un dia de elecciones....

Era un domingo día de elecciones presidenciales y a mi me tocaba trasladarme a la Facultad de Turismo de la Universidad San Martín que hasta ese entonces estaba funcionando en el distrito de San Miguel, como ese día es algo engorroso ir en auto decidí trasladarme en micro y bueno la Línea 7 que pasa por la Av. Insurgentes me dejaba justo a unas cuadras del local de votación.

Bueno ese día salí como a las 11 AM a votar y por supuesto el micro venia lleno, yo estaba en short zapatillas y un polo de cuello, al subir no pude evitar fijarme en una bella chica que estaba de pie al lado de ella estaba un chico mas o menos de su edad, ella debería tener unos 24 años, cabello castaño, blanca, de 1.70.es una chica alta para el promedio de peruanas, se le veía muy atractiva, llevaba un vestido delgado de verano que dejaba delinear su bien formada silueta y su muy bien paradito trasero.

Yo avancé hacia el fondo, e inevitablemente quede cerca de ella, no detrás aún pero si muy cerca, permitiéndome esa cercanía disfrutar de su delicioso aroma, un aroma de mujer que envolvía mis pensamientos en la libido e intención de acercarme y sentir ese potito bien paradito, a medida que iba avanzando el micro y subía mas gente me obligaba a arrimarme mas hacia ella, no sé en que momento ante un brusco movimiento del bus, me encontré con media nalga delante mío, que delicia era sentir sus bien formado trasero sobre mi entrepierna, con el vaivén del movimiento del bus nos rozábamos yo temía en cualquier momento que ella reaccionara al pero grata fue mi sorpresa al percatarme que ella movía ligeramente sus caderas como acariciando su nalga contra mi paquete que en ese instante estaba a mil, andaba mas empalmado, que estaba a punto de atravesar el pantalón y su vestido, ella debió percatarse de ello ya que en un instante se colocó delante de mí, dándome totalmente su apetecible culito, pude percatarme que el chico que iba a su lado era nada menos que su esposo que por lo hacinado que estaba el micro quedo separado de ella a dos personas mas allá.

El roce que nos dábamos eran de lo más discretos, pero mi asombro no termino ahí ya que ella levanto ligeramente las nalgas y pude sentir toda la plenitud se su trasero paradito y hermoso, provocaba tocarlo, mi miembro palpitaba detrás de ella y algo me decía que no llevaba ropa interior, en un arranque de audacia deslice mi mano derecha hacia su cadera tacándola levemente y comprobando que no llevaba puesto nada, eso hizo que mi erección se hiciera mas potente, en short y con tremenda erección que llevaba era ya un escándalo, escándalo que ella parecía disfrutar, que delicia ella se movía y yo estaba a mil por hora, la muy bandida hacia unos movimientos de caderas muy discretos pero que para mi eran la locura, no sabia que hacer ante la posibilidad que el esposo nos pillara y la canción.

En eso el esposo avanza y yo disimulo y se despide de ella bajando en un colegio en donde a él le tocaba botar y le dijo chau amor nos vemos en casa, yo quede petrificado pero eso también me excito mas una vez que el esposo bajo, seguimos en lo nuestro aunque sabia que faltaba mucho para llegar a mi destino, baje mi mano derecha y suavemente comencé a acariciarle las nalgas, ella recibió mis caricias con agrado, que buen poto tenia esta chica que delicia era acariciarle el poto y sentir sus nalgas entre mis manos, volví a pegarme a ella con mi miembro todo erecto y a punto de estallar la verdad que me había puesto muy arrecho sentir esas deliciosas nalgas, ella estaba roja y sentía su respiración acelerar, mis manso estaban ya agarrándola de las caderas pero sin exagerar y yo por detrás punteándola como decimos aquí en Perú, había perdido la noción del tiempo y el espacio, cuando en eso gira y nos quedamos viendo frente a frente por unos segundos, se pego a mi sintiendo su sexo junto al mío pidiéndome permiso y esbozando una leve sonrisa se disponía a bajar, para mi gran sorpresa era el lugar donde yo debía bajar.

Bajamos juntos, apresure el paso me acerque a ella y le pregunte su nombre, Eva me dijo que se llamaba y que estaba yendo a votar al mismo local que yo, nos pusimos en nuestras respectivas colas sin dejar de observarnos y sonreírnos, al entrar le hice la señal que nos encontráramos luego de votar a las afueras del local de votación y así lo hicimos, caminamos unas cuadras hacia arriba y no deje de decirle lo bella que se veía y que por lo del micro que no vaya a pensar que soy un pervertido, una vez que nos alejamos lo suficiente la tome entre mis brazos y nos fundimos en un beso lleno de lujuria y pasión, era un escándalo la forma en que nos apachurrábamos en la calle, sin pensarlo la subí a un taxi y la lleve a un hostal cercano.

Entramos a la habitación y como ella no llevaba ropa interior, le levante el vestido y comencé a lamer su chucha, lamí, succioné hasta lograr hacerla gemir, mientras tanto le rozaba sus senos con mis manos, estaba tan concentrado comiéndome esa rica chucha que sólo escuchaba su voz diciendo... oh, oh, que delicia, como me lames, vamos sigue sigue lo haces genial, uh, uh, la seguí lamiendo hasta lograrle un orgasmo, sentí su placer sobre mi boca, luego me puse de pie, ella tomo mi verga, la cual estaba dura y gruesa, comenzó a besarla, se la introdujo toda en su boca, la cual al chapármela engrosó mas y se puso como lumbre de caliente y muy dura, tuve que pedirle que se detenga o me haría venir, la levante y subí a la cama, le abrí las piernas y le introdujo toda mi verga en su muy lubricada y caliente vagina, que rico como gemía Eva... lo que me excito mas aun, empezando a darle embestidas, tras embestidas, mis movimiento eran mas rápidos de arriba abajo, sin parar a la vez que le acariciabas sus tetas, yo lo apretaba de las caderas hacia mi para que no saliera, vamos sigue así... que te voy dar duro le decía, te quiero sentir toda, te quiero sentir totalmente arrecha.

Estábamos muy calientes, comenzamos a movernos frenéticamente, le saque la verga y la coloque boca abajo y de una sola estocada le introduje la verga en su vagina, que estaba dilatadísima, vamos dame me pedía Eva, vamos dame, dame, oh, así, así... empuja... empuja me suplicaba, mientras nadábamos en un mar de placer, retiré nuevamente mi verga, le di unos golpes en sus nalgas y le introduje nuevamente de una estocada muy rápidamente lo que la llevo al orgasmo y a mi a derramar dentro de ella mi leche caliente, espesa y abundante, que rico fue tener e Eva entre mis brazos, me incorpore al igual que ella nos abrazamos y besamos apasionadamente por largo rato. Desde aquel encuentro, a pesar de lo delicioso que fue no volví a verla ya que para mi mala suerte para las elecciones siguientes cambiaron nuestras mesas de votación unas en la cual estaba mi mesa al colegio Juan XXIII y las restantes a la Universidad Católica.

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