La vida te da sorpresas

La vida te da sorpresas

Hola a todos. Soy una mujer de 35 años, morena, ojos marrones, muy oscuros y de labios (creo) muy sensuales y bonitos. Tengo una cien de sujetador, mido 1'65 y para que os hagáis una idea gasto una talla M en mi ropa habitual. Soy una mujer llamativa con caderas y un buen culo algo respingón que es objeto de miradas cuando unos tejanos lo ciñen.<br />
<br />
También os diré que siempre he sido mujer de un sólo hombre. No por lo que os cuente aquí, debéis pensar que soy una puta y que me dejo hacer cualquier cosa y ante cualquiera. Para nada. Sólo diremos que mis ideas respecto al sexo han cambiado y en según qué tipo de relaciones. Antes sólo hacía el amor. Ahora hago el amor con mi marido y de tanto en tanto me follo a un tipo que me agrade. Lo que hace un cambio de chip...<br />
<br />
En fin, al grano. Un día, buscando unas fotos en mi pc de una prima del día de su boda, me topé con otras de mi marido en una cena de empresa y varias amigas. Normal. Otro día, encontré mensajes de móvil de esos que cuando descargas fotos al ordenador se pasan también... Eso no fue normal. Ella se le declaraba y le decía cuánto lo quería, que lo echaba de menos, que tenía ganas de pasar otra noche juntos pues la anterior había sido inolvidable.... Aquí dejarme hacer un inciso: Mi marido es alto, 85 kilos, practica deporte y en bermudas con camisa medio desabrochada está muy bien. Ahí es donde se metió alguna de estas niñatas, pues la de los mensajes tenía 25 añitos y claro, él la pilló y le metió un meneo de aquí te espero. Se me olvidó deciros que hace el amor muy bien.. Es un encanto. Algo cabrón, pero encantador.<br />
<br />
Podemos decir que aquí empieza mi historia. Después de pasar una larga temporada sumida en dudas, problemas conyugales y depresiones, comencé un proceso desconocido para mi hasta esas fechas. Nunca había prestado atención a los halagos, piropos y burradas que mis labios, tetas y culo despertaban en otros hombres. Comprendí entonces que poseía armas suficientes para despertar alguna que otra erección en hombres con variopintas posibilidades. En mi trabajo tengo a dos que han ido siempre detrás de mi culo pero jamás se me ha ocurrido entrarles al trapo. Son muchos años y dicen que donde tengas la olla, no te dejes meter una polla (versión femenina claro está), aunque ahora, me dejo coquetear a sabiendas que alguna que otra paja se van haciendo a mi salud.<br />
<br />
Me dediqué entonces al internet... Es increíble aprender cuanto tarado hay por esos lares. Sólo era cuestión de tiempo encontrar a uno "normal" y que fuese de mi agrado. Después de 3 ó 4 semanas, entablé relación con un chaval algo más joven que yo. Parecía bastante correcto y después de varias sesiones de charlas y halagos hacia mi, decidí quedar un día con él para comer. Nada importante pero para mi, en este caso, inusual. De ahí mis nervios iniciales. Nunca había quedado con un tío a espaldas de mi marido. Qué ponerme, cómo arreglarme o qué perfume llevar se convirtieron en un galimatías. Finalmente pensé que una blusa escotada y una falda amplia con algo de tacón estaría bien. Y así lo hice.<br />
<br />
Me llevó a comer a un restaurante de la costa. A pié de playa y junto a unos acantilados que hacían las delicias de los comensales que allí se reunían. Mientras comíamos, la conversación rondaba nuestras vidas y los problemas que nos habían llevado a conocernos. Él estaba separado. Hacía casi el año y a la segunda copa de vino me enteré que llevaba todo ese tiempo sin relaciones. Yo, por mi lado, andaba casi por el tercer mes sin sexo con mi esposo: Era mi castigo. Volvería a follar con él cuando me diese la gana y de verdad me apeteciera, mientras tanto que se la pelara o que le echase algún que otro polvo a la niñata de 25 añitos... Volví a mi realidad momentánea y estaba delante de un chaval joven, que tenía un buen culo y que, según acababa de confesarme, andaba con los bajos cargados de amor. Por otro lado, no perdía detalle de mi escote. En una ocasión se levantó para ir al lavabo y pude apreciar su "inflamada" entrepierna, cosa que hizo aumentar mi excitación y sentir más calor en mi ya húmedo coño.<br />
<br />
Salimos del restaurante y comenzamos un paseo por ese idílico lugar. Primero cogió mi mano. Luego mi cintura. Se arrimaba y yo, perdida en un mar de sentidos cruzados. Era mi primera vez. La primera ocasión que flirteaba con otro hombre después de tantos años y mi coño no paraba de mojarse. "No es tan malo..." comencé a pensar cuando sin darme tiempo, me giró y contra un árbol del paseo me arreó un morreo que sacó todo el aire de mi boca y puso mi coño a mil por hora. Me metió la lengua hasta la garganta y remató con sus labios acariciando mi cuello con una leve presión que hizo erizar la piel de todo mi cuerpo. "Estás muerta..", pensé, mientras me hizo una invitación a sentarnos en unos bancos de un mini-parque que asomaba a la sombra del paseo que estábamos realizando. Algo escondido y perfecto para que una parejita se diese un buen lote...<br />
<br />
Nos sentamos. Me explicó que le gustaba venir a pasear por este sitio. Miró a nuestro alrededor y no aparecía nadie. Eran cerca de las cuatro y media de la tarde y día laborable por lo que aquella zona costera estaba desierta. Y volvió a juntar sus labios con los míos esta vez de manera más dulce y suave. Yo le iba incitando dejándole mi lengua para que jugara con ella. Él me metía la suya dándome a entender que estaba a punto de explotar. Me sentó a horcajadas sobre sus piernas sin soltar mi boca. A los pocos instantes, sus besos bajaban buscando mis tetas por lo holgado de mi blusa mientras por debajo introducía sus manos y soltaba mi sostén dejando expuestos mis pechos a sus ágiles dedos que no tardaron en comenzar a sobar y amasar mis durísimos pezones. El primer contacto recorrió mi cuerpo como una descarga cuya energía convertía en calor mi pubis. Estaba chorreando y sin querer mi coño era teledirigido para sentarse sobre su paquete que tenía a estas alturas una dureza considerable. Metió una de sus manos por debajo de mi falda y empecé a gemir mientras recorría con sus dedos mi culo apartando las braguitas hasta que pasó un par de ellos por mi raja completamente depilada. Sonrió. "Estás muy mojada..." y siguió con aquel martirio que no era otro que empezar a acariciar mi clítoris hasta el agujero de mi culo sin parar, recorriendo con ambos dedos mi coño sin cesar. Me estaba frotando viva, mis jadeos iban en aumento. En un instante de lúcidez agarré su mano y le pedí que parase, que estábamos en medio de un parque y que si continuaba me iba a correr. Una sonrisa maligna volvió a aflorar de sus carnosos labios para continuar, cogerme fuerte, pegar su boca a la mia y gritarme al oído "..disfrútalo...". No pude más y empecé a convulsionar sobre su mano que tenía el control de mi coño y mis deseos mientras su boca ahogaba aquella explosión de jadeos. Sacó su mano, la lamió y me pidió que lo acariciase. Posé mis manos en su entrepierna y aprecié lo dura que tenía la polla. Desabroché el pantalón y la liberé un poco. Empecé a masturbarlo. No es que fuese enorme, pero era distinta a la de mi marido: algo más gruesa con un glande redondeado y completamente manchado de líquido que le daba un aspecto muy apetecible. Le advertí que allí, en esa postura, lo iba a poner perdido si se corría, así que nos levantamos y nos fuimos de nuevo al coche...<br />
<br />
Arrancó y salimos de aquel pueblo en busca de un rincón donde poder hacer algo más que una paja insuficiente para lo que me había echo disfrutar en unos instantes. Se apartó en un camino cercado de árboles y antes de que yo pudiera decirle nada se abrió el pantalón, echó el asiento hacia atrás y después de bajarse los pantalones y calzoncillos hasta los tobillos, se sentó con el culo al filo del asiento dejando ante mi toda su polla y huevos que pedían a gritos que los ordeñara. Empecé a lamer su capullo que sabía muy agradable por lo dulce de sus primeras gotas de semen, lo rodeaba con la lengua, lo mordisqueaba con mis labios, lo apretaba contra mi paladar mientras mis manos frotaban sus cargados huevos, tiraba hacia abajo de éstos y se erguía más si cabe la polla momento que aproveché para introducirla entera en mi boca.... Un inciso: Me encanta mamar una polla.<br />
<br />
Ahí vino su primer agarrón de mi pelo. Mientras mis labios tenían aprisionada su polla y mi cabeza subía y bajaba entre sus piernas me pidió entre gemidos que no fuese tan mala, que llevaba más de dos meses sin descargar...Bajé a sus huevos. Estaban ardiendo por lo que pensé que hacía rato que todo su esperma estaba a punto de nieve... Los lamía, mordía uno de ellos, subía para pasear mi lengua por su rabo, cosa que me gustaba, hasta llegar arriba otra vez pues en la cima me aguardaba otra dulce gota de su esperma. Así lo tuve durante pocos minutos pues no parecía aguantar mucho más. "Aguarda...no tengo con qué limpiarnos!!..", a lo que yo le contesté: "...tranquilo que no te harán falta klinex..."... Fue oir aquello, echó la cabeza hacia atrás, agarró mi cabeza como si le fuese la vida en ello y empezó a descargar sus huevos en mi boca que quedó sobre su polla subiendo y bajando al ritmo de sus espasmos. Tragué sus 2-3 primeros chorros y dejé que fuera aflojando el resto mansamente en mi lengua que rodeaba su capullo dándole vueltas para exprimir al máximo sus cojones.. Era cierto lo de su abstienecia, mi boca quedó llena y pensé entonces en lo que además había tragado, pero abrí la puerta del coche y escupí fuera toda su leche.<br />
<br />
<br />
Me limpié como pude mientras volvíamos a casa con algo de agua y pañuelos de mi bolso mientras él se deshacía en elogios hacía mi boca y lo mucho que disfrutó conmigo. Me besó y nos despedimos aquella tarde. Luego, unos días más tarde, volvía a insistir pero no era un tipo que me gustase especialmente ni que me volviera loca para repetir. <br />
<br />
Lo que sí repetí fue la experiencia de quedar con otro hombre, pero eso queda para otro relato si me decís qué os pareció éste. Una cosita sólo: Todo lo que aquí os relato es cierto. Si os gusta leerme, sólo tenéis que opinar. Gracias de todas formas. Un beso húmedo...


ACLARO Q ES UN RELATO DE UNA AMIGA MIA DE SANTA FE CUALQUIER COSA Q QUIERAN SU MSN PANDEN MP Y SI PUEDEN DEJEN ALGUN PUNTO Q NO SE DAN UNA IDEA LO Q UFE CONVENCERLA A SUBIR EL RELATO
GRACIAS

5 comentarios - La vida te da sorpresas

1seba
bravoooo
Carli3838
Me gustó. Me dieron ganas. Quiero el msm de tu amiga de Santa Fe