita también estaba cogiendo con otro tipo; a esté la mujer le descubrió la situación por mensajes en el celu y no tuvo mejor idea que llamarlo al marido de Silvia y contarle.
Imaginen, el tipo lo quería matar (re celoso es el muchacho); la mujer de este otro la quería matar a Silvia. Un escándalo y yo..., tenía mensajes en el celular de Silvia totalmente explícitos: "hola mamita, cuando cogemos?"; "que te pareció hoy?" "sos una trola divina!", etc., etc., etc.
A la fecha, tengo que decirlo, vengo zafando. Hay separaciones de parejas y me mantengo en un prudente segundo plano. Es decir: borrando todo lo que me pueda comprometer y lejos de actividades políticas!!!
De modo que, amigos: a veces cometemos errores por calentura, pero también a veces tenemos problemas porque no manejamos todas las situaciones. Por lo que hay que proceder como el dicho: No tenga miedo, tenga cuidado, jajaja

2 comentarios - Una de Piratas

PICURU44
buena experiencia y bien relatada. gracias x compartir