Literatura Pornográfica I - Polvo rápido de pallier

Once menos cuarto. Comence a subir mis manos buscando sus tetas. Me encontré entre la camisa y tu corpiño y sentí tu pezón duro. Sentí tus respiración agitada y mi lengua envolvía la tuya en nuestras bocas húmedas de saliva. Baje mis manos y busque la concha, muy mojada. Metí mis dedos con dificultad entre el pantalón de jean ajustado y la bombacha.
Me encontré con tus labios ataviados de vellos y flujo recién salido de tu agujero mas deseado. Con mi otra mano, tocaba tu cola fría.
Sentía tu mano en mi pija. Las frotabas casi con torpeza. Me mojaba, y bajaste de rodillas para chuparmela en un primer intento largo, mientras retorcías tu lengua en el cuerpo de mi verga dura.
Mi mirabas a los ojos desde abajo en cuclillas mientras ponías en la punta de tu lengua una gota muy trasparente de semen que enseguida escondías en tu boca y tragabas.
Subiste y me besaste y sentí el gusto de mi pija en tu boca.
Volviste a bajar, y me pajeabas mientras te me la chupabas cada vez mas fuerte.
En ese momento preso de locura, te baje los pantalones hasta la media pierna y enterré mi cara en tu concha. Metí mi lengua en clítoris y te moviste fuerte. Abrí tu cola con mis manos de manera violenta y podía sentir tu culo abriéndose entre las yemas de mis dedos.
Te chupe la concha hasta hacerte acabar, y mientras estaba arrodillado pasando mi lengua por tu hermoso botón rosado, te tocaba las tetas como si fueran dos montañas lejanas.
Entre mis dedos indice y mayor jugaban tus pezones calientes. Volviste a acabar y en esa respiración cortado subí y te clave mi poronga en tu concha mojada de parado.
Movías tu cola mientras mis manos se raspaban contra la pared sosteniendo tu cola con ambas.
Nos comíamos la boca a besos sintiendo el olor de ambos sexos mezclados en un beso profundo.
Justo antes de acabar cruzaste tu pierna detrás de mi cintura y al borde del orgasmo bajaste súbitamente y te metiste la pija en la boca mirándome.
Mientras te llenaba la boca de leche caliente, me mirabas y me mostrabas tu lengua llena de mi blanca leche, viscosa.
Te paraste y aun con la leche en la lengua me diste un beso que me lleno de mi propio néctar la boca, y después de ese largo beso, te di mi saliva con ella y te la tragaste.
No se porque pero te di vuelta y abriendo tu cola clave mi lengua en tu culo mientras te apoyabas en la pared y con tu mano derecha subías tu teta hasta pasarle al pezón tu propia lengua.
En ese instante comencé a pajearme como loco pese a haber acabado hacia instantes.y a punto de que me saltara por segunda vez, te diste vuelta y terminaste vos de pajearme hasta el segundo lechazo.
Tus dedos estaban con la leche nueva, te limpiaste en el carefree de tu bombacha, te la subiste junto con el pantalón. Sonrojada, te despediste. Con un beso corto de lengua.
Mañana volveríamos a la misma rutina en el mismo palier.
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