Una pequeña debilidad V

-Bendita sea la hora en que se lo quité -Pensó el viejo señor Muñoz luego de escuchar los excitantes gemidos de esa voluptuosa hembra una y otra vez, imaginándose como sería poseer ese hermoso cuerpo que todos deseaban tener, como sería penetrar esas carnes que se mostraban tan firmes y sabrosas debajo de las ajustadas prendas que solía utilizar para ir a la oficina, pensó en cada uno de los conjuntos con los que asistía, en el contoneo de sus caderas, en la forma como se acomodaba el cabello hacia atrás y se echaba algo de viento agitando las manos por el calor sofocante del verano, mientras en su soledad se prodigaba caricias hasta explotar de placer. - Pinches genios que inventaron estos aparatitos- decía al terminar su faena. - Abuelo!, cuando me devolverás el mp3?, el colegio es muy aburrido y es con lo único que me puedo entretener. - Decía Carlitos - el niño que había perdido a sus padres en un accidente y había quedado a cargo de su maniático abuelo. - Si te portas bien te lo devuelvo, entendiste? - No quiero otra queja de los profesores en una semana y lo tendrás. - Esta bien abuelo, no olvides tu promesa. - Decía el niño saliendo de su casa para jugar con sus amigos. Mientras su enfermo abuelo planeaba todos los detalles para chantajear a la ejecutiva y llevársela a la cama. ... Mi tía bajará en un momento, si desea puede pasar a esperarla, le decía el muchacho rubio al viejo. El señor Muñoz subió con dificultad los escalones de la puerta principal y se acomodó en uno de los amplios muebles de la sala, se admiró por lo ordenada y limpia que se encontraba, mientras Martín, el sobrino de Sandra se disponía a jugar al Play Station en su cuarto. Fue entonces cuando al viejo casi se le para el corazón, al ver a la Señora Rivera enfundada en uno de los trajes que usaba para ir a la oficina, se veía impresionante, con una blusa blanca que no podía contener sus hermosos y grandes senos y una minifalda de sastre que mostraba en toda su magnitud aquella Cola, que era más resaltada aún por los zapatos de tacón que usaba... - ¿Qué diablos quiere señor Muñoz!! - pregunto la ejecutiva, bastante molesta y con un gesto amenazador prosiguió - Ud. no me puede chantajear, yo llamaré a la policía en este momento y todo el mundo sabrá de lo enfermo que es, la primera que se enterará será su esposa, y aunque me de pena, también su pequeño nieto - Sandra conocía un poco sobre la familia del Señor Muñoz y esperaba que el viejo desistiera de su idea de chantajearla. -Esos ruidos que se escuchan en la grabación pueden ser de cualquiera, no son míos, yo nunca estuve con usted en esa situación - Gritó mucho más ofuscada, Martín dejó la consola para acercarse a las escaleras y poder escuchar lo que decían abajo. El viejo por su parte sólo esbozo una irritante sonrisa y una mirada penetrante, la cual sintió la ejecutiva y empezó perder la seguridad de lo que decía, esa mirada la ponía nerviosa, esa sonrisa burlona le hizo saber que al viejo no le interesa para nada su familia, sólo le interesaba saciar sus deseos con su cuerpo... - Mira hermosura, cuentale lo que quieras a todo el mundo, yo solo quiero decirte una cosa y me voy -Y se acercó un poco a la ejecutica, la tomó sutilmente de la cintura y le susurró algo que Martín no pudo llegar a oir. Para ella fué una eternidad, sentir ese horrible aliento sobre su hermoso rostro y esa mano arrugada que le rodeaba la cintura, tan cerca de sus voluptuosidades más deseadas por muchos hombres. -... Y será lo único que harás por mi - terminó el viejo no sin antes acariciar levemente la redonda y Firme Cola de la Señora Rivera que no atinó a decir nada, sólo se quedó ahí con la mirada perdida viendo como el viejo cerraba la puerta al salir, no pudo reaccionar hasta que Martín se le acercara y le preguntara si estaba bien. - Si cariño todo en orden - decía sin estar convencida de si misma - Tía que te dijo ese tipo, parecía bastante malo, estas muy sonrojada - Si??? - mientras se tomaba el rostro con las dos manos y luego acomodaba su sedosa cabellera hacia atras, haciendo que en su sobrino despertara mucho más ese fuego que tenía por su hermosa tia, al ver como resaltaban sus redondos senos queriendose salir de la escotada blusa. - Bueno me tengo que ir, debo arreglar algunos asuntos querido - Mientras le daba un beso en la frente despertándolo de su letargo. De más esta decir que el chico no perdió detalle del hermoso espectáculo que era ver caminar a su tía, ese contoneo de caderas que se hacían más resaltantes por los altos tacones que solía usar, era un sueño ver como ese angel se dirigía a la puerta de su casa, no sin antes voltear el rostro para capturar a su sobrino con la mirada perdida en su hermoso Cola - Martín por Dios, eres un pillo!, decía antes de cerrar la puerta... - El muchacho no perdió tiempo y se dispuso a apreciarla desde la ventana de su cuarto- la ejecutiva se había puesto unos lentes oscuros por el sol y caminaba hacia el auto negro que se había estacionado hace un momento antes frente a su casa. Maldición, no lo podía creer, era el viejo quien iba al volante, pero que le habria dicho?, que sería lo que su tía debía hacer por el?, era muy sospechoso, antes de subir pudo apreciar una corta conversación donde su hermosa tía le recordaba algo a manera de advertencia a lo cual el viejo sólo se dispuso a mover la cabeza a manera de aceptación, una vez dentro subieron los cristales y ya no se pudo apreciar más, sólo se oyó el motor del auto cuando daba la vuelta a la esquina dos calles más alla. Martín, luego de todo lo que sabía de su tía, no iba a quedarse con los brazos cruzados, sabía que esa no era la manera de tratar un asunto laboral y sin perder el tiempo tomo su skate y los siguió... El viejo mantenía la vista fija en el espejo retrovisor, podía apreciar las suculentar piernas que se mostraban reveladoras en esa minifalda de sastre que traía la hermosa ejecutiva. -Oiga concentrece que vamos a chocar... Decía la Señora Rivera mientras hacía una mueca por demás pícara. -Es que con usted al lado no me puedo concentrar mamacita Respondía el viejo mientras intercalaba la mirada en la pista y el retrovisor -Acuerdese Señor Muñoz, que quedamos en que simplemente tendría que darle unas clases a su nieto y me deja en paz. Decía la suculenta ejecutiva cruzando los brazos en señal de ansiedad, queria que todo eso termine ya, el viejo le habia hecho una propuesta que ella consideraba inocente, mientras él aún seguía tramando alguna artimaña para tenerla en sus brazos. - Claro Sandrita claro, sólo eso y asunto terminado, Carlitos se pondrá muy alegre al verla - Y es que la ahora ejecutiva tuvo que dedicarse años atras a ser profesora particular de matemáticas, ya que las necesidades económicas la agobiaban y había perdido su trabajo, de ahí que recuerda vagamente al pequeño Carlitos y su grupo de amigos, a los cuales les daba clases cuando ellos tenian 7 u 8 años, ahora ya debían estar por los 12 o 13, de más esta decir que la hermosa Sra Rivera no tuvo problemas en ganarse el cariño de los padres, su carisma y vocación a la enseñanza hicieron que los padres depositaran su confianza en ella pero esto tambien le trajo algunos problemas pues muchos de los padres quisieron propasarse haciéndole alguna proposición indecente a las que la Señora Rivera nunca accedió. Luego de unas cuadras llegaron a la casa del Sr. Muñoz, sin perder el tiempo el viejo aprovechó para bajar y abrirle la puerta a la ejecutiva, La Señora Rivera trató de mantener su diminuta falda en su lugar pero aún asi el viejo pudo apreciar un triangulito blanco de su tanga entre sus hermosas piernas, se quedo de piedra y tuvo una erección en ese preciso momento, - Que hermosa Tanguita traes puesta mamacita! - Pensó para si mismo... sabía que era su oportunidad y no la iba a desaprovechar... Caminaron hacia la puerta de un edificio, siempre el viejo detrás de ella apreciando ese infernal movimiento de caderas, se toparon con un par de señoras que venían llegando del mercado, Sandra como siempre se mostró educada y saludo a las mujeres, el viejo ni se inmutó y apuró los pasos para llegar primero al ascensor, luego se escucharon pasos apurados de 4 niños que venían con sus pelotas, seguramente de jugar en el parque, Sandra los saludó tiernamente con una caricia en la cabeza, tuvo que retroceder en el ascensor pues para mala suerte de nuestra hermosa ejecutiva el espacio era reducido, las puertas se cerraron y el viejo marcó el piso 7, los niños hacían bastante ruido y el clima de verano incrementaba mucho más la temperatura de aquel reducido espacio, Sandra trató de acomodarse dando un paso atrás cuando sintió algo duro en medio de su redonda cola, quiso despegarse pero no lo logró, se quedó resignada al no querer armar ningún escándalo con las mujeres y los niños ahí presentes, el ascensor que era bastante antiguo marcaba lentamente los pisos, 2... 3.... mientras el viejo no perdía tiempo para moverse y degustar aquél manjar que tenía delante suyo, bajó las manos y empezó a acariciar con bastante fuerza la cola de la ejecutiva al ver que no reaccionaba, para ella se había detenido el tiempo, no sabía dónde estaba, gotas de sudor bajaban desde su cuello hasta sus hermosos senos debajo de su blusa, el viejo seguía acariciándola disimuladamente, con sus dedos trataba de marcar la ropa interior que traía la ejecutiva, se sentía en la gloria, estaba repitiendo lo que le había pasado en la oficina, él degustando de aquel delicioso manjar, sin importarle que lo vieran y ella disfrutaba de las caricias, el viejo quería poseerla en ese preciso momento pero vio en la luz que marca el número de los pisos 6....7, el ruido de la puerta al abrirse hizo que la Señora Rivera despertara de su trance y salga del ascensor, mostrando su molestia el viejo la siguió... Entra Sandrita aquí es... - le decía el viejo dirigiéndole una mirada por demás lujuriosa. - Señor Muñoz le recuerdo que vine a enseñarle la tarea a Carlitos, y me voy ok?, espero que cumpla su promesa y deje de querer chantajearme -Así será señora, así será respondía el viejo con una sonrisa en su rostro Adentro Carlitos jugaba con Mateo en la Xbox que le había regalado su abuelo - Tome asiento querida Sandra - Le decía amablemente el Sr. Muñoz a la exuberante ejecutiva, mientras le indicaba un sillón bastante antiguo y empolvado - Carlitos, venga para acá mijo, ya le conseguí quien le ayudará con la tarea. y Fue cuando Carlitos apareció junto a Mateo - Profesora Sandra!! - Saludaron al unísono mientras se acercaban a darle 2 besos cada uno. - Hola niños ---ya estan bastante grandecitos - les respondía nuestra ejecutiva con una sonrisa que marcaba sus finas facciones y la hacían ver mucho más hermosa. ---Saquen sus cuadernos que la maestra no tiene mucho tiempo - interrumpió el viejo - Y con mucho entusiasmo los 2 niños trajeron sus mochilas, los había alegrado la presencia de Sandra. Carlitos con 16 y Mateo con 15, habían crecido bastante a comparación de la última vez que Sandra los vio, Carlitos se mantenía obeso y Mateo un tanto flaco, ella los miraba con los mismos ojos de siempre, pero ellos ya habían crecido y aprendido muchas cosas malas, cosas que el abuelo de Carlitos les había ido enseñando durante mucho tiempo, según el porque ya eran hombres y deberían empezar a madurar. Ella iba a llevarse una gran sorpresa. - Por algunos minutos la ejecutiva y los niños conversaban amenamente sobre la tarea sentados en el sillón, fue cuando el Sr. Muñoz apareció. - Porque no se van al cuarto de Carlitos ahí estarán más cómodos - Los niños asintieron y ella inocentemente los siguió. - Ya en el pequeño cuarto del obeso Carlitos, a Sandra no le quedo otra opción que sentarse en la cama, ya que las dos sillas fueron ocupadas por los hábiles niños, como si lo hubieran planeado antes, al ir explicando los ejercicios de matemática en una pequeña hoja Sandra sentía que la temperatura subía más y más, ellos tuvieron que acercarse un poco para poder ver lo que la profesora escribía...--- Uff que calor chicos, ustedes no sienten nada?--- Si la verdad que hace un calor tremendo --- Decía Mateo --- Le dire a mi abuelo que nos de un poco de agua helada para refrescarnos -- decía Carlitos mientras salía de la habitación... --- Esta bien Mateo entendiste lo que explique?...---No señorita, quisiera que lo haga de nuevo por favor --- Claro, pero lo haré más rápido pues ya debo irme --- Decía la ejecutiva mirando el pequeño reloj de pulsera que traía en la muñeca. --- Señorita Sandra- decía inocentemente el niño --- Si tanta calor le hace porque no se qùita el saco, creo que sin él estará mejor.- Sandra se sorprendió al escuchar esas palabras de aquél muchachito. Pero la voz de Mateo denotaba tal inocencia que era imposible encontrar cualquier indicio de mala intención en aquel pequeño. --- Si tienes razon cariño, y se dispuso a quitarse el saquito, para Mateo fué todo un espectáculo, había visto ya varias películas para adultos que se imaginaba a una de esas chicas desnudandose. --- Que hermosa se ve señorita- decía otra vez con esa inocencia que lo caracterizaba --- Gracias Mateo, eres un angel, sigamos con la explicación, y asi transcurrieron algunos minutos, mientras el calor seguía insoportable en ese pequeño cuarto... --- Ahora si entendiste?--- pregunto la hermosa profesora al pequeño que se había quedado embobado mirandole los redondos senos que se mostraban en todo su esplendor bajo aquella blusa, el sudor había hecho que su ropa se pegara un poco más al cuerpo - Mateo donde estas mirando? -- Perdon perdon... decía el chico, es que son tan hermosas --- Jaja... la ejecutiva se reía de la ocurrencia del chico,--- ¿En serio te gustan? --- Siii, decía tiernamente Mateo -- Sólo hay esto decía Carlitos, mientras entraba al cuarto con un par de cervezas -- Sandra se sorprendió al levantar la vista y ver a aquél niño con las 2 latas de cerveza en la mano ---- -- Pero como se te ocurre, ustedes son aun muy chicos para estar bebiendo eso, decía la ejecutiva -- Ya nos tomanos varias de éstas -- interrumpió Mateo -- El abuelo de Carlitos dice que tomandola nos haremos hombres. -- ¿Pero qué le pasa a tu abuelo? --- Decía la ejecutiva, ustedes no pueden beber alcohol, esta prohibido... -- No se moleste señorita Sandra, además no hay otra bebida, si usted no quiere nos la podemos tomar nosotros, con este calor nos caera muy bien, decía aquél rechoncho mocoso alcanzandole la cerveza a su amigo. Sandra, a pesar de querer cuidar su intachable imagen, no podía negar que la sed la estaba matando, el clima era insoportable.... -- Además mi abuelo salió, se fue a la farmacia a comprar unas pastillas -- Yo creo que demorará -- ¿En serio?, preguntaba la suculenta Sandra, en este caso profesora -- Bueno niños -- denme una solo por esta vez, no puedo aguantar la sed... -- Y presuroso el niño le alcanzaba la lata... --- Pero no quiero que digan algo de esto a su abuelo... --- OK no se preocupe, asintieron los dos jovencitos al mismo tiempo La peculiar clase transcurría, entre explicaciones, preguntas de los niños y el agobiante calor que reynaba en aquél pequeño cuarto, Sandra se sentía mejor, ya que la cerveza estaba super helada, al terminarla Carlitos ya estaba presto alcanzandole otra, ella la aceptó pues le estaba calmando el calor... pero a medida que transcurría el tiempo se sentía mareada... a la tercera lata ya empezo a darse cuenta de su estado, no era demasiado mareo pero rechazo la siguiente cerveza --- No Carlitos, ya fue suficiente, ustedes me quieren embriagar?? por Dios! -- decía nuestra exuberante profesora mostrando una hermosa sonrisa--- ella no sabía mucho de cervezas pero parece que ésas tenían mucho más alcohol pues en otras ocasiones había bebido un poco más y no le había causado tal efecto. Los chicos se habían ido acercado paulatinamente y ahora estaban los 3 sentados sobre la cama, detalle que no había sido percibido por nuestra ejecutiva... Carlitos, con la excusa de querer escucharla mejor se situó a la espalda de la maestra, Mateo se quedó al lado izquierdo.... --- Señorita usted debe estar muy cansada, no quiere que le haga un masaje??... decia el gordo hombrecito, posando sus manos en los delicados hombros de la maestra --- Sandra sintió un escalofrío que le recorrió toda la espalda, desde su delicado cuello hasta la parte baja donde empezaba su redonda cola .... y se dejó hacer --- Las cervezas y el ambiente le estaban jugando una mala pasada El chico gordo, tenía una visión privilegiada de los hermosos senos de la ejecutiva que se mostraban firmes debajo de un sujetador que combinaba con su blusa ¿Chicos que hora es?--- preguntó Sandra. --- Son las 2 de la tarde señorita--- respondía Mateo--- no sin antes recibir un golpe de Carlitos que le decía Callate!! Disimuladamente --- ¿Yo creo que ya es tarde debería irme? --- Decía Sandra sin mucho convencimiento -- Mientras las hábiles manos del muchachito recorrian ahora los brazos de la ejecutiva, tratando de mantenerla relajada. Sandra en esos momentos se sentía bastante mareada, sabía que debía irse pero algo hizo que no dijera nada y se quede ahí sentada sobre la cama de un "inocente muchachito" --- Que tensos tiene los brazos señorita --- Siii Te parece?! -- respondía con una voz casi inaudible, mientras el muchacho le masajeaba el cuello con movimientos circulares muy suaves que le causaban una sensación maravillosa de alivio ... --- Señorita --- le susurraba el niño gordo --- no cree q debería hecharse en la cama para que le masajee mejor? --- Sandra que había tenido un día muy agotador se sentia bastante relajada y simplemente asintió con otro ---SiHh!! --- muy bajito y se hecho boca abajo --- Carlitos mostraba una sonrisa de oreja a oreja, el niño Mateo solo miraba cómo su pequeño amigo tenía a su merced a su maestra... --- Ahi un poco más --- señalaba con la mano hacia atrás la parte de la espalda en la que quería que Carlitos la masajee, mientras les decía--- --- Chicos por favor ni una palabra de ésto a sus padres, ni mucho menos a tu abuelo Carlitos entendido? --- Claro!, respondían al unísono los dos críos, uno de rodilas encima de la cama moviendo sus rechonchas manos sobre el delicado torso de la ejecutiva ... mientras Mateo se acomodaba al lado de Carlitos --- Señorita usted tiene un cuerpo muy bonito... le decía con esa voz tierna que lo caracterizaba --- Aaay Mateo eres un angel --- le respondía la suculenta ejecutiva que a esas alturas se encontraba bastante relajada y sin ninguna noción del tiempo --- Puedo tambien masajearla yo? --- interrumpía el niño --- Claro Mateo pero despacito mi amor ---- presuroso subió a la cama en la misma posición que Carlitos a la vez que posaba sus esmirriadas manos sobre la espalda de Sandra. Ahora estaban los dos hombrecitos disfrutando del delicioso cuerpo de la ejecutiva. Carlitos que era el más pícaro bajaba sus manos hasta el comienzo de su redonda cola, sin llegar a tocarla, pero poco a poco fue acercándose más y más... ella parecía haberse quedado dormida pues tenía mantenía los ojos cerrados... la imagen era realmente morbosa, la ejecutiva hechada boca abajo, apoyando la cabeza sobre sus manos y dos de sus inocentes alumnos arrodillados alrededor, posando sus inexpertas manos en su voluptuosa anatomía, vestida con una camisa blanca semitransparente que traslucía el detalle de un sujetador del mismo color y una falda negra de sastre muy corta que mostraba unas firmes y bien torneadas piernas enfundadas en unas medias de color carne y terminaban en la parte más codiciada por todos los hombres su hermosa cola, redonda y del tamaño perfecto.... Carlitos al ver que su voluptuosa maestra no oponía resistencia empezo a bajar un poco más... hasta que sus pequeñas y rechonchas manos empezaron a recorrer primero las caderas y luego ese hermoso par de nalgas haciendo movimientos en círculos... mientras veía que la señorita Rivera emitía sonidos un poco más fuertes.... --- Uuuhhhhh Uuummmm Aaaahhhhh Aaaahhhhhh... Uuuhhhh Uuummmm Uuuhhhhh --- Que me hacen chicos, ahí no por favor --- decía ella sin estar muy convencida de lo que decia --- Uuuuhhhhhh Oooohhhhhh Oooohhhh ya debo irme dejenme niños --- mientras Carlitos, haciendo caso omiso a lo que decía su maetra, apretaba más fuerte las firmes carnes por encima de la falda, que a esas alturas ya estaba bastante subida... --- Uhmmhgg , Uuuhhhhh Aaaahhhhhh Aaahhhhhh --- Mateo dejó de tocarla asustado por los gemidos de Sandra, pero su opinión cambió al ver su hermosa cara, mantenía los ojos cerrados pero su rostro denotaba placer y ganas de que sigan manoseándola. Carlitos sin perder el tiempo le subió la falda y pudo apreciar en todo su esplendor la hermosa cola de Sandra, tenía puesto una pequeña Tanga negra que se perdía en el medio de sus voluptuosas nalgas, sus hábiles manos seguían manoseándo sus partes más codiciadas llegando a mover un poco su ropa interior y meter un dedo en su cuevita que estaba ya muy mojada. la ejecutiva había perdido la noción del tiempo y el espacio, su pequeña debilidad le estaba jugando una mala pasada una vez más, se sentía en el extasis, no podía articular palabras y solo emitía gemidos de placer --- Ammmhhg, Ammghhgg, Carlitos que me haceeeessss!... Ahhmmg ---- A Mateo le había entrado mucho miedo y solo atinaba a mirar, sentado en la silla un poco alejado de la cama, mientras veía horrorizado como su pequeño amigo se bajaba los pantalones y sacaba un gordo miembro para luego empezar a masturbarse con una mano mientras que la otra seguía entre las piernas de su maestra...

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