La mamá de mi amigo o el deseo con canas. Parte 1

Saludos es mi primera intervención en tan linda página, espero guste lo siguiente:

La mamá de mi amigo o el deseo con canas. Parte 1

Tenía 18 años y las hormonas a todo lo que daban, esa tarde, al salir de la escuela, iríamos a la casa de Gustavo para hacer el trabajo de química que presentaríamos a la semana siguiente. El trayecto fue igual que siempre: bromas entre inocentes y dolorosas; hablar de la maestra de química que era más fea que el diablo; pensar en cómo se vería Lourdes sin brasier (porque las tetas le habían crecido una barbaridad en vacaciones); las pajas con dedicación a Carola, la más putita del salón; etc. Pero mi deseo iba más allá de esas cosas irrelevantes ya que lo que en realidad quería era ver a la mamá de Gustavo.
Sofia, la madre de Gustavo, era secretaria en la misma escuela en que estudiábamos y era la fantasía de casi todos los compañeros, claro que Gustavo no lo sabía, y buscábamos cualquier pretexto para hacer los trabajos en su casa. Sólo pasé a mi casa a cambiarme de ropa y media hora después estábamos en casa de mi amigo.
El tiempo había sido cuidadosamente manejado por mí ya que al entrar a la estancia allí estaba Sofía acostada en el sofá, dormida, con las zapatillas en el suelo y sus hermosas piernas semi cubiertas por un cojín. Gustavo subió a cambiarse y yo me quedé contemplando a la dueña de mis fantasías y juegos onanistas: su cabeza llena de cabellos rizados cortos y canas que enaltecían su edad; la frente surcada de algunas arrugas que le daban la importancia de los años; las cejas que cuidaban esos ojos negros que con una sola mirada me enloquecían; la boca de labios finos y que con solo una palabra suya bastaría para adorarla; el cuello largo y fino y debajo de él las tetas más maravillosas que madre de joven alguno pudiera tener; seguía un abdomen acorde a su edad ya que no tenía tiempo de hacer ejercicio; las faldas que usaba ajustaban de tal manera su culo que era imposible pensar en meter una mano debajo de la tela, era un culo justo y prominente; finalmente las piernas macizas y trigueñas. Todo eso era lo que se me presentaba en una primera imagen.
Con cada suspiro de ella se me inflamaba el pene y esperaba que desabotonara su blusa, pero eso no sucedió. Fueron cinco minutos que me bastaron para que mi bóxer se humedeciera, mi amigo apareciera y ella despertará.

-¿van a trabajar aquí, Gustavo?, ¡Hola Gerardo!, me subo enseguida.
-No se preocupe, nosotros trabajaremos en el comedor, no es necesario que se vaya- Respondí.
-Mejor sí súbete, por que siempre nos interrumpes- dijo Gustavo, y lo odie.

Ella, tomó sus zapatillas y subió la escalera con una calma que me permitió ver esas nalgas redondas y firmes recorrer escalón a escalón el trayecto a su recamara mientras mi pene volvía crecer.
A los diez minutos tuve que ir al baño a desalojar todas las sensaciones que había experimentado, encontré una tanga colgada en la regadera y mientras la apretaba y la olía me aventé dos pajas en honor de Sofía.

Continuará…

3 comentarios - La mamá de mi amigo o el deseo con canas. Parte 1

dtulf08
ja! BUen relato loco. Bien escrito -no como la mayoría de los que abundan por P!- espero la próxima entrega, mandame mp loco!
elmasvacano
me mandas un mp cuando continue la historia esta re buena
Jorgito4
Segui aportando! 😀 La mamá de mi amigo o el deseo con canas. Parte 1tetasCulomadrenalgasamigomamácanas