Secretaria ejecutiva de piernas inolvidables – Verónica

Trabajamos juntos en una empresa, ella era la secretaria del dueño, un extranjero que venía cada 6 meses al país. Yo llevaba toda la parte informática de la empresa. Siempre hubo buena onda entre nosotros. Verónica era bajita, con una nariz afilada, pelo castaño, liso que le llegaba a la cintura, tetas normales pero un culo y unas piernas increíbles. Ella era consciente de esto y rara vez usaba pantalones, siempre estaba de minifalda y camisas o blusas.


Hace rato me venía pidiendo un software para usar de agenda, pero nada de lo que había en el mercado le gustaba, porque no ordenaba así o asa, porque no puedo guardar esto o aquello. Tanto me rompió las bolas, que me puse a programar y le hice uno a medida, cuando lo termine estaba contenta y me lo agradeció, pidiéndome un último favor, quería tener una copia en la casa, en su compu.


Me pregunto cómo se instalaba, y pensé “ahora sí”. Le dije que era un kilombo, que con gusto iba y se lo instalaba, pero tenía un costo “Tenes que cocinarme algo rico”, me miro, se rio y me dice “Bueno, venite a las 8 de la noche, mientras lo instalas, yo termino de cocinar”. Pensé bárbaro, ya estamos adentro, veremos cómo sigue.


Era una mina de familia de guita, vivía en una torre, en depto. grande, en el centro de la ciudad. Fui a las 8, y me abre la puerta estaba para matarla, blusa a medio abotonar sin soutien porque cada vez que se movía las tetas rebotaban contra la blusa, minifalda bordo y medias negras que resaltaban esas piernas monumentales, tenía el pelo recogido con una hebilla tipo cola de caballo.


Me va a dar un beso, me adelanto y le doy medio pico medio beso y me dice “no seas ansioso”, riéndose. Se da vuelta para cerrar la puerta, le miro el culo y se veían los bordes de una tanga minúscula. Me ve y se ríe “¿ qué pasa?¿ tengo alguna mancha?. “No”, le digo y agrego “estoy pensando cómo voy a salir de acá”. Me dice “Vas a salir bien, seguramente cansado” y agrega “lo digo, por el laburo de instalar el software”, riéndose descaradamente.


Termine mi laburo y nos pusimos a comer, yo había llevado el vino, nos tomamos las botellita completa, estábamos bien entonados.


Nos fuimos al sofá a tomar algo mas etílico, se sienta y me dice “no aguanto más estos zapatos, son nuevos” y se los saca, le digo que tengo buenas manos, que me de los pies y le doy unos masajes. Le agarre los pies y empecé a masajearla la planta de los pies y seguí con los dedos por las piernas y le digo “no te quiero enganchar las medias, te las voy a sacar” sigo con la mano hasta arriba ya adentro de la minifalda, hasta que llegue al portaligas. “voy a tener que sacarte la mini, así saco el portaligas” le agrego.


Le saco la pollera, ella se para y me ayuda, tenía una bombachita de seda roja y bordes negros, flojita al frente y ajustada por detrás. Estaba a punto de desmayarme, le desenganche medias y portaligas y se las saco ella. La paro frente a mí, abro mis piernas y hundo la cara en esa bombachita ya media humedecida, se la agarro con los dientes y empiezo a bajársela. Ella se va sacando la blusa y le agarro las tetas una con cada mano. Le meto la lengua bien dentro de la concha y le froto la nariz por el clítoris.


Me tiro para atrás en el sillón y la siento frente a mi sobre mis rodillas, le hago levantar las piernas y se las tengo con las manos tenia concha y orto a la vista, le pasaba la lengua, se la metía, le metía los dedos en la concha y en el orto. Casi acabo ahí nomás, pare me calme un poco, y volví otra vez a meterle los dedos tres en la concha y tres en el orto, gemía, y me decía “no pares, no pares” hasta que acabo. Se sienta frente a mi empieza a besarme, nos metíamos las lenguas hasta la garganta, me saca la camisa, yo la tenía agarrada con una mano en cada cacha. Nos paramos me agarra del cinto y nos vamos a la cama.


Se sienta, me saca el pantalón, yo tenía unos boxers blancos, que al tener la pija tan dura, hacían carpa y trasparentaban las pelotas, ella empieza a chuparme la pija y los huevos hasta que el boxer empapado ya era totalmente transparente se veía totalmente la pija y las bolas. Empezó a bajarlo y la pija salto cacheteándole la cara, me besaba las bolas y se pasaba la pija por la nariz, agarro la copa de bebida que estábamos tomando, mojaba la pija con licor y la chupaba hasta el fondo, succionando y haciendo vacio cuando su nariz me tocaba el ombligo.


Estaba casi atragantada, le sentía la respiración fuerte debajo de mi ombligo, con los dedos de una mano me masajeaba los huevos y con los dedos de la otra la paso debajo de mis huevos y me metió el dedo en el orto. Me apretaba contra su cara, estaba como desesperada. Llego un momento que no aguantamos más y me dice “cogeme, cogeme la concha, después hace lo que quieras”. Me senté, la agarre la puse de espaldas y le dije “sentate y ponela en la concha”. La agarre de la panza, la levante y sin sacársela la puse en 4 patitas y empecé a bombearla. Le metía los dedos en el orto 3 dedos, y después los cinco, ese ojete ya estaba a punto.


Ella pego una buena acabada con un buen grito y me decía “ seguí, por favor, seguí”. Mientras abrió un cajón y saco lubricante y me lo paso “poneme bastante, en el culo” me dijo. Le puse un buen chorro y le metí los dedos casi hasta los nudillos, ese ojete jugosos, relajado, chorreaba aceite por todos lados. Le dije “vení”, se la saco de la concha y me acuesto de espaldas, ella agarra el aceite y me pajeaba rápido.


Le digo “sentate de espaldas y ponete la pija en el culo”. Se puso en cuclillas, puso la cabeza y se largó, entro completita. Le digo “abrí las piernas y acóstate sobre mí”. Se acuesta y empiezo a bombearle el ojete, ella me agarra las manos y me las lleva a la concha, así mis manos y sus manos le daban masa a esa conchita, empapada.


Levanto las piernas y las dejo colgadas, sentía las cachas contra los huevos, ella dejo caer la cabeza y me metía la lengua en la oreja. Manoteo un vibrador rosa que tenía en la mesa de luz, y se lo pasaba por la concha, subo mis manos y le agarro las tetas, se las aprieto y le pellizco los pezones. Se pega otra acabada, le digo “ te voy a acabar en la boca” y me dice “Si, dame esa lechita calentita amor, me la quiero tragar”.


La saco y le digo que me la chupe, succionaba y me apretaba las bolas, con las uñas me rascaba atrás de las bolas, entre el ojete y las pelotas. Le pego el lechazo y otro y varios más. Se le llena la boca de leche, le chorreaba por los costados, me la chupo y se tragó hasta la última gota.

Le digo “que linda puta que sos” y me contesta “cuando estoy en la cama con mi hombre, soy la más puta de todas”. Nos fuimos a bañar y jabón va, jabón viene, arrancamos otra vez.

1 comentario - Secretaria ejecutiva de piernas inolvidables – Verónica

Federongo
La puta madre que buen relato!!