la mojigata (masturbacion)

Como cada día de aquel caluroso verano estábamos mi novio y yo tumbados en sendas butacas tomando el sol en la piscina de mi casa agarrados de la mano. De repente y de forma poco usual mi hermanita apareció en la piscina, a decir verdad no recuerdo ni una sola vez que lo haya hecho estando mi novio presente, pero aquel día era especialmente tórrido.



Llevaba un bikini blanco, nada sexy que ocultaba todos sus encantos, pero que no podía ocultar su bonita figura, no era como el mió que tapaba solo lo justo y encima se transparentaba si se mojaba. Siempre había sido muy tímida, incluso evitaba desnudarse delante mió o verme cuando yo lo hacia, el bikini era el perfecto para su personalidad. Mi novio se le quedo mirando nada más aparecer, ella nos miró, sonrió, corrió a la piscina y se hecho al agua.



Seguí tomando el sol viendo como mi novio no apartaba la mirada de mi hermanita mientras nadaba en la piscina, de pronto vi como su bañador no podía ocultar su erección.



- Joder tío, ya te vale, estoy aquí medio desnuda, y no pasa nada, aparece la mojigata de mi hermana y se te empina.

- Tía a ti te tengo cuando quiera, pero has visto ese cuerpecito y esa cartita de no haber roto un plato, que morbo tiene la niñita.

- Oye que es mi hermanita - le increpo dándole un manotazo en el brazo.



Una llamada interrumpió la discusión, se levantó de su butaca, y cogió la llamada, tras unos minutos hablando su novio por él colgó.



- Preciosa me tengo que ir, hay una urgencia.

- Y te vas a ir así - dije mientras le acariciaba su miembro.

- Se que no me harías eso.



Subimos corriendo a mi habitación sin despedirnos de mi hermana, mientras el se quitaba el bañador yo me quitaba el bikini. Me tumbe en la cama desnuda y lo espere mientras él apuntaba algo en un papel.



- No preciosa no da tanto tiempo, más me gustaría, anda se una niña buena y cómemela.

- Esta me la debes, y una bien grande sabes, me vas a dejar caliente.

- Cuando me vaya juega un poquito con tu juguetito y se te quita toda la calentura, jejejeje.

- Seguro que disfrutaré más con él que contigo.

- Sabes que no preciosa.



Me agache delante suya y cogí su miembro con mi mano.



- No, esta vez solo con tu boquita.

- Pero no tienes tiempo.

- Tampoco es tan urgente.



Fue a un cajón de la mesita de la habitación y saco de él una brida, sabía que tenía que hacer, me excitaba de sobremanera estar atada, a su merced, sometida a sus impulsos, supongo que a él también le gustaba pues no perdía oportunidad de atarme, a la cama, la mesa, todavía recuerdo la primera vez que me ato la mesa y me abrió el culito, me mojo solo de pensarlo, puse mis manos en la espalda y me las ató.



Puso su miembro en mi boca, lo bese, luego me metí solo el glande en la boca y lo lamí entero, lentamente lo recorrí por todo su grosor sin dejar nada que lamer, lo mire a los ojos, esta mirando por la ventana seguramente a mi hermanita, muerdo levemente su miembro.



- ¿Qué haces estas tonta?

- Te la estoy chupando yo, recuerdas, deja de mirar a mi hermanita.

- Calla y chupa



Metió su miembro en la boca y marco un ritmo acelerado moviendo mi cabeza con sus manos, después paro, le mire a la cara, tenía los ojos cerrados, eso me gustaba más, saque su miembro de mi boca y me metí sus bolas, el gimió fuertemente, sabia como le gustaba y le había obligado a depilárselas si quería que se lo hiciera, antes de volvérmela a meter en mi boquita recorrí con mi lengua su miembro por toda su extensión, por todos lados sin dejar nada que lamer. El líquido preseminal hizo su aparición, lo lamí gustosa, me gustaba incluso más que su semen y eso que me pasaría toda mi vida alimentada solo de su lechita si pudiera. Metí todo su miembro en su boca hasta que su glande rozo la garganta, y y marque el mismo ritmo que me había marcado con sus manos o quizás algo superior, sus huevos chocaban con mi barbilla, sus gemidos inundaban la habitación, en menos de un par de minutos se corrió en mi boca, lo hizo abundantemente, intente tragarla toda pero alguna cayó por la comisura de mis labios hasta mi pecho.



Nada más terminar de correrse, sacó su miembro de mi boca, me ayudo a levantarme y ve besó apasionadamente, su lengua recogió parte de su lechita que aún estaba en mi boca, cogió el cutter del lapicero y corto la brida, aprovecho para azotarme mi culito,



- Ainsss si tuviera tiempo.

- ¿Que harías?, eh ¿que harías? - dije meneándolo delante suya

- No me provoques, no me provoques - dio sonriendo mientras me daba otro azote.



Recogi un poco de leche que había quedado en su miembro con un dedo mientras se ponía su camisa, y me la lleve a la boca con cara inocente.



- ¿Seguro que no quieres que te provoque? - pregunté con voz sensual sentándome en la cama y abriendo mis piernas mostrando mi rajita totalmente depilada y húmeda, acaparando su mirada mientras que el se ponía su pantalón y zapatos estando a punto de pillárselo con la cremallera.

- Ainsss que zorrita eres, tranquila que después vengo y te doy un buen homenaje - dijo antes de besarme y meterme dos dedos en mi rajita.



Después se marcho llevándose los dedos a su boca. Se lleve un dedo a su rajita, Dios que húmeda estaba necesitaba masturbarse lo antes posible. Busque debajo de mi cama mi juguetito, cuando lo estaba sacando de su estuche vi como una sombra se dibujaba en medio de la puerta, siempre le pasaba lo mimo, que se le habrá olvidado hoy, no se donde tiene la cabeza, si que lo se, y me encanta que este ahí.



Cuando me levante con el vibrador en mi mano, vi que era mi hermana la que estaba en el umbral de la puerta, me miraba con los ojos como platos, su mirada saltaba de mis pechos y mi rajita pasando por el vibrador de mi mano, su cara se enrojeció rápidamente.



- Lo siento - dijo girándose para marcharse.

- Hermanita no pasa nada, ¿que es lo que querías? - la retuve cogiéndole de su brazo todavía mojado.

- Ennhhh. Ennnhhh.... - dijo mientras intentaba mirar a otro lado.

- ¿Quieres que me vista?

- Hay un chico que me gusta - dijo rápidamente casi trastabillándose.



Me pilló de sorpresa, nunca había conocido que tuviera un solo novio, ni siquiera sabía si le gustaban los chicos o era lesbiana, nunca había mostrado ningún interés por el sexo.



- Ven aquí hablemos - dije sentándola en la cama y poniéndome una bata que estaba colgada en el perchero.

- ¿El sabe que le gustas?

- Claro llevamos sali... - se interrumpió y su mirada se clavó en mi barbilla.



Sabía que era lo que estaba mirando, seguro que era el semen que no pude tragarme, lo recogí con un dedo y me lo lleve a la boca, mi hermana me miraba fijamente.



- ¿Lo quieres? - pregunté mostrando mi dedo antes de metérmelo en la boca.

- Es ....

- Si, es lechita, esta muy rica toma - dije llevándole el dedo a su boca.

- Noooo, no, no... - dijo apartando su cara un poco hacia atrás.

- No habías venido ¿porque quieres llevar tu relación a otro nivel?, ¿o me equivoco?, seguro que el te pide que te tragues su lechita.



Se me quedó mirando a los ojos, luego miro al dedo, recogió el semen de mi dedo con un suyo, lo miró con mala cara, después lo llevo hasta su nariz y lo olió, yo mientras recogí el que había caído en mi pecho, y lo tome.



- No seas remilgada y tómalo.



Parece que mis palabras y verme tomar el de mi pecho la envalentonó y se metió el dedo en la boca con cara de asco, pasó su lengua por él, por unos segundos mantuvo la cara asqueada, pero después cambio y se remalio el dedo con avidez.



- ¿Qué no esta mal verdad?

- No- dijo con voz baja.

- Ahora cuéntame, ¿que es lo que quieres saber?

- Ennhhh..., Ennhhh...,

- A ver, ¿lo habéis hecho?

- ¡Noooo!

- ¿Te ha pedido hacerlo?

- ¡Noooo!

- ¿Quieres hacerlo tú?

- Si - dijo con la cabeza gacha.

- Ehhhh, no te avergüences - le levante la cabeza - a todas nos gusta hacerlo.

- ¿Dime que habéis hecho?

- Nos besamos.

- ¿Y?

- Nada más.

- ¿Ni siquiera os habéis masturbado?

- ¡Noooo!

- ¿Pero sabes no?

- Noo - dijo cabizbaja.

- Bueno es fácil te enseño enseguida.

- ¿Dime la tiene muy grande o gorda?

- No se.

- ¿No sabes porque no se la has visto o porque no has visto otra?

- No se la he visto.

- Dios chica que no tienes 13 años.

- ¿El tampoco te ha visto a ti desnuda?

- No

- ¿Ni siquiera los pechos?

- No me da vergüenza.

- Vergüenza eso se quita rápido. Vamos desnúdate.

- Noooo.

- ¡O te desnudas o no seguimos hablando!, como te quieres mostrar ante un desconocido si te avergüenza hacerlo delante mía



Me miro con cara de cordero degollado, casi como si quisiera violarla, vio que no iba a cambiar de opinión en mi cara, miro por dos veces la puerta antes de llevarse las manos al cierre de la parte de arriba del bikini, se la desprendió y la puso en la cama, después agacho la cabeza, sus pechos eran pequeños, con una aureola del tamaño de una galleta, coronados por un gran pezón.



- ¡Las braguitas también!, y quiero que me mires.



Antes de que se decidiera por acatar mi orden, me levante y me quite la bata quedándome desnuda ante ella, segundos después se levanto mirándome a la cara y se quito la única prenda que llevaba, colocándola encima de la otra prenda, tenía una gran mata de pelo rubio que ocultaba su rajita.



- Espera un momento - le dije antes de sentarse.

- A partir de ahora cada vez que estemos solas en casa iremos desnudas, tienes que acostumbrarte a mostrarte desnuda con naturalidad, ahora date una vuelta despacio quiero que me muestres todo tu cuerpo.



Tardo casi un minuto en reaccionar pero acato la orden, lentamente fue dando una vuelta, tenia un culito duro y respingón, un poco más grande que el mío, seguro que los chicos se morían por meterla por ahí, cuando dio la vuelta entera paro y agacho la cabeza.



- Bien hermanita esto tiene que desaparecer o al menos casi todo - le dije mientras pasaba la mano por su vello. Ella dio un respingo al notar el contacto.

- Ven acompáñame al baño - le dije agarrándola de la mano y tirando de ella.



Cuando llegamos la senté en el aseo, se quedo quieta mirándome desconcertada con sus manos tapando el pubis mientras buscaba la maquinilla y la espuma. Cuando la encontré me agache delante de ella y le intente abrir las piernas, ella ofreció resistencia



- Hermanita lo hago por ti, no lo pongas difícil, ¿de verdad crees que me gusta verte así?, sabes tan bien como yo que me gustan los tíos, no las tías.



Cuando iba a probar otra vez a abrirle las piernas ella la abrió por voluntad propia, por primera vez vi su rajita, la tenía pequeña, rosada y muy cerrada, nada que ver con la mía que estaba ya muy abierta.



La verdad es que si le estaba gustando, nunca había estado con una chica, ni siquiera había pensado en hacerlo jamás por más que se lo había propuesto su novio, pero hay, con su hermanita allí abierta de piernas, y con una actitud tan sumisa le estaba calentando en sobremanera.



Cogió un poco de espuma, y la echo sobre su vientre, ella reacciono aguantando la respiración, luego la esparció por todo el vello de su pubis, mientras lo hacia no hacia nada más que dar respingos.



- Hermanita, tienes que acostumbrarte a que puedan tocarte aquí - le dijo mirándole a la cara mientras le esparcía la espuma de afeitar.

- ¿Acaso te comportas así cuando te masturbas?, porque serás un poema.

- Yo..., yo no me masturbo.

- ¿Nunca?

- No, nunca.

- Pero sabes ¿no?

- No - dijo cabizbaja.

- Joder hermanita, ¿también te voy a enseñar a masturbarte? Joder, sino sabes darte placer tu misma como pretendes que lo demás lo hagan.



Ella agacho la cabeza, ummm no sabía que era tan mojigata, ¿como con su edad no había estado con ningún chico?, joder yo ya llevaba haciéndolo cinco años a su edad, ¿ni siquiera sabe masturbarse?, yo me masturbaba cuando tenía doce años, esta niña esta retrasadísima. Todas las preguntas le daban vueltas en su cabeza mientras rasuraba su pubis. Dejo una pequeña línea de vello, era un delito que una chica rubia o pelirroja no se quedara una línea de pelo que lo corrobore, más me gustaría a mi tener un pelo tan precioso.



Miró la rajita de su hermanita cuando hubo terminado, admirando su trabajo, estaba perfecta, preciosa, un pequeño brillo asomaba entre sus labios, la miro a la cara estaba totalmente colorada y con los ojos cerrados.



Mmmm ¿a que debe de saber sus juguitos?, los suyos le encantaban, además son unos juguitos vírgenes, sin pensárselo dos veces más paso dos dedos por la raja de su hermanita, recogiendo parte de ellos, al sentir el contacto abrió los ojos como platos, le llevo uno de los dedos a su boca.



- Pruébate, esto es lo que rezumas cuando estas excitada

- Yo no estoy...

- No puedes negar que estar excitada, tu rajita y tus pechos te delatan. Estate tranquila es normal que lo estés, te he estado tocando mucho tiempo en tu rajita, yo también me excito cuando me depilo.



Le miró a los ojos algo avergonzada, luego abrió su boca y le chupo el dedo que le ofrecía, su cara no mostró asco como con la leche de su novio, parecía que le había gustado desde el principio. Mientras la observaba lleve el otro dedo mojado de su esencia a mi boca, eran realmente deliciosos un poquito más salados que los suyos pero deliciosos.



- Aprovechemos que estas excitada para enseñarte a masturbarte.

- Quiero que me prestes mucha atención, si quieres masturbarte y no estas lubricada como ahora...

- ¿Lubricada?

- Si hermanita, que tu rajita este seca, ¿comprendes?

- Si

- Si no esta lubricada, primero tócate hasta que lo estés, ¿que zona tienes más sensible?

- Mmmm, supongo que mis pechitos.

- Bien tócatelos.

- Si - empezó a tocárselos como el que toca un abrigo o un muñeco.

- Joder hermanita, así no.



Le aparte las manos, y los cogí con las mías, eran perfectos de tamaño, abarcaban toda mi mano, los amase, pese a su edad estaban duritos, acaricie toda su superficie lentamente hasta llegar a sus pezones, luego acaricie su aureola con un dedo haciendo círculos mientras le miraba a los ojos, en pocos segundos empezó a gemir y cerró los ojos, con dos dedos jugué con sus pezones, friccionándolos, pinzándolos y tirando de ellos, sus gemidos aumentaron de volumen, en menos de un par de minutos empezó a convulsionarse, miré a su cara, estaba preciosa en su primer orgasmo, puse mi mano debajo de su rajita para recoger todo el juguito que pudiera y no se desperdiciará tan divino manjar cayendo en la taza del inodoro.



Tuvo un orgasmo muy intenso y largo, los juguitos inundaron mi mano rápidamente, no estaba dispuesta a que se desperdiciará nada, lleve mi boca a su rajita y los tome, estaban incluso más deliciosos conforme salían de ella, seguramente no le gustara que lo haga, pero en el estado que esta dudo siquiera que se de cuenta, no sabía que pudiera resultar tan excitante el sexo lesbico, tendré que aceptar hacerlo con otra mujer la siguiente vez que me lo proponga mi novio, ¿o quizás solo me gusta porque se trata de mi hermanita?.



Cuando termino su orgasmo tardo un gran rato en que su respiración se normalizara y volviera a abrir los ojos, no deje de mirarla en todo momento, era realmente precioso el orgasmo femenino, parece mentira que hasta hace unos minutos no la había ni siquiera desnuda y ahora había compartido su primer orgasmo.



- Te ha gustado ¿verdad? - le pregunté nada más abrió los ojos.

- ¿Que ha sido eso?, Dios ha sido increíble.

- Eso es un orgasmo, es el clímax del sexo, tienes que intentar llegar a él cada vez que lo hagas, o cuando quieras, jejejeje, ahora ya sabes hacerlo.

- ¿Y puedo hacerlo cuando quiera?

- Claro, ahhh mira te guarde unos pocos de tus juguitos, sabes produces muchos, muchos más que yo - dije mostrándole mis manos.

- ¿Eso es malo?

- Claro que no.



Acerque mis manos a su boca y ella sin ningún pudor lamió mis dedos, como si fuera una gata, dando grandes lametazos a lo largo de mis dedos. Cuando quedaban pocos juguitos llevo cada uno de mis dedos a su boca y los relamió.



- Ufff que rico esta gracias por guardármelo, mierda, no te he dejado nada - dijo cuando termino de lamer mis dedos.

- No pasa nada ahora te enseñare otra forma de masturbarte y los tomare yo, ¿quieres?

- ¿Puedo hacerlo ya?, ¿no tengo que esperar un rato?

- Eso es solo para los chicos, nosotras podemos encadenar orgasmos tantos como queramos.

- Bien explica - parece que su timidez se había esfumado.

- La forma que lo has tenido es la más inusual, normalmente no llegamos al orgasmo solo con eso.

- ¿De verdad?, ¿entonces yo porque... - parecía preocupada.

- Tranquila, era tu primera vez y seguramente tengas los pechos muy sensibles, ojala pudiera yo calentarme con tan poco - pareció tranquilizarse un poco.

- Mira esto si que te puede llevar al orgasmo fácilmente -Le roce el clítoris, no pareció importarle, solo miraba mi dedo.

- Empezare yo pero luego seguirás tu vale.



Sujete su clítoris con dos dedos y lo friccione, ella gimió, fui moviendo mis dedos tal y como había aprendido en mis largas noches sola, pronto su rajita volvió a estar húmeda, tenía la cabeza echada hacia atrás con los ojos cerrados, sus gemidos inundaban la habitación, sino paraba pronto se volvería a correr, haría que terminara le encantaba verla moverse y sus gemidos me excitaban. Pase un dedo por su rajita y lo humedecí con sus juguitos, y me lo lleve a la boca, fui masturbándola mientras tomaba juguitos con mi dedos, al tercer dedo que llenaba su cuerpo empezó a temblar, la masturbe más fuerte hasta que empezó a venirse, volví a meter mi cabeza en su entrepierna y a tomar su venida.



Dios fue maravilloso, tuvo otra intensa corrida, mi lengua no daba a basto con tantos juguitos,

su cuerpo temblaba sin parar y sus gemidos no cesaban mientras mi lengua recorría toda su rajita ávida por encontrar más manjar que tomar.



La observe de nuevo mientras se recuperaba, estaba sudada, su pelo alborotado, pero era la vez que la veía más guapa. Cuando volvió a recuperarse la sonrisa de su boca era plena, no la había visto tan feliz en su vida, no podía estar más preciosa.



- Dios es maravilloso, ¿como no me enseñaste esto antes?

- No preguntaste - reí.

- Lo siento no vi mucho, tuve que cerrar los ojos

- No pasa nada ahora lo haremos juntas

- ¿Qué es eso que tienes ahí? - preguntó señalándose la barbilla. Dios no puede ser, ¿como no me he dado cuenta?, ¿se enfadará conmigo si sabe que la he chupado?

- Ehhh, es tu fluido, dijiste que lo tomará, ¿recuerdas? - tuve que responder algo rápido su mirada estaba clavada en mi.

- Claro, te lo debía de antes, ¿moje mucho?, ¿tuviste suficiente?, no quiero ser desagradecida, estas haciendo mucho por mí, sino tuviste suficiente la próxima vez lo tomas de nuevo ¿vale?, pero guarda un poquito para mí - dijo feliz quitándome su juguito de mi cara con su dedo y llevándoselo a la boca.

- Si mojaste mucho, tuve suficiente hermanita, el siguiente lo compartiremos, o mejor tomaremos del mío.

- ¿Del tuyo?

- Si ahora yo me masturbare, así veras como lo hago, sino volverás a cerrar los ojos y nunca aprenderás - reí y ella me acompaño.



Cogí una toalla y la extendí en el suelo, me senté en ella con las piernas abiertas, palmee la toalla para que se sentará delante mío, entre mis piernas, ella lo hizo sin dudar. Estaba muy húmeda y viendo a mi hermana como miraba fijamente mi rajita me hizo excitarme en sobremanera.



- Bien hermanita, yo me masturbaré, mira todo lo que hago, estate atenta, haré todo lo que te hice a ti, además me meteré unos dedos, si te apetece participar no te cortes.

- No, no creo que no participaré, ¿no te importa no?

- No claro que no, entonces solo mira, no pierdas detalle.

- ¿Para que te meterás los dedos?

- Se siente muy rico, ya lo veras cuando lo pruebes, pero mejor la primera vez será mejor que te lo haga yo para que no te hagas daño, no quise hacerlo por si era demasiado violento para ti.

- Estoy un poco húmeda, ¿lo quieres probar?



Pase un dedo por mi rajita y lo llene de mis juguitos, lo lleve a mi boca bajo la atenta mirada de mi hermanita, vio como relamía mi dedo y me miró mi rajita, me volvió a mirar y se inclino hacia delante y metió un dedo en mi rajita, me sobreexcito verlo hacer, recogió muy poco, luego mi miró, hice un gesto de afirmación, miro al dedo y se lo llevo a la boca.



- Esta muy rico también, es menos saladito que el mío, me encanta, ¿puedo tomar más?

- Claro coge todo el que quieras, toda esta corrida si quieres la puedes tomar.

- Gracias - dijo con una gran sonrisa llevando otro dedo a mi rajita.

- Sabes sabe mucho mejor si lo tomas mientras sale, por lo menos la leche de los hombres pasa eso - le comente mientras tomaba mis jugos de su dedo, puso una cara de asco al oírlo.

- ¿Estas segura?, nunca lo probé, pero estoy segura que será así - Me miró para ver si le estaba mintiendo.

- Si no quieres da igual, coge con el dedo cuando me venga, pero mucho se desperdiciara y caerá a la toalla.



Cerré los ojos y empecé a tocarme el pecho, estaba muy húmeda, no tardaría mucho en correrme estaba muy caliente por todo lo que había vivido esa mañana, de pronto note algo húmedo en mi rajita, abrí los ojos y vi a mi hermanita con su cabeza en mi entrepierna, levantó un poco su cabeza y me miró fijamente



- Tienes razón esta más calentito y sabe mucho mejor.

- Ves hermanita debes confiar en mí, de esto se mucho más que tu.

- Cuando te corras, ¿me dejarás tomarla toda así?

- Claro hermanita, siempre que tú me dejes hacerlo a mí.

- Pues claro.

Dio una segunda lamida haciéndome suspirar y se puso de nuevo erguida mirando fijamente mi rajita.

- Cuando quieras hermana.

- Atenta.

Lleve una mano a mi pecho y otra a mi clítoris, Dios como me había calentado sus lamidas, estaba tan caliente que no tardaría ni cinco minutos en acabar, cerré mis ojos y centre todos mis sentidos en aquella masturbación, note como se humedecía mi vagina, un dedo recogió mis flujos, por Dios como me esta poniendo mi hermanita, de pronto note una mano en mi pecho libre, lo tocaba con timidez, abrí los ojos, le sonreí, se había sentado al lado mía y miraba mi rajita desde su nueva posición.

- Céntrate en tu rajita hermana, si quieres yo puedo seguir con tus pechos - me dijo sonriendo.

- Gracias.

Me tumbe en la toalla, y volví a cerrar los ojos, lleve la mano de mi pecho a mi rajita e introduje dos dedos, pronto se llenaron de mi juguitos, mis pechos eran atendidos por las dos manos de mi hermanita, no lo hacía del todo mal, dibujaba círculos con su dedo en mi aureola, y pellizcaba de vez en cuando mis pezones. No se cuanto tiempo dure pero note como me iba a correr en pocos segundos.

- Hermanita ya viene - le informe y saque mis dedos.

Pocos segundos después note su lengua en mi interior, eso hizo que me viniera al instante, cada lamida de ella era casi un nuevo orgasmo, no había sentido nada igual en toda mi vida, no se cuantos orgasmos seguidos obtuve, después del cuarto perdí toda capacidad de poder contar. Cuando me recuperé vi a mi hermana mirándome preocupada.

- ¿Qué te ha pasado?, quedaste casi inconsciente.

- Ha sido divino hermanita, tu lengua me ha llevado al cielo

- De verdad, estaba a punto de llamar a la ambulancia.

- Ven hermanita te quitare esa preocupación.

Por primera vez desde que la había rasurado, la rajita de mi hermana estaba seca, de verdad estaba preocupada por mi, debía agradecérselo. Agarré sus pechos con dulzura y los amase haciendo círculos, ella empezó a gemir, era verdad que tenía los pechos muy sensibles, seguí jugando con sus pezones, cerró los ojos, lleve su mano a su rajita, cogí dos dedos y se los introduje, fui guiando sus dedos en el interior, sus gemidos aumentaron gradualmente, en pocos segundos su rajita volvía a estar completamente húmeda, lleve mi boca a su pecho, y jugué con mi lengua y sus pezones, ella abrió unos segundos sus ojos y me sonrió, aceleré el ritmo de sus dedos y volvió a cerrarlos, de pronto empezó a temblar saque sus dedos, y baje mi cabeza a su entrepierna, abrí sus piernas lo más que pude y ya sin ningún temor, deje de lamer solo los labios como en las otras ocasiones y entre mi lengua lo más profundo que pude mientras no dejaba de masturbar su clítoris con mi mano, en escasos segundos me inundo con su néctar, no deje de masturbarle en ningún momento, no se cuanto tiempo pasamos con su inagotable corrida, pero estaba segura que más de cinco minutos había durado.

Acabo extasiada, tumbada en el suelo con los ojos cerrados, respirando profundamente, ahora entendía la preocupación de mi hermanita, casi parecía que estuviera en coma, pasó más de dos minutos en la misma posición antes de volver a abrir los ojos

- Dios esto ha sido increíble, mucho mejor que los dos interiores, porfa hermanita ya se que no te gusta hacerlo, que te gustan los chicos - ya no estaba segura de esta afirmación -, y solo lo has hecho hoy para enseñarme, pero podríamos hacerlo de vez en cuando, porfa prometo hacerte la cama si quieres todos los días, pero dime que haremos esto más veces.

- Tranquila hermanita, repetiremos, no hace falta que me hagas la cama, solo con una condición.

- ¿Cual? - preguntó incorporándose con los codos todavía con las piernas abiertas.

- Solo siempre y cuando tú también me lo hagas a mí.

- Claro, claro.

Bostezo, y vi cansancio en sus ojos, debía de estar agotada, ¿cuanto tiempo llevarían en el cuarto de baño?, ¿cuantas veces se habría corrido?

- Ven hermanita, recojamos esto y durmamos un poco, seguro que estas agotada.

- La verdad que un poco si

Me levante y ayude a levantarse a mi hermanita, recogí la toalla del suelo y la eche al cubilete de ropa sucia, mi hermana se quedo mirando, pase al lado de ella y le pase un dedo por su rajita hasta llegar a su pecho, ella no hizo ningún gesto para apartarse, ni ningún aspaviento.

- Vamos pequeñaja, ahora ya sabes como siente una mujer - ella me respondió con una sonrisa.

No parecía la misma que había entrado esa mañana en su habitación, tan tímida e insegura, ahora parecía más decida, más segura de si mismo, incluso más femenina, su relación había cambiado estaba seguro de ello, ahora confiaba más en ella y estaban mucho más unidas. La cogí de la mano y la lleve a su habitación, me pare delante de su puerta, ella entro, se tumbo en su cama sin quitar siquiera la colcha y cerró los ojos. Fui a mi habitación, vi su biquini encima de mi cama, lo cogí, ya estaba seco, ¿tanto tiempo habríamos estado en el cuarto de baño?, miro el reloj, las once nada más, recordó que se había roto hacia una semana cuando se cayó en un cuando su novio la poseyó junto a la estantería, sonrió al recordarlo, metió el biquini en mi cajón de ropa interior, lo guardaría de recuerdo.

Estaba agotada, se tiro a la cama algo se clavo en su espalda, lo sacó era su vibrador, estaba extasiada hoy no lo necesitaría, no tenía ganas de bajarse de la cama para guardarlo, lo metió bajo la almohada, ya lo guardaría más tarde, y cerró los ojos. Cuando estaba a punto de coger el sueño, notó como algo le rozaba la mejilla.

- Gracias hermana - oyó junto a su oreja casi entresueños.

Tras ello noto como la besaban en la mejilla, se tumbaban junto a ella, y la abrazaban por la cintura. Noto apenas un minuto antes de caer en un profundo sueño, como los pezones del pecho de su hermanita le rozaban en su espalda y su aliento le hacia cosquillas en su cuello.

FIN DEL CAPITULO 1.

Espero que os haya gustado, si quereis contactar conmigo con vuestra opinión o como quereis que continue, o con lo que sea mi correro es: Jayro@hotmail.es


me gusto el relato y lo comparto saludos

1 comentario - la mojigata (masturbacion)

elipsus
gracias por este relato