Diana mi putita caliente II

Luego de esa primera vez con Diana yo no podía dejar de pensar en su cuerpo desnudo, en su mirada caliente, en su voz tan sexy cuando gime, en el sabor de su cuerpo y en la forma tan rica como cogíamos…la verdad es que me pongo a mil con pensar en ella.


Los días siguientes en el trabajo ella me provocaba…le encantaba verme incómodo con la verga dura y con otra gente cerca…ella sabía que me podía poner a mil con sólo una mirada o unas cuantas palabras bien dichas al oído y le encantaba hacerlo. Siempre llevaba escotes que dejaban poco a la imaginación y cuando estaba hablando conmigo se acomodaba para que le viera las tetas, me rozaba la verga con su cola o con sus manos cuando nadie veía. Si estábamos solos se acercaba donde estaba yo y me acariciaba sin ningún reparo y yo sentía que iba a estallar con tanta leche que quería salir para llenarle esa carita o esa conchita rica y caliente que tiene.


Siempre que podía me decía “quiero chuparte esa verga y dejarte seco”…”no puedo esperar que salgamos quiero sentirte dentro mío ya”…”hoy ando tan caliente que vamos a tener que coger en el estacionamiento”…yo de verdad no podía creer ni en mis mejores fantasías encontrar una mujer así de cachonda, pero ella lo era, una vez que andaba con falda me dejo ver la tanguita negra que andaba y luego fue al baño y me dejó el tanga sobre el escritorio cuando no había nadie cerca. Claro…cuando había gente cerca ella se comportaba como toda una dama, simpática e inteligente y eso me encantaba, es que realmente ella resultó para mí una mujer casi perfecta.


Con esa calentadera que me hacía en el trabajo, luego descargaba toda mi leche sobre ella en las noches. Un día le propuse algo…le dije que usara uno de los juguetes que teníamos para nuestras sesiones de sexo…que también los usaba ella sola y me lo comentaba al teléfono mientras lo hacía…pero bueno volviendo al hilo del asunto, que tomara uno de los juguetes y lo llevara dentro de su conchita al trabajo, básicamente fue así, nos despertamos temprano y me dio una rica mamada, yo me puse a jugar luego con su conchita, a lamerla, a jugar con su clítoris…a masturbarla con mis dedos…y ella me decía que siguiera que ya iba a acabar, entonces le pregunté “qué pasa si te dejo así putita?” y contestó “pues pueden pasar dos cosas, que vaya a terminar usando uno de mis juguetes en la ducha y no te deje ver de castigo o que me coja el primero que me encuentre el día de hoy”, a lo que respondí “y si te dejo así y te propongo un juego?”, así que le propuse dejarla así cachonda, en este tiempo la seguía dedeando, y que usara uno de los juguetes metido en su conchita todo el día y en la noche cogeríamos hasta el cansancio. No quería porque estaba muy caliente pero en un momento se decidió a hacerlo.


La acompañé a ducharse para asegurarme que no acabara lo que había empezado y yo estaba al palo, casi la penetro pero no sé cómo me aguanté, luego tomó unas bolas chinas que tenía y las metió a su conchita…estaba muy muy húmeda y gemía un poco, terminó de vestirse con un tanga, un pantalón tallado, sujetador y una blusita escotada…no se iba a poner el bra pero los pezones se le marcaban muchísimo y no quería que todos se dieran cuenta lo caliente que estaba…aunque creo que su mirada la delataba. Cada vez que caminaba me tomaba del brazo con fuerza “creo que voy a acabar con un gran orgasmo antes de llegar a la oficina”.


Ese día pasó con ganas de verga todo el tiempo, cada vez que podía me pedía que la cogiera, le daba vergüenza meterse al baño a masturbarse hasta correrse así que cada minuto estaba más caliente y le costaba disimularlo, cambiaba la pierna cruzada con frecuencia, luego me dijo que sentía rico el movimiento, así se estimulaba más pero tenía que parar cada pocos minutos para no acabar ahí mismo. Estaba muy mojada, por suerte andaba un pantalón oscuro, si no fuera así se habría notado mucho que estaba húmeda, yo palpé esa humedad sobre el pantalón y la froté un poco…”sos malo, me tienes así como perra en celo y me ponés más caliente” me dijo.


Cuando salimos del trabajo estaba como loca…me seguía pidiendo que la penetrara o que al menos acabara lo que empecé en la mañana y la hiciera correrse masturbándola, nos metimos al auto para regresar a su casa, yo me senté en el asiento del conductor y ella en el del acompañante, se sacó el pantalón para quedar sólo en tanga con la blusita, mientras viajábamos se sacó el sujetador y se puso la blusita encima, se iba tocando y poniéndose más caliente…lo que me calentó aún más y empezó a acariciar mi verga quería que yo me sintiera tan cachondo que se la metiera ahí mismo, comenzó a hacerme una paja por sobre el pantalón y me pidió que por favor me desviara por un camino oscuro, le hice caso y unos minutos después me dijo “por favor detente y cógeme ya que no aguanto las ganas de sentir tu verga en mí…por favor sólo detente y cógeme ya…no me hagas esperar más que llevo todo el día como una perra en celo…me siento como toda una puta y quiero ya sentir mi orgasmo…por favor no me hagas esperar más”. Al oír eso no pude esperar más, nos estacionamos y ella se puso a darme una mamada y yo le acariciaba la conchita desde mi asiento y jugaba con uno de sus pezones…le dije detente y sacate las bolas chinas…ella lo hacía y con cada bola que salía gemía y gritaba y decía cosas tan ricas que no se pueden escribir y que se sientan de la misma forma…cuando terminó de hacerlo me dijo…”por favor metela ya”.


Salimos del auto, yo con la verga fuera de mis pantalones y ella en tanga y blusa sin sujetador y nos acomodamos en el asiento de atrás…si a eso se le puede llamar acomodarse… y ella me montó…me cabalgó con furia, gemía y gritaba rico…”metela más duro”…”más profundo amor…cógeme duro como la puta que soy”…”quiero sentir tu leche llenándome la conchita” y yo se la metía sin piedad, la besaba, jugaba con sus tetas a como podía, le acariciaba la cola, le metí un dedo por la cola y le dije “la próxima vez me vas a dar ese culo para que te lo rompa”… y contestó ” pero soy virgen por la colita…temo que me duela”, le repliqué “te gusta comportarte como una putita conmigo…la próxima vez me darás la cola”…se quedó sin decir nada y gimiendo como animal en celo, pidiendo que no me detuviera y cuando dijo “estoy a punto de acabar”…paré un segundo…”sigue por favor” me pidió, así que se la volví a meter duro por un par de minutos y acabo largo y rico gimiendo de placer…yo estaba sin acabar así que me chupo la verga hasta tomarse toda mi leche saboreando también sus jugos…”pronto me vas a entregar tu colita” le dijo y se quedó callada abrazándome y moviendo la cabeza afirmativamente.


Así estuvimos un rato hasta que nos vestimos y nos dirigimos de nuevo a la casa donde descansamos ya que Diana se sentía agotada del día tan cansado que tuvo, aunque le encantó ese día…


Bueno esos son un par de relatos que tenía hace tiempo hechos...a ver si algún día vuelvo a hacer otro...tenía ganas de publicar anda más jeje.

1 comentario - Diana mi putita caliente II

Morboso29
Muy bueno el relato, excelente