En mi ventana

Fue en mi primer departamento solo, donde uno se imagina que pueden ocurrir todas las fantasías y lucha por cierto para que sucedan.
Eran dos cuartos, un living que me obsesioné en armarlo muy sensual, con aromas, colores y luces, con cuadros pintados por mi y mucha ansiedad de sensaciones,
El otro era una habitación, el cuarto de los sueños, el placer y las sensaciones. Tenía una gran ventana, de esas con dos laminas corredizas que miraba a un aire y luz y se enfrentaba al resto de los departamentos y ventanas del edificio.

Yo había faltado al trabajo para estudiar, esos días en que todo es una excusa para distraerse y explorar el entorno. Todo comienza con una de esas pausas de estudio, en que la intuición te dice que algo esta por suceder en algún lado y te inquieta hasta soltar los libros.

Mi instinto indiscreto y curioso, me llevó a mi ventana, allí veo una de las ventanas de enfrente, que tenia prácticamente a dos metros de la mía, pero un piso mas abajo, que estaba abierta completamente por primera vez, anteriormente había identificado ese cuarto con movimientos pero siempre con la cortina prácticamente cerrada. Esta vez era distinto y se podía ver una alfombra grande azul en el piso con dos chicas charlando, Pienso que no tendrían más de veintidós o veintitrés años.

Una de ellas con un yoging apretado que le dibujaba unas formas increíbles, era realmente hermosa, sus piernas estaban perfectamente moldeadas, sus muslos, sus pechos medianos, era increíble, su cara redondita con labios bien pronunciados. Sus movimientos eran suaves.

La otra chica era mas inquieta, parecía mas chica, tal vez uno o dos años menos. Estaba vestida de manera mucho más informal, con una remerita que claramente por el movimiento de sus lolas se podía observar que no llevaba corpiño y con pechos grandes y aparentemente bien firmes, abajo tenia un yorcito cortito de esos que se usan como pijama de invierno, muy suelto también.

No podía dejar de observar a aquellas hermosuras. Al rato hacían distintas posturas de yoga, la mas chica que parecía la mas simpática, sonreía constantemente y algunas veces se ponía muy colorada, pero yo no podía escuchar lo que decía, lo que si podía observar es que no perdían oportunidad del contacto físico, entre cada posición de sus ejercicios. La morocha le indicaba y corregía la postura, indicándole suavemente con sus manos en cada postura.

Mi calor comenzó a escalar cuando la rubiecita, hizo la postura de vertical en la pared con la cabeza abajo, su remera suelta comenzó a desplazarse despacito para abajo, dejando los dos pechos rosados y grandes al descubierto. La postura duró un par de minutos, y yo no pude evitar comenzar a excitarme metiendo una mano por mi pantalón hasta acariciarme. También observé que la chica morocha se quedo mirándola como sus pechos estaban desnudos. Los roses entre ellas dos eran más que alevosos, siempre que podían se rozaban, no era un simple encuentro entre amigas. Ella le sostenía la cabeza, y se miraban a los ojos en forma muy profunda, algo las estaba uniendo a las dos, de repente en una situación que pareció nada casual y muy buscado por las dos sus caritas frente a frente se fueron acercando milímetro a milímetro mirándose la boca hasta que sus labios se encontraron, , Aparentemente nerviosas buscaron apagar una de las luces quedando dos veladores encendidos. La luz no era tan intensa pero se las podía ver con toda perfección,

Sus lenguas comenzaron lentamente a acelerarse hasta en pocos minutos declararse dos ejércitos en guerra, pero en perfecta sintonía, cuando una de ellas separaba los labios, la otra la buscaba y viceversa. Ese mar de saliva y lenguas mojadas, me estaba volviendo loco, y mi pedazo ya fuera del pantalón se ponía más y más duro aguantando para sumarse al final de ese encuentro.

Entre esos besos la morocha le baja el yorcito a la rubia, con bombacha y todo, dejando ver una hermosisisima pubis, totalmente depilada, por dios, se veía esa rayita y dos labios que sobresalían como queriendo que los devoren. La morocha también se saca la parte te arriba, sus pechos eran mucho mas chiquitos de lo que parecían, parecían colegiala, pero su pezón era grande, y se lo veía extremadamente duro. La rubia le saca el yoguin y la deja en bombacha, su cola era más hermosa de lo que me imaginaba, se notaba todavía el tostado del verano y la marca de la bikini, y una piel asombrosa. En ese momento no podía dejar de imaginar lo que podría suceder, me tocaba, de a ratos paraba y olía mis manos imaginándome que estaría también entre toda esa piel mojada e irradiante de sabores.

La morocha siguió bajando con su lengua, hasta llegar a los labios rosados que tenia la rubia hermosa entre sus muslos y piernas, la da vuelta, le sumerge su mojada lengua entre sus labios y clítoris, le deja la lengua entera cubriendo con presión toda su vagina, pudiendo observar como tragaba sus jugos una y otra vez como si fuera almíbar energizante. Ella parada y la otra de cuclillas, parecían como pidiendo perdón, pero un perdón lleno de sumisión y entrega.

La lengua de la morocha parecía buscar todos recovecos, texturas, sabores y rincones. En esa misma posición la rubia se da vuelta dejándole la cola en la cara de la morocha sumisa y entregada, la morocha comienza a bajar por la hendidura de su cola, y la rubia muy flexible, baja su torso hasta agarrarse con las dos manos los tobillos y separando las piernas dejando que sus muslos se separen de par en par y florezca el agujero de su cola y su vagina empapada, yo ya me podía comenzar a imaginar el final de esa posición, creo que la morocha comprendió al instante...

Yo al ver esa escena no podía parar de tocarme, hasta me imaginaba que la morocha me estaría lambiendo lentamente a mí, así es que comenzaron los deditos de la morocha, creo que la rubia también estaba a punto de estallar, La morocha comenzó a investigar el ano de la rubia súper dilatado, primero con la lengua que se la sumergía poniéndola dura como si fuera miembro creciendo, mientras la rubia comenzaba a tocarse el clítoris con una mano que se lambía cuando ya estaba empapada de jugos.

La morocha comenzaba también a tocarse mientras le rodeaba los labios con la lengua y le introducía lentamente sus dedos por atrás, primero comenzó por uno, luego con dos y hasta con tres mientras la otra gemía como nunca escuche a una persona, los dedos los introducía hasta que no se le podían ver ni un milímetro, yo no podía dejar de imaginarme poder introducir mi verga que estaba hinchada a punto de explotar. Cerraba los ojos y me veía chupándole la conchita chiquita que se podía ver de la morocha en cuclillas y terminar el calvario de placer de la rubia que se desataría para ella y para mi al introducirle todo mi pedazo entero y excitado en su húmeda y excitada cola, placer que intentaría sostener hasta que los dos gritemos juntos de dolor y felicidad.

Entre todo ese pensamiento de placer y de imaginación , escuché el primer orgasmo, qué iniciado por jadeos se superponían con mis fantasías, era de la morocha, que acostada en el piso con las piernas separadas estaba siendo devorada vaginalmente por su amiga en una clásica posición del sesenta y nueve entre lenguas y dedos.

Allí no pude evitar gritar desde mi ventana mi orgasmo de leche que en mis pensamientos se volcaba en las dos boquitas mojadas ávidas de sabores y texturas.
Mi grito no solo me hizo explotar de placer a mi, sino que la rubia el verme fue el puntapié de perversión y exhibicionismo que necesitaba para en los próximos tres segundos, culminar también con un llanto de placer mientras su vagina estaba inmersa en la boca de su amiga y los dos cachetes de su trasero separados hasta desgarrarse también por su amiga que en forma obsesiva parecían vengarse de tanta sumisión.

Las dos no paraban de reírse y yo cómplice de esas carcajadas me fusioné también con una sonrisa y el secreto de ellas en mi corazón.

2 comentarios - En mi ventana

profezonasur +1
Me gustó el estilo. Lo único que podría observar, si se me permite es la reiteración de palabras próximas entre si. Un abrazo.
losfelinos
muchas gracias se acepta la observacion ,,trataremos de mejorar