Pasión Prohibida (Poema - Relato)

PASIÓN PROHIBIDA
Luego de visitarte...conocí algo de ti.


Apenas oscurecía en la gran ciudad,
y aunque la noche parecía enseñorearse
los autos iluminaban las calles
al igual que mi corazón iluminó el camino a ti.

Era yo, simplemente yo quien imaginaba
tu boca sensual sobre mi pecho
y mis labios en tus otros labios
y mi deseo se diluía en una taza de te.

Me metí por todos lados
y tu excitación la escuchó el perro del vecino
que aullaba por la noche de luna llena
mientras las estrellas destilaban aroma de tu cuerpo.

Quién hubiese imaginado que yo te cautivara,
pues sin pedirlo en silencio me besaste,
por debajo de la mesa me acariciaste
y en instantes mi inocencia celebraste.

Te desnudaba con la vista sin querer
y la rubia cabellera contrastaba con tus ojos negros
en la habitación llena de cuero, aroma de velas
con la insistente necesidad de soñar despierto.

Había algo que me hacía desear lo impensable
un fruto que no me pertenecía
pero que disfrutaba tan solo con imaginarlo
en mis manos, en mis labios, en mi pecho, en mi placer.

Te inclinaba sobre mi torso
y tus gemidos se tornaron en gozo
mis dedos marcaron tu cintura
y con la lengua absorbí toda tu figura.

Era mi imaginación tan solo pero estaba excitado
y tras la despedida de tan hermosa velada
me abrazaste como una mujer a su hombre
dejándome sentir tu cuerpo y tu aliento agitado.

Supe entonces que no solo yo había navegado
por los mares del placer y el deseo
pues al despedirme supe que por mi sentías
una súbita pasión prohibida.