Ella y Él (She and He) "La Versión de Ella&quot

Era la tarde del 1° de Julio, día Miércoles para ser más precisa, y ahí estaba nuevamente un día más vendiendo mí cuerpo y mis caricias a cualquier hombre deseoso y en busca de placer quizás, en contra de mí voluntad, pero con la obligación que representan mis pequeños ángeles, todavía recuerdo la primera vez que tuve que tener sexo con un hombre al cual no amaba, lo único que sentí fue lastima y asco de mí misma, lloré a mares ese día, maldije mí existencia, y sentí haber caído en un hoyo sin fondo y de total oscuridad, pero de eso hace ya casi un año ya estoy reseteada, y ahora sólo busco descargar todas mis armas y sensualidad, para terminar rápido con el maldito tonto que crea que por pagarme me está poseyendo, pongo mi mente en blanco y actúo mecánicamente para no sentir nada y matar cualquier sentimiento de culpa o remordimiento.

Aquel día aproximadamente a las 2 pm llegaron tres hombres al estudio donde se ofrecían nuestros servicios, a los cuales les abrí la puerta y los hice pasar, uno era un hombre mayor quizás de unos 60 años, el otro tal vez tendría entre 25 a 30 años, eran de aspecto regular, más precisamente tenían aspecto de obreros y de gente de estrato humilde, pero el último de ellos quién apenas había aparecido al abrirse las puertas del ascensor en nuestro piso 4, y el cual fué el último en entrar, por una extraña razón me impresionó y le regalé una sonrisa, cosa que raramente hago con los clientes, no sé si tal vez era su porte y aspecto muy distinto a los anteriores, lo que me hizo reaccionar así, era un hombre alto, de tez morena, de unos 32 a 40 años, y el cual mostró su seguridad y decisión de forma inmediata una vez que las 5 chicas que no encontrábamos en el estudio no les presentamos para su escogencia, él sin más preámbulo y tiempo de indecisión pidió pasar conmigo a la habitación, para ese entonces yo continuaba sonriéndole, y hasta sentí una satisfacción y me alegré de que me hubiese elegido a mí y no a otra de las chicas, pero también empecé a preocuparme porque este hombre estaba produciendo esas reacciones en mí, una vez en la habitación, la cual por cierto era la más pequeña y mal arregladas de todas, pero que escogí de manera deliberada cómo para poner un muro o romper con las sensaciones que había experimentado con el cliente desde el mismo instante en que lo vi, una vez dentro de la habitación fijé la tarifa y el tipo de servicio que se proporcionaba, seguidamente que me hizo el pago del monto acordado le pedí que se desvistiese y me dejase verle su miembro, e inspeccionárselo para descartar cualquier anormalidad o indicios de tener alguna enfermedad o problema de tipo sexual, cuando estaba revisándolo me pregunto mí nombre, y sonreí de manera maliciosa pensando que sería otro tonto al cual le mentiría al respecto, y le dije:

_Evelyn, ¿y Tú cómo te llamas?
_José Luis

Comencé a limpiarle su miembro con una toallita húmeda, de esas que se usan para limpiar a los bebes, y me sorprendió que tuviese su vello púbico recortado, casi que rasurado, tenía un pene de tamaño normal pero bastante grueso, empecé de una vez a darle sexo oral mientras pensaba que porque estaba entrando o fijándome en tantos detalles, que tenía que hacer lo que normalmente hacía, actuar de manera mecánica y terminar lo más rápido posible con esto sin involucrarme y sin sentir nada durante el tiempo contratado, le daba los mejores lengüetazos y succionadas con mi boca en su grueso pene, mientras él comenzó a acariciarme el cabello y a agarrarme la cabeza, cosa que me desagrada que me hagan, pero por el contrario en ese momento me gustaba que mí hombre me acariciara mientras le daba placer oral, luego se hizo de mis grandes senos (operados), con sus manos les daba delicados masajes y por instante pellizcaba mis pezones que comenzaron a turgirse porque sin darme cuenta y sin querer yo también estaba recibiendo placer, lo cual no me permitía con ningún cliente, pero éste desde un principio empezó a desbaratar mis esquemas y defensa, estaba despertando en mí a la mujer que mantenía reprimida y casi que anulada de mí vida, aquella mujer que en el fondo no era más que una niña, que le toco crecer de golpe y perder su inocencia y su infancia muy temprano, ya que a los 14 años ya había debutado como madre.

Esa situación comenzó a asustarme y decidí acelerar las cosas, le coloque el preservativo y me coloqué de una vez en la posición de estilo perrito, ya que según dicen en esa posición los hombres acaban más rápido, pero cuando me penetró sentí una serie de espasmo y sensaciones en mi vagina, como que si fuese que ella le daba la bienvenida a su grueso pene, comencé a realizar unos candentes y acelerados movimientos de cadera para precipitar su eyaculación, pero lo que también estaba consiguiendo con esa actitud era sentir más placer en mí conejita, hasta llegué a pensar que si no era yo quien terminaría teniendo un orgasmo, sentía mis respiración acelerada y en mí cuerpo un recorrido de placer en todas sus extensiones, pero gracias a que el cliente tenía tiempo sin haber estado con una mujer (lo cual me dijo posteriormente), se vino dentro de mí, antes de que me hubiese hecho perder el control de la situación, y logré salvarme de parecer una de la más puta de todas, que se goza y disfruta de lo que hace.

Luego que el cliente acabó la primera vez, me levanté de la cama y fuí a lavarme mís partes intimas, al regresar a la habitación pensé en hacer lo que normalmente hacía (revisar los correos en el buzón de mensaje de mí celular), mientras esperaba que se recuperara el tonto que había contratado mís servicios por más de 1 hora, normalmente le daba de 10 a 15 minutos para que lograsen tener una nueva erección y entrar al segundo round, hacer que se corriera rápido y despedirlo con un hasta nunca, porque debo decir que no solía pasar 2 veces con el mismo cliente, así me pagara el doble de la tarifa, es más si insistían tanto en volver a pasar conmigo hacía que le saliera bien caro.

Pero en esta ocasión mí cliente me buscó conversación mientras esperabamos su recuperación, y por una extraña razón accedí a contestarle sus preguntas, y hablar de trivialidades con él, y después sin saber por qué, terminé acostada a su lado con mí cabeza apoyada entre su hombro izquierdo y su pecho, y al mismo tiempo le acariciaba el vello de su pecho, mientras el hacía lo mismo con mí cabello, y en ese instante me sentía protegida entre sus brazos y escuchando los latidos de su corazón, cuando comencé a ponerme melancólica y mís ojos se humedecieron, para romper con esa sensación comencé a manipularle su miembro con unas de mís manos para acelerar su erección, y al verle nuevamente empalmado y viril, arranque de manera inmediata a darle una nueva sesión de sexo oral, al percatarme que empeza de nuevo a acariciar mi cabeza le pedí que por favor no lo hiciera, que nos concentrasemos en lo que veníamos a hacer y así acabar de una vez por toda con todo esto, luego de mamarselo me puse nuevamente en la posición del estilo perrito, pero al poco instante de penetrarme paró y me dijo que si podíamos hacer la posición conmigo montada sobre un taburete que se encontraba dentro de la habitación, a lo cual accedí más que por complacerlo, por acelerar el acto y terminar de una vez, y efectivamente, al estar haciéndolo de esa manera no tardó en eyacular nuevamente en menos tiempo del que había tardado la primera vez.

Al acabar con la faena, me dirigí al baño y me lavé mí cuerpo en la mayoría de sus partes, cuando regresé él ya se había vestido y esperaba por mi para la despedida, y una vez más rompió mis esquemas porque se despidió con un beso en la mejilla, al cual no opuse resistencia, ní rechazé, y me dijo:

_Gracias por todo, muy bueno el servicio, regresaré.

Al día siguiente me encontraba con una nueva victima en una de las habitaciones del estudio, y estando en la parte de ignorarlo mientras revisaba los correos en mí teléfono, me encontré un mensaje ´donde me decían: "gracias por todo, por la tarde de placer y las sensaciones que me hicíste sentir ayer", al momento no supe de quién se trataba, hasta que recibí otro del mismo remitente dicíendome: "Yo sabía que no ibas a contestar", fue cuando caí en cuenta que entre muchas de mís debilidades mostradas con el cliente del día anterior, le había dado uno de mís números teléfonicos, y peor aún sin saber porque decidí contestarle sus mensajes, y por si no fuese poco en uno de los mensajes que le contesté le dí otro de mís números de teléfono personales, luego pasaron un par de días y nuevamente recibia un nuevo mensaje de este hombre que me estaba invadiendo de a poco mí vida y desbarataba mí estrategia de trabajo, en esta oportunidad me mandaba el mensaje a través de otro número de célular, en el cual me indicaba que ese era su otro número de contacto, y entre dormida porque la noche anterior me había ido de farra le contesté: "ok yo lo anoto, ahora estoy durmiendo porque ayer estaba de rumba con Karol una de mís amigas", ¡por dios, por un demonio¡, ¿Qué era eso?, ¿Qué hacía dándole explicaciones de lo que yo hacía o dejaba de hacer?, ¿y por qué seguí dándole información personal?, ¿Es que acaso sentía alguna conexión especial con este hombre, o algo extraño hacía que me comportara diferente con él?.

así transcurrieron los días, y al cabo de 2 semanas, donde hubieron mensajes expóradicos, fuí quien hizo el contacto esta vez, y entre saludarlo y preguntarle cómo estaba, también nuevamente sin saber por qué estaba dándole información de lo que hacía, le conté que estaba asistiendo en esos días a los actos culturales del colegio de mís hijos, y recuerdo que me dijo en respuesta a la pregunta de que ¿Cuándo nos veriamos nuevamente?, (como se podrán dar cuenta estaba haciendo algo totalmente extraño en mí), ¿Qué hacía yo, pidiéndole a este hombre que nos vieramos otra vez?, en fin él me contestó que tenía pensado que nos vieramos al día siguiente, pero le dije que era imposible, porque precisamente era ese día el acto de fin de curso de los niños, pero que si quería nos podíamos ver al día siguiente de ese, a lo cual respondió que le era un poco imposible verme ese día, que entonces ni modo que sería en otra oportunidad, y extrañamente por ese efecto desconocido que ejercia él en mi, le insistí que por qué no hacía lo posible por vernos el día siguiente al acto del colegio.

Pués tal cual, ahí estaba él al día siguiente buscándome en el estudio, pero debo contarles que antes de llegar a verme se encargó de comprarme el almuerzo, ya que en unas de nuestras conversaciones por vía mensajes de texto en el celular, se había dado cuenta que yo no comía a la debida hora por motivo de mí trabajo, porque cuando estaba atendiendo a un cliente prefería dejar para comer después, así que se tomó la delicadeza y tuvo esa atención para conmigo, y lo más extraño de todo fué que yo se lo permitiese, porque en realidad no me involucraba con un hombre más alla de nuestro contrato carnal, pero éste en especial me estaba invadiendo mí territorio y derrumbando mis barreras y esquemas de trabajo.

Cuando llegó y preguntó por mi, sentí una alegria como de adolescente enamorada, revolotearon en mí estomago miles de mariposas y los latidos de mí corazón se aceleraron, y una vez más lo recibí con una sonrisa y un beso en la mejilla, al entrar a la habitación noté que no tenía prisa para que tuvieramos sexo, lo noté calmado y en una actitud de atención hacía mí, me preguntaba ¿cómo había estado?, ¿cómo estaban mís hijos?, y estuvo pendiente que comiera mí almuerzo, una vez terminado de almorzar, fuí al baño a cepillarme los dientes y a prepararme para la sesión de sexo que estaba por venir, y que en el fondo esta vez yo estaba deseando, volví a donde estaba él y luego de brindarle una nueva sonrisa comencé a darle sexo oral, y en esta oportunidad no trataba de hacerlo lo mejor posible para hacerlo terminar rápido, sino para darle el mayor placer posible, y creo que lo estaba logrando porque mí hombre se veia que disfrutaba a plenitud lo que le hacía, luego vino la penetración y sentía que me le estaba entregando a conciencia, ya no actuaba mecánicamente, estaba en procura de darle el mayor goce y placer, sentía su pene entrar y salir de mi con mucha pasión, parecía que en esta oportunidad hubiese una conexión más alla de lo meramente sexual, es más creo que se trataba de lo que llaman "hacer el amor" , que es muy distinto a "tener sexo" , o "intimar sexualmente". Después de estar por un tiempo en la posición del misionero, y de cabalgarlo frenéticamente, cambiamos a la estilo perrito, en la cual me monté en el mismo taburete de la vez anterior, y estando en esa posición sucedió algo que jamás en todo el tiempo que llevaba vendiendo mí cuerpo me había sucedido, se rompió el preservativo, lo cual no advertimos ninguno de los dos y al venirse al no poder contenerse más, llenó por completo el interior de mí vagina con su calido torrente de virilidad, al retirarse de mí cuerpo, los dos al percatarnos de lo sucedido pusimos cara de asombro y de preocupación.

Mí reacción al momento fué ponerme a llorar, por miedo a un embarazo no deseado, más que por un posible contagio de alguna enfermedad, porque era tanto el efecto que éste hombre producia en mi, que en cierto modo me sentía segura con él en ese aspecto. Al verme llorar me consoló y me dijo unas palabras que me tranquilizaron un poco y me dieron a entender que estaba con todo un caballero u hombre en todo el sentido de la palabra, todavía recuerdo su frase: "tranquila no tengas miedo, yo respondo por lo que pueda pasar", pero con todo y el susto decidimos embarcarnos en una segunda oleada de placer, y al finalizar le pedí que me acompañara a la farmacia más cercana, para adquirir la "pildora del día después", y una ducha intima con espermaticida, a lo cual accedió sin mayor reparo y me dijo nuevamente: "Puedes contar conmigo para lo que sea". luego hubo un tercer encuentro, es más fue precisamente a la semana siguiente, es decir que estaba rompiendo totalmente con mis esquema, ya que esta era nuestra tercera ocasión juntos, y les que cuento ese día mí hombre me sorprendió de nuevo, porque en el primer intento duramos más de lo común, aunque él sabe controlar bastante el momento de eyacular, pero ese día parece que rebasó el límite de tiempo, hasta el punto que después de haberlo hecho en todas las posiciones experimentadas en las veces anterior, él en el momento que lo cabalgaba por segunda vez, pidió parar y me dijo sosteniéndome la cara: "Chiquita dejémos esa vaina así", y luego sólo estuvimos abrazados acostados en la cama, y en ningún momento mostró interés de volver a intentar una segunda oportunidad, se acabó el tiempo por el cual me había contratado y al despedirse cuadramos otro encuentro pero fuera del estudio, acordamos vernos la semana entrante pero esta vez en un hotel, así el dinero que me pagase, me quedaría sólo a mi en su totalidad, ya que no tendría que compartirlo con la administradora del estudio.

y ahí estamos nuevamente aquella tarde de un miércoles como ya se nos estaba haciendo costumbre, encontrándonos para un momento de placer, al encontrarnos me sorprendió gratamente que me recibiese con un pequeño ramo de flores, pero flores al fin, un detalle que le agrada a la mayoría de las mujeres, y del cual yo no era indiferente. ese día mí hombre me trató como de costumbre con muchas atención y pendiente de hacerme sentir bien con el más minimo detalle, primeramente fuimos a almorzar unos sandwiches en una cadena de comida rápida que me encantan muchisimo, una vez en el hotel nos sumergimos en una oleada de caricias y momentos de pasión, y nuevamente él hizo gala de su autocontrol al momento de prolongar el acto sexual, de hecho les cuento que en el primer intento nisiquiera llegó a correrse, mientras yo me vine en dos largos y placenteros orgasmos, pero lo más importante de ese día no era el sexo, sino lo bien que me sentía a su lado, y que seguiamos conociéndonos un poco más, y al final cuando nos disponiamos a regresar cada quien a su casa, me entregó un sobre el cual me pidió que leyese una vez que estuviese en mí casa, lo cual me llenó de mucha curiosidad e incertidumbre por lo que se pudiese tratar. Una vez estando en mí casa recibí un mensaje de él, en el cual me decía: "Gracias por este mes maravilloso, nunca lo olvidaré", al cabo de un rato, supongo porque no le contesté al momento, me envió otro: "Por lo visto no te gustó la carta, pero prefiero perderte y sufrir que engañarte, y peor aún tratar de engañarme a mí", a lo cual le contesté: "Qué le pasaba, que yo no había tenido tiempo de leer nada, porque me encontraba ocupada dándole de comer a mi hija, pero que no me gustaba que pensaran por mí", al terminar de darle de comer a la niña, busqué el sobre, y oh sorpresa se trataba en efecto de una carta donde ma decía que él había comenzado a sentir algo por mí, que iba más alla de una simple atracción sexual, que quizás empezaba a amarme, mí primera reacción ante esto fué pensar que José luis estaba loco, que cómo era posible que sintiera todo eso en tan poco tiempo, si apenas teníamos 1 mes de conocernos, y esta tarde era la cuarta vez que nos veiamos.

Al día siguiente le envié un mensaje diciéndole: "Que me gustaba estar con él, que era una persona muy amable y especial, pero que deberiamos dejar que el tiempo pasase y asi conocernos más, y dejar que sea el tiempo el que hablase y dijera que es lo que tenía que pasar", ya han pasado varios meses (3 o 4), y aunque aún no tenemos una relación formal o definida, seguimos viéndonos y compartiendo, y cada día que pasa me convenzo más que estoy con un verdadero hombre en todo el sentido de la palabra.





Espero que les guste y mañana les traigo la 2da parte: Ella y Él (She and He) "La Versión de Él" (FIN)


Fuente: Petardas.com

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