Lara Croft, Aventura en la Jungla 2

Lara Croft, Aventura en la Jungla 2


Lara Croft, Aventura en la Jungla 2


En medio de la jungla y en la oscuridad de la noche Lara sigue avanzando junto a los demás. Ocasionalmente escuchan las voces de los matones de Víctor que la buscan desesperadamente. Si bien ella y los otros son más que capaces de defenderse y abatirlos también sabe que una balacera solo atraería a mas criminales, así que por el momento prefiere guardar sus armas y dejar que los nativos, que conocen esta jungla como la palma de su mano, se hagan cargo.

A pesar que Lara es una mujer joven y en plena forma física además de ser muy atlética, el esfuerzo de los últimos días y las heridas recibidas la han mermado considerablemente haciéndosele difícil mantener el paso. Ellos lo saben y se detienen con frecuencia para permitirle descansar y recuperar el aliento, "si conseguimos cruzar aquel cerro estaremos a salvo en nuestra aldea" le señala el chaman. Lara solo asiente con la cabeza, ya que le falta el aliento para poder hablar.

En el campamento de Víctor las noticias que recibe son cada vez peores. No solo se le ha escabullido, también a perdido a doce hombres a causa de accidentes y las peligrosas alimañas que viven en esa jungla, el solo hecho de saber que Lara Croft se le ha escapado una vez más le hace arrojar una copa de whisky contra un árbol.

"Le advertí que esto sucedería" le dice una voz femenina, "en esta jungla sus hombres son simples corderos enviados al monte de los lobos" agrega después. Víctor se voltea y mira a aquella mujer de arriba debajo sin disimulo alguno. Sus ojos azules parecen destellar en la penumbra al igual que su cabello rubio platinado bien corto, polera negra ajustada, pantalones y botas militares.

"¿Y acaso usted asegura que puede encontrarla, señorita.....?", "Jacqueline" agrega rápidamente la mujer, "y si, puedo encontrarla" añade. Ambos se observan fijamente a los ojos sin pestañear, es una mirada fría y dura. "Pues si bien su ofrecimiento me parece interesante hay algunas cosas que no me cuadran" dice él sentándose en su silla favorita con un habano en una mano y un whisky en la otra. "¿Cómo cuales?" pregunta ella, "pues, ¿qué garantía tengo que encontrara a Lara Croft?", "conozco esta jungla mejor que los animales que tiene por soldados, se muy bien la clase de peligros que acechan ahí, además conozco a Lara y se como atraparla", Víctor no la cuestiona, por la firmeza en su voz le queda claro que ella sabe de lo que habla.

"¿Y como se que usted no se quedara con el tesoro?, tendrá a Lara, tendrá el mapa y yo sin nada en absoluto", Jacqueline lo piensa un momento, "pues tendrá que confiar en mi palabra". Víctor se ríe, "¡eso no es mucha garantía!", "es lo único que le ofrezco en garantía, tómelo o déjelo, es su decisión", "¿y su precio seria...?", "digamos que me conformo con entregarle a Lara Croft, tengo asuntos pendientes con ella". Víctor lo piensa un instante, "muy bien trato hecho", ambos se ponen de pie y hacen un brindis, "por Lara y por el éxito en tu cacería" dice él.

Mientras ella bebe su copa Víctor la vuelve a observar descaradamente, lo generosa de sus curvas no pasan desapercibido y antes que Jacqueline haga algo él la sujeta de la cintura y la atrae hacia su musculoso cuerpo, "antes de irte me gustaría conocerte mejor, una belleza como tu no se ve todos los días, tengo mucho que enseñarte", pero Jacqueline no luce impresionada en absoluto. Víctor hace el intento de besarla pero antes de llegar a sus labios se detiene, siente algo muy puntudo presionando sobre sus testículos y al bajar la mirada se percata que ella tiene un cuchillo bastante grande listo para "operar", "cuidado, besarme podría costarle mucho más caro que un montón de oro" le advierte y Víctor, sabiamente, la libera.

"Quiero que retire a sus hombres de la jungla, en este momento son solo un estorbo, yo le informare en cuanto Lara este en mi poder, tomare unas cosas de su campamento antes de irme y comenzare a buscarla esta misma noche" dice ella. Víctor no objeta sus planes, "toma" le dice y le arroja un arma, una pistola de 9mm con una serie de gravados en oro, "te traerá suerte" agrega, Jacqueline se retira pero se detiene en la entrada de la tienda, "respecto a su otra oferta, tal vez la considere una vez que termine" dice con una malévola sonrisa.

Desde la tienda y bebiendo su whisky Víctor la observa alejarse. Algunos de sus hombres pasados de copas se le acercan sin duda atraídos por su belleza y buscando algo de sexo, Jacqueline los enfría rápidamente tras romperle brutalmente el cuello a uno, los demás se alejan despavoridos. "¡Me encantan las mujeres rudas!" murmura Víctor sonriendo. "Ya sabes que hacer" agrega después.

El viajar por la jungla en medio de la noche es un infierno para Lara, en mas de una ocasión estuvo apunto de ser mordida por serpientes venenosas y en otra por poco cae a un precipicio oculto por la oscuridad y la espesa vegetación, es obvio que no esta en su mejor forma, pero sabe que debe seguir, como sea pero debe seguir.

Bajo la luz de la luna consiguen llegar cerca de una impresionante caída de agua en el fondo de un risco, Lara, tras saciar su sed, mira en todas direcciones pero a pesar de ser capaz de detectar cualquier cosa fuera de lugar no consigue ver nada que se asemeje a un pasaje o algo similar. "Ven acá y pisa solo donde nosotros pisamos" le dice el chaman.

Detrás de la cascada y apenas visible por la oscuridad y el camuflaje hay una abertura entre dos rocas donde uno de los nativos desaparece seguido de otro. Lara sigue al chaman y trata de pisar solo donde el lo hace, pero sus botas militares le complican un poco el asunto. "¿Qué hay de malo en pisar donde no debo?" pregunta y el chaman le responde apuntando con su dedos hacia arriba y Lara aprecia una serie de enormes púas muy afiladas apenas sujetas por unas fibras de hojas, "oh ya entiendo".

Al salir Lara se encuentra ante una especie de plaza, esta muy oscuro ya que la luz de la luna no llega por el follaje, y con una antorcha uno de los guerreros le ilumina el camino. Lara esta completamente extenuada y se desploma por el cansancio. Entre todos la llevan a una cabaña donde el chaman le da de beber un liquido bastante fuerte, como si fuese un licor, "esto te ayudara a dormir y repondrá tus fuerzas, por la mañana te sentirás mejor", Lara cierra sus ojos y se duerme.

Sintiéndose más recuperada Lara despierta en la cabaña, aun esta algo débil pero no tanto como el día anterior. Afuera se oye un gran alboroto y en ese momento entra el chaman acompañado de otra mujer muy joven. "Me alegro que estés mejor, ven sígueme iremos a hablar ante el consejo de la aldea". Lara se pone de pie y mira fijamente a la muchacha, es muy guapa pero sus facciones no corresponden a las de otras mujeres aborígenes, "mi madre era una mujer occidental como tu" le dice de improviso al notar la curiosidad de Lara, "mi padre es el chaman" agrega después, "ya veo" atina a decir Lara, "me llamo Micaela".

Al salir de la cabaña una gran cantidad de gente se agolpa y Lara tiene su primera vista del lugar. La aldea esta enclavada en el fondo de un profundo cañón y el follaje es tan espeso que aun desde el aire no se vería nada. Las cabañas están ubicadas en las paredes del mismo y una serie de pequeños canales abastece de agua la aldea viniendo desde una serie manantiales, incluso hay una especie de laguna cerca de ahí. Hombres, mujeres y niños se agolpan a su alrededor todos la observan llenos de curiosidad como si ella fuese un animal extraño o algo así, en especial los niños. "¿Son tan escasas las mujeres blancas en este lugar?" pregunta Lara, "en realidad no, mi madre vivió con nosotros por diez años antes de morir por una enfermedad, últimamente las únicas mujeres blancas que han visto han sido solo cadáveres" responde Micaela.

Entran en una cabaña bastante más grande que las otras, es una especie de salón donde el consejo de ancianos esta reunido para analizar la situación de Lara y el debate que se produce es bastante agitado. "¿Qué sucede?" pregunta, "lo que ocurre es que hay dos opciones siendo consideradas" le dice Micaela, "una es la dejarte en la aldea por un tiempo hasta que los matones se vayan", "¿y la otra?", "es cortarte el cuello y arrojarte a un foso", Lara no luce para nada tranquila y menos aun cuando el chaman le pide que le relate el por que esta aquí. Lara de inmediato explica su caso acerca del mapa, las historias de su padre y la investigación que ella ha realizado, las historias que circulan y los esfuerzos que ella ha hecho por mantenerlo a salvo de Víctor y sus criminales.

Luego de una larga discusión le dicen a Lara que se le permitirá quedarse en la aldea, viva por lo demás, pero que no podrá ir a ninguna parte hasta que las cosas se calmen. A Lara esto ultimo no le agrada mucho, pero ciertamente no esta en condiciones de pelear, además aun esta débil físicamente por lo que tras acabar el consejo Micaela le da algo de comer y la lleva a recorrer la aldea. Mientras caminan juntas Lara observa el lugar con más detalle, los chicos se agolpan a su alrededor y las mujeres también, Lara se resalta por su estatura y su físico. "Estoy segura que se ríen de mi pero quisiera saber el por que" le pregunta a Micaela luego de ver a grupos de mujeres murmurando y riendo cada vez que pasa, "lo que ocurre es que se preguntan como una mujer puede caminar por la jungla con esas cosas tan grandes" responde aludiendo a los enormes pechos de Lara, ella lo toma con humor, "¡pues con mucho cuidado!".

A medida que comienza a anochecer Lara se pregunta donde dormirá, Micaela le muestra la cabaña que va a ocupar. "Ven conmigo, necesitas un buen baño y un buen descanso", Lara con algo de curiosidad la sigue. Micaela le relata parte de la vida de la aldea, las mujeres se encargan de las labores de la casa, el cuidado de los niños y la recolección de frutos y cultivos mientras que los hombres se encargan de la caza y de la protección de la aldea y los demás, "muchos blancos han llegado últimamente, es por ello que los hombres se la pasan fuera de la aldea, es una situación muy compleja".

Ambas entran a una caverna al pie de la montaña y llegan a una especie de laguna llena de aguas termales, otras mujeres se aprecian a la distancia y se voltean al verlas llegar. "Hay muchos manantiales así en esta zona, vamos quítate la ropa, no puedes seguir con esos harapos todos sucios" y Lara sintiéndose algo incomoda se desnuda dejando al descubierto sus impresionantes atributos lo que nuevamente provoca toda clase de comentarios.

Lentamente se mete al agua caliente, se desarma su peinado y su largo cabello castaño oscuro se desliza libre. Lara siente un alivio enorme en todo su cuerpo, ciertamente este baño en aguas termales le ayuda una enormidad. Cierra sus ojos y suspira profundamente mientras la sensación de relajamiento la va invadiendo, "esto es lo mejor que me ha tocado desde que comencé esta aventura" dice ella.

Sorpresivamente Micaela unta el cuerpo de Lara con un extraño y oloroso aceite, "tranquila, esto aliviara tus músculos y les devolverá su fuerza". Delicadamente ella pasa sus manos sobre Lara, que aun se muestra un poco desconcertada por la situación, sin embargo el alivio es casi inmediato mientras Micaela pasa sus manos en sus brazos y la espalda. Las otras mujeres se ponen de pie y avanzan hacia donde están ellas, Lara las observa con mas detalle, su piel oscura, las facciones de sus redondeados rostros, sus pechos algo caídos debido que nunca usan sostén y sus cuerpos algo robustos en comparación a las mujeres occidentales, llaman la atención de Lara la que se sorprende cuando ellas también comienzan a untarla con el aceite, sobre sus pechos, en sus piernas, sus muslos, por todas partes y Lara no sabe como enfrentar esos masajes que se están volviendo cada vez insistentes y que están comenzando a provocar sensaciones muy profundas en ella.

Los masajes continuaron por varios minutos en silencio, Lara siente esas manos algo ásperas por el trabajo, pero delicadas a la vez, pasearse sin tapujo alguno sobre cada rincón de su impresionante figura. Como si fuese algo normal para ellas le acarician sus enormes pechos que atraen mucha atención, su trasero y sus muslos, su piel ha tomado un aspecto brillante y aceitoso, además de un olor suave a hierbas y frutas, Lara esta sonrojada y sobre todo, excitada, se avergüenza a si misma que simples caricias como esa la hayan provocado de tal manera hasta que de improviso, cuando Micaela roza sus pezones, Lara deja escapar un profundo suspiro que la delata, las demás mujeres sonríen y se le acercan más aun.

Si antes eran caricias y masajes suaves ahora ya se ha convertido en un manoseo descarado, sus pechos se los exprimen con más fuerza y ahora sus manos se meten de manera más intrusa entre sus nalgas y entre sus piernas, Lara apenas se contiene sus gemidos y cuando unos dedos se van deslizando sobre su clítoris y los labios de su vagina ella cierra los ojos y se entrega a aquellas mujeres que saben bastante del sexo lesbico como lo puede comprobar de primera mano. Pronto unos ardientes labios envuelven los pezones de Lara, se los chupan y con sus lenguas juegan con ellos, todo su majestuoso cuerpo es besado y acariciado, al mismo tiempo delicadamente la recuestan sobre unas mantas a la orilla de la laguna donde Lara es ahora el centro de atención.

Como si fuesen un grupo de buitres rodeando un cadáver aquellas mujeres descienden sobre Lara. Sus lamidas, besos y caricias son mucho más delicadas que las de los guerreros, pero en todo caso no son menos ardientes. Lara las siente chupando y lamiendo sus pechos, pasando sus lenguas sobre su vientre y bajando hasta llegar a su sexo donde más de una lengua se pasa sobre su clítoris y otra se pierde en su coño haciéndola estremecerse. Otras mujeres le hacen un dedo en su trasero y cada vez que la besan Lara siente como le meten con fuerza la lengua en la boca y ella devuelve el favor.

"Voltéate" le dice Micaela y Lara le hace caso exhibiendo sus nalgas y los labios de su sexo mayor claridad. De inmediato una serie de dedos intrusos se van metiendo por todos sus agujeros, no solo uno, sino varios a la vez hundiéndose en su culo y jugueteando con su coño para meterselos definitivamente. Una mujer se pone frente a Lara acercándole su sexo al rostro y ella de inmediato se lanza a devorarlo. Las mujeres se tocan y acarician entre si, frotan sus cuerpos con el de Lara mientras ella hunde su lengua y saborea el sexo de una mujer aborigen.

Una de las mujeres se pone detrás de Lara tomándola de las caderas y comienza a frotar su vientre sobre el culo de la famosa ladrona de tumbas como si la estuviera penetrando, a Lara esto le encanta y ella se mueve también para sentir mejor el roce de su pubis contra sus nalgas. Lara devora uno y otro coño y también usa sus dedos con varias mujeres, chupa y lame sus pechos, presiona sus clítoris y las folla furiosamente por el culo mientras ella recibe el mismo tratamiento. Lara se recuesta sobre Micaela y esta con otra mujer le hacen un sándwich frotándose furiosamente entre si e intercambio unos ardientes y apasionados besos mientras Lara frota sus enormes pechos contra los de Micaela.

"Esto te va a encantar" le dice Micaela a Lara que al mirar hacia atrás ve a una mujer sujetando algo que de inmediato reconoce como un miembro, solo que este es de un material que a simple vista parece ser madera, pero no, Lara se queda atónita, es de oro y bastante grande. "¡Oh si!" exclama al sentir cuando se lo meten en su sexo, Micaela la abraza fuertemente mientras una mujer le mete y saca aquel enorme y dorado juguete de su coño. Lara se retuerce, forcejea y libera profundos quejidos mientras la follan, frota su cuerpo con aun más ganas sobre Micaela mientras las otras mujeres ahí presentes la besan a cada momento, es como una especie de rito, una iniciación para Lara que además de soportar semejante juguete en su sexo lo hace en su espléndido culo de nalgas redondas y bien formadas que entre dos le abren y lo lubrican muy bien.

"¡Ahhh, no tan fuerte, no tan fuerte!" es el desgarrador grito de Lara al sentir algo enterrándose en su trasero el cual se va dilatando poco a poco, una cosa es una verga de carne dura y palpitante, incluso dos, pero es otra cosa. Fueron unos instantes en los que Lara se ve invadida por una mezcla de una tremenda excitación y angustia al ser follada de esa forma con algo tan grande, sin embargo el placer que ella siente la hace seguir adelante hasta correrse por completo en medio de ardientes gemidos que las demás escuchan atentamente.

Lara queda recostada sobre aquellas mantas con su cuerpo aun brillando por los aceites que le aplicaron, las otras mujeres la besan y acarician mientras Lara respira agitadamente y sus enormes pechos se levantan al ritmo de su respiración. "Bienvenida a la aldea" le dice Micaela.

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