La mamá de mi amigo o el deseo con canas 4

La mamá de mi amigo o el deseo con canas 4

Estaba sentado en el sofá de la sala con Sofía lamiéndome la pija y con Gustavo (hijo de Sofía y amigo mío) viéndonos, digo, las cosas no podían ser peores y yo estaba a la expectativa sobre qué es lo que pasaría primero: Gustavo me golpearía o Sofía diría algo para que su hijo no pensará que estábamos haciendo lo que en realidad estábamos haciendo. Esos segundos me resultaron largos, tan argos, que hasta mi verga se encogió. Finalmente fue Gustavo quien habló primero dirigiéndose a su madre:
-Yo pensaba que seguía siendo el único hombre en tu vida, mamá- dijo, mi cabeza daba vueltas tratando de encontrar coherencia o sentido en lo que había escuchado, Sofía me sacó de ese trance al responderle…
-Y lo sigues siendo pequeño, puedes estar seguro de eso-, entonces se levantó y se dirigió hacia Gustavo mientras yo permanecía desconcertado, pero no por eso dejé de ver lo que siguió:
Madre e hijo, se dieron el beso más profundo y caliente que haya visto en mi vida; Gustavo viéndome fijamente recorría con sus manos las nalgas de Sofía introduciendo los dedos en ese culo que hasta hacía unos minutos, yo, pensaba penetrar; ella con una respiración sofocada se agitaba y desabotonaba el pantalón de su hijo sin dejar de besarlo; Gustavo sacó lo dedos del agujero de su madre y los chupó al mismo tiempo que tomó la cabellera de ella y la empujó hacia abajo, Sofía empezó a darle una mamada espectacular que hizo que la dureza regresara a mi pene, recorría con sus labios todo el miembro de su hijo y jugueteaba con su lengua en las bolas de Gustavo mientras que con una mano se frotaba su rajita. El espectáculo era sublime.
Gustavo con ambas manos tomó la cabeza de su madre y la sujetó para que no se moviera, empezó a meter y sacar su enorme verga a un ritmo bestial al mismo tiempo que me preguntaba si me gustaba lo que veía, como única respuesta sólo pude frotarme la verga. Las sacudidas de Gustavo hicieron que se corriera en la boca de su madre y sacándole la verga de la boca se la pasó por toda la cara; Sofía con su lengua limpiaba el semen que le quedó alrededor de los labios y volteó a verme: hay estaba yo, viendo como entre madre e hijo se daban más placer del que yo soñé podría darle a Sofía, con la verga parada y deseoso de que algo más pasará, y pasó:
Sofía se acercó a mí gateando y chupeteó mi verga hasta el punto de ponerla como una piedra, se puso de pie y dándome la espalda abrió las piernas y poco a poco se fue acomodando hasta tener la cabeza de mi pija en su orto, subía y bajaba dejándome sentir la textura de ese culo de ensueño hasta que ya no pude más y sabiendo que, al parecer, en esa casa todo estaba permitido la tomé de los hombres y la empujé hacía mi pija; la ensarté con tal fuerza que se quedó un rato inmóvil mismo que aproveché para pegar su espalda a mi pecho y estrujarle los pechos; comenzó a reaccionar y movía sus caderas como una licuadora, tomó mi mano derecha y chupó mis dedos para después metérselos en la concha que palpitaba ante cada embestida a su culo. Hasta ese momento supe lo que era un orgasmo por el culo ya que se movía como epiléptica mientras gritaba que jamás la habían garchado así; finalmente me corrí y la abracé para que no se saliera mi verga.
Había transcurrido un minuto cuando Gustavo se acercó a nosotros, pajeandose, tomó los tobillos de su madre y los puso en sus hombres para meterle su enorme verga; Sofía se revolcaba como gata ante los empujones de su hijo y la imposibilidad de zafarse mi verga del orto. Tanto movimiento despertó mi pene que empezó a crecer dentro de Sofía y entre Gustavo y yo le dimos una cogida que, después supe, la dejó en cama dos días. Hubo tan sincronía entre nosotros que, los tres, nos corrimos al mismo tiempo. Gustavo cansado se sentó a mi lado y su madre quedó a nuestros pies durante unos instantes ya que se puso de rodillas e hizo que nos levantáramos para darnos la última mamada del día.
Sobra decir que desde entonces no salí de la casa de Gustavo mientras terminé la carrera y todavía al día de hoy cuando vuelvo a ir casa de mis padres me escapó a casa de la familia más unida que conozco para quitarnos el deseo, aunque en ocasiones también participa la esposa de Gustavo, pero esa, es otra historia.

FIN

4 comentarios - La mamá de mi amigo o el deseo con canas 4

Maito04
😳 😳 Wey q buen RELATO,,, 😛
PERo,, TODO iVA ,, BN hasta q saliste con esto.. 😳 😳 😳 😳
" Madre e hijo, se dieron el beso más profundo y caliente que haya visto en mi vida; Gustavo viéndome fijamente recorría con sus manos las nalgas de Sofía introduciendo los dedos en ese culo que hasta hacía unos minutos, yo, pensaba penetrar; ella con una respiración sofocada se agitaba y desabotonaba el pantalón de su hijo sin dejar de besarlo; Gustavo sacó lo dedos del agujero de su madre y los chupó al mismo tiempo que tomó la cabellera de ella y la empujó hacia abajo, Sofía empezó a darle una mamada espectacular que hizo que la dureza regresara a mi pene, recorría con sus labios todo el miembro de su hijo y jugueteaba con su lengua en las bolas de Gustavo mientras que con una mano se frotaba su rajita. "
😳 😳
maav
excelente... muy morboso...