La lección de musica (con necesidad de ser cogida)

No resistí la tentación...
Llevaba ya casi un año en mis lecciones de guitarra.
Ana, mi profesora, una mujer de largos cuarenta y tantos, había pegado muy buena onda conmigo. Ella era separada, y estaba en su plenitud, de mujer.
Y desde hacía varios meses ya empezó a mandar señales.
Esas que solo envían las mujeres y que son inequívocas y dicen lo que ellas desean.
Porque convengamos que cuando una mujer quiere algo, se lo propone y lo consigue...
Cuando quiere conquistar a un hombre ella tiene las armas y sabe como usarlas...


Ya en una de las últimas clases, en su casa, donde convivía con sus dos niñas, me recibió con un generoso escote, y toda la clase se paso mostrándome las bellas tetas, y tomando mi mano indicándome la posición de los dedos.
Luego algunas cositas...
Ella no dudo en contarme que a veces se sentía muy solita, y que lo único que extrañaba de un hombre era tener un buen sexo...

Ese sábado, decidí que era el momento...
La invite a mi depto. a que me diera la clase allí...
Yo había preparado todo para estar solo, y se lo hice saber...
- el sábado en mi depto. espero no tengas miedo porque estaremos solos - le dije riendo.
ella no dudo en contestar . - espero que vos no tengas miedo Adriano -
El sábado llego. Estaba muy ansioso. Limpie mi guitarra y espere.
A las 15:00 hs. el timbre sonó. Al abrir, vi a Ana esperando en el umbral.
Ella ingreso, estaba muy perfumada, y con lentes oscuros.
Ingreso y la salude como siempre, con mi mano tomándole la cintura pequeña. Pero esta vez mi mano estrategicamente bajo hasta el glúteo derecho.
Ella pareció no notarlo, o lo ignoro por completo.

Antes de comenzar la lección ella se mostró algo tensa. Charlamos sobre la semana, lo que hicimos, y otras cositas.
Ya con la guitarra en mi mano ella se me acerco y tomo mi mano indicándome como tomar el instrumento. - Piensa que la guitarra es una mujer, acariciala, tomala con suavidad - dijo mientras apoyaba su pelvis en mi hombro.
Me levante y deje el instrumento en la mesa. Ana me daba la espalda. La tomé de la cintura y ella giro. Finalmente la bese.
Su boca se abrió suave. Yo de a poco apreté sus labios con los mios, y mi lengua busco su interior... Ella movió su lengua en mi boca también. Sus brazos estaban alrededor de mi cuello y mis manos tomaban su culo de bastante firmeza.
Ana necesitaba ser cogida. Se notaba. Acariciaba su entrepierna contra mi cadera en evidente señal de querer llegar a algo más.
La eleve con los brazos, ella era muy livianita. Rodeo mi cintura con sus piernas, y la lleve a mi cama. Mis manos la despojaron de su ropa...
Me encanto ver el culotte negro que llevaba... sus pies eran pequeños, perfectos.
Acaricie su sexo por encima de la bombacha. Pronto la tela se humedeció.
Ana no dejaba de besarme. Corrí el calzón apenas un poco y mis dedos tomaron los rizos de su bello pubico...
Ella abrió sus piernas y quedo a mi merced. Vi como se desprendía su corpiño, y las tetas quedaban libres y esperando mi boca.
En un instante estuve sobre ella, y chupe ambas con cuidado. Ana respiraba con fuerza.
Su mano derecha se perdía dentro de la bombacha, y se regalaba caricias.
Yo tomé la aureola de su pezón y en forma circular moví mi lengua sobre él.
Sus pechos sabían muy bien...
Luego baje hasta sus rodillas y las bese. Con ambas manos le quite el culotte, que estaba muy mojado ya...
Vi su sexo que despedia el olor del elixir del amor. Sus pequeños rulos estaban bañados de sus jugos. Inmediatamente pase mi lengua por el pelaje... Ana se desesperaba. Con su dedo mayor jugaba con su clítoris moviéndolo con rapidez.
Yo sabía lo que ella quería... y fuí en busca de su orgasmo.
Mi lengua se poso en el preciado botón del placer.
La moví lento, luego mientras sorbia el jugo que su concha emanaba aprisone su clítoris y empece una succión casi insoportable que Ana no pudo aguantar. En un momento, la mujer elevo las caderas, temblo y lanzo un aullido apenas perceptible. Yo tomé su jugo y metí un par de dedos en la cavidad vaginal notando como la mujer apretaba queriendo que entrara en sus carnes.
La hice girar, abrí sus glúteos y pase mi lengua por ambos orificios... Ana gemía.
Mi miembro estaba listo. Coloque mi pene en su vagina y lo introduje sin demasiada contemplaación... Ella grito pero se quedo quieta...
Esperé un momento. Ella empezo a empujar hacía atras. Me deseaba y esa era su señal.
Comence a moverme. Entraba y salía de la mujer por completo. Pronto su concha se baño de su flujo y la lubricación fue total...
Arremetía con ganas... Ana gritaba, pero empujaba hacía atras cada vez que la penetraba.
Luego, la puse boca arriba, le ofrecí mi pene y ella lo chupo con desesperación.
La boca era habilidosa...
Saque mi pene de su hermosa y pequeña boca y fui en busca de una cogida frontal...
acomodé su pierna derecha por sobre mi hombro, y la penetre en un solo intento.
Ana dio un pequeño grito y se dispuso a disfrutar...
Entré y salí suavemente... Mi pene estaba a punto caramelo...
A cada arremetida la mujer comenzo a gozar y pronto descubri su ritmo...
Yo no podía aguantar más pero quería que ella acabara de nuevo, hice lo posible por conternerme y en esa constantes idas y venidas, entradas y salidas de su concha deseosa de sexo, Ana logro una vez más su climax...
Su cuerpo se estremecio y vibro bajo mi, yo acelere mi ritmo y me moví con seguridad.
Sentí como mi orgasmo crecía y pronto mis huevos se tensaron, el semen se esparcio en el sexo de Ana que se contraia aun por su propio llegue...
Caí exhausto sobre sus tetas, las bese y las chupe... ella besaba mis manos, y me acariciaba el cabello.....
Ese día la lección no fue de musica, sino de sexo bello y experimentado....


🙎‍♂️

3 comentarios - La lección de musica (con necesidad de ser cogida)

joselo10
buen relato!:buenpost: