Verganza II

Sensación de culpa? Esposada a la cama no iba a poder ir al baño, ni comer, ni ducharse. Se quedaría por horas con la leche secándose en la cara. Culpa no, satisfacción.

En mi mente se cruzaron ideas, muchas, producto del porno o del morbo o de ambos. Ideas como garcharme a otra mujer delante de ella. Sabía que si se lo proponía a Sonia iba a tener un rotundo sí. A mi esposa la iba a matar con eso, pero no era la idea. La idea era lucubrar un plan en el cual nos beneficiáramos los dos, humillarse en lo posible y que le diera tanta culpa, seguir casados pero que ella siguiera con esa culpa y que le carcomiera los huesos.

En el trabajo tuve un día dentro de todo normal. Alrededor del mediodía Sonia entró en mi oficina con dos bandejas de sushi fresco y una botella escondida de vino blanco. Comimos y hablamos de la vida, como la gran parte de los mediodías.

- Alguna novedad?
- De qué?
- De Yamila, hablaste algo con ella?
- Ayer me preguntó dónde había pasado la noche
….
- Quedate tranquila que no le dije que dormí en tu casa. Lo pensé, pero decidí no decirle nada. Matarla con la duda.
- Y que te dijo?
- Nada, insistió y le dije que dormí acá.
- Y ahora que onda?
- La cogí como nunca la había cogido anoche. Le rompí el culo. O sea, ya la había orteado anteriomente, pero anoche le violé el culo. No la dejé acabar y le terminé llenando la cara de leche.
- Mmm que rico!
- Dale boluda, te cuento sólo porque me preguntás. Ahora le dejé desde hoy a la mañana estaqueada en la cama.
- Y que pensás hacer? Hacete respetar boludo.

Y la conversación se interrumpió por la melodía de mi celular. Era Laura, la mejor amiga de mi esposa. La puta con la que iban a dejarse coger por otros tipos me estaba llamando. No le respondí, sabía que con ella no iba a poder contenerme. Volvió a llamar unas dos veces más, pero seguí sin contestarle. Al décimo llamado decidí contestar.

- Hola
- Hola querido, como estás? Sabés que estoy llamando a tu queridícima esposa pero no me responde!?
- Ah mirá, y que te hace pensar que yo se el motivo?
- No se quizás porque están casados, viven juntos, cogen, comen, cogen
- Llamala al celular, si no te atiende, llamala al teléfono de línea y si no te atiende, dejale un mensaje.
- Mató tu onda boludo. Buen voy a seguir intentado comunicarme con la troli. Nos olemos!

Cortó y terminé sonriendo por la situación. Intentá todo lo que quieras. No te va a responder nunca. Terminé mi turno de oficina y me fui al estacionamiento a buscar el auto. Manejé despacio hacia el departamento, como si nada ni nadie me apurase. Llegué a casa, entré, dejé el saco en una silla y me fui a la cama. Mi esposa seguía atada, amordazada y con los ojos vendados. Por su respiración me di cuenta que estaba dormida y por el olor en el cuarto, me di cuenta que se había pillado encima. Humillación en nivel uno. La desaté y se sobresaltó. Se encogió y quedó en posición fetal, sentada en la cama y llorando en silencio. Pensé por un momento en que se me había ido la mano con la situación, así que le acerqué la mano a la cabeza y le corrí el pelo. No se corrió ni me detuvo. Me quiso abrazar, pero la rechacé. Sin mirarla a los ojos le dije, en realidad le di una orden:

- Levantate, bañate y limpiá las sábanas. Es un asco esto! Cuando salgas de la ducha ponete el disfraz de mucama, perfumate y pintate cual puta que sale de noche a que la orteen por unos pesos. Bah! Como salís vos a bailar con tus amigas.

Me di media vuelta y salí de la habitación. Se duchó demasiado rápido, normalmente pasa más de media hora haciéndolo. La escuchaba cambiarse, revolviendo los cajones en busca de la ropa que le ordené ponerse. Me cociné y mientras cenaba se apareció delante de la mesa con el uniforme de mucama. Verla con la piel que le brillaba por las cremas, esas medias negras con encaje, subir los ojos y ver que se asomaba una tanguita negra semi mojada me puso al palo. Le ordené con un ademán que diera una vuelta. De espaldas pude ver como la pollera casi minúscula deja a la vista un hermoso y redondo culo. Volvió a girar y ya de frente pude ver sus perfectas y redondas tetas sujetadas por un corpiño negro, también con encaje y una casi inexistente camisa que apenas llegaba a cubrir una parte de su pecho. Le ordené con otro ademán que se acercara a la mesa y se agachara un poco, por un lado para verle bien de cerca las tetas y por el otro lado, para pegarle una cachetada que le dejó los cinco dedos marcados. Se agarró la cara y me desvió la mirada. La tomé del mentón y la obligué a mirarme. Lloraba, pero estaba caliente, muy caliente. Lo pude notar por como ascendía y descendencia su pecho, respiraba entre cortada no solo por la excitación sino por el dolor que le infringí al haberle pegado. Podía sentir su perfume, perfume que me excitaba. Ella vio a través del vidrio de la mesa mi bulto creciendo. Se animó a tocarlo, pero recibió otro cachetazo que la terminó de poner a mil. Podía ver como se le había humedecido la concha de tal manera que tenía un brillo entre las piernas. Me levanté y la empuje contra la pared, su excitación iba en aumento.

- Pedazo de puta, limpiá todo.
- Tengo hambr… No llegó a terminar la oración que le metí otro cachetazo en la cara. Con ese último entendió que no iba a comer, sino que la iba a coger y someter toda la noche, toda la madrugada y todo el puto fin de semana.

Se puso a limpiar lentamente. Levantó el plato de la mesa y lo llevó a la cocina, lo mismo con la copa de vino y la botella. Se puso a lavar sin siquiera darse cuenta que yo había abandonado la cocina. Saqué el celular y marqué un número de teléfono, Sonia atendió del otro lado, asintió y cortó.

Sorpresivamente y sin darle tiempo de nada apagué todas las luces.
- Qué pasó? Donde estás?
….
- Por favor te pido, donde estás?
….
- No me gustan estos jueg… otro cachetazo en la cara y la levanté de los pelos.

Ella en silencio no se resistía. La empujé contra la pared y la puse en posición de revisión policial. Le separé las piernas y los brazos, extendidos hacia el techo. Me acerqué a su oído y le respiré cual violador fuera de serie. Estaba caliente, y ella también. La tomé de la cintura y la llevé hasta los sillones, siempre a oscuridad absoluta. Le toqué la concha y la tenía empapada.

- Estás caliente putita, y no te gusta este juego? A mi no me vas a mentir, a vos te gusta sentirte tratada como una puta. Yo lo sé. Y se que vos también sabes que lo se. Te voy a tratar como lo mereces, como una puta, ya vas a ver.

Le hice la paja fuertemente, no me importaba si la lastimaba o no. Ya estaba jugado, el plan venía funcionando a la perfección. Sentí una vibración en mi pantalón. Tenía tan sólo unos minutos. Le vende los ojos y le esposé las muñecas. La deje sentada, en silencio y me fui.
…..
Fueron tan solo un par de minutos, pero se que para ella fueron muchos más. Silencio de radio dirían, oscuridad total, solo sintió pasos, muchos. No sabía lo que le tenía preparado. Encendí las luces, pero claro ella no podía ver. Sonia estaba parada cerca de la mesa, con un top muy ajustado y sus dos pechos surgiendo como montañas, con una calza engomada y clavada adentro del culo, botas bucanera dobladas antes de las rodillas. Alrededor de mi esposa, temblorosa de excitación y miedo, 5 hombres desnudos con sus vergas al aire y masturbándose para ponerlas duras.

- Por favor mi amor, no me pegués y decime que pasa.
….
- Se que encendiste la luz, pero sigo sin poder ver.

Uno de los flacos me miró, y habló solo cuando asentí con un leve gesto de cabeza.

- Me dijeron que sos putita y te gusta que traten como tal. Relájate, la vas a pasar bien.
- Esperá, quién sos? Dónde está mi marido? Te exijo que me digas donde está?

Recibió un cachetazo que le dio vuelta la cara y la tiro en el sillón. Lloraba, ahora presa del pánico al no escucharme. Los 5 hombres se abalanzaron sobre ella, manoseándola y besándola, tocándole la concha y arrancándole la ropa. Uno de ellos empezó a comerle con ansias la concha y ella se quejaba, al principio tiraba patadas a diestra y siniestra para luego relajarse, a sabiendas que iba a ser peor. La tenían tirada en el sillón boca arriba, totalmente desnuda. El que se la estaba chupando, le metió la pija de una con lo que ella abrió la boca para gritar, pero el grito quedó ahogado por una pija que se clavo hasta su garganta. No lo mordio, pero se dejo violar la boca con frenesí. Yo desde mi posición de espectador, podía ver como la situación la tenia realmente exitada, ya que se mojaba a más no poder. Al cabo de unos minutos, estos dos se retiran a descansar y se acercan los otros tres. Uno la agarra y se la sienta arriba de la pija, el otro se la ensarta en el culo dejándole escapar un gritito de dolor y ultimo metiéndole la pija en la boca. Mi esposa seguía con la venda en los ojos y esposada, siendo cogida por tres tipos a los que no conocía, mirada por otros dos que ya la habían cogido y que pensaba alternarse durante horas. Y sin saberlo, siendo vista en vivo y directo por su marido y otra mujer, grabando en una cámara todo lo que estaba sucediendo en ese preciso instante.

Mi mujer no dejaba de acabar una y otra y otra vez. Como siempre, acababa más cuando la orteaban. En cada orgasmo lo seguía una suplica y acompañada a esta un “amor perdóname”. Yo la seguía mirando con una erección enorme en mi pantalón. Al cabo de varias horas, los tipos estaban un poco cansados, ya le habían llenado sus agujeros de leche. Les di permiso para el paso final, dos de ellos metieron sus pijas a la vez por el culo y los otros dos por la concha, el último se la metio en la boca. Creo que para entonces mi esposa estaba desmayada, porque casi no se movia, solo respiraba. 5 tipos a la vez, al mismo tiempo adentro de ella, preparados para descargarse por última vez. Sonia no había dejado de mirarme en toda la noche, y yo tampoco a ella. Pero el postre es al final. Los cinco tipos se salieron de adentro de mi esposa y la bañaron el leche espesa y caliente, todos los chorros fueron a parar a su cara de puta destruida, dejándole un perfecto buckkacke. Sonia me pasó la cámara, se acerco a mi esposa y le tomo la leche de la cara con la lengua. La muy puta no dejo una sola gota.

Una vez que se fueron todos. Apague la luz, le saque la venda de los ojos y las esposas y la dejé ahí tirada. Un sobre papel madera sobre la mesa con una nota y un CD.

Continuara…

1 comentario - Verganza II

0915negr
segui con esta historia q esta piola
sebaguetta
La re colgue, cuando pueda subo la 3er y ultima parte! gracias y me alegro que te haya gustado!