Me entregó la cola II

Sonó el portero y un par de minutos después, se escuchó el saludo de Silvia, una amiga de mi mamá.
- Hola nene! Como andás querido?
Yo estaba vistiéndome en la habitación y le respondo que todo bien, y escucho que empiezan a hablar en voz baja.
-Y? Te sirvió, lo pudiste usar? - Le pregunta Silvia.
Y mi mamá le responde: -Si. Me encantó. La verdad es que prepararse hace que sea otra cosa. Nada que ver.
- Visteee. Si, nada que ver. Que, pasó algo más, che? No me digas. Connn... No!? Que ahora? Hay nena... Te corté la inspiración? Me muero.
- Nooo. No te preocupes. Terminamos hace un rato. Todavía me late todo por acá abajo.
- Hay, me muero. Se dio nomás. Te animaste. Que bueno. Viste que les encanta. Los enloquece. Te digo, ahora lo tenés en bandeja. Pedile lo que quieras que lo hace, nena.
- Si, vamos a ver. En realidad lo hice para él y me encantó.
En eso aparezco en el comedor y nos saludamos con un beso. Yo estaba un poco incómodo al saber que esta mina sabía lo nuestro. Pero al parecer era la responsable del momento de lujuria y pasión anal que pasamos hace un par de horitas atrás. Así que pasé a preparar algo para tomar y en eso Silvia me dice sonriendo con una mirada cómplice:
- Así que me dijo tu mami que te gustó su regalito? Yo le dije que se animaran. Que le den para adelante con esta relación ahora que pueden, eh! Pensá que ya está, ya se divorció. Ahora es una mujer como cualquier otra, libre, que te tiene ganas y está dispuesta a todo. Te sorprendió la mami, eh?
Y yo le respondo sonrojado:
- Si. La verdad es que no me lo esperaba. Ni me lo imaginaba. Vos le diste unos consejitos?
- Siii. A mi me encanta probar cosas nuevas. Siempre fui curiosa y atrevida, viste. Antes no había tantas cosas para hacer que lo disfruten los dos. Y la colita es algo difícil de entregar para una dama. Tenés que estar bien segura y preparada. Pero una vez que la pasaste bien... y le agarras el gustito, te encanta. Así que tratala con cuidado y delicadeza, que de ahora en más, su colita va a ser tuya, nene.
Yo no sabía que hacer ni que cara poner. Hacía sólo unos momentos me desplomaba sobre el sillón junto con mi mamá después de haber culeado por primera vez. Y justamente con ella. Mi cabeza iba a mil.
Silvia me abrazó cariñosamente por la cintura y me dice: - hay nene. Estás un poco tenso. No pasa nada, che. Esto queda entre nosotros. Pero no la pasaron bien? Y gracias a mí. Así que. Que se dice?
Y yo hago una mueca y mirando de reojo a mi mamá le respondo medio tartamudeando: - mhhm... gg gracias. Gracias!
Pero Silvia tenia otras intenciones y me dice: - gracias nomás? Eso es todo? No tenes nada mas para mí?
Y miro con cara de " que hago!!!" a mi mamá y entonces Silvia me agarra fuertemente de una nalga y busca entre mis pantalones mi verga y dice: - yo quiero un poquito de carne también.
Yo quedé como paralizado y cruzando la mirada fugazmente con mi mamá. La veterana no pierde el tiempo y me baja el pantalón y el calzoncillo hasta las rodillas y con su mano empieza a acariciarme la verga y los huevos, y en unos segundos ya me la estaba chupando con gran pericia. Yo no salía de mi asombro y no reaccionaba. El tema es que mi verga tampoco. Mi cabeza iba a mil y no me podía concentrar. La mina se esforzaba y tartaba de parármela, pero no pasaba nada. Y después de unos minutos le dice a mi mamá: - me parece que necesita unos mimos de la mami para relajarse.
Así que me dirige con su mano en mi espalda hasta el otro lado de la mesa, y mi mamá, también tensa, me mira a los ojos, me toma con sus manos por las piernas y se mete mi verga completa en la boca. Sin dejar de mirarme fijamente a los ojos succiona y juega con su lengua, mientras me acaricia suavemente las nalgas. Pero la mina estaba ahí al lado. Todo era raro. Y algo cambió. Nos conectamos! Su boca se encendió. Sus manos se relajaron. Yo sentí como crecía dentro de su boca y poco a poco sus labios ya no llegaban hasta mis huevos. Sus movimientos eran mas largos y en pocos segundos sentía que mi verga estaba bien dura y erecta. A todo esto, después de sentirnos mas seguros, miro de reojo a Silvia y veo que se estaba masturbando. Sentada en la silla, abierta de piernas se frotaba la concha por encima de la calza. Y que pedazo de concha tiene esta madura hot. Porque hay minas conchudas, y esta es una de esas. Mi mamá seguía succionando, pero ahora con los ojos cerrados, meneando la cabeza y disfrutando de mi pedazo. Entonces Silvia se para y se acerca al lado mío, se arrodilla y le pide permiso a mi mamá. Su boca, ahora sí, me deleitó con movimientos largos y profundos. Sus ojos se llenaban de lágrimas yo sentía sus lengua rozar mis testículos. La veterana resultó ser bien puta. Su maquillaje se corrió un poco mientras sus arcaditas marcaban el ritmo de la mamada. Y la verdad es que en ese momento perdimos el poco pudor que nos quedaba y mi mamá se acerca y nos besamos apasionadamente cruzando nuestras lenguas en un baile sensual y lujurioso que nos encendió. Nuestros resoplidos se sumaron a los de Silvia los besos eran bien desenfrenados. Entonces nos acomodamos en el "sillón del amor" y mientras Silvia continuaba con la mamada mi mamá se levantó la blusa y me deleitó con sus enormes pechos maduros. La situación era extraña y eso nos excitaba cada vez más. Yo me estaba divirtiendo a lo grande cuando mi mamá se paró sobre el sillón, se bajó el pantalón deportivo y dándome la espalda apoyó sus nalgas sobre mi cara. Yo escarbé con mi lengua por entre sus nalgas hasta rozar su agujero y su conchita húmeda. Se la comí a besos. Mi lengua no paraba de subir y bajar mientras ella hacia presión sobre mi cara. Pero entonces la mina se zarpó y le quiso chantar un beso en la boca a mi vieja. En medio de esa locura, nosotros ; mi mamá y yo, no estábamos acostumbrados a ese tipo de cosas. Recién estábamos empezando a cumplir un deseo tabú entre los dos y esto era demasiado por ahora. Mi vieja se reincorporó y se bajó del sillón y yo me desconcentré. Silvia quedó pagando y como que se cortó el ambiente. Y entonces dice: - disculpá mary, yo ya estoy acostumbrada a estas cosas y no me di cuenta. No era mi intención forzar nada. Sabés, mejor me voy yendo y los dejo divertirse solos. Así no los molesto.
Con mi mamá nos quedamos callados sin saber bien que decir y la mina dice antes de irse. - No se preocupen, ustedes diviértanse que lo hace bien juntos. Yo me voy a casa a prepararme porque hoy tengo invitados en casa. Nos vemos.
Nos saludamos con un beso y se fue.
Cuando la vimos irse por la cámara del portero, nos sentamos, semidesnudos alrededor de la mesa. Estábamos como en stand by. Pero nos duró unos minutos. Enseguida nos tomamos de la mano, sonreímos y esta vez nos fuimos su cama. Ella se recostó boca arriba y abriendo las piernas me dijo: -seguí lo que estabas haciendo que me encanta. Así que me aboqué a mi tarea de excitar su zona pélvica con mis besos y mi lengua aventurera. Mi mamá empezó a gemir y a moverse suavemente. A mi me encanta el sexo oral. Disfruto tanto que me lo hagan como hacerlo yo. Así que me entretuve un buen rato entre sus piernas. Hasta que me dijo que la quería adentro, y no me hice rogar. Su conchita es de una veterana pero sigue siendo algo estrecha, así que la penetración fue lenta pero muy sabrosa. Primero sentí como estaba ardiendo por dentro. Y después en cada arremetida sentía como me abría paso adentro de ella. Mis movimientos fueron cada vez mas largos y menos pausados. Hasta que el chocar de nuestros cuerpos marcaban el buen ritmo que llevábamos. Sus tetazas pecosas desbordaban para sus costados y se balanceaban al son de mis arremetidas. Por momentos yo las toqueteaba y jugaba con ellas disfrutando de sus movimientos bobos pero súper excitantes. También me deleitaba al ver como su conchita recibía con calidez y ternura mi verga resbalosa y endurecida por la excitación. Y así estuvimos un buen rato. En medio de sonrisas y besos, de caricias suaves y gemidos de placer. Y entonces decidimos cambiar de pose. Yo la acomodé de costado y con mi verga brillosa por tanto lubricante natural, se abrió paso entre sus vulva apretada. Y entró de una, haciendo que ella me diga entre un gemido de placer: -mmhhhh... si, me encanta sentirte dentro. Lu, esto es un sueño del que no quiero despertar. Dame suavecito que siento como entra toda adentro mío. Yo me aferraba con mis manos a su colita, abriendo de vez en cuando su raya para ver como penetraba esa conchita, rosa intenso, tan deseada durante tantos años.
Y así le di sin prisa y sin pausa. Hasta que me dijo: - acordate que no es el único agujero por donde podes entrarme. Podes seguir disfrutando de mi regalito de hoy.
Y eso me encendió. La verga parecía que me iba a explotar. Y le dije: - te gustó mucho se ve. Y me respondió con voz sensual: -Sssi, lu. Me volvió loca. Lo disfrutamos tanto que quiero más.
La saqué de su conchita cálida y apoyé mi glande resbaloso entre sus nalgas. Ella se pasó saliva por el ano y me dijo: - despacito al principio hasta que se me abra bien el culito. Y después me podes dar duro como hoy a la mañana.
Esas instrucciones tan precisas pero a la vez tan excitantes me calentaron aún mas, y me dieron nuevas fuerzas. Hice un poco de presión hasta que sentí como su ano se dilataba y lentamente me abría paso por su culito. La saqué completa y la puse varias veces ganando unos centímetros cada vez hasta que mi verga entera estaba adentro suyo. Me sorprendió lo lubricado que estaba todo hasta que de adentro de ella salió un fluido blanco espeso. Y le dije: -todavía tenés adentro la leche de hoy a la mañana. Y ella asintiendo con una risita me agarró de la muñeca de la mano que yo tenía sobre su nalga, y con sus movimientos me dirigía en cada penetrada y largaba un gemido entrecortado, hasta que la última entró entera y su gemido se prolongó terminando en un largo suspiro y en un apretón de su mano. Empezamos a alargar los movimientos y a subir el ritmo, hasta que otra vez se volvió a escuchar ese gemir rítmico acompañado del cacheteo entre sus nalgas y mi pubis. Disfrutábamos cada rose. Cada penetración se grababa a fuego en nuestras mentes. Una y otra vez se repetía el pensamiento de: estoy adentro de ella. Este culito al fin es mío!!! Y todos esos años de deseo se descargaban en cada arremetida adentro de mi mami.
Una vez que alcanzamos un excelente ritmo, mientras yo bombeaba sin parar, ella me soltó la mano y se fue acomodando y parando el culito. Sus nalgas se fueron separando mientras yo seguía bomeandole el culo hasta que corté el movimiento bruscamente. Y tomándola de la cintura la levanté y la le dejé con el culito bien parado y abierto. Y desde arriba le dada cada vez mas fuerte. Cada vez que bajaba con fuerza mis huevos rebotaban contra su conchita y su "ha... haaa... ha...luuu... siii... haa... me indicaban que el goce era mutuo. Pero no duramos mucho así. Yo estaba algo cansado y ella me dijo que la dejara ir arriba. Yo me recosté boca arriba y mi mamá se sentó como cabalgándome. Si sus tetas son enormes, en esa pose son gigantes. Me aferré a sus pechos mientras me franeleaba con la vulva totalmente lubricada y resbalosa. De golpe y sin usar las manos se penetró por la vagina y comenzó con un movimiento frenético característico de ella. Con un dominio sobre el largo de la penetración admirable. Así alcanzó su orgasmo en medio de gemidos y movimientos bruscos. Yo podía llegar a sentir los espasmos musculares en su vientre y su vagina. Con sus manos se aferró a mis hombros y vinieron los gritos contenidos y resoplidos. Término con su orgasmo y se desplomó sobre mí por unos minutos. Yo sentía como su corazón latía a mil mientras me decía al oído lo feliz que la hacía esta situación. Yo esperé pacientemente hasta que se repuso. De golpe se levantó y con sorprendente facilidad, en esa misma pose, se penetró analmente. Mi verga fue entrando poco a poco y de una vez por su ano dilatado hasta que ni solo sentí que estaba rodo adentro, sino también como su conchita abierta y húmeda se apoyaba en mi pubis. Esa sensación estuvo alucinante y terminó de endurecer mi verga cansada. Amasijaba sus tetazas y me prendía a sus pezones disfrutando de su grandeza y su suavidad mientras coordinábamos los movimientos de penetración. Luego se arqueó para atrás buscando una penetración anal mas profunda dejando que sus grandes pechos se bamboleen graciosamente frente a mí. Esto me excitó mucho y le dije que iba a acabar ahora. Entonces me dijo: - hay si!! Lu, llename el culito de leche que me vuelve loca.
Me aferré a sus nalgas y en medio de un gemido macho el primer chorro salió para inundar ese culito ardiente de mi mamita. Deposité todo mi semen en su hermoso culo con cada espasmo orgásmico.
Quedamos rendidos en la cama, totalmente desnudos y agotados por un día inolvidable de lujuria y pasión

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