Pueblo Chico…infierno caliente 5

El aburrimiento y el clima frío impulsan a buscar contactos sociales con urgencia; en otro caso solo quedan una buena señal de TV satelital, internet y los libros. Eso puede ser bueno cuando la nieve llega a la ventana, pero cuando es posible hay que romper la monotonía. La gente se junta en las casas, hacen asados, alguna que otra guitarreada, o simplemente toman algo y charlan.
En una de esas ocasiones cinco colegas se habían juntado para una reunión de hombres en los que el póker y el whisky eran la excusa. Bien entrada la noche, cuando los tragos hacen su efecto, la charla comenzó a girar en temas viriles y escatológicos; no faltaron los cruces de información sobre las “presas” disponibles y habilidades especiales de las candidatas. Uno no debe hablar de sexo con varios Whiskies en la bodega, por lo menos si no quiere agregar gratuita calentura; Sergio miró a Marcos y le propuso:
-Y si llamamos a Zully?

Zully es una colega de la que estos dos delincuentes hablaban maravillas; gorda y no muy agraciada debía sumar habilidades y talento para que su nombre se mencionara en una charla de putas. Es cierto que siempre era muy jocosa y desenfadada, hablaba con doble sentido y, como al pasar, solía hacer propuestas que uno tomaba a broma.
Sin mediar palabra, Sergio mandó un mensaje de texto diciendo: “vení a casa de Juan a tomar algo, estamos preparando una fiesta”. Casi de inmediato llegó la respuesta aceptando la invitación; lo que Zully no se imaginaba era que sería la agasajada y el plato principal.
No pasó mucho rato cuando la invitada cruzó el umbral y exclamó en tono jocoso:

-Ohhh, tantos hombres para mi sola!!!! ¿Quién mas viene?
-Varios mas –dijo jorge- que ya deben estar por llegar, tomemos algo mientras tanto!
Fernando preparó un trago de generosa medida y lo puso en su mano.

-Uy no, el whisky me pega mal y me pongo loquita…
Fernando le guiñó el ojo y dijo: -No hay problema estás entre amigos que te van a cuidar!

Y así se sucedieron un par de brindis en los que la jocosidad y las propuestas subidas de tono fueron poniendo condimento; fue Jorge el que le propuso a la invitada bailar para los amigos y Zully, ni lerda ni perezosa, comenzó a moverse sugestivamente entre carcajadas. Los amigos hicieron palmas y alentaron con risas festejando sus ocurrencias; hasta que finalmente Sergio comenzó a gritar que se sacara algo de ropita para el show.
Con un movimiento fluido y gatuno se desprendió de la ropa y, finalmente, quedó bailando solo en una tanga que se perdía entre sus carnes; todos menos Fernando se levantaron y comenzaron a bailar eróticamente y acariciar su cuerpo, sobre todo esas enormes tetas que se bamboleaban laxas y apetecibles.
Fernando permaneció sentado y silencioso, de cuando en cuando, apuraba un trago y observaba como sus amigos sometían a la gorda a un obsceno manoseo; Zully respondía nada renuente a tantas atenciones, en su cara podía verse su glotonería de sexo en esas mejillas encendidas.
Veía de reojo a Marcos y Jorge mordisquearle las tetas, mientras Sergio y Juan le arrancaban la tanga para toquetear sus orificios; Fernando atinó a extender en gran sofá cama y sugerir que la acostaran en él. Ahora con Zully desparramada y caliente en el sofá, los cinco amigos manosearon y besaron todo su cuerpo sin resistencia; era evidente su entrega en el brillo de los jugos que, a raudales, emitía su depilada y colorada vagina.

-Ustedes son tramposos, siguen vestidos y yo toda desnuda!!

Sergio le dijo que se pusiera de cuatro patas hacia la cabecera y sacara los tesoros primero; caliente y divertida comenzó a hurgar en cada bragueta y sacar cada miembro erecto; a cada uno besó y lamió con la habilidad de una consumada alternadora. Solo cuando forcejeó en último término en las ropas de Fernando, miró a su rostro con sorpresa y sacándolo exclamó:
-hijo de puta, que pedazo de poronga!!!

Su mano apenas la abarcaba, pero inconscientemente le prodigaba caricias que aumentaban su rigidez. Frente a ella se extendía un respetable tronco, con una cabeza roma e hinchada que prometía una buena dilatación allí donde invadiera. Zully, con morbosa fascinación, abrió desmesuradamente su boca e intentó tragar el suculento manjar.
Los compañeros empezaron a quejarse cuando la fellatio se prolongó demasiado; a regañadientes la excitada mujer soltó y tiró de las ropas de los que aún no se habían desnudado. Se fueron turnando y por parejas penetraban boca y vagina con entusiasmo; literalmente, Zully fue rellenada de semen, a tal punto que recibió con desmayo a su último asaltante…que resultó ser Fernando.
Afónica de tanto gemir y tragar, la mujer expresó con voz quejosa y suplicante:
-no me voy a bancar ese pedazo, dejame solo chuparla!!
-Eso sería injusto, ya le diste a todos, y te prometo que te va a gustar! Ponete de espaldas!

Sin dejar de mirar el respetable tronco se acomodó de espaldas y abrió lentamente las piernas; sabedor de cómo obrar, Fernando frotó la punta de su pene a lo largo de esa repleta de semen, y por tanto muy lubricada, y llegó el punto en que la excitada mujer pedía a gritos que la metiera. Veintidós centímetros de endurecido músculo se sumieron en la lubricada vagina, mientras su propietario babeaba de gusto al sentir las contracciones que lo oprimían entero; después de la sorpresa inicial la mujer pareció encontrar el ritmo y susurraba incoherencias, abrazando con apremio el cuerpo que la agasajaba a puntazos. Durante quince minutos solo se escucharon los jadeos y grititos de Zully y la respiración agitada de Fernando buscando el clímax; finalmente la naturaleza se impuso y de la intrusa cabeza surgió un tremendo chorro de semen caliente.
La observación del placer de los otros pronto los arrastró a la insania; cerca de quince veces Zully recibió el contenido de los testículos de sus amigotes. Hasta que finalmente abatidas todas las fuerzas sostenidas por la excitación y el deseo, Zully suplicó con voz apesadumbrada:
-Chicos, me están matando, si no me dan respiro me muero!
-Todavía queremos más gordita! Dijo Jorge exhibiendo su instrumento presentando armas.
-Esperen, esperen, ¿Por qué no invitan a Sonia? Si quieren yo la llamo!

Y cinco sonrisas lujuriosas asintieron aprobando la propuesta.

- Hola Sonia, te llamo para invitarte, estamos en casa de Juan haciendo una fiesta, vení que te va a encantar!

Con alivio escuchó la aceptación de Sonia y cortó la comunicación. Así los complotados prepararon la escena y apagaron todas las luces menos una pequeña lámpara; Zully permanecía aletargada en el sofá mientras los amigos debatían de cómo recibir a la nueva invitada.
Cuando los golpes de la puerta anunciaron la llegada, Juan abrió la puerta de la oscura habitación y le franqueó el paso; cuando Sonia estuvo dentro y la puerta se cerró, Sergio prendió las luces:
-SORPRESAAAA!!!

Y en verdad Sonia tuvo un segundo de sorpresa al ver a una desnuda Zully sonriendo en su fatiga y, mucho más quizás, de ver a respetables colegas esperarlas con sus miembros en ristre; pero más sorprendido estuvo el grupo cuando Sonia tomó el miembro de Juan y exclamó:
-Que ricooooo!

Fue una suerte que Sonia solo tuviera un vestido ligero y fácil de sacar, de lo contrario le habrían arrancado la ropa; Juan, Jorge, Marcos y Sergio se arrojaron sobre ella con un rugido de lujuria. Cada uno de ellos trató de apoderarse de alguna parte de la mujer menudita y morena con el solo afán de provocarse el mayor placer posible. Lo más sencillo fue ponerla a practicar su afición preferida, comer pijas de a una o varias con la voracidad de un vampiro.
Mientras sus amigos resoplaban de lujuria por el tratamiento bucal de Sonia, Fernando se apoderó nuevamente de la fatigada Zully; ayudándola a levantarse la condujo al baño y la ayudó a higienizarse, tanto tufo a semen ya repelía y la quería limpita. De alguna manera ella agradeció la galantería con una sonrisa y un beso.
Concluida la tarea fueron hacia la cocina donde le dio de beber agua y luego preparó dos generosos Whiskies; ya fortificado el espíritu y recuperado el aliento, la sensual gordita volvió a dar muestras de excitación a responder con todo calor a los abrazos y besos. Fernando la empujó a sentarse, con las piernas bien abiertas, en el bajo mesadas y se ocupó en lamer y chupar esa vagina gordita y lampiña.
A los estremecimientos y jadeos de Zully se unían los gemidos y exclamaciones del grupo que gozaba en el living; Fernando comía esa concha con maestría y un salvajismo calculado, a tal punto que la gordita parecía una torta caliente que se desarmaba. No tuvo que esforzarse mucho más por conseguir su propósito y la emisión de jugos marcaron dos estruendosos orgasmos. Mientras recuperaban el aliento vio como Sergio le daba bomba a Sonia, mientras esta se tragaba los miembros de los otros tres.
Ayudó a Zully a bajar hasta quedar de hinojos frente a su pene; no tuvo que pedirlo, la mujer bajó su complaciente boca y comenzó a manipularla con gran habilidad; tampoco se mezquinaba nada, Fernando pudo ver que con una mano se frotaba enérgicamente el clítoris. Ya bien excitado decidió satisfacer su más caros y perversos antojos, ubicando a Zully de cara a la mesa, ensalivó más su pene y lo dirigió al pequeño orificio entre las enormes nalgas.
Zully dio un grito aterrador al sentirse empalada y distendida por tremendo tronco; sus quejas y lamentos atrajeron la atención del grupo justo en el momento en que Sonia se había ensartado en la verga de Marcos, dejando expuestas sus deliciosas nalgas. Ante el estímulo, y aprovechando la posición, Juan se ubicó a sus espaldas apuntando su campeón al pequeño ano; Sonia lanzó un alarido tan vano como sus intentos de librarse de sus dos asaltantes, los dos hombres sujetaron su pequeño cuerpo y continuaron su vaivén de mete y saca.
Excitado por la visión Jorge tomó la cabeza de la pobre Sonia y dirigió su pene a la boca, ocupando el último orificio disponible. Eso dejó al pobre Sergio mirando, por lo que corrió hacia Fernando y Zully y exigió:
-Hay un agujero libre y lo quiero!

Fernando sacó su enrojecido miembro y levantó a una Zully que aún no había comprendido la magnitud del pedido; solo cuando Fernando la obligó a ensartarse en la verga de Sergio y este la atrajo hacia su pecho, suplicó muy vehementemente:
-Los dos juntos? Nooo, por favor!!!

Hubo menos dificultades porque su ano ya estaba bien dilatado; ambos hombres podían disfrutar de las contracciones de músculos y carne caliente, sentían como algo exquisito los dos falos frotarse solo separados por tenue membrana. Zully no pudo permanecer insensible por mucho tiempo a este tratamiento, sus quejidos fueron reemplazados por suspiros y movimientos que facilitaron la entrada de los dos miembros. Después de batallar un buen rato, Fernando dio un hondo suspiro y lanzó tres chorros de semen en sus entrañas; retirando su miembro se levantó para higienizarse, dejando a Sergio mayor libertad de movimientos.
A su regreso pudo ver como Juan y Marcos aceleraban sus movimientos lanzando al aire gemidos de placer, que los asemejaban más a bestias heridas que a expresiones humanas. Y así la grácil Sonia sintió sus cavidades inundadas por chorros de leche.
El único insatisfecho, al parecer, fue Jorge; y no estando dispuesto a quedar así, literalmente arrebató a la mujer de los brazos de sus amigos y, levantándola en vilo la ensartó sujetándola bien levantada del piso. En unos segundos Sonia rebotaba arriba y abajo hasta extraer la última gota de semen del desesperado compañero.
Durante otra hora los enajenados continuaron procurándose placer de esos cuerpos maltrechos; hasta que finalmente el cansancio impuso la cordura. Las lavaron y mimaron; las llevaron a sus casas y Fernando debió ayudar a Sonia, que apenas podía caminar.
El resto de la semana las dos mujeres miraban con ensoñación cada vez que se cruzaba con alguno de los bandidos. Y fue una suerte que ninguna de las dos tuviera novio o marido, porque seguramente se habría dado cuenta, por el lastimoso estado de sus cavidades, que uno o varios intrusos habían traspasado sus puertas sin permiso.

3 comentarios - Pueblo Chico…infierno caliente 5

Lady_GodivaII
el infierno tan temido...
Nicolasur2000 +1
El ocio es la madre de todos los vicios
Belona00
excelente relato!... dejo puntos.. me encantó
erebo1984
Muy bien... Lo que puede la soledad...