Valenttina (parte 2)

i'm back..

Valentina, la revancha...


Después de mucho esfuerzo, sudor y lagrimas conseguí finalmente su correo. Era bastante extraño, aun para mi, haberme pasado una noche tan increíble y no tener su correo. Pero claro...
Esa madrugada no me quedó otra que empujar a su hermano y correr hasta la puerta con la ropa en mano. Agradecí mi pasado de rugbier, porqué me salvo de la bronca de su Nico. Como sea, mantuvimos distancia hasta que un amigo (lo ame por eso) me pasó su correo. No fue fácil, tuve que mover varios contactos, pero lo conseguí.
Así, de vez en vez, recordábamos lo que había pasado en su casa.
Un día entré, como nunca, a la mañana a mi corre y ella estaba en linea.

Yo: Hola, nena!!
Vale: ola! Co andais? No sabs lo q tngo para dcirte
yo: nc... q!!
Vale: veni a mi casa tipo 4 y te cuento...
yo:... ok

No quise cuestionar mucho, era obvio que su hermano no iba a estar. “por fin una a mi favor” pensé.
Ese día llegue a las cuatro y veinte a su casa, no porque se me hizo tarde, sino porque no quería que pensara... no sé que pasó por mi cabeza, sencillamente decidí dar un par de vueltas antes de ir.

Finalmente llegué al umbral de su casa
-Vení entra- me dijo,
La desnudé diez veces con la mirada antes de mirarle la cara.
Hablamos un rato, me contó que sus viejos se habían ido a Tucumán (con todo el resto de la familia, incluido Nicolas) y que iban a volver dos días después. Suerte para mi.
Tenía una camisón transparentado blanco, como esas remeras largas que se ponen algunas chicas y, que a cierto tipo, les da un toque infantil. Por debajo tenia un pantalón rosado corto. En definitiva hace menos de una hora que se había levantado de la cama.
-¿Para qué me trajiste?- le pregunté capciosamente.
-mmm...
...esperame aquí...- dijo con una sonrisa picaresca y salió por la puerta de su pieza. Yo me acomode en la computadora, sin dejar de pensar que sería mi “sorpresita”
Volvió con una cajita de zapatos, la dejo en el suelo y se volvió hacia mi.
Avanzó lentamente, para mí esos segundos fueron eternos. Podía ver como su pelo se escurría entre sus manos; como agua. Como sus ojos penetraban los míos. Como su boca se hacía miel a cada paso.
Se abalanzó sobre mi y comenzó a besarme apasionadamente, sus brazos en mis hombros, los míos enredándola, su cuerpo entibiandome. Todo era lo que había pensado hasta ese momento.
Luego ella se dio la vuelta y apoyo sus dos blancuzcas y perfectas nalgas sobre mi paquete, que estaba endurándose de a poco. Su espalda frotaba mi pecho y su cola la bragueta de mi pantalón. Mis manos agarraban sus tetas, las envolvían y apretujaban dejando escapar lascivos respiros al aire. Sus manos acompañaban las miás en perfecta armonía
Mi mano derecha, luego, acarició su tibio vientre mientras los dedos de mi mano izquierda caminaban por su piel desnuda hasta sus senos. Entonces le saque la remera y pude ver sus pezones negros adornando su torso pálido.
Estimulé su clítoris suavemente y dejó escapar un aroma estimulante al levantar el pantaloncillo, ese aroma a humedad, que en ella, era particularmente agradable. Para ese entonces el pantalón estaba reventando y ella lo sentía, cada vez que mis dedos alcanzaban a excitarla en su “punto justo” ella presionaba con más fuerza mi centro.
La despojé también de sus pantaloncitos cortos y quedó completamente desnuda.
Abrió sus piernas y dejó que la siga estimulando un poco más.
Luego me recostó sobre la silla y desajusto mi pantalón, quedé con un boxer gris, ella mordió un par de veces mi pene por arriba del interior, finalmente me los sacó y yo rápidamente la remera.
A partir de ahí fui suyo.
Sentado en la silla todavía, tenia mi pene entre sus piernas, sin penetrarla, sentía el calor de su sexo y me consumía la cabeza. Ella acariciaba el glande de mi falo. Su boca besaba mi cuello. Después se acercó hasta la caja y sacó una pomada (un aceite especial para este tipo de cosas... marca ACME) y me la dio.
-Llename de eso...-me dijo ella y se puso en perrito sobre la cama.
Sin consideración, la unté con eso por todos lados. Justo cuando creí tener la situación controlada ella me tiró a la cama y me hecho más lubricante en el miembro. Se sentó y acomodó mi pene en su vagina. Cabalgó de forma incesante por varios angustiosos minutos, me sentía indefenso y excitado a la vez. Me salían gemidos sin querer. Ella se daba cuenta de la situación y se excitaba aun más.
Al cabo de unos minutos sacó un condón de la galera me lo colocó rápidamente y nuevamente se sentó pero esta vez acomodó mi falo en su ano.
Los movimientos al principio fueron muy suaves, y yo prácticamente con mi bandera blanca. Pero luego subieron el ritmo, cada vez más, y más, y más...
Tan apretadito, tan ajustadito estaba ahí adentro que termine acabando. Pero a ella no le importo. Me agarré como pude de las sabanas, sin perder excitación ni firmeza, ella estaba endemoniada. Los sonidos de los choques de nuestros cuerpos eran ya muy fuertes.
Me recuperé, aunque muy poco, y le seguí el ritmo, aunque nada parecía pararla.
De repente se zafó, me saco el condón e hizo que mi pene la penetrara nuevamente la vagina, salto un par de veces más y lanzó un grito insufrible de placer...

Los dos terminamos exhaustos.

Al cabo de un tiempo nos vimos nuevamente...


Bueno... volví y espero les guste... para dentro de unos meses les tengo una sorpresa... en cuanto pueda subo las otras continuaciones...

Un abrazo!!!

1 comentario - Valenttina (parte 2)

Dios_Baco_007
Super excitante tu relato amigo, definitivamente sigue así, bien narrado, sugerente y cálido, espero la continuación, si puedes avísame
Gracias por compartir
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