La profe de Inglés

Hola chicos, este fue el primer relato que hice, es viejito, hoy escribo mucho mejor.
Se los dejo para que lo lean.
Besitos.

Lorena se llama mi profesora de Inglés del secundario. Tenía ella en ese entonces 26 años, era rubia, de un 1, 70 metros, su cintura era estrecha, tenía tetas grandes y una cola redonda y bien formada. Mis compañeros morían por ella. Siempre decían las cosas que le harían en la cama si se daba la situación.
Yo tenía 18 añitos, y si bien la profesora me caía bien, porque encima era simpática la mina, nunca me imaginé lo que me iba a pasar esa noche.
Salí al pub al que iba siempre, fui caminando sola porque mis amigas ya estaban esperándome allí, yo había tenido el cumpleaños de un familiar y no me pude escapar antes. A mitad de camino un auto me toca bocina – debe ser un calentón – pensé para mí misma, y esperé a que se viniera el grito obsceno desde arriba del vehículo. La bocina volvió a sonar, me di media vuelta para insultar a quien sea, pero ahí estaba ella, haciéndome señas que me subiera.
- Hola – le dije sorprendida.
- Hola – y se inclinó para darme un beso en la mejilla - ¿Qué haces sola? Es peligroso.
Le expliqué que iba para el pub, del cumpleaños, etc. Ella me dijo que me alcanzaba hasta el lugar, pero que antes tenía que ir a su casa a cambiarse, la profesora también iba a salir y quería cambiarse la ropa. Entonces fuimos a su casa.
Una vez adentro me invitó a pasar a su dormitorio. Yo seguía sorprendida, era solamente una alumna más para recibir tanta amabilidad. Me pareció descortés decir que no y entré con ella.
Lorena comenzó a desvestirse delante de mí, cosa que me dio mucha vergüenza, por más que las dos seamos mujeres, ella seguía siendo mi profesora de Inglés. Quedó con sus pechos al aire y solo una pequeña bombacha blanca. Ella me hablaba de no me acuerdo que cosas, yo estaba concentrada en sus pechos, eran redondos perfectos, sus pezones estaban erectos y eran hermosos, bien formados, eran lindos de mirar. Ella se dio cuenta que la estaba mirando y se los sujetó con ambas manos y me preguntó si tenía algo raro, como asustada, tal vez ella no se había percatado de algo. Le dije que no, que eran lindos y ella sonrió.
- Tomá, ponete esta remera a ver cómo te queda – me dijo.
Otra vez a pesar de la vergüenza tuve que aceptar. Le di la espalda y me quité la remera, no quería que me viera los senos.
Cuando me quedé con corpiño ella me hizo girar sujetándome por los hombros, dejándonos cara a cara, me dijo que no tenía nada que envidiarle, que mis pechos eran hermosos, y me propuso probarme un pantalón ajustado, así que también me tuve que sacar mi pantalón.
- Una vueltita – me pidió riéndose.
Yo giré. Ella aplaudió.
- Buena cola también, ¿tenés novio? – me preguntó.
- No.
Entonces se paró delante de mí y me dijo que no tenía que tenerle miedo a los hombres, que no sea tímida.
- Si no te los montás vos, se los va a montar otra – me dijo.
Cuando me dijo eso me acarició el pelo y se mojó los labios. Yo se los miré, eran labios lindos, rojos y carnosos pero no demasiado gruesos. Hasta su lengua me pareció perfecta.
- Con las mujeres pasa lo mismo – dijo – Si no te las cogés vos, se las va a coger otro.
Me abrazó por la nuca y me besó. Yo lo permití. La abracé y devolví el beso. Me atreví a introducir mi lengua en su boca. Fue un reflejo. Nuestras lenguas se acariciaron y ella suspiró. Yo la abracé suavemente por la cintura, esa cintura que mis compañeros tanto alaban. Era hermosa, podía rodearla toda. Ella me sujetaba con ambas manos por la nuca y no permitía que me alejara, me besaba apasionadamente entre gemidos y suspiros. Yo acaricié sus glúteos, eran firmes, suaves, redondos. Los apreté. Estaba muy excitada.
Lorena bajó su cabeza y comenzó a lamer mis pechos. Con su lengua recorría los alrededores de mis pezones, haciendo que estos se pararan. Con la punta de su lengua jugaba con ellos, haciéndome retorcer de placer. Bajó a mi panza. Me quitó la bombacha, y allí quedó mi sexo al desnudo, con su triangulito prolijamente depilado. Mi vagina ya estaba húmeda. Me empujó a la cama.
Separó mis piernas y en un solo movimiento colocó su cabeza entre ellas. Comenzó a lamer la línea de mi vagina de abajo hacia arriba, luego de arriba hacia abajo. Separaba mis labios vaginales con su lengua, que la sabía utilizar muy bien, y besaba mis labios internos. Con sus dedos separó mis labios y empezó a lamer mi clítoris. Jugaba con su lengua y sus labios mientras yo gemía y suspiraba de placer. Me estaba mojando tanto que me volvió a dar vergüenza. ¿Qué pensaría mi profesora de su alumna que se chorreaba tanto? Pero por otro lado el placer era tan grande que sin darme cuenta me encontraba sujetando su cabeza con ambas manos para que no se fuera de allí. Era muy placentero aquel acto. Era la primera vez que alguien me chupaba la concha, había perdido mi virginidad a mitad de ese año, pero nunca me habían hecho sexo oral. Por suerte para mí, Lorena sabía cómo lamer un clítoris, una vagina, sabía cuando pasar su lengua con fuerza, comprendía mis gestos corporales y sabía el ritmo e intensidad exactos para hacerme gozar. Además el solo hecho de tener la cara de la profesora entre mis piernas era motivo más que suficiente para excitarme.
Ella intentó subir su cabeza, pero yo no la dejé.
- Más, por favor, más – le dije.
Ella sonrió y volvió a su tarea. Me la chupó un buen rato, de varias manera, suave con sus labios, lamiendo todo con su lengua, agresiva mordisqueándome los labios, y moviendo la lengua como si estuviera tranzando con mi concha. Me la soplaba, la escupía, presionaba mis labios vaginales con sus labios y me los estiraba hasta que quedaban tensos y los soltaba. En un momento sentí unas cosquillas que bajaban por mi panza, y segundos después tenía en mi vagina un orgasmo intenso, que por suerte fue muy largo. Gemí en el momento final. Mis piernas temblaron, mi espalda se arqueó, y acabé despidiendo con fuerza flujo por mi orificio, esa fue mi primera eyaculación, mi primer acabada squirt. Había acabado en la cara de la profesora de Inglés.
Lorena se incorporó y me miró. Su cara estaba llena de mi flujo. Ella reía y yo a pesar de la vergüenza también reí.
- Me las vas a pagar – dijo.
Caminó de rodillas por la cama. Se sentó encima de mi cara dejando su vagina completamente depilada y suave sobre mi boca y comenzó a menearse. Introdujo uno de sus dedos en mi concha y me masturbó.
- Dale, chupa, chupa – me dijo entre susurros mientras se movía.
Yo nunca había chupado a una mujer. Abrí la boca y deposité mi lengua allí, ella se movía como si estuviese haciéndole el amor a mi cara.
- Si, así – decía entre gemidos – Chupa, chupa…
Yo la sujete por la cola con ambas manos y la traje hacia mí para poder chupársela mejor. Besaba su concha como si fuese la boca de mi primer amante. Ella se movía cada vez más rápido.
- Chupa puta, chupa – decía, y me excité muchísimo al ver que mi profesora de Inglés decía obscenidades en la cama.
Ella luego de unos minutos se detuvo. Dio un gemido que disfruté mucho. Y mi cara y mi boca se llenaron de flujo vaginal. Lorena había acabado en mi cara. Se movió suavemente por últimas veces y se recostó a mi lado.
- ¿Concha con concha? – me preguntó.
Acepté. Cogimos toda la noche.
Al otro día me llevó hasta mi casa.
El martes era el día de Inglés en el colegio. La tarea era leer un cuento en ese idioma. Y yo fui la primera en ser llamada al frente a dar la lección.

11 comentarios - La profe de Inglés

EL_PROFE25 +1
Muy bueno y caliente!
Gracias por compartir
guillotep_2009 +1
muy excitante.. mas para un hombre.. es la fantasia perfecta... gracias...
LuKe_SvD
Me encantó, lo disfrute mucho
cinexe
Genial y excitante mmm
SebastianSzabo88
Muy excitante. Me gusto mucho. Me gusta como escribís.
MORRISON087
Mmmm qué belleza.. yo necesito clases de inglés jajaja