De lo estético en el vello púbico


Reflexiones sobre el gusto por la pilosidad

Sobre las mujeres depiladas o las peludas se me ha creado una ambigua limitación para determinar mi gusto.
En realidad las mujeres de pubis muy abundante en pelo, son en principio, y siendo este pelambre exagerado muy exuberante para mí gusto.
Las totalmente depiladas tienen ese candor naif de las jóvenes aunque la muchacha tenga sus 45 años cumplidos
Están las rubias, castaño claras o pelirrojas donde la sedosidad de su bello púbico hace mínima su visión a los ojos voyeur de su amante.
Pero debo admitir que un pubis velludo y bien cortado en la entre pierna me es absolutamente grato a la hora de un cunnilingus.
Sentir esos vellos gruesos e hirsutos son realmente un placer inigualable a la hora de que la mujer se frota entre mis labios.
La otra cosa de remarcar es que a la hora de terminar en esos pubis las gotas de semen se pierden entre la fronda de vellosidad de una manera inigualable.
Lo mismo pasa cuando uno penetra un culo absolutamente lampiño y otro con su vellosidad externa. Es muy interesante esa contemplación del ano dilatado por el grosor de nuestra pija y los pellos achatados por el estro que ha mojado irremediablemente la zona.
La conclusión final es que me gustan las mujeres y sus propuestas. No podría negar que me gustan en ambas condiciones.
Más le diría que el vello púbico prominente hace más hogareño el vínculo, menos profesional. Realmente algo indispensable para vivir en un mundo acechado de cotidianeidad.

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