Incesto sin historia

El incesto no me parece ser el tema de este relato, por el contrario, el incesto me parece que es la forma en la que pude tener una experiencia extraordinaria. El hecho de que sea mi madre no me permite descontar cualquier variante, pero si me atengo a lo que pasare a considerar y explicar.
Las razones porque y como llegue? A tener sexo con mi madre son poco importantes, no vienen al caso, pero sucedió. La primera vez, debo considerar sinceramente, no fue importante la relación que hemos tenido, podría considerarla apenas un polvo. Pero si me llamo la atención como acabe en esa relación. Atolondrado por el contexto termine cuando mi madre me hacia la paja de una manera agitada. Su vista siguió el chorro de mi leche camino al cielo y con las siguientes pausas de mi acabada su mano quedo llena de semen que con sus dedos las fregó suavemente entre sus dedos índice y pulgar como si hubiera obtenido una piedra filosofal en estado líquido. Ahí me di cuenta que mi madre tenía más para dar y que también ella estaría sorprendida por los hechos.
Debo aclarar, que antes de pajearme hasta hacerme acabar y casi como ¿esto queres? Me chupo la pija. Solo me pidió que no le acabar por nada en la boca. Me tuvo al borde hasta que se dio cuenta y me pajeo.
También me puso como limite el culo, no quería que se lo haga a pesar de que no se quejó de que mi dedo índice jugueteara por la virola del culo y se comió la primera falange. Supe que era receptivo y eso me volvía loco.
En suma, entendí que ella podía dar mucho más en una relación sexual, pero era solo una tarea de ablande y de confianza para llegar a tener lo mejor de su pasión sexual a mi disposición.
Me puse en actitud comprensiva y fui receptivo a las cosas que me indicaba.
Recuerdo que a pesar de haber acabado satisfactoriamente, la primera vez no me dejo penetrarla por su vagina. Por lo que acabar en la boca, en su vagina y su culo, eran prácticamente un objetivo de lujo.
Luego de esta experiencia pasaron seis meses sin tener contacto y sin hablar una sola vez sobre el tema, lo que si era evidente, que la atracción estaba ahí y el deseo era superior a las circunstancias.
Los hechos me lo demostraron. Esta vez pedí y me chupo la pija, aunque me pidió que le acabara en las tetas, y fue sobre sus tetas su pelo y su cara donde el chorro de leche impacto.
De nuevo pude observar como adoraba el contacto con el semen y como lo esparcía por todo su cuerpo en especial por los labios de su concha.
Poco después y casi como una súplica de la calentura, me dejo penetrarla. Me puso de espaldas y ella misma guio la pija a su concha y me empezó a cabalgar, solo me pedía que no le acabara adentro.
Su manera de acabar era terrible, se tapaba la cara, su pelo largo se agitaba y su apertura de piernas facilitaba la más honda penetración.
Me susurro sobre el tamaño de mi pija y como topaba en su límite interno. Hablaba, decía cosas procaces, y no podía evitar sentir deseo de acabar dentro de su vientre mientras su mano se apoyaban en el centro de su ombligo disfrutando a pleno la penetración. Su ritmo se aceleró y cambio su opinan me dijo Dámela, ya es mía…. La quiero, y fue así la primera vez que acaba dentro del vientre de mi madre.
Su espalda se tiraba para atrás hasta que quedamos enfrentados y comenzó a pajearse con su concha llena de leche. Otra vez este extraño disfrutar del semen sin límites. Lo tocaba como si fuera oro, como si fuera algo como el mana caído del cielo.
Considero que todo lo que narro y mi juventud hacían que a pesar de haber acabado recién, no podía bajar el palo que tenía. Por lo que cuando se dio cuenta comenzó a chuparme la pija con sus restos de miel, estro y semen.
Ahí volvió a surgir la idea de acabar en su boca. Ambos nos dimos cuenta de que mi intención era casi inevitable. Por lo que interrumpió y me invito a darnos una ducha. En la ducha, se arrodillo y comenzó a chuparme la pija con vehemencia. Yo apretaba fuerte con mi puño la cortina de baño y supe que me iba a ir nuevamente y ella no dio muestras de evitarlo. Aun así le dije a mi madre que estaba por acabar en su boca y que me dijera que si no quería que lo hiciera. No respondió. Se lo repetí y no me respondió, me di cuenta que era una manifiesta invitación a que acabara donde yo quería. Me fui, como un sueño la leche despareció de su boca mientras el agua corría por mi cuerpo. Quizás un poco de agua y el semen habían compensado ese temor que tenía. Pero fue maravilloso observarla desde arriba con su cara con semen de los últimos chorros que su boca atosigada por él dejo escapar sobre el rostro.
Paso otro tiempo desde eso, y no se volvió a hablar hasta que retomo ella misma el tema de que le hiciera el culo. Me confeso que era virgen de ahí y tenía gran temor al dolor, pero que no quería perder la ocasión de hacerlo, ya que tampoco quería tragar semen y lo había disfrutado mucho conmigo. Así que como a quince días de acabarle en la boca se metió en mi cama y con una tremenda mamada puso mi pija al palo y condujo directamente a su culo. De un frasco saco un poco de vaselina que esmeradamente puso alrededor de mi glande y “maravilla”, primero la cabeza y luego el tronco de la pija entro por su canal estrecho. Su cara denotaba algo de dolor pero poco a poco fue acompasando el movimiento mientras se acariciaba su concha. Supe que el viaje seria corto. Pude ver su virola oscura agigantada por la presencia de mi pija y su orto lleno de mi leche chorreando, mientras su mano volvía a buscar el semen para esparcirlo entre sus dedos como quien analiza la viscosidad de un aceite.
Cada día intenta darme una sorpresa. Para ello no me persigue todos los días.
Repito, las circunstancias y el contexto de este incesto no viene al caso, jamás me cogí a una puta tan bien, inclusive considerando que es mi madre.

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